viernes, 31 de octubre de 2008

Magia Efory Atocha

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Por arte de magia aparece mi blog. Nadie me ha dado una explicación de lo sucedido, aunque agradezco nos lo devuelvan. Yo sospecho, como siempre: rollito policía.

La verdad es que por aquí estaremos poco, por blogger, según van las cosas.

Muchas gracias a todos los que se han ocupado y preocupado: sin vuestra ayuda hubiera sido casi imposible. El Lunes retomamos la dinámica, publicamos poemas inéditos de Sigfredo Ariel.

Saludos y hasta pronto, sanos humos.

SM / Chago

sábado, 18 de octubre de 2008

Sí, es cierto!!!

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---------------------------Sí, es cierto

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Para los Policías Enrique Rojas, Luis Valdés.



Para Rogelio Curiel, Gilberto Rivero, Jorge Alberto Aguiar, Enrique del Risco, Jorge Ferrer, Ernesto Hernández Busto, Rolando Puerto, Aramís Garit, Orlando Fondevila, Rigoberto Rodríguez Entenza, Manuel Sosa, Pablo Díaz, Corojo, y otros amigos y conocidos: esto que les brindo solamente es un pasaje, una pizca, sin exagerar.



Sí, es cierto, me sacaron de madrugada de la cama y apenas me dejaron vestirme. Sí, es cierto que me encerraron durante toda esa madrugada y hasta bien entrado el día, no me dijeron porqué estaba detenido.



Sí, es cierto que el policía de la Seguridad del Estado, Enrique Rojas me esposó y me paseaba en sidecar por el Parque de Remedios, antes de llevarme a que me interrogaran en Caibarién.



Sí, es cierto que me entrevistó un alto oficial de la Inteligencia en Caibarién. Fue después de que me metieran todo el miedo y me encajaran todas las amenazas posibles sobre mi futuro y dentro de mi nueva celda en La Villa Blanca.



Sí, es cierto que por no tener qué decirle al oficial me regresaron, paseíto incluido para que vieran al joven Chago en el sidecar y esposado, rumbo a la celda de Remedios.



Sí, es cierto que al otro día me llevaron bajo tierra a Santa Clara, al Departamento de la Seguridad del Estado, al lado del Círculo Juvenil, en las afueras de la ciudad.



Sí, es cierto que ahí un totomoyo me calentó, casi me da una reconversión comunista (como siempre, me ahorro detalles)



Sí, es cierto que una de las patadas me dejó sin poder caminar bien durante varios años.



Sí, es cierto que me entrevistó otro alto oficial.



Sí, es cierto que todos preguntaban casi lo mismo: pertenencia y vínculo con organizaciones disidentes. Contactos con enemigos. Células organizadas en el municipio.



Sí, es cierto que no tenía nada que contarles.



Sí, es cierto que yo no conocía a ningún disidente, ni había oído hablar de ellos.



Sí, y a ellos mismos, a los oficiales de los que no recuerdo sus nombres pongo como testigos.



Sí, es cierto que sabían todo sobre mis últimos años de vida.



Sí, es cierto cuando digo, todo: que había escrito en las blancas coloniales paredes de la Casa de Cultura La ingenuidad, En el tiempo de los carneros, El chivo siempre es el jefe. Que había expresado públicamente en la Peña de Aramís Garit, hoy residente en Madrid, luego que este inconforme me exigiera más compromiso: "Abajo Fidel, me cago en la madre de Fidel". Que mi frase favorita era: "esto no es serio…"



Sí, es cierto que de regreso a la celda de Remedios y ya en ella, Elena, de quien me ahorro el apellido y quien trabajaba en la cocina, me dijo que mi padre llevaba los tres días viniendo con una manta, pero que ya sabía como eran las cosas.



Sí, es cierto que el motivo de la detención fue una simple y llana jarana de parte de dos del pueblo, Daniel, y Obe, hermanos, quienes pasaron por frente a una fonda donde se hacía cola toda la noche para alcanzar números con que poder almorzar al otro día.



Sí, es cierto que me llevaron a careo con uno de ellos, a quien le habían dicho que yo decía, y a mí a la inversa, lo típico.



Sí, es cierto que una vez en el careo y después de desmentirnos, yo le dije que no era verdad lo que le habían contado, nos pusimos de acuerdo, aún a sabiendas ambos hermanos que yo no tenía nada que ver con el asunto, donde sí, se había mencionado al innombrable Comandante en plan choteo. Ambos tenían fe y compromiso con Dios, ambos podrán decir si miento.



Sí, es cierto que Daniel retiró la acusación contra mí, donde aseguraba entre otras cosas que yo venía con ellos y era quien más había gritado.



Sí, es cierto que yo iba de regreso y feliz de una nueva novia que había despedido en el autobús de la madrugada a Caibarién, procedente de Santa Clara.



Sí, es cierto que habíamos pasado unas horas en la posada del pueblo, El Contreras.



Sí, es cierto que quien nos había delatado, uno de la cola de la fonda, Tongolele, era casi ciego, no nos podía identificar.



Sí, es cierto que fue una vecina de mi barrio, La Plaza, quien mencionó mi nombre, (ahora me ahorro el suyo) "y los hermanos testigos de Jehová de allá bajo".



Sí, es cierto que esa vecina habló con mi papá y conmigo, diciéndonos de su inexistente voluntad de que sucediera algo. Que ella sencillamente hizo un comentario, luego Tongolele llamó a la Policía.



Sí, es cierto que excepto mi hermano Luis Mesa, los amigos y compañeros de trabajo, se olvidaron de mí.



Sí, es cierto que al otro día de estar en la calle, el policía de la Seguridad del Estado Luis Valdés me citó en su casa.



Sí, es cierto que era una trampa, pues venía con un tractor y una carreta llena de gentes, entre ellos, mi compañero de trabajo en el grupo de teatro, Gilberto Rivero.



Sí, es cierto que me intenté esconder.



Sí, es cierto que me escondí detrás de la puerta.



Sí, es cierto que me escondí detrás de la puerta mientras Margarita, esposa de Luis Valdés en aquel entonces, no sé ahora, me decía que a su casa iba mucha gente.



Sí, es cierto que Enrique me citó otra vez y el Jefe de Sector, a quien llamaban Allien, me dio a firmar una Acta de Advertencia, que era la tercera según él.



Sí, es cierto que no la firmé y Allien me aseguró que era lo mismo.



Sí, es cierto que me dijo: te vas del pueblo o te metemos 4 años por peligrosidad.



Sí, es cierto que Enrique me volvió a citar, esta vez en un apartamento de los edificios.



Sí, es cierto que yo sabía que en aquél apartamento estaban muchas personas.



Sí, es cierto que yo quedé con un familiar mío y le dije que con mucha discreción me siguiera.



Sí, es cierto que desde el mismo edificio de apartamentos y luego que yo saliera, salieron Gilberto Rivero, Rogelio Curiel, Enrique Rojas, Luis Valdés.



Sí, es cierto que en esta primera citación, Enrique solamente me dio consejos de conducta.



Sí, es cierto que la vez siguiente cuando Enrique Rojas me pidió que le escribiera los nombres de las personas con las que hablaba de Fidel, le escribí el nombre de Rogelio Curiel y Gilberto Ribero, además de casi todos los que me sabía. Aunque el de ellos primero.



Sí, es cierto que lo hice por soberbia, nunca por miedo o traición.



Sí, es cierto que Enrique dejó de citarme, se dedicó a saludarme cuando yo estaba en alguna parte con amigos.



Sí, es cierto que desaparecí de Remedios.



Sí, es cierto que no regresé hasta 1994 o 1995 (viaje que hice en tren y con Chago Méndez Díaz, que iba con gorra mientras Jaad le miraba roncar. Mismo viaje en que se empecinó en visitar al disidente y lo logró).



Sí, es cierto que antes de desaparecer le pedí, estaba muy, pero muy perdido y sólo, a Frank Abel Dopico fuera mi profesor de teatro.



Sí, es cierto que a Dopico le sorprendió, pero me aceptó.



Sí, es cierto que nada más fui a un ensayo. (Estábamos Gilda, Norge, Roly y yo) Yo vivía en Remedios y los ensayos eran en Sta. Clara.



A partir de aquí fui un fantasma, casi igual que ahora.



No tengo nada de que arrepentirme, puedo mirar a la cara, poner mis ojos delante de los vuestros. Pocos sufrieron expulsiones, desprecios y exclusiones en mi generación, muy pocos, en comparación a las que me regalaron, las que me tocó vivir una vez en Cuba.



Tengo a bien conocer a muchos, que me reconozcan otros tantos. He sido y soy un hombre muy parecido a mi padre. A falta de estudios la vida se ocupó de hacerme a su semejanza: dura, pero con mucha humanidad. Nada de traidor. Hombre y amigo. Fácil de hallar.

viernes, 17 de octubre de 2008

Del retorno, el exilio y sus patriotas

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"Del retorno, el exilio y sus patriotas"*

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Por L. Santiago Méndez Alpízar / Chago

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La inercia puede llegar a sostener, no el giro del Universo, que es mucho más leve en realidad que la mente, sino el peso de una cabeza llena de ideas equivocadas. Así, se puede uno asomar al valle de la vida y verse, como mínimo, trepado a un mogote y con nauseas. Una flor en casa inapropiada puede ser un objeto de exterminio.



Esta relatividad fuerza a creernos cosas. O a verlas sobredimensionadas. Un rasgo inequívoco del cubano, del cubaneo. La juerga y levedad del cubano que llegara a formal carácter, signo de reconocimiento, distinción para humanos con vocación nocturna y grande capacidad de aguante. Hay sin embargo un detalle singular del cubano que lo emparienta con otros de diferentes latitudes. Llegando a hacerlo uno de los sapiens más adaptables y encontrables en lugares muy remotos. El cubano no viaja: sale en balsa o avión, camiones náuticos, autos de los años 50 adaptados para romper las olas y llevar a unos 20 pasajeros. Cualquier tipo de material, objeto o artilugio que flote sirve para ganarse la huída. El cubano
Jinetea la pira. Se la gana mediante Cartas o Cárcel.



El cubano se queda.



Y es donde, según este humilde escritor de versos herrumbrosos - si lo fuere- se enriquece la variopinta y ya de por sí folclórica exposición cubiche. Sí, pues si hay algo folclórico es el exilio nuestro de medio siglo. Folclórico en cuanto a tradicional y folclórico en su raíz política, que no deja de ser un aspecto fantasmal. El exilio lleva mucho de fantasma. Así sus órganos vitales, los que se supone vertebre y coaccionen, son espacios fantasmas.



Revistas, Fundaciones, Asociaciones, Periódicos… no sé cuántos tiene el exilio; todos fantasmas.



¿Cuántos partidos tiene el exilio? ¿Para qué sirven?



Bueno, puedo dejar aparte a algunos restaurantes de Miami y otros de Europa que sí funcionan.



Pero es en la organicidad y en sus intereses donde el exilio hace gala de una nula capacidad para lograr consenso. Es en el planteamiento de una estrategia para dejar de ser exilio. Los posicionamientos más ultra son los que han prevalecido. La política del dale al que te dio, sin poder dar en realidad, no solamente ha logrado el endurecimiento en las relaciones familiares y de toda índole; se ha atomizado todavía más la diáspora. Sin dejar de mencionar al que no le dieron, pero quiere dar, pues de tanto decírselo se creyó que le dieron.



Y es que
el arte de la espera, del derrumbe, el de eso se cae algún día, sigue siendo la única política visible. Cualquier intento de proximidad o de insistencia en, por lo menos, formalizar un factible encuentro entre selectos representantes del destierro y los que a día de hoy continúan disponiendo del poder en la isla, es mirado con recelo en el mejor de los ejemplos.



Sobran casta y batallitas de cada cual. Ya lo decía la poeta: no sé qué nos hace pensar que somos tan especiales.



A esto le sumo la llegada masiva de exiliados por derecho propio. Puede que como yo, aunque sea posible igualmente que no llegue mi pedigrí hasta la altura de estos que se creyeron un cuento y luego nos lo venden a diario. Brillantes autoexiliados que a fuerza de repetir lo evidente se llenan la boca de palabras gordas. Las medallas del exilio se ganan con palabras gordas, también. Con mucha lengua, socarronería y desmemoria se hace carrera de exiliado. Se sabe la validez de la distancia y el valor de estos individuos. Se sabe que es muy complicado gritar desde distantes riveras. Se entiende a quienes me refiero.



Por ello y cansado de casi todo, la verdad es que vi una gran valentía en la propuesta nada descabellada, menos rara, del Movimiento Retorno, en entrevista al fotógrafo Delio Regueral hace unos pocos días donde el blog de Armando Añel. Agrego que la idea venía de lejos. Fue otro fotógrafo, Arles Iglesias, el que me la planteó en forma de pregunta para un Corto hace varios años: ¿Qué pasaría si regresamos miles de cubanos a la isla el mismo día? Esta pregunta reiterada a varios y escogidos entrevistados formaría la respuesta, la propuesta del Corto.



Una pregunta así es menos tendenciosa y temeraria que un bombardeo de alimentos a Cuba. Por ende menos viable y capaz de aglomerar figuras, nombres de prestigio. La respuesta trae el agravante añadido de arriesgar el pellejo, el propio. En muchos casos volver a arriesgarlo. Es la idea contraria de un exilio. ¿Cómo el exilio va a dejar de ser exilio por su propia voluntad? ¿Cerramos el timbiriche y nos arriesgamos a que nos soplen unos cuántos e indefinidos años en el talego? Aquí habría que preguntar, también, si no se tiene un poco de miedo a que se caiga el exilio, parecido a como lo hiciera un reconocido músico en Miami.



No son tiempos para ese tipo de patriota. No para el que propone un riesgo total, pacifico. Menos para el que sabe que para llegar a fin de mes lo único que tiene que hacer es continuar dándole vueltas a la peonza, que es casi un trompo, pero más hembra.


*Texto publicado originalmente gracias a la generosidad de Armando Añel, y su Cuba Inglesa.

Foto de Chago: PD.




jueves, 16 de octubre de 2008

Juan Carlos Flores: Poemas

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3 poemas (inéditos) de Juan Carlos Flores

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-----------------------PEQUEÑO CALIBAN

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El patinador de la muerte cruza veloz por la avenida, entre los autos y los transeúntes, al patinador de la muerte o al patinamuer de la dor hoy sólo quiero mirar, ojos de puerco jíbaro, hay un niño que mira, hay un niño cuyo nombre es Rachiel. El patinador de la muerte cruza veloz por la avenida, entre los autos y los transeúntes, al patinador de la muerte o al patinamuer de la dor hoy sólo quiero mirar, ojos de puerco jíbaro, hay un niño que mira, hay un niño cuyo nombre es Rachiel. El patinador de la muerte cruza veloz por la avenida, entre los autos y los transeúntes, al patinador de la muerte o al patinamuer de la dor hoy sólo quiero escribir, ojos de puerco jíbaro, hay un niño que escribe, hay un niño cuyo nombre es ya nadie.

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-------------------DÓLARES CANADIENSES





Tener o no tener dinero, esa es la cuestión. Por la misma época de Arthur Rimbaud, hubo, en Canadá, un joven inmigrante francés, que dijo llamarse Arthur Rimbaud. Casó con la joven Emily O´Hara, hija de emigrante irlandés y juntos fundaron una granja en Whitehorse, a orillas del gran río Yukon. Hoy, sus descendientes, son prósperos granjeros y ciudadanos comunes y pacíficos.

Ser poeta es una enfermedad y ser francés es otra enfermedad: Rimbaud, al escapar al África, trato de curar de la enfermedad que es ser poeta y de la enfermedad que es ser francés. De la enfermedad que es ser poeta curó y ahí están sus magras cartas a la hermana Isabel, desde el África, de la enfermedad que es ser francés nunca pudo curar y ahí está su retorno a Marsella y su muerte en hospital de Marsella.



Tener o no tener dinero, esa es la cuestión. Por la misma época de Arthur Rimbaud, hubo, en Canadá, un joven inmigrante francés, que dijo llamarse Arthur Rimbaud. Casó con la joven Emily O´Hara, hija de emigrante irlandés y juntos fundaron una granja en Whitehorse, a orillas del gran río Yukon. Hoy, sus descendientes, son prósperos granjeros y ciudadanos comunes y pacíficos.

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-------------LA EXCAVADORA EN LA MINA



Los mutilados de las guerras del mundo sienten nostalgia por las partes perdidas, al que perdió las piernas, le faltarán para siempre las piernas, al que perdió los brazos, le faltarán para siempre los brazos, al que perdió los ojos, le faltarán para siempre los ojos, al que perdió los dientes, le faltarán para siempre los dientes, cada cual recordando lo que hacía con su parte de menos, al que perdió las piernas, le faltarán para siempre las piernas, al que perdió los brazos, le faltarán para siempre los brazos, al que perdió los ojos, le faltarán para siempre los ojos, al que perdió los dientes, le faltarán para siempre los dientes, y si juntásemos cada parte perdida, haríamos el inventario de la ausencia del hombre.

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Juan Carlos Flores: Poeta primero, de formación autodidacta.

Fundador de OMNI-ZONAFRANCA. Los poemas aquí incluidos pertenecen a su libro de próxima aparición, “El contragolpe” . Tiene publicados, "Los pájaros escritos" (Premio Uneac y de la Crítica, 1990), “Distintos modos de cavar un túnel”.

Nació el 29 de octubre de 1962 en la Ciudad de La Habana. Fuera de la Poesía no tiene oficio ni ley…

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Foto y ficha tomada de la Revista Esquife. Otros poemas de JCF, Aquí.



miércoles, 15 de octubre de 2008

Oscar Cruz: Poemas

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Tres poemas (inéditos) de Oscar Cruz

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Conversación con un hombre de la guerra

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mi abuelo no murió en la Higuera,

tampoco en la Verde ante las balas.

amaneció callado como los soles de agosto,

su rostro era una máscara siniestra, un toldo

de senilidad su cuerpo. se cansó de la vigilia,

del acto de esperar.

recuerdo que en las noches me llevaba hacia

el traspatio para que oliera y degustara el aire,

me hablaba de los rusos y los galos, de su familia

engordando en un cobertizo, atrapados entre

la puerta y el estanque de los patos. ya no está,

y siento de pronto en el negror de estas sábanas

una vibración profunda, algo que se tuerce para

acabar, y es un ruido pequeño, casi nulo, como

un niño que apenas logra escuchar el sollozo

de su madre. tú estabas allí, como habías estado

aquellos años en que vivíamos juntos, y solías

pasar del cuarto a la cocina con ese andar duro

y calmo.

estabas siempre igual, en aquel sitio devastado

donde crecieron tus hijos, donde crecen los hijos

que ya no verás, y sigues entre objetos vacíos:

camas, armarios, butacones. y yo salgo, voy por

el patio hacia la luz, pero en mis ojos llueve

un agua sucia que no me deja ver como comienzan

a agrietarse las paredes de una casa lavada

y manchada por la lluvia.

quiero que te quedes como estás, con la cara

siniestra y la muerte al descubierto. estoy de pie

y escucho el movimiento del aire entre la hierba.

comienzas a darme tu sermón, pero ya no quiero,

no soporto ni a los rusos ni a los galos, ni a aquella

cantidad de gente cebada en un cobertizo, atrapados

entre la puerta y el estanque de los patos.

dejemos las cosas como están.

por el camino del adónde, la gente está tirada

y mirando para arriba. tratando de llenarse de

recuerdos, con los que el tiempo se abre como

presente. sabes: días hay en los que miro lejos,

en el futuro, y veo a un hombre que cavila sobre

las primeras y las últimas cosas, preocupado

por los muertos y cuidando con esmero su jardín.

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Retorno a Salamina



cerré

los ojos

de pronto

y busqué

dentro de mí. estaba solo.

no como en la hora más

cerrada de la juventud, sino

oyendo a menudo la vana música

del mundo(ni áspera ni elocuente), pero

con amplio sentido del absurdo. y he sentido

una tensión que suprime el goce de acertados

pensamientos. no logro recordarte como eras. tus

formas eran para mí un apetito que no necesitaba de

encanto mayor, ni de interés alguno ajeno al de los ojos.

la vida nos hace olvidar, palidecer, que se encorve la cerviz,

y se desgasten las venas, que se hinche el cuello y se entrecorte la voz, articulaciones y nervios se engarrotan, se extienden, cuerpo del ayer, nuestros cuerpos no se cruzarán. ser que me abrió las puertas de un túnel que franqueaba los muros que se nos imponen. qué vanas apariencias nos gobiernan. qué rara intensidad de muerte hay en nosotros. no

mirabas hacia mí. seguramente no me viste y ni siquiera puedo lamentarlo, pues no soy un escogido ni un ángel, ni hubiera sido capaz de mitigar la ausencia o el dolor, si hubieras tenido de ello necesidad. nunca me enseñaron a esperar, a degustar tu concisión, tus molduras, a saber cómo respondería ese cuerpo a nuestra labranza, a la débil armazón de nuestras manos(superficie lisa o rocosa), la cual responde ante mí con perros de casa, hembras de leche y sal y un cielo verdoso y algo sucio, del mismo color que el uniforme de los soldados. no volverán a engañarme. antes sólo sentía. ahora pienso. me instruyo en proporción a mi deseo. no soy más de bronce o de estaño que otros hombres. a ellos nada debo. así que basta con callarse. hablar es una flaqueza que puede superarse haciendo algo mejor. pero no son los maestros quienes pueden enseñarme a sentir o provocar las caricias que transforman esta superficie en una piel sentenciosa, que siguiendo mi mano se extienda, se despliegue, sobre esa faz que se ofrece a través de las persianas como una patria medieval, que asolada por el tiempo nos imprime lecciones, tan prontamente conformadas o destruidas por el más ligero parpadeo de la luz o de la sombra que no son sino el tiempo en sus demoliciones y esas demoliciones son mis fuerzas.

las mismas con que escribo

y que tan pronto te ven, desaparecen.



-----------------Quemaduras

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coleccionaba obras de autores rusos

como premios: Lenin, Zamiatin, Bulgákov,

las troikas y los dramas más intensos.

la vida era prosperar en los Urales, mirar

los yacimientos desde Kiev hasta Moscú.

su vida era sin mentir un vasto lago. cierta

noche el lago y su país se enemistaron.

entonces comprendió que las aguas se bifurcan.

que hasta nosotros no somos lo que parecemos

y comenzamos nuestra vida a pulso, sólo para

habitarla y ser coleccionados.

quemó las obras de Lenin, de Zamiatin y Bulgákov.

prendió las troikas y los dramas más intensos.

esa noche, su abuelo lo encerró y en la penumbra,

le dio en la espalda un cintarazo. su abuelo cree

que hacerle eso a las obras de Lenin es demasiado.

---- Oscar Cruz, Cuba (Santiago de Cuba, 1979). Graduado en Historia (2003). Poeta y editor. Obtuvo el premio David de Poesía (UNEAC, 2006). Tiene publicado, Los malos inquilinos, Ediciones Unión 2007.



martes, 14 de octubre de 2008

Poemas de Catarina Costa

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2 poemas (inéditos) de Catarina Costa

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es excesivamente nuestro

lo que transportamos en las cuevas

en una especie de apego a las barcas

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el destierro como única posibilidad

de poseer las cosas

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se posterga la llegada

para atravesar el testamento

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no existe última voluntad

a pesar de conflagrado lo remanescente

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ante ciertos umbrales

los hornos son superfluos

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se piensa la frontera

como red interna de las tapias

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divisoria sin libertaciones sumarias

se extiende contra la banalidad de los gestos

de una y otra parte de las granjas

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se recuerda más allá de mnemónicas

aprendidas en el mantenimiento de los arrabales

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en los suburbios los inquilinos ignoran

si el alambre de púas es previo o posterior a las murallas

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Traducción de Pedro Marqués de Armas
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Catarina Costa nació en Coimbra en 1985. Poemas suyos han aparecido en la revista Oficina de Poesía. En 2007 obtuvo el Premio Guilherme de Faria por su libro Marcas de Urze, que en breve será publicado por la editorial Cosmorama, de Oporto.



Otras colaboraciones de Catarina Costa en Efory Atocha
: Aquí, Aquí.