martes, 24 de noviembre de 2009

"El día en que salvamos La Tierra: una reflexión sobre la Cuba futura"

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El Día en que Salvamos La Tierra.
-------------(Una reflexión sobre la Cuba futura)
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Por Julio Fowler
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Contemplando la ruina y el ocaso de un régimen que en su arrogancia se resiste aún a dejar de nombrarse revolución, es lógico que a todos los cuban@s nos preocupe el futuro y destino de la isla. Ya sea en el exilio o el malestar cotidiano del insilio, en las tribulaciones de la diáspora o la impotencia de la disidencia, desde el resentimiento histórico o la nostalgia, desde las razones políticas o simplemente desde el más elemental sentido de humanidad, lo cierto es que, la gran mayoría anhelamos, especulamos e intentamos imaginar un cambio que, como mínimo, mejore la calidad de vida allí y nos devuelva como pueblo la felicidad, la dignidad y la libertad sin más condición que el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, esta legítima inquietud, esta imperiosa necesidad hace que olvidemos que, hoy por hoy, el destino de la isla también está sujeto al destino del planeta y de la humanidad, que el futuro de Cuba está ligado al futuro de la Tierra, que las posibilidades de una convivencia en libertad allí se encuentra en conexión con las posibilidades de nuestra supervivencia como especie y la conservación de nuestro medio ambiente. Cuba no es más que el fragmento de tierra e historia de un maravilloso y extraordinario planeta cuya hospitalidad acoge las historias, necesidades, tragedias y esperanzas de miles de millones de seres humanos que conviven junto a miles de millones de organismos, plantas y especies con los que tenemos la suerte de compartir el mismo hábitat.
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La necesidad de cambios en la isla, la demanda de libertades que muchos anhelamos no puede ser ajena o alienarse de los cambios que demanda irrevocablemente la salvación del medio ambiente en el que por ahora tod@s vivimos como tampoco del drama de guerra y miseria que viven otros pueblos ligados a este destino común. La necesidad de comprender la pluralidad de la vida social y la aceptación de la diferencia en la isla es directamente proporcional a la necesidad de comprender la diversidad biológica y la coexistencia con el resto de seres vivos con los que interactuamos en el planeta. Ignorar esta correspondencia sería un lastre de cara a una Cuba inclusiva y plural.
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La destrucción del planeta es decir, el agotamiento de sus recursos y reservas naturales (materias primas y combustibles fósiles), el cambio climático, la ruina de los ecosistemas, la pérdida de la diversidad biológica, la deforestación, la contaminación, los gases de efecto invernadero, la lluvia ácida significan la devastación de nuestro hábitat común y en esencia, nuestra autodestrucción como especie y por tanto es tan relevante como el deterioro de la vida en la isla, la ausencia de libertades y la necesidad de cambios que tanta reflexión, desvelos y sufrimientos incita. Desde luego, no se trata de sustituir una reflexión por otra ni reemplazar un objetivo por otro sino de asimilarlos en un mismo anhelo, acoplarlos en una misma meta. Sabemos que una sociedad en ruinas, excluyente y sin libertades no es una sociedad sostenible, sin embargo, de nada nos sirve un compromiso con el cambio político en Cuba si la convocatoria al cambio que la salvación del planeta nos reclama no nos acompaña de manera relevante y responsable.
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Como ya nos advierten desde “La Carta de la Tierra” (1) y otros movimientos emergentes, las necesidades de la población humana deben estar en equilibrio con los recursos del planeta, de ahí que el cambio al que estamos convocados en este sentido nos concierna tanto como el cambio que debatimos y anhelamos como comunidad singular pues, no se trata solo de reconciliarnos y proponer un marco democrático como punto de partida para la convivencia en la isla (con todo lo cuestionable que la democracia es) sino de ecologizar nuestras vidas, recuperar la conexión perdida con la Naturaleza y con nosotr@s mismos, restablecer la relación de poiesis y simbiosis con su trama como proceso igualmente reconciliador, desalienante y emancipativo. Está claro que una vida ecológica y sostenible es también una vida inclusiva, plural, próspera y libre. De ahí que la naturaleza del cambio en la isla no sea exclusivamente política y nos plantee un desafío ético, conciencial y cultural mucho más profundo que nos implica no solo como cuban@s o ciudadan@s sino como seres humanos.
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Crisis de las ideologías seculares
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A diferencia de la cuestión nacional y sus desafíos futuros, el reto que plantea la cuestión del planeta trasciende los enfoques ideológicos reductivos y dicotómicos, va más allá del contrapunteo por formas de gobernabilidad y las tensiones políticas entre conservadores y progres, entre izquierdas y derechas, entre capitalismo y socialismo que actualmente centraliza el debate en torno a Cuba. De hecho las creencias ideológicas que han dominado el debate socio político global desde la revolución industrial hasta hoy están en crisis, no han sido capaces de resolver las enormes desigualdades y exclusiones sociales asi como la pobreza, la guerra y el hambre que afecta de modo alarmante la posibilidad de una vida sostenible en la Tierra. Las grandes ideologías seculares modernas han respondido a un mismo esquema de sociedad basado por un lado en el Estado-nación, en sistemas jerárquicos y de control y por otro a un modelo de desarrollo basado en la industrialización, en sistemas de producción en masa, la explotación de los recursos naturales y materias primas. En la fisonomía de la vida moderna tanto el Estado-nación como la industrialización _con todos los procesos productivos, tecnológicos, financieros y mercantiles que genera_, constituyen rasgos culturales comunes a países con formas de gobierno distintas como ya señalara sagazmente R. H. Crossman en su “Biografía del Estado moderno” en el que afirma: “…el fascismo de Hitler, el comunismo de Stalin y el New Deal de Roosevelt estaban mucho más relacionados entre sí que cualquiera de ellos con la organización política existente en esos tres países antes de la revolución industrial”.(2)
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Ni el capitalismo y su egoísta lógica de beneficio y privatización ni el socialismo y la burocratización del bien común ni el establishment democrático que hoy domina la vida política a nivel global han dejado de fabricar o comerciar armamentos y tecnologías de destrucción y muerte y de ese modo oprimir, atemorizar, excluir, esclavizar o matar a sus semejantes. El estado nación y la industria moderna, la lógica patriarcal que los alimenta, son el denominador común de ideologías cuya conexión con la trama de la guerra las hace más semejantes que opuestas. No es ocioso saber que los más grandes exportadores de armas (E.U.A, Rusia, Reino Unido, Francia y China) son al mismo tiempo los cinco estados miembros del consejo de seguridad de la ONU, los mismos que un 10 de Diciembre de 1948 en Paris aprobaron y se comprometieron con “La Declaración Universal de Derechos Humanos”. Sin embargo, los hechos demuestran que la guerra es una institución que exportan y expanden al resto del mundo casi todos los Estados en nombre de la democracia, la seguridad nacional, la soberanía, el comunismo, el terrorismo y un extenso catálogo de justificaciones racionales que enmascaran su auténtico fin. La muerte es lucrativa y aquellos que la originan, las proveen y perpetúan son los verdaderos enemigos del planeta y de la humanidad. “No hay Estado democrático que no esté comprometido hasta el fondo en esta producción de miseria humana” le decía Gilles Deleuze a Toni Negri en entrevista evidenciando de este modo el perfil terrorista del Estado. (3)
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El deterioro de la Tierra del que somos testigos, la pobreza que afecta a más de una cuarta parte de la población mundial, las guerras que sacuden las zonas del odio y la codicia y su sombra acechando cualquier síntoma de libertad, es la constatación del fracaso de la Razón, el fin de las promesas modernas seculares y racionales que hace casi dos siglos pretendieron “desarrollar” y “salvar el mundo” en nombre del progreso o en nombre del proletariado y los humildes.
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Crisis de la democracia capitalista
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La disminución de la emisión de CO2 a la atmósfera y otros gases de efecto invernadero, la sustitución del sistema energético basado en el consumo de combustibles fósiles por energías renovables (solar, eólica, geotérmica, hidráulica, biomasa y antigravitatoria), el ahorro y uso eficiente de la energía existente así como la erradicación para siempre de la pobreza, la escasez, la guerra y la servidumbre en la tierra como base de un modelo de vida viable, sostenible, de abundancia y de paz ya hoy día es posible. Sin embargo, esa posibilidad no dependerá solamente de la “generosa” voluntad de los gobiernos. En la mayoría de casos, gobiernos y estados son artífices, cómplices o aliados de esta conjura contra el medio ambiente y la humanidad en la que la guerra, la escasez, el miedo y la ignorancia son los componentes esenciales de políticas de control y dominio.
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Uno de los grandes problemas de la política contemporánea en las democracias liberales establecidas tiene que ver precisamente con el deterioro de la soberanía, con la erosión del proceso democrático y en consecuencia con la crisis de una ciudadanía cada vez más convertida en consumidor, enajenada de su participación en la toma de decisiones o desencantada con el modus operandi de una democracia secuestrada por intereses privados de élites financieras, industriales y mediáticas que realmente gobiernan los destinos del mundo. Las democracias capitalistas, opulentas y coercitivas no son capaces de salir de una dinámica que genera escasez y guerra por un lado ni de la omnipresente e imperiosa invocación al consumo por otro que anestesia e intoxica sistemáticamente la conciencia ciudadana. Gran parte de la sociedad civil asiste atónita a la venta de la política al capital, a la alianza de los gobiernos con sus patrocinadores y al descrédito de aquella contaminada por el privilegio y la corrupción. El repliegue de la socialdemocracia ante los postulados más salvajes del liberalismo y la mundialización es uno de los ejemplos sintomáticos de esa crisis. Por otro lado, el ciudadano es testigo del colapso de las alternativas dentro del sistema político y el desgaste de una democracia que se reduce a un bipartidismo que no representa la pluralidad de la sociedad y que más bien constituyen caras distintas de una misma moneda. Es lo que el filósofo italiano Paolo Flores d`Arcais describe como “la transformación de la democracia parlamentaria en partidocracia es decir, partidos-máquina autorreferenciales cada vez más parecidos entre sí…que han hecho vana la relación de representación entre diputados y ciudadanos”. (4)
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Los frecuentes episodios de corrupción, cohecho y malversación de caudales públicos, tráfico de influencia, nepotismo, transfugismo, opacidad, prevaricación, abuso de poder son algunos de los capítulos habituales de una trama que ha deteriorado la confianza de los ciudadanos en la eficacia de las administraciones públicas. El propio funcionamiento de la Unión Europea y el Tratado de Lisboa ha hecho que un representante del establishment como el ex presidente español Felipe González diga que: “la toma de decisiones en la UE es diabólicamente ineficiente”. (5)
En esta historia vemos como la soberanía es constantemente vulnerada y desplazada de sus legítimos depositarios por élites políticas que nunca terminan gobernando para la comunidad que los ha elegido. Esta inestabilidad de la democracia revela no solo la fragilidad de la soberanía y su puesta en escena sino el déficit ético de los representantes públicos que trae como consecuencia nuevos episodios de desencanto social; desencanto que suele resolverse por un lado a modo de sanción electoral, legitimación de otra nueva élite en el gobierno o con el rechazo radical y definitivo del establishment político por otro. Esta rotación de las élites y los partidos en el poder, ya se sabe, ha colapsado, es tautológica, no es más que un círculo vicioso que se conserva y alimenta de la misma fe de la ciudadanía en la política, de su dificultad para pensar, imaginar y organizar la vida en común por fuera de los esquemas, las categorías, las formas y los métodos de un imaginario que convierte la idea de gobierno y estado en conditio sine qua non del funcionamiento social, en términos fijos e inmutables de su ecuación.
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Las dificultades a la que hoy se enfrenta la idea de soberanía política como empoderamiento ciudadano derivan por un lado del propio capitalismo, de su corporativismo oligárquico, de la cultura totalitaria del mercado, la propiedad privada, el dinero, la competencia y el consumo que, no solo “fuerza constantemente a las estructuras de la política a adaptarse a ella” (6) como afirma Eric. J Hobsbawm sino, fuerza la vida democrática a una dinámica de discriminación, deuda y competencia que la contamina y niega. Ya Rosa Luxemburgo en los primeros años del siglo pasado comprendía esta tensión entre capitalismo y democracia cuando escribe: “...apenas la democracia tiende a negar su carácter de clase y transformarse en instrumento de los verdaderos intereses de la población, la burguesía y sus representantes estatales sacrifican las formas democráticas.” (7) Rosa no solo sabía que el socialismo es incompatible con el Estado sino que, un gobierno de las mayorías es incompatible con una estructura social capitalista. También Octavio Paz conseguía entrever este dilema cuando advierte: “Las democracias capitalistas no han creado la igualdad sino la uniformidad y han sustituido la fraternidad por la lucha permanente entre los individuos”. (8)
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Por otro lado, el modelo jerárquico y estatalista de organización de la vida en común perpetua relaciones sociales elitistas, de dominación / subordinación y por tanto erosiona eso que llamamos soberanía. Este modelo jerárquico de vida asociada afecta el tejido de las relaciones humanas, quiebra la socialidad mediante la “aceptación del sometimiento propio o de otro en una dinámica de orden y obediencia” (9), fractura el contacto directo entre una vanguardia crítica y el pueblo, la transforma en una élite distante de su comunidad y de ese modo, convierte la responsabilidad en autoridad y la autoridad en privilegio. Este modelo de convivencia basado en la idea de gobierno conspira contra el espíritu más auténtico de la democracia y ha sido la negación radical de las revoluciones proletarias así como de la revolución cubana. De esto era consciente Rosa Luxemburgo y no es ocioso recordar que ya en el primer cuarto del siglo XX le reprochaba a Lenin y Trosky que el Estado era el sepulcro de la gesta revolucionaria que lideraban y el Socialismo todo lo opuesto a la violencia (10). De ahí que el fracaso de la revolución criolla estuviese inscrito en su código genético y sea anterior a su conversión en élite marxista gobernante. La conservación del Estado y su stalinización neutralizaron las energías democráticas que originalmente movilizó la revolución, congelaron un impulso libertario y popular significativo que convirtió las causas de una opresión en postulados de una hegemonía o, para decirlo en términos marcusianos, convirtió al sujeto emancipador en sujeto dominador.
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Los que piensan el destino de Cuba y pretenden resolver la ecuación del presente totalitario insular con un simple retorno a la democracia y el capitalismo, no deberían ignorar esta crisis y las contradicciones que involucra, la dinámica de codicia y control que aguarda en su horizonte y que Slavoj Zizek ha denominado “capitalismo autoritario” al describir el fenómeno surgido en aquellos países ex comunistas como Rusia o China donde la élite comunista desilusionada, hoy está superando al capitalismo en su propio terreno. Como dice al final de su texto “Engañados por el comunismo del siglo XX y desilusionados del capitalismo del siglo XXI, sólo podemos tener la esperanza de que surjan nuevos Kravchenkos* — y de que arriben a finales más felices. En su búsqueda de la justicia, tendrán que empezar desde el principio. Tendrán que inventar sus propias ideologías. Serán denunciados como peligrosos utópicos, pero sólo ellos se habrán despertado del sueño utópico que nos tiene al resto bajo su dominio” (11).
Allí donde las “razones” de estado, las “razones” del mercado o de la banca sean las prioridades de la vida en común, estaremos condenados a ser sistemáticamente sacrificados en virtud de sus sacrosantos valores, allí donde los postulados “trascendentales” de la política o la economía sean más importantes que los estatutos que fundan una vida humana digna y feliz, seremos permanentemente devorados por las mismas maquinarias institucionales (estado, mercado, banca) que hemos creado. Quienes piensan el futuro y destino de Cuba no pueden soslayar esta cuestión del debate.
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La búsqueda de alternativas: tiempo de invenciones
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---La tentativa occidental de entender las relaciones humanas, la vida asociada, la esfera pública _como diría Habermas_ o el bien común desde la perspectiva de la política ha fracasado. La idea de gobernabilidad y de Estado naufraga cada día atrapada entre paradigmas obsoletos y estratificantes que solo perpetúan la codicia y el control mientras trafican con el miedo, el dolor y las esperanzas de la humanidad. A la política se le agotó sus reserva de justificaciones racionales, se le agotaron las promesas emancipativas burguesas y proletarias que un día inspiraron y le dieron sentido social a cada puesta en escena nacional. El entendimiento político de lo humano ha terminado por enajenar la socialización de los fundamentos íntimos y biológicos que la constituyen, ha convertido la reflexión sobre la legitimidad de la presencia del otro en una cuestión de Estado, ha reducido la naturaleza del fenómeno social a un problema ideológico y convertido la libertad en autoridad. Es tiempo de invertir esta perspectiva, es tiempo de un entendimiento humano de lo político como posibilidad emancipadora, de una reflexión sobre la convivencia posible que surja desde la inmanencia y no desde la trascendencia como ha ocurrido hasta hoy. Una subversión de la metafísica es también una subversión de la política como nos enseña el pensamiento de Spinoza. (12)
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Si ninguno de los modelos políticos de convivencia en los que vivimos funciona, ¿qué modelo de vida asociada o en común es posible imaginar y fundar por fuera de la trama semántica de opresión y servidumbre que hace más de dos mil años condiciona nuestra conciencia e historia común? ¿Cómo plantearse una vida en común por fuera de esa lógica de control y codicia, de servidumbre y pobreza, de miedo y guerra sistemática que en nombre de la democracia, el socialismo, el desarrollo, la soberanía, la nación y la libertad mantiene rehén al ser humano y al planeta?.
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Estas interrogantes implican partir de otras percepciones y conocimientos, de otra cosmovisión y entendimiento alternos a la concepción del mundo del que emergieron las creencias y los modelos culturales que hoy cuestionamos y rechazamos.
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La devaluación del escenario político-ideológico-estatal, el vínculo de los estados democráticos con el complejo industrial-militar-científico, el embargo informativo y la mentira a la que sistemáticamente nos someten, nos permiten comprender el extraordinario aumento y presencia de ONGs, de movimientos pacifistas y de derechos humanos que intentan expandir la solidaridad, la cooperación y la justicia en aquellos conflictos y tragedias del mundo, en aquellos atentados contra la Naturaleza donde las divisas de la guerra, la codicia y el control han mostrado su rostro más virulento y sangriento. La emergencia de este escenario en el que, la política está ausente, nos permite comprender el surgimiento de una nueva conciencia cívica global y el resurgir creciente de corrientes de pensamiento y movimientos no políticos que se oponen a toda forma de dominio y servidumbre de la vida en el planeta convirtiendo Internet en su principal trinchera de disidencia, en plataforma de activismo y denuncia. El movimiento ecologista, con GreenPeace a la cabeza, el movimiento de Ecoaldeas, el movimiento Zeitgeist y el proyecto Venus por ejemplo, son algunos de los múltiples proyectos civiles alternativos e independientes cuyos mensajes están abriendo una brecha profunda no solo en la obsoleta y caduca conciencia del mundo, sino quebrando el orden y esquema de servidumbre del sistema que lo rige en un estremecedor llamado a despertar de la ilusión de libertad que vivimos e iniciar un camino de emancipación distinto. La praxis y los métodos que estos movimientos están desarrollando, el cambio perceptual, conciencial e individual que involucran bien pueden ser una referencia inspiradora y de búsqueda de una alternativa posible para el futuro de Cuba y la humanidad de la que somos parte.
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Para los que el malestar y el desencanto con el sistema socio político global y sus formas de organizar la convivencia llegaron al límite, quienes se hartaron de delegar su propio poder en manos de una élite privilegiada, demagógica y una partidocracia corrupta, quienes se saturaron de una cultura que valora la prosperidad de un país a partir del producto interno bruto (es decir, el valor monetario total de la producción corriente de bienes y servicios durante un período) y al individuo según la cantidad de dígitos en su cuenta bancaria, es hora de fundar otro rumbo, otros fundamentos y otra puesta en escena para la libertad, la igualdad, la fraternidad, la dignidad y la felicidad humana. Quienes anhelamos afirmar un modo de vida ético, vinculante, solidario, cooperativo, rizomático y auténticamente humano, sin división alguna con la Naturaleza, la democracia real puede ser superada como bien argumenta Darío Renzi. (13). Quienes pensamos que se trata de reemplazar el arte de gobernar por el arte de ser felices, quienes deseamos un modelo de convivencia con sede en la ética y no en la política, la democracia puede dejar de ser un instrumento de aquella para convertirse en un verdadero arte de la coexistencia, de la aceptación y el respeto por el Otro.
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Este cambio nos invita primero a una aventura gnoseológica y metodológica distinta, nos emplaza a una destilación conceptual de la conciencia y a un nuevo entendimiento de lo real y de la especie que somos tal vez equivalente al que la Física cuántica le plantea a la Física mecánica en su percepción y comprensión del mundo. Como nos sugiere la experiencia investigativa de Humberto Maturana, todo aquel que desee un mejoramiento del actual sistema social, le haría bien pensar que sin un cambio de las disposiciones cognitivas, concienciales y emocionales, ningún cambio es posible. No se puede cambiar la realidad si no cambia primero uno mismo, su sistema de creencias y emociones, si no cambia la subjetividad que ha originado la cultura en que vivimos. El verdadero cambio comienza por entender esta singularidad metodológica y conciencial que ya fue vislumbrada por M. Ghandi cuando dijo: “Sé el cambio que quieras ver en el mundo” (14). De este proceso puede derivarse en todo caso una auténtica metamorfosis en nuestras relaciones sociales, patrones de conducta, modelos de convivencia y desarrollo que nos permita vivir en definitiva armonía con la Naturaleza y entre nosotr@s mismos. Está claro que no habrá cultura democrática y de paz sin la conciencia y las emociones que la fecundan y, hoy por hoy, esta posibilidad tropieza con los fundamentalismos religiosos y seculares que tiende a concebir “un mundo de certidumbres, de solidez perceptual indisputada, donde las convicciones prueban que las cosas solo son de la manera que las vemos, y lo que nos parece cierto no puede tener otra alternativa” (15)
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Sin embargo, con la posibilidad de salvar el planeta, por primera vez en la historia un propósito común nos convoca como Humanidad a ser protagonistas de la mayor apuesta y reverencia por la Vida que conocemos. Por primera vez en la historia un objetivo común nos invita a salir del letargo autoreferencial de las identidades y fronteras para involucrarnos sin distinción de sexo, credo, raza, cultura y nacionalidad en la búsqueda de soluciones comunes y sumarnos sin exclusiones a una acción auto/transformadora de dimensión universal y holística. Por encima de divisiones, discordias y diferencias, la salvación del planeta nos emplaza a un CAMBIO cualitativo fundamental, a un cambio de rumbo espiritual y cultural inédito que implica la oportunidad de auto/reconocernos como especie y actuar como humanidad más allá de los excentricismos identitarios nacionales y la lógica lucrativa y genocida de unos pocos. El ecologismo y el humanismo no tienen fronteras a menos que vuelvan a ser instrumentalizados, a menos que sean el subterfugio de otro nuevo régimen de servidumbre.
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La enseñanza ética que la sabiduría ancestral de muchas culturas aborígenes e indígenas nos han legado constituyen la fuente de inspiración de lo que hoy se conoce como “La Carta de la Tierra”. En este documento que aboga por el cuidado y la protección de nuestro hogar común es posible encontrar las coordenadas espirituales del cambio que nos demanda la Cuba futura y posible, la Cuba que puede emerger de su ruina en la medida que emerge un entendimiento nuevo de lo humano y su relación con el mundo asi como un compromiso y una conducta individual y social distinta. Cada vez más, este documento se está convirtiendo en Constitución de constituciones con el respaldo de millones de personas por todo el planeta, en madre de todas las cartas magnas políticas que pautan los destinos nacionales. Esta Carta contiene tal vez los fundamentos más avanzados y relevantes de una nueva conciencia y conducta sobre las que puede descansar la organización de la comunidad humana a nivel mundial, sienta las bases de un modo de vida futuro que pulsa por ser nuestro presente, palpita por emerger aquí y ahora si sus 4 principios básicos encarnan responsablemente en cada uno de nosotr@s. Su universalidad y sentido de justicia la legitima como una referencia ideal de cara a una Cuba posible en tanto aspira a una sociedad mundial sostenible, solidaria, justa y pacífica. Si el espíritu y el alma de esta carta no son el espíritu y el alma de la Cuba futura, de poco servirán nuestras preocupaciones actuales, reflexiones, anhelos y esfuerzos. Solo espero que el día en que salvemos a la Tierra sea igualmente el día en que nos salvamos como Humanidad y con esta a ese inquietante y extraordinario país que llamamos Cuba.
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Madrid, otoño de 2009.
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Imagen de arriba tomada de la Web.
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Referencias
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(1) Texto íntegro de “La Carta de la Tierra” http://www.earthcharterinaction.org/invent/images/uploads/echarter_spanish.pdf
(2) “Biografía del Estado moderno”. R. H. S Crossman (Colección Popular. Págs. 18y 19).
(3) Esta entrevista fue publicada inicialmente en francés en la revista Futur Antérieur. Nro. 1, 1990 y luego en el libro Pourparlers. Minuit, 1990 (Conversaciones. Valencia: Pre-Textos, 1996). La versión que presentamos aquí fue publicada por el Magazín Dominical. Nro. 511 “Dossier Deleuze-Guattari”, Febrero 7 de 1993, pp. 14-18.
1 Empirisme et subjectivité. PUF, 1953 (Empirismo y Subjetividad. Barcelona: Gedisa, 1993).
(4) “La traición de la socialdemocracia”. Paolo Flores d`Arcais. Artículo publicado por “El País”, domingo 25 de octubre de 2009.
(5) Diario “El País” dominical. Entrevista a Felipe González. 22 de Noviembre de 2009
(6) “Entrevista sobre el siglo XXI” Eric J. Hobsbawn. Biblioteca de Bolsillo. Pág 135
(7) Obras Escogidas. Rosa Luxemburgo. Buenos Aires, Pluma, 1976. Tomo I.
(8) “Vislumbres de la India”. Octavio Paz. Seix Barral. Pág 77
(9) “Ontología del conversar”. Humberto Maturana Romesín. Revista Terapia Psicológica, Año VII. Nº 10. 1988. Pág 31.
(10) Dice Rosa: “El Estado existente es, ante todo, una organización de la clase dominante. Asume funciones que favorecen específicamente el desarrollo de la sociedad porque dichos intereses y el desarrollo de la sociedad coinciden, de manera general, con los intereses de la clase dominante y en la medida en que esto es así. La legislación laboral se promulga tanto para servir a los intereses inmediatos de la clase capitalista como para servir a los intereses de la sociedad en general. Pero esta armonía impera sólo hasta cierto momento del desarrollo capitalista...” Obras Escogidas. Rosa Luxemburgo. Buenos Aires. Pluma, 1976. Tomo I, p. 49.
(11) 20 años de colapso por Slavoj Zizek Publicado: Revista Criterios, Nov 9, 2009.
* Zizek se refiere a Víctor Kravchenko, ingeniero, funcionario y desertor ruso, fugado de la embajada de la URSS en Washington cuyo libro de memorias “Yo escogí la libertad” publicado en 1946 se convirtió en best- seller por denunciar el sistema totalitario soviético. Pero lo que le resulta admirable a Zizek de Kravchenko es que, mientras aquel era aclamado como un héroe de la “Guerra Fría” tuvo la valentía de hablar franca y vehementemente contra las cacerías de brujas de Joseph McCarthy. “Creo profundamente”, escribió, “que en la lucha contra los comunistas y sus organizaciones... no podemos y no deberíamos recurrir a los métodos y formas empleadas por los comunistas”. Su advertencia a los estadounidenses fue que combatir el estalinismo de esa manera era exponerse al peligro de empezar a parecerse a su adversario.
(12) Ética demostrada según el orden geométrico. Baruch Spinoza. Alianza Editorial. 1987
(13) La democracia, ¿un horizonte insuperable? Conversación de Claudio Guidi con Darío Renzi. Prospectiva Edizione.
(14) M. Ghandi
(15) El árbol del conocimiento. Humberto Maturana Romesín. Editorial Universitaria. Pág 5.
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Julio Fowler, Santa Clara. Cuba. Actor / poeta / cantautor / Estudia Artes Escénicas en el Instituto Superior de arte de la Habana. Profesor y director de Teatro (Casa de Cultura. Santa Clara). Ha publicado poemas en “Letras cubanas”, “Caimán Barbudo” entre otros suplementos culturales en la isla. Su poemario “Las Profecías de Alsine” fue publicado por Ediciones Vigía de Matanzas (1988). Su poesía aparece en antologías como “Retrato de Grupo” (Letras Cubanas. 1989) y “Un grupo Avanza Silencioso” (1990). Discos editados CD: Dale Mambo (2003). Urban Color Music, CD: Buscando mi lugar (2006) Factoría Autor, CD: Utopías (2009) en producción. Factoría Autor . Reside y trabaja en Madrid desde 1998 . Para más información: www.myspace.com/juliofowler
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17 comentarios:

  1. Muy acertado, profundo y completo vuestro análisis Julio Fowler (mis felicitaciones), digno para la re-lectura de cubanos todos, esos que anhelamos un mejor país, esté donde esté nuestra residencia actual.

    Y Gracias a "Efory Atocha" por compartir este análisis de los tiempos que nos tocó vivir/enfrentar.

    Saludos, Siempre, JB
    [ElDuende] de AlasCUBA
    http://alascuba.blogspot.com/

    PD. Aprovecho para invitarles a visitar mi blog personal CaféCRONOPIO ( http://cafecronopio.blogspot.com/ ), en el que trato de introducir precisamente estudios sobre los mismos enfoques temáticos que aborda Julio, tratando de alejar en encasillamiento semántico de lo establecido.

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  2. Esta muy bonito , y LARGO, eso, pero Juliot escribes desde Madrid, la gente en Cuba que es quien cambiara a la dictadura, piensa en COMER, ponerse zapatos y despues se metera en la ecologia.
    Buen augurio futurista para el 2026; ahora la cosa es candela y que se caigan los Castro.

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  3. Saludos y gracias por los comentarios: Bueno anónim@, usted habla desde Francia -y mira que larga- y no por eso es menos ni más importante lo que dice. Sin contar que los de Cuba dependen un rato de los que estamos en Madrid, y más lugares.

    Cierto que es largo, pero a veces hay textos que merecen ser publicados, y leídos. Esto es un ensayo, tampoco tan extenso.

    En fin, gracias por las opiniones y visitas, que escampe por tu zona.

    En lo personal me resulta muy sensato lo que plantea Fowler.

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  4. Me parece sensato e inteligente, al igual que la historia no es lo que lamentable pudo ser, sino lo que es, el futuro no nos está separado del resto de las prioridades, un poco de sensibilidad ecólogica y cultura de sobrevivir a escala de aldea global, también es importante. Creo que muchas veces las ideas se atrincheran, y quienes vivímos en otro país y somos coherentes con la nueva cultura adquirida, no nos quedamos en la estrechez mental, en el territorio de la aldea pequeña, por eso aplaudo estos temas. Gracias Fowler.

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  5. Gracias Chago, Jorge y Juan Carlos por los comentarios que tanto aprecio y agradezco. Para profundizar un poco más en uno de los pasajes de mi texto relacionado con la crítica de la política y de los políticos, aqui les dejo un aperitivo del libro que recién acaba de salir a la venta acá en España cuyo texto de presentación pueden terminar de leer en este enlace: http://www.eleconomista.es/libros/noticias/1632834/10/09/Descubra-por-que-es-un-chollo-ser-politico-en-Espana.html
    Si tienen tiempo, por favor chequearlo porque no les dejará indiferente. Como podrán verificar, si la clase política democraticamente elegida vive en un estatus de privilegio cabe preguntarse ¿qué sucederá con los 1.400 millones de dolares aprox que Cuba recibe solamente en remesas?. Es cierto Chago lo que dices, las familias cubanas en el exterior hace años venimos subvencionando, aliviando el hambre de nuestras familias en la isla; sin embargo resulta que la barriga llena no les hará precisamente libres. Es posible que muchos de los que fueron a rabiarle a Reynaldo Escobar estén tan bien alimentados como amaestrados.
    Mi texto en esencia intenta reflexionar sobre toda esta devaluación de las instituciones modernas (de una u otra orilla) hoy en crisis e invita a reflexionar sobre la democracia que deseamos y las posibilidades y horizontes que la sociedad civil despierta, comprometida y lúcida del planeta está abriendo en la medida en que cambian unos cuantos esquemas mentales, sociales, productivos y culturales en esta transición hacia la sociedad global de la que somos parte y que terminará por afectar inevitablemente a Cuba se abra definitivamente al mundo o siga enclaustrada tras sus muros y "verdades" obsoletas. Les abrazo
    Julio Fowler

    Daniel Montero Bejerano acaba de publicar La Casta. El increíble chollo de ser político en España. Este libro es un guiño a su homónimo italiano, publicado años antes, en él da un repaso a la clase política española, a la que se presenta como un grupo cerrado y homogéneo en el que los herederos tienen mucho camino recorrido. Son La Casta.

    ¿Qué futuro tiene un país como España donde las casi 80.000 personas que forman la clase política están envueltas en un velo informativo sobre el despilfarro de sus privilegios? Montero lanza la pregunta al aire para más tarde ofrecer respuestas y datos precisos. Gürtel es sólo un epígrafe en esta historia que crisparía los nervios de cualquiera.

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  6. Estimado Julio F., promocionando vuestro ensayo (a mi entender muy necesario y urgente) en LA POLEMICA DIGITAL, recomendaba leer y re-leer con detenimiento y paciencia, pero, fundamentalmente, despojado de muchas de nuestras vivencias, que valía la pena.

    Lamentablemente saldrán quienes traten de cercenarlo por su enlace ecologístico o medioambientalista, que a mi modo de ver, lo propones a modo de preámbulo o aperitivo necesario; para caer en pleno Siglo XXI, crudo desde sus extremos siempre en pugna.

    Esa es la CUBA por la que deberíamos enfocarnos y esforzarnos, la que se precisa hoy mismo. Creo que por nuestras propias vivencias y realidades, tal vez y seamos (aun) el pueblo mejor preparado para colmar esta utopía posible.

    Gracias nuevamente,

    JB

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  7. Me gustaría enviarles, a vós Julio Fowler, y a L. Santiago Méndez Alpízar mi cuaderno inédito "PRONTUARIO CUÁNTICO (Aforismos, epigramas y pupilas urgentes)" escrito fundamentalmente el 19 de mayo de 2007, y completado hasta el 14 de junio de ese año, para saber vuestras consideraciones (comprobarán que posee disímiles puntos de convergencia con este ensayo)

    Mi dirección de correo electrónico abrace.cuba@gmail.com

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  8. Sin discrepar totalmente del autor, Parece que la cuestion del calentamiento global tiene un poco de problemas recientemente.

    http://blog.getliberty.org/default.asp?Display=1788

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  9. Muchas gracias por publicar y compartir estas cuartillas.
    Pasando del primer párrafo, al concluir todo el documento, uno se descubre superando una injusticia. Reconforta constatar cuánto de sano aporte hay en cada enfoque o solución propuesta aquí. Claro, todo esto desde la óptica humilde de mi entendimiento simple, levemente sacudido, e intacto “por suerte”.
    Se agradece muchísimo que, corriendo un veinticinco de noviembre de dos mil nueve, ante el ofrecimiento actual congelado de lo que consideraba alternativa de seguimiento e información en la “red de redes”, se pueda abrir la mente ante salidas tan disgregadas y difusas: “Maria Félix en la Habana”; - El “talibán” cabecilla-; “Test… Agradecimiento”; Y… “El fantasma de 1980”.
    De todos modos y terminando ya, lo siento, quiero exorcizar en mí la idea recurrente de tanto trascendente como meta; la “Tierra” no necesita ser salvada, “Ella” es, será siempre más allá de nuestras prioridades, curiosamente, puede que hasta “sobremos”…, o no, quién sabe.
    Agradeciendo nuevamente lo leído, consciente del esfuerzo desinteresado en origen, respetándolo, prefiero quedarme, lo confieso, con la “máxima” citada: “Sé el cambio que quieras ver en el mundo”. Anoche hablando largo por teléfono con un buen amigo, Nacho, curiosamente sobre estos temas, supe que estábamos en lo “cierto”.
    Un abrazo y, perdonen.

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  10. Este video cuyo enlace les dejo, bien puede ser el colofón a uno de los pasajes y aspectos que trata mi texto:
    http://www.youtube.com/watch?v=8QEuGk-IDng&feature=player_embedded

    No se lo pierdan pues, además de revelar la naturaleza y magnitud de la manipulación y el engaño que ha habido tras el movimiento ambientalista, despeja incógnitas y confusiones posibles. Imprescindible¡¡¡
    Les abrazo
    Julio Fowler

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  11. Estimados amigos:

    Me ha resultado de gran interés leer este ensayo de Julio Fowler, a quien conocí en la Santa Clara de los 80, y a quien admiro mucho como artista y como ser humano.

    Su manera de encarar el problema cubano me gusta mucho porque da en el clavo cuando nos invita a ver la isla dentro del mundo global de hoy, que es algo que no podemos olvidar.

    De su texto podemos inferir, que pensar en Cuba como país independiente, y no pensar en el mundo en que vivimos como totalidad que nos contiene y con la que constantemente interactuamos, nos llevaría a alejarnos de toda esa gente que en el mundo busca la democracia y busca un futuro mejor para el planeta y busca incluso, la salvación de la especie humana.

    Creo que los cubanos que pensamos, no deberíamos dedicarnos a pensar en Cuba como si la isla fuera el universo. De hecho, el amor que sentimos por nuestro suelo patrio, en este caso, más que una ayuda, puede ser un impedimento para ver la magnitud del problema, su esencia, sus características, sus peculiaridades, etc.

    Julio deja claro en su trabajo, que la democracia, más que una realidad que podamos constatar en determinado país o sistema, sigue siendo una abstracción, una meta a conquistar. Por tanto, el problema de la consecución de la democracia no es un problema cubano, sino que es un problema que nos atañe a toda la humanidad.
    Pobres de esos que piensan, (y son muchos los que lo piensan) que viven en democracia.
    Partiendo de esta idea, y es que el problema de la lucha por la democracia no es un problema cubano, sino un problema mundial, deberíamos plantearnos si es verdaderamente posible un mundo (ya sin pensar en países independientes, porque está claro que el enfrentamiento a problemas globales, obliga al ser humano a no pensar en términos de naciones independientes) donde existan cuotas democráticas hasta hoy no alcanzadas.
    Luego, si llegamos a la conclusión de que esto es posible, y ya de paso, si llegamos a la conclusión de que el ser humano se merece y debe seguir existiendo, pues en este mundo nos encontramos con todo tipo de pensamiento, incluso, con aquellos que creen inútiles todos estos esfuerzos, y que el ser humano es un estorbo sobre la faz de la tierra, si llegamos a la conclusión de que nos merecemos seguir adelante como especie, y si entendemos que realmente es posible alcanzar cuotas más altas de democracia el mundo, entonces empecemos a pesar en términos nuevos, más allá de casarnos con un sistema político determinado, casémonos con el ser humano.
    Luego, una vez convencidos de que la solución no se encuentra en el marco del sistema capitalista ni del sistema comunista, pensemos entonces cómo romper con estas barreras económicas, políticas, ideológicas.
    Creo que hay algo claro. No podemos (tal vez nunca debimos hacerlo) colocar a un mismo nivel al Capitalismo y al Comunismo a un mismo nivel como sistema.
    La historia ha demostrado que el comunismo no fue capaz de hacer surgir ese hombre nuevo necesario para hacer del comunismo, un sistema que verdaderamente fuera una alternativa viable al capitalismo.
    Lo cierto, es que las reflexiones de Julio Fowler, en mi opinión, hablan de la búsqueda de ese hombre nuevo, un hombre nuevo que sea capaz de romper con las estructuras económicas, políticas e ideológicas que sustentan la sociedad capitalista, un hombre nuevo despierto del opio que pone en sus mentes dicho sistema valiéndose de los medios de comunicación.
    En el caso cubano, ocurre otro tanto. Tenemos un gobierno que se aferra al poder y para ello, pasa por encima de los derechos de su pueblo, en términos de democracia.
    No obstante, la revolución cubana surgió como una alternativa al capitalismo. Sus dirigentes buscaron superar los males de esa sociedad, los cuales muy bien deja a la vista el amigo Fowler.
    (continua)

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  12. Entonces deberíamos plantearnos qué de lo que hicieron en su día los revolucionarios cubanos, pueden servirnos para avanzar hacia esa sociedad diametralmente opuesta donde estén garantizadas esas cuotas de democracia con las cuales soñamos todos.
    ¿Cómo hacer las cosas para que nuestros proyectos y acciones, no sean confundidos con propuestas políticas como la que hoy sustenta el gobierno cubano actual?
    Luego tendríamos que preguntarnos si lo que queremos erigir, se puede levantar sobre las bases del capitalismo actual, o si es más fácil conseguir implantar nuestra “utopía” primero en una nación como Cuba, para luego, hacerla extensiva a todo el mundo.
    Les recuerdo que algo así procuró el actual gobierno cubano, y ahí está el bloqueo y todos los mecanismos que el capitalismo puso en práctica para ahogar la experiencia revolucionaria. Y dejo claro, que la actitud del capitalismo occidental, respecto a la experiencia revolucionaria cubana, que fue ante todo, una experiencia no capitalista, más que una experiencia comunista como tal (no olvidemos que en Cuba, ser comunista, era más bien, estar con el gobierno, porque no se puede ser algo que no entiendes lo que es, y en Cuba poca parte de la población llegó a entender las bases conceptuales del comunismo) condicionó mucho las posibilidades y las acciones políticas del gobierno cubano.
    Cambiando un poco en la dirección de mi pensamiento, hay que apuntar que el mundo avanza a base de enfrentamientos, y el discurso de Julio Fowler nos lleva a enfrentarnos a todos los poderes existentes, pues nunca los poderes están de acuerdo con dejar de serlo.
    La única opción, la única posibilidad de éxito, reside en una revolución de las mentalidades humanas. El Internet, la existencia de un mecanismo y relativamente libre, nos permite propagar información más allá de los intereses de los grandes poderes. También nos ayuda a contrastar nuestros pensamientos, a unirnos en nuestra lucha. Eso lo tenemos a nuestro favor. Pero está claro que se trata de una tarea titánica.
    Los cubanos, no deberíamos seguir pensando en términos de capitalismo o comunismo. Deberíamos conseguir que todos los cubanos sean conscientes de que sus problemas en el camino hacia la consecución de la verdadera democracia, no terminan una vez que en la isla se haya producido un cambio de sistema.
    También este es el punto para meditar sobre si estos 50 años de comunismo en Cuba, han dejado o no, a la población de la isla, en mejores condiciones para lanzarse hacia la búsqueda de una sociedad donde las cuotas democráticas estén más garantizadas que en el mundo capitalista que conocemos.
    Por suerte, creo que tanto en Cuba como fuera de la isla, cada vez más mentes son conscientes de que no viven en medio de la sociedad ideal, y que el problema de la lucha por la democracia es de todos. En unos casos se manifiesta de una manera, y en otros, pues de otra, pero la búsqueda de la democracia es un problema mundial.
    Luego, tendríamos que plantearnos, qué podemos hacer ahora mismo para conseguir lo que deseamos. Cuál debe ser nuestra postura ante las autoridades cubanas, cuál, ante las personas que dirigen allí la disidencia, cuál ante las autoridades y los poderes que rigen los destinos de estos países primermundistas en donde vivimos (o al menos donde vivo) y cual ante las personas que habitan estos países.
    (continua)

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  13. Desde luego, veo más complicado cambiar las cosas en e l mundo que en Cuba. Por eso, tal vez me preocupe el mundo que Cuba por partida doble. Primero, por la dificultad ya apuntada, y segundo, porque no me hace feliz pensar que luego de un cambio en Cuba, la isla se montará en un barco que hace aguas por todos los sitios y que no es ni por asomo, la realidad democrática con la que todos soñamos.
    Por tanto, creo que la misión de la humanidad de hoy, parte por abrir nuestras mentes rompiendo con los apegos nacionales y dedicándonos a combatir la falta de democracia donde quiera que ella se encuentre. Está claro que esto nos obligará a enfrentarnos al terrorismo de Estado, venga del Estado que venga, y bueno, creo que por cercanía, la lucha contra el bloqueo norteamericano contra la isla, debería ser uno de propósitos nuestros en este camino, y no como una manera de ayudar al gobierno de los hermanos Castro (de hecho, no sabemos a ciencia cierta a qué polo político favorecerá el fin del bloqueo) sino con la idea de garantizar un marco mundial en el que los pilares democráticos sean respetados.
    Atentamente:
    Arquímedes.

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  14. GRACIAS ARQUIMIDES POR ESTA LUCIDA PALANCA¡¡¡. No podía encontrar una interpretación más abundante y mejor de mi texto que la que acabas de exponer con meridiana claridad; de hecho la considero una segunda parte o continuación del mío en cuanto a la amplitud del planteamiento democrático que desarrollas y que en el mío no está del todo profundizado. Me ha sorprendido gratamente la lucidéz de tu reflexión y la sincronía espiritual con los míos. Nuevamente gracias por compartirlos, ojalá y siga movilizando reflexiones y un despertar parecido.
    Te abrazo
    Julio Fowler

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  15. "Os voy a referir una historia. Había una vez una república. Tenía su Constitución, sus leyes, sus libertades, Presidente, Congreso, tribunales; todo el mundo podría reunirse, asociarse, hablar y escribir con entera libertad. El gobierno no satisfacía al pueblo, pero el pueblo podía cambiarlo y ya sólo faltaban unos días para hacerlo. Existía una opinión pública respetada y acatada y todos los problemas de interés colectivo eran discutidos libremente. Había partidos políticos, horas doctrinales de radio, programas polémicos de televisión, actos públicos, y en el pueblo palpitaba el entusiasmo. Este pueblo había sufrido mucho y si no era feliz, deseaba serlo y tenía derecho a ello. Lo habían engañado muchas veces y miraba el pasado con verdadero terror. Creía ciegamente que éste no podría volver; estaba orgulloso de su amor a la libertad y vivía engreído de que ella sería respetada como cosa sagrada; sentía una noble confianza en la seguridad de que nadie se atrevería a cometer el crimen de atentar contra sus instituciones democráticas. Deseaba un cambio, una mejora, un avance, y lo veía cerca. Toda su esperanza estaba en el futuro.

    ¡Pobre pueblo! Una mañana la ciudadanía se despertó estremecida; a las sombras de la noche los espectros del pasado se habían conjurado mientras ella dormía, y ahora la tenían agarrada por las manos, por los pies y por el cuello. Aquellas garras eran conocidas, aquellas fauces, aquellas guadañas de muerte, aquellas botas..."*

    * Fragmento de la autodefensa alegato “La Historia me absolverá” reconstruida en prisión y así titulada por su autor el Doctor Fidel Alejandro Castro Ruz, según se dice improvisada entonces en un irregular juicio en el que se le juzgaba por su participación en los hechos acontecidos el 26 de julio de 1953 en el asalto al cuartel Moncada, en los que él y un grupo de civiles armados vestían el uniforme del entonces ejercito constitucional intentando suplantarle.

    "the end"

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  16. Quizas ya conozcan estas producciones. La primera de hace 3 anhos atras. Son unos dibujitos animados que en 20 minutos y muy sencillamente nos explican la cadena, no la alimenticia, si no la otra que es artificial: la cadena de produccion consumo. Me gustaria compartir el video, por si las moscas!!!
    http://www.storyofstuff.org/international/

    La segunda historia con los mismos dibujos animados dura unos 10 minutos. Es muy reciente y realmente no se si esta en espanyol pero igualmente se entiende. Este es el link:
    http://www.storyofstuff.com/bottledwater/

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  17. Yo entiendo lo de Victor F. Lo que no entiendo es lo del vídeo de la señora ARAOZ. Puede ella hacer su WEB y dejar a los lectores que junto a Efroy sigan el hilo. Lo otro es autoreferente puro. Gracias Arocha.

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