miércoles, 24 de septiembre de 2008

Recital en el Libertad 8, de Madrid

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--"Poemas y Canciones en Madrid"
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--Con Julio Fowler y Santiago Méndez
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Invitados: Alejandro Frometa, Xino Carrasco + Sorpresas.
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-------------Café Libertad 8
Jueves 25 de Septiembre
------------Hora: 21. 00
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Calle Libertad, nº 8.

Metros: Gran Vía, Chueca, Sevilla, Banco de España.
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domingo, 21 de septiembre de 2008

Bar&Co:Jazz de los Domíngos

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Como hoy no hay Caramelo Jazz (sea dicho que el maestro se ha hecho algunos retoques espirituales y está más quieto que una foto. Totalmente centrado en su música y en su familia, estrenando CD., que grabara con Jerry Glez., Alain Pérez, Kiki Ferrer, en directo en la Sala Clamores) pues les invito se lleguen a la Sala BarCo, en la Calle Barco, próximo a donde vivió el apóstol en su estancia madrileña. Aquí vamos luego de terminar Caramelo, pues muchos músicos tocaban con él y más tarde en el BarCo.

Tendrán la ocasión de encontrarse con muchos y extraordinarios instrumentistas cubanos, y de todas partes.

Inoidel Gozález, saxofonista y anfitrión, les recibirá con versiones de clásicos y composiciones de su autoría.

Andy Villalón, ex Habana Abierta, gusta de ir a tocar la guitarra. Para los que no le conocen como guitarrista suele ser impactante. Los Vistel Brothers, el maestro, Roman Filiu...
Esto comienza sobre las, 00.00. Todos los Domingos y la entrada es gratis.

Martí vivía en los márgenes del Madrid de los Austrias. Muy cerca de Callao, detrás de la Gran Vía, en barrio pintoresco cuando el apóstol y hoy día.
Ya regresaré con imágenes y haremos un recorrido por esta ciudad que creo conocer bastante bien. Y ella a mí.
Agrego link a vídeo que encuentro y donde vienen algunos amigos, grandes músicos. En el primero, Maese Caramelo, Alain Pérez (Paco de Lucia, Irakere) y mi brother, Ruben Dantas, (Paco de Lucia, Chick Korea) brasileiro de Bahia a quien debo un cerdo en puya en el patio de su casa de Brasil, y quien es culpable del sonido que lleva el Flamenco en gran parte hoy día. Sí, pues el muchacho de grelos introdujo el Cajón Peruano en aires calé.
Pincha,
Aquí.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Fra. Erasmo de la Cruz

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---------------Discurso de Mamón
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-----Por fra. Erasmo de la Cruz
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Nadie ha sido más criticado que yo, como las piedras que la montaña antepone al alpinista; sin pensar que es a esas piedras que se aferra el alpinista para lograr los altos picos. ¿Que mi cuerpo es de oro y en ello abusador y poderoso?, ¿no será entonces la cruel envidia la que lo baldona?. ¿Que de tierra soy hecho, como el cuerpo de Adam?, ¿que al final soy sucio?; ¿no fue en la tierra que plantó Dios su vergel y su famoso y fatal árbol, y no puso al hombre en él?. Desde el suelo y como suelo, en mí se apoyan los artistas para pretender el cielo; y cuando los sublimes poetas, y los músicos y los pintores, cuando todos me denostan; entonces, en ese momento busco al santo que regala su obra al pobre y al mendigo en vez adular al rico para que la compre; o peor aún, le subvencione una vida excéntrica con que pavonearse, vanidoso de su supuesta superioridad.

¿Si suelo soy, no soy acaso basto?, ¿no es la mano codiciosa la que me refina e insufla poderes de seducción?; ¿no es eso acaso bueno, no reproduzco en ello la fuerza del toro y el rugido del león, tan necesarios para el gobierno de esa selva vuestra?. Necio escritor, esperas en vano cual femenil Ganimedes que te arrebate un dios enamorado, sólo para servil acercarle el vino; como Narciso sucumbes al engañoso espejo de las aguas inconsistentes en vez de fiarte de mí, que soy tu inevitable bastón. No te quejes más de tu destino, bardo infeliz; es por tu necedad que te rechazo, y es ella la que te obliga a mendigar por mí en el mendrugo de los poderosos que odias. Es cierto que a ellos los amo, porque son más sinceros que tú; también ellos pretenden el cielo y a veces hasta lo alcanzan, cuando se suben en tus espaldas dobladas. Pero yo, basto andador de todos, amo la libertad que otorgo a mis bendecidos; tú no estás entre ellos, tú afirmas despreciarme incluso cuando fue Dios quien te marcó frente con la necesidad. ¡A él también lo desprecias entonces!, ¿cómo osas pretender nada?

Todo eso que ustedes escriben puede ser hermoso, muy hermoso, pero sólo eso; ¡grandísimos hipócritas!, la belleza es como las estatuas de los santos que se veneran en las iglesias porque ella los adorna; yeso vacío, que no responde porque no es el santo sino su imagen, en la que podría reconocerse pero como en un espejo. ¿Qué sabe nadie de lo que habla, de Dios, del magno Febo, de la cruel Minerva, del hombre?; extraños ellos como extraño es el valor con que soy yo quien los sostiene con vuestras plegarias y vuestros estudios. Yo pagué la magnífica Eneida, que todo lo explica; Ovidio, por mí, convirtió el alma de Julio en una estrella sin que le valiera a ninguno de los dos; recuérdenlo, porque al menos a ellos los conocen, no así a los infelices que incurrieron en la ira soberbia de Lorenzo.
(Portazo, apagón repentino)
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Fra. Erasmo de la Cruz (Ignacio T. Granados Herrera) : hijo de los escritores Georgina Herrera y Manuel Granados. Hasta 1993 publica poemas en revistas culturales como El Caimán Barbudo y La Gaceta de Cuba; en ese ano publica dos plaquettes de poesía, Como león enjaulado y Sagrario, y un desastroso primer libro de ensayos, Nueva pasión de la figura. Hasta entonces ha desempeñado diversos oficios, desde conserje a ayudante de albañilería, y finalmente sepulturero en el Cementerio de Colon de la Habana. También en 1993 se bautiza por la Iglesia Católica, con motivo de lo cual el poeta puertorriqueño Francisco Matos Paoli le escribe un poema (Carta al hermano Ignacio Granados), en el que critica su filiación estética. En 1994 viaja a Santiago de Chile, becado en el Instituto Pedro de Córdoba; y en 1995 entra al convento Santo Domingo de Río Lajas, en Puerto Rico. En 1997 toma los hábitos del Oratorio de San Agustín, en Miami (EUA), que abandona ese mismo ano; desde entonces desempeña diversos oficios en restaurantes de Miami, hasta el 2004, en que se incorpora a la editora La torre de papel, como editor y diseñador, bajo la dirección del escritor Carlos A. Díaz Barrios; con esta editorial publica la primera versión del libro de ensayos Maudits!, bajo el nombre de La torre de marfil, y hace algunas traducciones de clásicos del romanticismo francés. En el 2005 comienza a colaborar como free lancer con El nuevo Herald, para el que redacta una columna semanal de literatura, así como reseñas criticas. Para este diario realizaría entrevistas importantes, como a los argentinos Marcos Aguinis y Federico Andahazi, el peruano Santiago Roncagliolio y el mexicano Paco Ignacio Taibo II . También colabora temporalmente con La revista hispano cubana, de Madrid (España). También en 2005 retoma el proyecto Ediciones Itinerantes Paradiso, en el que reedita el libro de ensayos con el nombre original (Maudits!), y la traducción original completa de Los demonios de la noche (Charles Nodier) y Gaspar de la noche (Aloysus Bertrand), así como el poemario El libro del tío Ez, del escritor Pablo de Cuba Soria. Diversos trabajos suyos aparecen firmados como Ben Zohar (hijo del esplendor) o fra. Erasmo de la Cruz; asumido en homenaje a Erasmo de Roterdam, el beato Angelico y San Juan de la Cruz.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Décimas de Omar Rodríguez García

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Es un honor, y grande, dejar espacio a un poeta, amigo, hermano mío del pueblo. Ha sido un encargo, casi, de mi parte.

Posiblemente estas Décimas sean, como lo que pretenden, la recreación de un localismo, algo para los que hemos conocido a los personajes.

Bien, tengo mucho interés en eso.


Prometo abundar sobre mi amistad con los cuatro personajes, incluido el poeta de estirpe Martiana, que hoy día puede ser pecado, ya sabemos que los hay que hasta se erizan y no llegan al piso, con nada más que pronunciar el nombre del apóstol.

Sobre este poeta quijotesco que rompiera en sus tiempos el record de intentos fallidos de idas por mar, y cumpliera por ello, que le honra.

Pero no cambio el tajo. Aquí hoy una de las personas que me ayudaron con su amistad y malos consejos, mucho.


Santiago Méndez / Chago


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Tres Décimas (inéditas) de Omar Rodríguez
---------------------The Count
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Alma de mil borracheras





Ciertamente Cherendé

fue de alegre una figura;

no obstante la desventura

de vivir sin un por qué.

En colador de café

colaba alcohol de cocina.

Bailaba luego en la esquina

con la botella de alcohol,

justo en la Calle del Sol,

que es calle de mala espina.



Calle del Sol, vieja calle

del prostíbulo de antaño,

de antaño ¿cuál desengaño

llevó a Cherendé del talle?

¡Calle la vida y no calle

por quien no vivió de veras!

Alma de mil borracheras

bailadas siempre al desdén,

de lo que mueren también,

al desdén de otras quimeras.
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Por cuestión de guapería



Era Minino el barbero

qarrotero* de buen dar.

Prestaba, pero al cobrar,

perdía siempre dinero.

Con alarde callejero

de blanco fino vestía.

Por cuestión de guapería

mostraba dientes de oro.

Tenía un pico de loro

para el cuento y la porfía.



Fue sin par en el aguaje

de su manera de ser.

Vivió quizás sin saber

que era todo un personaje.

Murió por cierto viraje

de la suerte y su rebote.

El pueblo asistió en molote,

y muchos por él lloraron,

otros -tal vez - se alegraron,

por librarse del garrote.



*Garrotero: Vulgarismo cubano. Dícese de la persona que es usurera, prestamista.
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Casi al estilo de Dios



Triste página perdida

la de Mastuerzo al vivir.

Triste vivir del sufrir

como sombra mal herida.

Triste delirio sin brida

no ser ni su propio adiós.

Ser así, como si dos,

tal era la desventura

de Mastuerzo y su locura,

casi al estilo de Dios.



Él era, según su juicio,

quizás de verso y clavel.

El “Otro”- el que no era él-

de oscuridad y prejuicio.

Si tuvo acaso algún vicio,

lo tuvo por lo del “Otro”.

Manso era él como un potro:

El “Otro” incluso mató,

y él fue quien nunca olvidó

el crimen aquel del “Otro”.
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Omar Rodríguez García: Poeta y dramaturgo. Ha estudiado además música y literatura. Durante años fue director artístico del grupo musical Los Signos. Ha obtenido diversos premios y menciones en diferentes concursos literarios del país. Textos suyos han sido publicados en distintas ediciones, tales como Caimán Barbudo, Vanguardia, Signos, Vitral, Revolución y Cultura, etc. Tiene además, publicados tres libros de poesía. Algunas de sus obras teatrales han sido puestas en escena por grupos profesionales.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

José Antonio Parra: Prosas



----Dos inéditos de José Antonio Parra

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Un hondo agujero se abre como si quisiese decir algo, dentro de él están todos los gritos que alguna vez se me aparecieron, como en un sueño; verá usted: Esto es la vida.

Un hondo vacío me inquieta y no le puedo callar, y es como si viniese por mí. Es mi espacio. Mi cuerpo se desconcierta, he visto muchas imágenes venir, un hondo agujero las inquieta, me inquieta, y con su venir me resquebraja.

Este mundo es un lugar soñado que tomó lugar hace mucho, y lo recordamos. Las imágenes pasan a través de mí.

Me inunda, estoy inundado, fue un sueño del lugar soñado, mis manos tiemblan y se preguntarán por siempre de dónde hemos venido.

Yo soy la realidad por usted proyectada. No trate de descubrir más pues soy yo una mano aniquilada. Soy yo lo por usted.

Alguna ves sentido, todo ficción; venga y veamos nada, que no ha de ser más nada.

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Los días ya no nos pertenecen, se agudiza el azul hipnótico y toda esta cosa. las luces en silencio, el corredor de terracota, el enjambre de nuestra historia está siendo dicho por todos los espectadores que nos anteceden y proceden. Y cuando sonríes es otra vez la ventisca. ya nada somos, sólo personajes de muchos que no somos. tú y tus colores y tus maneras de decirlo todo. tú y tus estrellas y tu cielo que se despedaza. Me equivoco cuando te susurro el día a día tanto como tú me muestras la verdad de lo irreal. desde entonces dudamos.Y mientras tanto nos detenemos todo ha sido la historia de un minuto. Y nuestra vida entera; replicantes. Pasajeros. Todavía, muy todavía.

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José Antonio Parra, (Caracas, 1969) poeta, ensayista y editor. Tiene publicado el poemario "Grado superlativo", así como también ha escrito un libro inédito de ficción en prosa titulado "Desde la elasticidad del párpado" y una serie de poemas, en los últimos años, que se mantienen en el territorio de lo inédito. Ha sido publicado en diversos medios de cultura, tanto impresos como en la red. Ha hecho crítica de arte y su búsqueda; en lo referido al pensamiento, está orientada hacia el misticismo y el trascendentalismo. Siempre se ha mantenido al margen pero no indiferente. Coordina la revista digital, La Casa Azulada.

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Otras colaboraciones de JAP., en Efory Atocha
: Aquí, Aquí, Aquí...



martes, 16 de septiembre de 2008

Poemas de Catarina Costa

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Tres poemas (inéditos) de Catarina Costa
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después de imaginar a solas o en círculos
tantas ciudades tantas callejas memorables
concibes a Rusia por marcos de medida

así tu crecimiento:
el misterio bajando al algoritmo
en cartas de ahorro
cartografía nerval
sin el velamen de los mapas

en el teatro enterrado
en vez de balalaica
procuras la tierra
registras el suelo

trazas por igual
las ramificaciones de la miseria y la abundancia
como si ahí pudieses sobrevivir
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aquel que pesa el ábaco
u otro instrumento de cuentas
pondera –

sustrae lo anticuado
hasta la devastación
de las figuras cultivadas en piezas –

medir ahora
en barro el perfil restante

meditar sobre
el busto sobreviviente de Sabah
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desde el fondo del abismo te llamo Elohim – dice ella
mientras mentalmente tintilan las cuerdas

es un llamado que a menudo repercute
en una mazmorra
o cama de hospital

pero esta vez las cuerdas son presionadas
hasta el nudo de la horca – hacen crujir
el único tallo todavía vertical

no sabemos quién fue –
también cuando estábamos al fondo
llamamos y oímos las cuerdas
pero sólo en antecámaras
en vagos sustratos

no fuimos atendidos

y ciertamente ella tampoco
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Traducción de Pedro Marqués de Armas.
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Catarina Costa nació en Coimbra en 1985. Poemas suyos han aparecido en la revista Oficina de Poesía. En 2007 obtuvo el Premio Guilherme de Faria por su libro Marcas de Urze, que en breve será publicado por la editorial Cosmorama, de Oporto.
Otros poemas de Catarina Costa en Efory Atocha, Aquí.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Poemas de José Kozer

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--Tres poemas (inéditos) de José Kozer

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----PRINCIPIO DE DESEO



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Ese tapiz que bordó mi madre mozalbeta y prenupcial, orillas

de un riachuelo, rueca, pinzas

de un cangrejo, típica la

vegetación de zona pantanosa,

pueblo natal, retecasadera ya

que era la hija del alcalde:

Eslovaquia, mucho antes, no

era mala la situación económica,

era muy buena, su gente suele

ocultar la mitad de lo que tiene,

de las ganancias devengadas en

el último lustro tejía, el tapiz a

lo ancho crecía (policromo)

gruesos estambres. Ya van más

de siete hilos a color, colores

primarios (chillones) salvo

sábados teje todas las tardes

(hacia las seis en verano) un

máximo de dos horas y media

(la hija del alcalde no ha de

fatigarse): al dar la media se

retira apresurada, comienza a

esconder sus divagaciones,

sombras chinescas obliga a

replegarse, el arte de ocultar

es natural entre su gente: tuvo

en una ocasión que deshacer

buena parte de la tela, se le fue

la mano, el zagal junto al brocal

tenía un bulto demasiado visible

en la entrepierna, qué habrá ahí:

en todo caso lo deshizo, ni borra

ni gota ni grosor perceptibles,

la tercera oveja en fila india

del aljibe al soto de nogales,

ésa, duro vellón entre las patas

traseras, bicho rijoso, terminará

tejiéndola de negro, con un

cuerno largo que se le sale

torciendo a la izquierda, y ahí,

en alto, diagonal al deseo, una

corneja igual de negra: posible

oler el pantano plagado de

juncias florecidas, gruesas

(altas) espadañas, huir, mejor

huir de estas orillas, pozos,

animales compuestos de mera

naturaleza: y volver grupas (estaba

en aquel entonces regordeta mi

madre) (grupas anchas, muslos

repolludos) que no la vea entrar

el padre (futuro) con sus preguntas

(insaciable) la madre (espigada)

destino óseo se cuele de rondón:

guardar bajo llave el metro y

medio de tapiz por terminar:

la caja de costura acomodarla

al fondo del chiforrobe (llavín

doble) ganas de reventar:

hambre secular: tumbarse,

rostro al cielo (raso) en

camastro mullido (fofo)

hundirse, subirse la falda

de vuelos y de encajes,

zagal (con bulto) se acaba

de dar la vuelta del soto a

las marismas.

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---------PRINCIPIO DE REALIDAD



Durante un año yo desapareció.

Desde la cama, en diagonal, la estrella matutina aparece, la

luna se disfraza de Selene,

Aminadab corre al frente

de sus ejércitos despeñándose

en el abismo medieval visible

al final de las aguas (allá): me

desperezo, indiviso, luego en

dos partes idénticas escindido

(del mismo género) dejo la

cama, la luna y la estrella se

desvanecen, yo desaparecido

se despereza en la luna del

espejo, varios de nosotros

nos astillamos.

Acabo de despertar y ya tengo que reponerme, intentar apaciguarme

(la salvajada del mundo se me

mete de lleno por los ojos, se

filtra por todos mis intersticios):

cómo se aguanta todo esto, desde

dentro (en ayunas): atención;

desplazarme paso a paso;

prolongarme dando rienda suelta

a las inclinaciones naturales; y

así, como quien no quiere la cosa,

llegar a la mesa: ahí, correr la silla,

sentarme (el yo, triunfal, coloca las

posaderas, aún cuajadas de cagarrutas,

en silla de roble) la espalda vertical,

los pies plantados en el suelo de

parqué, me llega el olor a café,

imagino el olor del enebro con

sus bayas aromatizando las calles

de aquel vecindario, cloacas que

desembocan en las pestilentes

aguas de un río más fétido que

los ríos del Hades: ahí, me pierdo

(el yo, a cuestas) (colgajo, por

dentro) (por fuera, legañas,

sobaquina, mal aliento, ralo

espejo empañado, sicote, el

triste olor de las madres

puerperales): solución,

desayunar.

¿De mano de quién? Sopa de coles. Café. Pan negro. Largo triste

vaso nocturno de Silva, Asunción

oleaginoso de vetusta agua. No

aguanto la refriega. Todo otro

día. Beckett (mira que llamarse

Samuel) Blake (glosas y glosas

y glosas) Bach (se me sale por

los codos) y no son ni las diez.

Nadar no puedo. Caminar, trechos

cortos. Subir (peldaños, montes,

escalas, diapasones) se me tiene

prohibido (quien sigue consejos

de galeno, no llega a viejo).

Solución: patada en trasero al

yo mayestático que pretende,

nuncio de sí, irse a meditar

(no me jodas) a Kyoto: y patada

estelar al trasero instando

alteraciones a quien como yo,

yo no desaparecido, depende para

la ordinaria subsistencia de unos

horarios, gong, almuerzo, tañido,

siesta, repiqueteo de campanillas,

dejar correr la fantasía: tableteo

de dedos sobre tambor de madera,

irse adormilando mientras, gong,

aguarda a la vuelta de la esquina,

la estrella matutina que vespertina

no asoma

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---------ÚLTIMA THULE



De

laca

negra

(brea)

el

cuenco sobre la mesa (para dos) de arce, la superficie refleja

un rostro nonagenario, sin embargo

no tiene una sola aspereza, la

superficie: ¿el propio rostro?

Amaranto en el cuenco. Ríe,

desencajada. Eso le daban a las

bestias en mi pueblo. Es amaranto,

no es cebada. Aj. Papilla, y más

papilla, estoy harta. Yo comería

reses completas si no fuera porque

el organismo a cada dos por tres

se me subleva, todo por dentro

cancanea, y por fuera se acaba.

Del familión no queda nadie, huelo

ósea, preferiría oler a terrones

(destripados) de lombrices cuajados:

mirar capullos de seda, verdear en

el rosal el pulgón, la ictericia en el

ojo del sepulturero que inunda los

espejos, se desvanezca. Conmigo.

No tener nunca que volver a comer.

Icor. Ambrosía. Liso el cutis, oler

a carne recién nacida (encalcada)

regoldar calostro, sólo que tener

que volver a empezar, ese paquete

se lo dejo a otra. Y la veo, lisa

superficie de la mesa (patas cortas)

de arce, ceñirse la chamarra

anaranjada de botones dorados,

resplandecen cutis, mesa, la forja

moribunda de su mirada, el fondo

del cuenco, la papilla de amaranto,

y un color anaranjado, inasible. No

la veo. Forja, y se me escapa.

Taracea del rostro, y se me

desmorona. Ésta es mi madre,

cómo es posible (yo que nací de

su libido) rabiatado a sus costumbres

(acendradas) su excesiva ternura, que

hasta el día de hoy, mejor me callo.

Y callo. Ahí el cuenco, que como no

vive en el aire, arce no es ave, exige

la superficie de una mesa, que a su vez

precisa un suelo de madera (ahí)

amaranto, y un poco más allá, ladeando

un tanto la cabeza, su delgadez

esquelética, los tobillos hinchados,

las piernas cardenalicias jaspeadas

de morado, el pelo (luz) recogido

en breve castaña gris hirsuto, ojo

de la Pelona encima, hedor inodoro

de la Calaca a su costado: vedla

(conmigo) ceñir chamarra anaranjada,

va a intentar, en este preciso instante,

abrocharse el botón más alto:

captemos el momento en que la nuez

de Adán aherroja (vestigio) último de

su último pensamiento (deshecho).

Espacio cabal la blanca existencia

inaudible del Vacío. Nos agrupamos,

la señalo, no la vemos. ¿Y el fulgor

de la tela? Gasa mortaja. ¿Y el

relumbre, refilón del anaranjado?

Descolorida sábana del desfloramiento

donde chapuzó mi padre. Nos aclaramos

la vista, y nada. Nos dilatamos la pupila

y surgen contornos desapegados que

atraviesan (raudos) un umbral, se

desvanecen. La silla. Su alto respaldo.

La figura de la lira. El crujir. De la

carcoma. De aquel gran esfuerzo

limítrofe de mi madre al intentar

ponerse de pie, el brazo (cuarteado)

extender a lo inaccesible. En picada.

Se abalanzaba. No acaba de llegar.

Rostro del quebrantahuesos, pico

del cuervo, alas extendidas del

querubín (pan de oro) abarcando

de lado a lado la nave interminable

del templo segundo de Jerusalén.

Ahí cuelga. Anaranjada. Tela virgen

de Dios. Burda. Y en el suelo, al pie

de la silla, ante la sombra revuelta del

respaldo

un

cono

ínfimo

de

polvo

(descosido)

la

chamarra.

Foto de JK., tomada de Internet.

Otras colaboraciones de José Kozer en Efory Atocha: aquí, aquí, aquí...

viernes, 12 de septiembre de 2008

Presencia de Georges Schehadé

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Presencia de Georges Schehadé

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-Por Leonardo Rodríguez

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La poesía de Georges Schehadé (Alejandría, 1907-París, 1989) tiene de elegía y conjuro, de salmo y piropo. En Schehadé se conjugan (con él siempre vienen a cuento las palabras jugosas) la memoria de un arraigo, perdido, desgarrado, materia de invención, y la pura gana de celebrar la plenitud, como un cielo que se convierte en bocado, brújula y bocanada. Su poesía es erótica en un sentido religioso, y religiosa en un sentido erótico. Su fe no es mimética ni dogmática, tampoco parasitaria, sino poética. Hay en él una amable convivencia con el disparate y el humor. Sus poemas tienen savia de raíz, sabor de fruto y sombra de árbol solar. El viento viene del Oriente.

Poesía itinerante, que no reniega el azar y el accidente, pero que desanda un camino, que retorna. No alcanza su destino, el lugar de origen, pero lo busca, y al buscarlo lo recrea. Schehadé es un inventor de puntos cardinales. Cito por la traducción de sus Poesías y de El nadador de un solo amor realizada por el poeta Alfredo Silva Estrada. (Caracas: Angria, 2000).

A quienes parten para olvidar su casa

Y el muro familiar a las sombras

Anuncio las llanuras y las aguas oxidadas

Y la gran Biblia de las piedras

Ellos no habrán de conocer

-aparte del hierro y el jazmín de las formas

La noche feliz de transportar los mundos

La edad en el reposo como una savia

Para ellos ningún canto

Sólo el rocío quemante del mar

Sólo la tristeza eterna de las fuentes

La poesía amorosa es a menudo una forma sofisticada de piropo. Joseph Brodsky decía que casi toda la poesía amorosa de Occidente había sido escrita post-coitum. No la de Schehadé, más expectante que reflexiva, más ritual que narrativa. En un poema de 1949, la epifanía mariana de la consagración se une al deseo, en una suerte de piropo surreal (qué buenos fueron los surrealistas en materia de piropos). Santa y deseada, la deslumbrante María que Schehadé nombra en ese poema, enloquece al follaje. Esta María enloquecedora se parece mucho a la Perséfone del mito griego, doncella deseable y terrible. Tan lejos de las ideologizaciones del erotismo como del dogmatismo religioso, su visión es al mismo tiempo sublime (ese concepto desacreditado al que buena parte de la poesía francófona, tan influyente en la hispánica, no ha dejado de ser fiel) y terrenal hasta lo carnal (¿de qué vale un piropo sin carne?):

Os llamo María

Un casto cuerpo a cuerpo con vuestras alas

Sois bella como las cosas que he visto

Al principio no estaba vuestro hijo en los paisajes

Ni vuestro pie de plata en los lechos

Os deseo María

El cielo te cubre de pena

Unos cuervos han tocado tus ojos azules

Tú me inquietas me inquietas muchacha

El follaje está loco por ti

Georges Schehadé fue amigo de André Breton y de Henri Michaux, de su coterráneo Salah Stétié (traducido también por el poeta venezolano Alfredo Silva Estrada) y de Octavio Paz, creía con fe de poeta en las figuras y la mitología cristiana, y convivió, en el exilio, con un Líbano de matanzas y de sueño.

Hay una imagen que cifra recurrentemente ese exilio: el jardín ausente, el jardín de la infancia y de los ancestros. El espacio del exilio a veces también es un jardín, pero ya sin región, dislocado. Así lo dicen estos versos admirables:

Hay jardines que ya no tienen ninguna región

Y que están solos con el agua

Unas palomas los atraviesan azules y sin nido

Pero la luna es un cristal de dicha

Y el niño se acuerda de un gran desorden claro

Los lugares de Schehadé (la aldea lejana de fuentes y jardines, el aquí desolado del exilio) son siempre afectivos. No sólo el abrazo carnal sino fraternal. Un aire sostenido de suave ironía recorre su obra poética, la ironía del que quiere, más que causar dolor, conjurarlo: “Mi madre, que era más poeta que yo”.

Media familia de Schehadé aparece en sus poemas. Aparece siempre un niño, testigo oidor. La infancia no como ideal sino como drama, no como utopía sino como forma de aproximarse al mundo, ese gran desorden claro, desde la casa familiar. “Alguien silba en el campo un aire de prodigio perdido”.

Juntando jugos, Schehadé obró milagro: sacar dulzura al vino agrio de la música satírica, y abandonarse en no muda locura ante la venerable presencia de María, ninfa perpetua y madre de Dios.



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---Algunos poemas de Georges Schehadé:

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Como el pájaro que vuela en la iglesia de mármol

A causa de tu memoria te llamaron Muerte

Te he dicho de no dar ninguna pena a las hojas

***

Cuando tiemble el otoño sobre la montaña

Ponle a tu cuello el ojo de los cisnes

Bellas hay en el viento y la hora es negra

Yo te amo me lo han dicho

***

La lluvia más dulce que rebaños ocres

El agua más blanca sobre sus hombros que la desgracia

Yo no sé si es un signo o una tortura

Esa voz en mi infancia como una manzana

Hay una gran miseria en las aldeas

***

Pobre Lamartine

He llevado tus notas en un cartón

Y nadie ha tenido piedad de mí ni siquiera la tierra

Ella que tiene la sangre de cada flor

Rostro del Poeta al borde del agua

Tú has desatado toda mi vida como esas barcas

***

Los ríos y las rosas de las batallas

Bandera dulce acunada por el hierro

Llanuras sin país brillaban

Después la nieve malvada y blanca

Las hormigas comían el traje de las maravillas

Qué lentos eran los años

Cuando llevabas delantal de escolar

Cuando dormías cada noche sobre tu infancia

***

A aquél que piensa y no habla

Un caballo lo lleva hacia la Biblia

Un bastón no le da miedo

Porque el espíritu no lo ha dejado

Aquél que sueña se mezcla con el aire

***

Como esas Madonas que van al abrevadero

Con las hojas verdes de la locura

Y dejan atrás los campos de su país

Para conservar el agua preciosa de la tarde

Ésas que me han prevenido

De la calma y la impaciencia de la tierra

Duermen entre el día y la noche

En los jardines de las Escrituras

Leonardo Rodríguez, escritor Cumanés radicado en Madrid.

Otras colaboraciones de L. Rodríguez, Aquí, Aquí.

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Poemas y foto de Georges Schehadé tomados de Internet.