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Tres poemas (inéditos) de Arístides Vega Chapú
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-----SANTIAGO/PINAR
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En el festín del stadiums,
donde se sumergen
supuestamente a presenciar lo nunca visto
le vi hacer contacto con la bola.
A ras de su cabeza fluye el cielo
reconocido por todos
los que esperan contarles sus estrellas.
Tiembla su mano,
la que alcanzó la bola
a sabiendas de que la noche terminará.
Simulando secretas señales
lanzan sus corpulentos cuerpos hacia la nada
sólo por el placer
de observarse en los ojos del vencido.
Del otro lado del alambre
discurren palabras pronunciadas en sigilio
que cuentan del hijo en el stadium
bajo la luna apacible de Occidente.
Con sus latidos
mi corazón se resiste a la oscuridad
que la noche dispersa,
la noche salida del cielo estático sobre el stadium
Apoya tu cabeza,
te pido antes de colgar,
y todo lo que en mi pecho se ha estacionado
te pertenecerá,
incluso el goce por la victoria del juego.
- -EXPERIENCIA DE VIDA O LO QUE SIGNIFICAS PARA MI
-Como si entrase en una batalla
el aire mueve la hojarasca
con el único propósito de hacerse sentir.
Pero si por falta de precaución
se aloja en tu cuerpo,
digo el viento y no la hojarasca,
con el único sentido de hacerse sentir
estarás a salvo.
- -TRANSCURRE LA NOCHE POR SOBRE EL ÁRBOL AL QUE ME ABRAZO
Me acomodo al ritual
con que el árbol extiende su dominio.
Hasta la línea de luz
que advierte el término de su poder
los días se aproximan.
Puedo sentir la fragua de tu olor,
oír la voz que te alumbra la boca
como relámpagos
en cielo que semeja un globo
de luz parpadeante.
Ocupo sitio en la noche
que dialoga con el árbol
mientras penetra en su propia sombra
tan solo por reconocernos.
Como si fuese posible dominar la noche
y la luz desvanecida desde lo más alto del árbol
no pudiera disputarme el trono
hilvano recuerdos aparentemente inocentes
pero que desgarran.
Los sitios no aparecen en ellos:
Parque Colón o Vidal, Puente de Tirry,
el horizonte.
Como si mis ojos estuviesen lagrimosos por la luz
favorecida por el brillo de un ave que nos convida a seguirlo
llego hasta el relieve en que solo estamos tú y yo,
indiferentes ante el destino.
Afuera transcurre la noche
justo a la altura del árbol
bajo el que te retengo.
Devora su sombra
las atontadas hojas que caen
sin aparente destino,
presencio su caída
tan sólo por penetrar en los canales
que las conduce hasta el cielo.
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Otras colaboraciones de Arístides Vega Chapú en Efory Atocha, Aquí...
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