viernes, 28 de noviembre de 2008

Julio Espinosa Guerra: Poemas

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Tres poemas (inéditos) de Julio Espinosa Guerra

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------NOMINARE

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En la palabra descansan otras palabras

acechantes extraviadas

animal que muta en el transcurso

aunque en nuestro paladar parezca

un trozo de piedra no afectado por la erosión

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Palabras que son huesos de otras épocas

cubiertos con las ropas y artefactos de uso diario

Cuerpos que salen a flote en la corriente

y que a nadie llaman la atención

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Hay una palabra en el revés de la palabra

que espera su momento para actuar

y otra palabra náufraga sobre los palos

que pide auxilio en la tormenta

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Se pegan las palabras a palabras

con los grilletes y mortajas que los hombres fabricamos

una gramática que ha dejado de nombrar

que ya no nos revela

al muerto y al parto que se afiebra en la cifra

en el signo del dvd

los zapatos

y las vacas

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Es una caja la palabra

con alma de muralla y de pez

late en su interior el cromosoma del pájaro inexistente

y un esqueleto se esconde bajo sus ladrillos en peligro de derrumbe

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Palabras encadenadas a palabras

que dejan de decir de tanto usarse

la misma forma el mismo abecedario

impostura de los verbos

de la lengua quebrada en su sonido

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Hay más palabras en la palabra

otra forma de decir (de llenar)

el hueco que queda vacío

cuando la carne del gran cetáceo

se seca

se hace humo

en nuestra boca.

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------NOMINAE

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Esta habitación

vértice blando

poco fiel a la morfología de la cifra

cobija una geografía de voces ahuecadas por el uso

olor que deja el agua de las cañerías rotas sobre las cabezas

vacuidad de los objetos que de tanto querer decir

me devuelven el grito sordo del volumen agotado en la palabra

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Me he quedado con su óxido bajando hacia el estómago

y su bacteria oculta tras los signos de la nieve y los colchones

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En este espacio en ruinas

no hay nada para mí más que la certeza del destierro

la evidencia de la mudez y su ceniza

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He entrado en la habitación con el tacto y las miradas del extraño

y he visto cçomo el falso espejo de lo mío

me devolvía los oídos, la lengua y los ojos

todo aquello que con su nombre

alimenta al animal de lo que existe.

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------NAFTALINA

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La palabra es

una bolsa de cartón

con el logo de Pier-Cardin

o de Levis

o de la carnicería de la esquina

ya arrugada

y más seca

si se puede

que la natural sequedad de una bolsa de cartón

La palabra es

una bolsa de cartón

con el logo de Pier-Cardin

o de Levis

o de la carnicería de la esquina

ya arrugada

y más seca

si se puede

que la natural sequedad de una bolsa de cartón

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Una bolsa que en ella misma nada significa

muy cuidada

a pesar del tiempo

pero justamente debido al tiempo:

doblada

y guarecida del polvo

en una zona de la casa

que todos saben que existe

pero sólo su dueño

reconoce

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La memoria puede ser

una bolsa de Fallabella

o de El Corte Inglés

cuando aún eran tiendas exclusivas

recluida para sacarla en contadas ocasiones

mirarla y sentir el ajetreo

y el calor y la belleza del vestido

el pantalón

la chaqueta

o la sonrisa

de la madre

el padre

la novia

quién puede saberlo

quizá sólo la mirada indiscreta

muy discreta

del dependiente

que se desliza por el canalillo de los senos

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En definitiva la realidad es eso

una bolsa arrugada

que no conserva

más que un logo

un aire de lo sido:

publicidad de los recuerdos

puro empaque

que guarda puro vacío en su interior

puro vacío

y un olor a naftalina

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(NAFTALINA)

insoportable.



Julio Espinosa Guerra; nace en Santiago de Chile en 1974. Ha publicado los libros Cuando la rosa aún no existía (Imprenta UMCE, Santiago, 1996, poesía), La soledad del encuentro (Mosquito Editores, Santiago, 1999, poesía), Las metamorfosis de un animal sin paraíso (Premio de Poesía “Villa de Leganés”, España, Editorial LF, 2004), La poesía chilena del siglo XX (Visor Libros, 2005, antología), El día que fue ayer (Mago Editores, Santiago, 2006, finalista del premio Herralde de novela el año 2005) y NN (Premio Iberoamericano de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz, Gens Editores, Madrid, 2007 y Libros La Calabaza del Diablo, Santiago de Chile, 2008). Su poesía ha sido antologada en Todo es poesía menos la poesía: 22 poetas desde Madrid (Editorial Eneida, Madrid, 2004) y Cantares: nuevas voces de la poesía chilena (LOM Ediciones, Santiago, 2005). Dirige la Escuela de Escritores de Zaragoza y entre otras a obtenido las becas del taller de poesía de la Fundación Pablo Neruda y la de creación del Consejo Nacional del Libro y la Lectura de Chile. Desde 2001 reside en España.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Indios de Cuba: fotos de Rogelio Portal

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Fotos de Rogelio Portal: Indios de Cuba

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ROGELIO PORTAL TEJO

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Rogelio Portal nacio en 1968, en Remedios, un pequeno pueblo de la provincia de Villa Clara, Cuba. En 1996, obtiene el titulo de Licenciado en Diseno Grafico en el Instituto de Diseno Industrial de La Habana(ISDI), donde continua trabajando como profesor al finalizar sus estudios.

Desde 1999 vive en Barcelona y en esta ciudad ha realizado diversos trabajos combinando la practica cotidiana de la fotografia con el diseno grafico, la artesania y la fabricacion de articulos y joyas de «diseno», destinados a la venta.

Asociar deambulacion y captura fotografica de lo real, era el deseo de Charles Baudelaire: ser un «pintor de la vida moderna», intentando dibujar el retrato moral, fugaz y vivo de lo efimero.

No se trata simplemente de alguien que copia la realidad caleidoscopica y transitoria del mundo; su percepcion trata a la vez sobre lo que siente, piensa e imagina: lo que esta representado es mas real que lo real. Para Baudelaire este «mas alla» de lo real, este «surrealismo», es sinonimo de «modernidad», visto lo que «puede contener de poetico lo historico, y de eterno lo efimero». En otro lugar de su obra, el poeta y critico de arte frances describe como la fuerza y la verdad del artista pasan por la persistencia de la infancia, por la capacidad de asombrarse ante todo: «El nino ve todo como una novedad. (…) El hombre de genio tiene nervios solidos ; el nino los tiene débiles. Pero el genio no es mas que la infancia reencontrada a voluntad, la infancia dotada de organos viriles y de un espiritu analitico que nos permite ordenar la suma de materiales que involuntariamente acumulamos».

El trabajo de Rogelio Portal tiene esta naturaleza hibrida: fuente de interrogacion espontanea, curiosidad y «savoir faire» afirmado. Lejos de la foto-reportaje y de su creencia ciega en la potencialidad de las imagenes para comunicar informacion y verdad, escamoteando toda permeabilidad a la tentacion comercial, las fotografias de Rogelio se presentan a la vez como estudios formales y coleccion de impresiones. Drama de fondo reposando sobre el trazo (del cuerpo en movimiento, de la sombra) o la presencia efectiva del ser humano, las fotografias son acompanadas de un titulo que precisa mejor la posicion intelectual y moral del autor. Las fotografias de Rogelio Portal, como murmullos de lo real, nos susurran historias divertidas de un mundo que no es exactamente nuestra realidad… Cuando, por el contrario, la exposicion es de corta duracion, el tiempo parece suspender su vuelo… Otra direccion y otro trabajo, cuando lo real no juega mas su juego y depasa los limites que la razon le asigna (cf. el caso del «nino pollo»), Rogelio esta como sometido, absorbido, integralmente fascinado por aquello que se desarrolla delante de si.

Otro aspecto de la practica de Rogelio: la implicacion del cuerpo. Poniéndose al nivel de los «otros», situandose muchas veces por debajo (numerosas fotos son tomadas en «contra picado»), Rogelio asume claramente una posicion : él no esta alli para dominar, para «sacar partido de…» Por el contrario, él parece querer decirnos «no estoy solo, no soy insensible, tengo cuerpo, soy un sujeto», y de aqui seria facil continua, «soy un sujeto»; luego, «soy mi propio sujeto», para terminar al fin, «pero la fotografia es tambien mi sujeto…» A traves de la construccion de sus imagenes, asi como a través del control que él ejerce sobre su difusion, Rogelio construye su obra, retirado del espectaculo[1].

Posando la mirada atenta, despistadora y descriptora sobre el «crimen cometido en comun» que funda la sociedad humana, el joven fotografo cubano de Barcelona es este «flâneur» baudeleriano que deviene «detective» y «elabora las formas de creacion que mejor convienen al ritmo y al ‘tempo’ de la gran ciudad».

Imagenes «choc», pero distanciadas, casuales, partiendo de la divergencia interna que las contituye, las fotografias de Rogelio despiden «humores fantasmagoricos». La naturaleza profunda del foto-reportaje dependiendo de la «fantasmagoria» (cf. Walter Benjamin y Karl Marx), es decir, el arte de hacer ver y hacer hablar en publico a los fantasmas por ilusion optica. Se trata de una «ilusion», una «transfiguracion» que confunde la mirada del hombre sobre la realidad, un «velo», una «ebriedad». Adorno tambien ha defendido esta tesis del caracter ilusorio de la cultura, de los bienes culturales de una sociedad dominada por el mercado.

Rogelio Portal no se deja llevar por la tentacion natural del fotografo en busca de reconocimiento y ganancias «jugosas», él no se pliega al deseo de vender y mostrar a cualquier precio cualquier imagen que no aporte nada al debate critico, en la forma que sea, o a traves de cualquier soporte de informacion. Las mejores imagenes son ciertamente aquellas que uno guarda para si por pudor, aquellas que uno no ensenaria jamas. El mejor reportaje es tambien aquel que no precise nada y que sugiera lo maximo. Mostrar esas mejores ilustraciones en la prensa o en los medios seria, quizas, ante todo, estar negociando su desaparicion en el acto.

Patrice Loubon, mayo 2003

Traducción al castellano por Lenay Blason

(Extraido de «Fragmentos de ninguna otra cosa», Rogelio Portal, 1996)

BIBLIOGRAFIA

- Baudelaire, Charles. Ecrits sur l’art. Ed. Le livre de poche, 1999

- Benjamin, Walter. Charles Baudelaire. Coll. Critique de la politique. Ed. Petite Bibliothèque Payot, 1990.


[1] En el sentido en que Guy Debord le entiende. Por ejemplo, él refuso varias proposiciones comerciales proponiendoles la utilizacion

de imagenes del caso del « nino pollo ».

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Otras fotos de Rogelio Portal, Aquí



miércoles, 26 de noviembre de 2008

La pela es la pela: Business is business

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La pela es la pela: Business is business
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Por L. Santiago Méndez Alpízar / Chago
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El chapoleteo del cubano se nota sobre todo en sus argumentos políticos. Es naturaleza escogida el cubaneo, lo patriotero, el dar la sangre desde la lejanía, y toda aquella retahíla de demagogia que se sigue aglomerando por años de huida.

Cuando se quiere ser bien efectista, entonces se jala de la larga lista de victimas (y victimarios) se habla de calabozos, fosas lúgubres, maltratos y derechos civiles violados a trocha y mocha, sin siquiera haber estado preso, sin ni siquiera haber dormido par de noches seguidas entre rejas. Muchas veces habiendo jugado en el mismo equipo y formado jugadores para el play.

De hecho, el rostro y la amigabilidad del mismo funcionario cubano que nos visite, pueden variar según el gobierno que esté en el poder en el país donde se viva.
Aquí, por ejemplo, en España, hay quienes se han llevado las manos a la cabeza con el trato dispensado al buldózer del Canciller cubano por las autoridades españolas. Los simpatizantes del Partido Popular, ese gran benefactor de la economía isleña y de la estabilidad del gobierno cubano por consecuencia, ahora se pretenden asqueados.

¿De verdad alguien se va a creer que son los Socialistas los que invierten en la Cuba de los Castro Brother’s?

El empujón que se dio al sector económico en Cuba, finales de los noventa, fue decisivo. (1998). Exactamente y según datos (aquí el PDF) de la Oficina Económica y Comercial de España en La Habana, España se consolidó como inversor de primera en la Cuba castrista, y como el primero de los inversores; pero no fue una España, no fue ni siquiera un sector de España. Allí aceptaron la humillación del obrero cubano, la casi, explotación laboral y los beneficios lúdicos que propicia el tercer mundo, todos los españoles.

Y quien gestionó que participaran las grandes compañías hispanas no fue precisamente el gobierno Socialista, que entre otras cosas, ni siquiera estaba. Fue su homólogo, el Popular y su presidente de entonces, quien abrió la veda, inyectó lo peorcito del capitalismo en la vida del cubano común, que todavía continúa sobreviviendo a la doble explotación: la de Cuba y la de los inversores extranjeros que la acuerdan.

Los beneficios que saca España de toda esta amabilidad para con nuestra isla infinita son notables y solamente uno que no sepa ver, que es peor que el que no ve, podrá asentir lo contrario.

Que los Castro no aceptaran donaciones ni ayuda directamente vinculadas al gobierno de los EE. UU, eso era más visible que un pino. Que España se consolida y con esta viruta (25 kilos) para el aguerrido pueblo cubano se gana un espacio preferente -más- en el corazoncillo - ¿verdeolivo?- de Raúl y sus camaradas, eso no es ni secreto a voces. Los empresarios pueden estar tranquilos, el pasado espaldarazo de José Blanco en su visita a La Habana, donde por cierto, nadie de la oposición le pidió citarse, como mismo él cuenta; convierte a la isla en un trocito de sueño logrado por los peninsulares. Aquel sueño que tiene que ver con la recuperación de la isla. Con el borre total de la nostalgia; más se perdió en Cuba. Borrar de la memoria colectiva la salida a punta de bayoneta. Regresar al trueque; comida para los caciques, espejitos para la tribu.
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Imagen tomada de Internet; Hotel Meliá-Cohiba.

martes, 25 de noviembre de 2008

“Que el gesto de mis manos no alcance”

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Breve Nota sobre la publicación de la antología, “Que el gesto de mis manos no alcance

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Por L. Santiago Méndez Alpízar / Chago.

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Mientras se arrastran otros por el fango

Para extraer un átomo de oro

Del fondo pestilente de un pantano
.

Julián del Casal

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Pasa el tiempo en contra de lo que se dice, va contrario a lo que no aguanta, no guarda sustento. Así, las centenas de versos antologados hace unos pocos años atrás, hoy día no son siquiera parte del universo donde fueron colocados. Se desmorona el edificio de palabras. El tiempo puede asimilar estrategias, pero no la impostura. Se puede ir contra, o con él; pero siempre será cuestión de esperar a que te situé(n) definitivamente; cuestión de tiempo.

Arístides Vega Chapú ha realizado elipses y otras marumacas geométricas con la palabra durante toda la vida, que es el tiempo que hace que no le veo, y un poco menos del que le conozco. Mi vida es muy breve y la de él, ídem. Siempre fui afortunado en conocer verdaderos poetas. Tendría que hablar entonces de algunos. De igual modo, sobre seguro, de Bertha Caluf, que frenaba en mí el mínimo asomo de diablura, y estaba cuando en las tardes de Santa Clara, yo me dejaba sentir de visita. Sí, pues se hace raro no pensar en uno sin el otro, aunque ambos siguieran sus respectivas vidas y en la de ellos, Salma, quien con su amor los salva, según testimonio del poeta.

He sido invitado y he llegado de improviso cuando se freían las mondas de papas y se tomaba el té con hojas de naranjo; de postre la escasez y los poemas, los cigarros. Y luego, cuando el río San Juan era una realidad y las patadas a los poetas también. En todas las casas que he vivido, sus poemas, sus libros, han llegado desde sus manos. Este verano me entregaron la antología “Que el gesto de mis manos no alcance” (Colección, Contemporáneos, Edt. Unión, La Habana, Cuba) donde viene parte de la obra del poeta. Una primera lectura me ha puesto a pensar inevitablemente en muchas personas. La poesía de Arístides tiene por ser identificable, y próxima, el ingrediente para transportarnos a un espacio particular. Con sus propios fantasmas y desvelos, desvelados, y una búsqueda de reafirmación del ser. La certitud emanada de la fe, que es el soplido, el motor, el lugar desde donde bien se comprende lo orgánico.

Hay en una zona de la poesía cubana de los 80 un tono homérico, una gestión de la historia. De los hechos que rellenan la historia. Una urgencia por agenciarse personajes, construir sobre antaños seres la nueva estirpe. Revivir y acercar imaginarios de por sí barrocos, universales. Lecturas y dogmas alejados por decretos o asumidos a riesgo y responsabilidad del creador.

La poesía aquí reunida goza de saberse diferente. El mismo que enviara flechas como sagitario, o postales desde alguna dirección cercana al puente de Terry, tiene el beneficio de estar a salvo del mañana. Su poesía lo garantiza. La poesía no es lo que se halla, menos lo que se lleva, lo que se usa. Ni siquiera lo que se trabaja. Tiene que ver con la incapacidad de un hombre para sustraerse de compartir lo vivido, de un modo extraordinario. Aquello que se asume como destino. La garantía de que esas nubes son un pez y el pez ya fue lo que el viento trajo, y así... como manantial donde se van reciclando los símbolos.

Aquí están reunidos, brillantemente prologados por la poeta, Lina de Feria; otra rareza exquisita, que diría un sabio. Los insomnios y fantasmas de los que hacía mención arriba. Los de Arístides Vega; ¿también los nuestros? Por qué dudarlo. No sea una recepción definitiva. Esta antología puede darnos el comienzo, una aproximación.

La gran obra a reunir tendrá que esperar muchos otros años más. Estaremos para verlo, si nos dejan. De momento toca celebrar como Dios manda la buena nueva. En mi caso, algo de emoción agrego. Contar con la poesía y la amistad de Arístides Vega Chapú, lo ameritan de sobra.

A la lectura de sus versos los convido. A la lectura de este libro que no quiere, desde su título lo indica, ser definitivo. No podría. Que casi se desliza hacia lo inadvertido, lo discreto. Pero que sin dudas sitúa al autor como una voz distinguida de la poesía cubana, Villareña.

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Algunos poemas de Arístides Vega, Aquí, Aquí...



Este texto fue publicado en La Finca de Sosa. Efory Atocha lo agradece a Manuel Sosa

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ARÍSTIDES VEGA CHAPÚ: (Villa Clara, 1962) Poeta, narrador y promotor cultural. Ha publicado trece libros de poesía: "Breve estancia de Cristo en la ciudad de Matanzas" (1989), "Finales de los años" (1993), "Últimas revelaciones en las postales del viajero" (1994), "La casa en el monte de los olivos" (1996), "Retorno de Selim" (1999). “El riesgo de la sabiduría” (2000). “El signo del azar” (2002), “De lo que se supone” (2002), “Días a la deriva” (2002), “Mensajes del pan” (2003), “Sagradas Pasiones” (2005), “Después del puente sobre las aguas” (2007) y la antología personal “Que el gesto de mis manos no alcance” (2008). Su novela “Un día más allá”, inédita desde 1999, será publicada por Bluebird Editions a finales de este año. Reside en Cuba.




lunes, 24 de noviembre de 2008

Miguel Idelfonso: poemas

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Tres poemas (inéditos) de Miguel Idelfonso

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La Virgen Loca con final de Edward Norton

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Dolores Alanis O’Connor

velaba por el cuerpo de Dante que se extraviaba por Florencia
*

Los punks y los vampiros se atravesaban por el corazón del poeta

casi un mínimo verso lo mantenía en vilo

Un sonido cómplice del mar lo rescataba, embarrado ebrio

hacia su sino desconocido

Dante sabía que Dolores Alanis O’Connor velaba su destino

como si no existiera otro mundo que el del internet

Es el S. XXI, decía, no hay ficción, ni es la carta XXI del tarot

Los vampiros del mar corrían trayendo mensajes funestos de su país

Oh es el exilio, decía, un frío que recorre estos versos

Pero cuántas veces Dante perdió su inocencia en las nubes

en la eclosión del sol, tras la ventana de cualquier cantina

y la seguía perdiendo hasta con el bostezo de un cuculí

Podría petrificar su corazón bajo la calamina de su agrietada memoria, un rayo de sol

Sin embargo, ya no había poesía en Florencia

Dolores Alanis O’Connor se le presentó en el bar

Los punks y los vampiros llenaban de sangre y ácido los bosques de humo

El naualth que se fundía en el humo se convertía en la serpiente

que bailaba en el cuerpo de Dolores, desnuda

La ciudad de Florencia apestaba

todos los peces muertos en el mar, todas las aves muertas en el aire

Y la poesía, como ya se dijo, bajo la tierra agostada de Eliot

Podría ser que las estrellas aún girasen por ese Amor

Pero ella se desnudó frente al poeta, porque la angustia

es del ser que ha abandonado su alma, y porque así era su amor

Tiempo atrás, un niño se había comido el corazón de Dante

entonces ese niño empezó a escribir tercetos en italiano, lengua vulgata, profana

y con su obra se hizo más niño, porque había alcanzado

mediante el amor, ese estado anterior a todos los idiomas

Ah los vampiros y los punks se fueron con el alba

dejando las mesas manchadas por la verdad poética

Florencia seguía estallando, pues los anárquicos querían luchar hasta el final

Dolores Alanis O’Connor yacía en la tina, con los vellos

de sus piernas por afeitar, los senos congelados como icebergs

En los periódicos sólo se hablaba de la guerra, se hablaba tanto

que parecía tratarse de una guerra muy lejana

Dante, en su locura, cayó en la esquina, asesinado por la sociedad

idolatrado por unos cuantos druidas

Un niño se le acercó, y tras escribir el último terceto, se miró en el espejo

y empezó a decir:

“Al diablo, Beatrice,

le di mi confianza

y ella me apuñaló por la espalda

me vendió arriba del río Rímac

Maldita, perra

Fuck you!

Y al diablo tú, Dante

lo tenías todo y lo tiras por la borda

Maldito idiota!”

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------------------NYC

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Ay de ti

tu sonido desde el Brooklyn Bridge

para alimentar a las ratas domesticadas de tu corazón.

Entonces de las gotas que hacía salpicar el Rímac

salían raperos a soliviantar las luces de Manhattan

& las luces lloraban por la muerte de la Estatua

yo mientras tanto vivía en el segundo piso

del New York Inn en la 8va Av.

& mi alma se rehusaba a cumplir con el mandato de la mar

que es volver a la página del amor

El mapa que compré a 4 dólares me llevaba a la Stigia de Caronte

junto a los negros que pescaban llaves oxidadas / aves muertas /

tiempos sembrados de látigos...

era así hasta que caía la lluvia

& ellos se iban refunfuñando sus viejos nombres

yo los miraba desde el fondo del Hudson

verde que te quiero verde

entre el musgo de las anclas

_ así como el lenguaje brilla en su antigüedad _

aferrado a una nube silente en el Brooklyn Bridge

& ella la verde Estatua también se lamentaba por brindar su áurea

a los turistas que releían
la Guía de Teléfonos

& no entendían estas páginas que las nubes dejaban

en los tristes, en los nostálgicos, en los impuros...

(_de qué te quejas, hijo

Madre, a ella se la llevó el Hudson.

_hijo fue por tu bien)

Era entonces cuando yo vivía condenado a esperar a la Libertad

el anhelo como un mal hijo hacía podrir la cimiente

Navíos que llegaban

primero veían
la Estatua.

E
l arte atrás: arte & utilidad de Amerika a la vez

B
asta la estadística para convertir a la Estatua en un adorno

un símbolo inconcluso

Entonces, bajo todos estos restos de poder

yo entro al Eyes

allí Paola baila desnuda

más bella que la verde Estatua

ella viene de Fresno

el arte está más vivo en ella que en Grecia:

el arte es el susurro de las almas de Nueva York,

el arte es la Zona Zero

un hueco / invisibilidad de la catástrofe

el concepto del arte en negativo o a la luz infrarroja

crea la utilidad del arte

sólo la idea perdura en los disquects

así como la destrucción sólo es una ilusión

Yo, te dije, buscaba un teléfono

bajé a los puentes negros del Hudson & te vi

te dejaron con
la Estatua en el filo del Brooklyn

tu corazón gitano en las aguas del sudor de Dios

pero cuánto vale tu corazón, Federico?

(dijo unos sesenta dólares está bien)

Cuando cayeron las torres de Andalucía

tu pandilla de raperos corrió a la orilla del río

un espectro de Harlem desembocó como tus lágrimas

descendió al subway como versos secretos que van a sus sepulcros:

ah los edificios de Nueva York!

Las ratas del Hudson

las nubes sin destierro

comían el pasto!

Mientras yo dormía en la sombra de un árbol del Central Park*

& veía el Hudson que desembocaba en el Rímac

& yo llevaba una cámara para que me crean los televidentes

& tu herida, Federico, que borraba desiertos, pirámides sin misterio

entre los números & los rastros

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* Estaba tirado en mi sepulcro pensando en ella. El desierto se calcinaba arriba de mi tumba rosada. Yo la soñaba en los Santoslugares, en su “Cámara de las Lágrimas”. Toma esta flor, le dije, no me la rechaces; tómala, no me preguntes por qué ni para qué; así es el desierto, no tiene nombre

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-----Oración ante el cadáver de Elvis

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Dios que habitas en los desiertos

en los espíritus perdidos por calles oscuras

conduce a este cuerpo inerte hacia su paraíso

No lo dejes caer en la tentación de volver

a la vida a los aplausos y las anfetaminas

Si alguna vez lo viste en un bar totalmente

borracho y maldiciendo la suerte de su corazón

perdónalo porque nunca supo lo que hacía

Si lo viste muchas veces hacer lo mismo

en miles de bares de Tennesse perdónalo

mil veces porque así como lo hicieron rey

murió muy solo

igual como murió tu unigénito en el Gólgota

Yo sé que si lo oyeras bailarías sacudiendo

esa barba sureña y cimbreando tu pelvis

al compás del rock de tu cárcel infinita

Dios todopoderoso creador de la música de los 50’s

oye esta oración que es la única que he compuesto

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Miguel Ildefonso: Lima, 1970.

Estudió Literatura en la Universidad Católica del Perú e hizo una Maestría en Creative Writing en la Universidad de El Paso, Texas.

Ha publicado los libros de poesía: Vestigios,

Canciones de un bar en la frontera, Las ciudades fantasmas, m.d.i.h., Heautontimoroumenos, Himnos, y Los Desmoronamientos Sinfonicos.

En el 2005 publicó el libro de relatos El Paso (Editorial Estruendomudo)

con el que ganó el Premio Nacional de Cuento de la Asociación Peruano-Japonés (2005).

Dirigió la revista virtual El Malhechor Exhausto (www.geocities.com/Elmalhechor7).

Codirigió la revista de Literatura Pelícano. En 2006 publicó la novela Hotel Lima.

Ha ganado los premios: Premio de Poesía COPE de Oro 2001, Primer Premio Poesía Juegos Florales Universidad Católica (1995),

Primer Premio Juegos Florales Poesía El Paso- Texas University (2001),

Primer Premio Copé de Oro Poesía (2002) y Concurso de Cuento "Alfredo Bryce Echenique" (2003).

viernes, 21 de noviembre de 2008

Manuel Sosa: Bitácora de la Feria

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Bitácora Ambulante de la Feria del Libro de Miami
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Por Manuel Sosa
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Jueves

Diez horas en auto, desde Atlanta hasta la mañana de Miami, por la I-75 y el Turnpike. Llegué a casa de Sindo Pacheco con los nervios estriados por las luces de las líneas divisorias, harto de café y cigarros. Sindo no ha cambiado en tres años, ni en veinte. Traía antojo de comer nísperos en su patio, pero se construyó una casa para alquilar: los árboles frutales desaparecieron hace mucho tiempo. Pasó Heriberto a buscarme, para reconocer La Casa de Tula, donde leeríamos esa noche. Tengo al fin el placer de abrazar a Carlos Pintado, poeta que alguna vez nos servirá a todos de referencia. Un abrazo largo para Alcides Herrera: ni siquiera recordamos que este año hemos cumplido una década de huirle a Sancti Spiritus. El sitio parece acogedor, el lugar es estratégico, nuestros libros se ven muy bien, dejamos todo amarrado para la noche. Ni siquiera logro dormir media hora, pues el jardinero de Sindo reclama atención, golpea la puerta, pregunta por el dueño de casa. ¿Estoy soñando y me han devuelto a la isla? Gastamos tiempo revisando una novela inédita de mi anfitrión. Me aseo un poco y me voy con Sindo, temprano. Son las siete. No ha llegado nadie, y Sindo comienza a quejarse por ello. Poco a poco llegan los invitados, el público. Saludo por primera vez a George Riverón, a quien conocía por fotos solamente. De la nada surge Enrisco: “No te pareces a la foto del blog”. Llegan los amigos: Michel y su cámara, Prado y su recuerdo (alguna vez tocamos juntos en un grupo de rock en Santa Clara); ha venido gente que conozco sólo por referencias y fotos. Se llena el local. ¿No ves, Gumersindo? La música de fondo es una mezcla pecaminosa: salsa y el anglosajón. Comenzamos la actividad. Bluebird Editions hace una obra seria, las ediciones son hermosas. Heriberto presenta. Leemos por turnos: Carlos (casi no se oye), y yo (no se oye nada). El micrófono de la izquierda sí funciona: se oyen George y Heriberto. La lectura no sofoca a nadie. Firmamos algunos ejemplares. Saludo con gran placer a Rosie Inguanzo y Alfredo Triff, que llegaron tarde. Saludo por segunda vez a William Navarrete (no me reconoció la primera vez, de nuevo por culpa de la foto del blog). Conversaciones en grupo, se bebe un poco. Luego de muchos años hablo con Juan Carlos Valls, con quien compartí el Premio David 91. Hablo con Elena Tamargo, experiencia indescriptible, su obra y su persona. Luego con Germán Guerra y otros amigos del gremio. Nadie me presenta a Daína Chaviano, a Wendy Guerra y a muchos otros que vinieron. Salimos para la Contemporary Fine Art Gallery a ver la exposición Campo adentro, que nos habían recomendado, con razón. Terminamos en casa de Sindo, hablando sin parar hasta las 3 de la madrugada. Cantamos temas nostálgicos. Caigo como una piedra, la cabeza llena de sonidos y luces.

Viernes

Día para recorrer el pueblo, comprar música y evocar nuestra villa del Espíritu Santo. Michel el Vikingo me sirve de guía, como siempre. Almorzamos. Recordamos la visita de mi madre a este mismo lugar, El Exquisito, tres años atrás. En aquella oportunidad, la vieja se quejó del bisté: “Está desabrido”. Vamos al Museo del Disco, luego a Telemundo, donde el rubio tiene que hacer un casting. Desfilan y desfilan toneladas de silicona. Mientras espero, me leo media novela: Un día más allá, de Arístides Vega, la primera de Bluebird. Es una historia que me atrae, pero más su personaje. Nos vamos a casa de Michel. Llegan Alcides y Alina, otra espirituana. El tema del día son las declaraciones de Pablito FG. Pasamos por encima del tema bien ligeros. En realidad, nunca me interesó nada que saliera por la boca del sujeto, ya fuese canto o ladrido. Salimos a comprar carne y cerveza. Bebemos y hablamos de un amigo común, muerto hace pocos años. Hacemos una llamada a España, pero Corojo no contesta. (Luego me entero que estaban de viaje). Siguen llegando amigos. Alcides improvisa: nos entrevista y nos filma. Sindo y Carlos Pintado me acompañan en este juego. Nos vamos temprano. El día lento, pero reconfortante.

Sábado

Heriberto viene a buscarme. Directo al College. El stand de Bluebird y la Photo Art Academy recibe su primera visita: Rafael Fornés y Wendy Guerra. Nos presentan. Comienza a desfilar la gente. Una señora nos pregunta si somos comunistas. Acaba de encontrarse unos libros sospechosos y anda inspeccionando las muestras. Me divierte la idea de que pudiera existir una Vigilia Mambisa Literaria. Tenemos a Reinaldo García Ramos por un rato. Bluebird ha publicado su poemario El ánimo animal. Carlos Pintado presentó Los nombres de la noche en uno de los recintos universitarios, acompañado por Rita Geada. Alguien se queja del didactismo de ciertas figuras literarias. Enrisco llega por fin. Hablamos sin parar y salimos a ver la Faire. Frente al stand de Colibrí me presenta a Ramón Fernández-Larrea, a quien leo desde adolescente, y a quien nunca había podido saludar. Vale la pena perderse en esta feria, me digo. Luego aparece Armando de Armas, cuya novela La tabla ya me habían recomendado. De regreso a nuestro stand, William Navarrete y Félix Lizárraga. Heriberto conoce a todo el mundo, me lleva al stand de Entrerríos, desde donde me sonríe Ena Columbié. A Heriberto le regala su autor un ejemplar de Calentando el bate. Yo decido calentar el asiento, y me caliento la cabeza pensando en los extraños cursos por donde mana la palabra. Pienso en esa frase común: “La palabra es muerte, y vida”. No se venden muchos ejemplares. Algunos editores se quejan del alto precio de la carne en pincho. Algunos vendedores ambulantes se quejan del alto precio de los libros. Heriberto conoce a todo el mundo. Lo nota graciosa: Ignacio T. Granados finge no conocerme. Y eso que en días recientes me había pasado un e-mail que creí conciliador. Ya tarde, recogemos las cosas y cerramos el estanquillo. En casa de Sindo se alistan los preparativos para su tertulia cultural. Ya está Manuel Vázquez Portal, libro en mano, listo para leerme sus décimas. Me alegro mucho de ver a Manuel, a quien recibimos recién salido de la cárcel, y me satisface su aspecto actual. Me dedica su último libro, Escrito sin permiso. La tertulia de Sindo se llena: Rafael Altuna y su esposa Raquel, Elena Tamargo, Yolanda Huerta, escritores y pintores del gremio. Los bloggers se suman: Joaquín Estrada, Güicho, Heriberto, luego Enrisco. Hacemos blogroll fotogénico. Se lee por rondas. Sindo se lleva las palmas, y nos deja con ganas. Siguen poemas, cuentos. Yo tengo que acudir a mi lista de titulares de periódicos. Los autores imitan los sonidos de sus cuentos. ¡¡Brrrfff!! Opiniones encontradas sobre literatura caben también. Roberto Bolaño es defendido y atacado, esquinas roja y azul. Heriberto ha cargado su bazooka, implacable. Enrisco nos inicia en el esoterismo de músicas apagadas. Pasadas las tres, lo devolvemos a Hialeah. Misión cumplida.

Domingo
Heriberto puntual, pero mi cuerpo se resiste. Lo veré más tarde, le aseguro. Logro dormir hasta las once. Almuerzo con Michel. ¡Tamal cubano, de verdad! Llegamos a la misma Feria de ayer, pero esta vez me doy el gusto de saludar a Naday Balbuena y su esposo, que cumple años. Armando Tejuca ha propiciado el encuentro, pese a que tampoco nos conocemos en persona. También está Pocholo, quien tratara de ganar acceso a Pablito FG y terminó siendo mordido por los mastines en el mismísimo aeropuerto. Veo pasar, sin apuro, a Carlos Alberto Montaner. Veo apoyado en un muro, al tío abuelo de mi esposa: Hubert Matos. Sindo me lleva adonde José Lorenzo Fuentes, y no sé qué decirle. La presentación que nos ocupa: sendos libros de Enrique del Risco y Rafael Rojas, ensayos sobre literatura e historia cubanas, la levedad, los mitos, Anteo y la fuerza telúrica. ¡Ernesto González, blogger y poeta, transmite en vivo! Unas fotos casuales, para la historia, ¿no? Converso brevemente con Armengol y el propio Rojas, y luego saltamos para el recinto adyacente, donde se discute qué pensarán de nosotros en Japón. Enrisco convoca (atrae) los chistes. La formal presentadora no concibe un título como Obras encogidas. “Tiene que ser un error”, dice. Y Enrisco mide el aire con índice y pulgar: “Encogidas, encogidas”. No puedo escurrirme hasta la presentación de Zoé Valdés, pues llama el deber de Bluebird. Lástima. Sin embargo, reconozco en la calle a Belkis Cuza Malé y estrecho con regocijo su mano. A lo lejos, apoyado en ninfa constante, diviso a Norberto Fuentes, buscando llenar fuentes que se agotan. Hoy se vendieron más libros que ayer. Nos tomamos las últimas fotos. Nos dedicamos libros los unos a los otros. Se nos acaba el tiempo. Los libros pesan. Por la noche, visitamos al viejo Altuna, encargamos pizza y chicken wings. Vino Moraima a vernos. Hablamos hasta la madrugada. Me quedo dormido brevemente y sueño que soy consejero matrimonial. Despierto en un efficiency, y luego me duermo de veras.

Lunes

Hoy salgo de regreso para Atlanta. Desayuno con Heriberto y Sindo. Hablamos de Evelio Capote y Pedro Llanes. El primero murió atropellado por un tranvía español. El segundo vive en Santa Clara, y nunca ha vuelto a escribirnos. Si alguna vez me decido por la solución más fácil, escogeré un lunes.

Otras colaboraciones de M. Sosa en Efory Atocha, Aquí.

Manuel Sosa, Meneses, 1967. Poeta y ensayista. Tiene publicados, "Utopías del Reino" (Premio David 1991, Premio de la Crítica 1993), "Saga del tiempo inasible" (Premio Pinos Nuevos 1995), "Canon" (2000) y "Todo eco fue voz" (antología, 2007). En la actualidad reside en Atlanta, Georgia, donde se desempeña como trabajador social. Coordina el blog, La Finnca de Sosa.