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Un poema (inédito) de Alberto Lauro
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CON TODOS LOS DEMONIOS DESATADOS
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---------------------------A Chago, por su libro
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Primero cenan algo frugal en una fonda de la Cava Baja
-¿o era en el barrio chino de La Habana?-
Donde Quevedo viene a emborracharse
Con Virgilio Piñera y José Mario.
Gastón Baquero exhorta no juntarnos con ellos
Sin que le obedezcamos.
Ya ebrios los tres se marchan
A una tasca en la calle Segovia.
Antes de llegar aquí han sido echados a la calle
Por, con sus traseros al aire,
Burlarse de Dios y de los hombres,
Bailando e improvisando el Rockasón de Chago,
Letra que nadie puede aprenderse:
Constantemente cambia y donde dijo vacío
Ahora es estrella; donde vino, fango; donde risa, esputo, abanico o aceituna...
Toda la culpa la tiene el dueño de esta taberna que frecuentan
Y de otras de la misma calaña por truhanes, nobles y gitanos
Donde Chago se mueve como
Pedro / perro por su casa.
Y del Conde de Villamediana,
El hijo de la Condesa Revilla Camargo
Y, el más perverso de todos:
el Gran Tío-Duque de Luxemburgo que nos consiente.
En una coctelera Chago prepara un brebaje alucinógeno
Cuya fórmula sin su permiso hago pública:
Una pizca de un poema de Lezama,
Tres gotas de una naranja de H.D.,
Trozos de hielo con versos de Ginsberg,
Medio litro de aguardiente extraído de un cañaveral
Citado por Lorenzo García Vega,
Una gota de sangre de un cilicio de Santa Teresa,
Dos jazmines de un huerto de San Juan de la Cruz,
Una lágrima de Sor Juana,
Seis de César Vallejo,
Tres de semen de Julián Casal, tres de Rubén Darío
Y una de leche de un pezón de La Avellaneda;
Un trozo de cutícula de Cernuda,
Seis gramos de tierra de la fosa donde enterraron a Lorca
Y otro tanto de huesos de Juan Clemente Zenea.
Agregar seis flores de campanas cultivadas por la señora del Dr. Zambrana.
Se completa hasta rellenar con el rocío
Evaporado del jardín destruido de los Loynaz.
El vate bate –no con el bate sino con la coctelera- y bate
(¿También el chocolate? Ah, y la batea, cómo se menea...)
Y sólo yo lo he visto -se lo arrancó sin que nadie lo notara-
Que dentro arrojó su corazón
Mal herido por uñas lujuriosas de mujer.
Bate y sigue batiendo mientras afirma
Qué extraña es la muerte
Y la ternura es un pájaro que hace años voló.
Pero yo le digo que ya el pájaro canta sin plumas,
Las plumas vuelan sin el pájaro
Y el canto prescinde de pájaro, plumas y vuelo.
Ya no se posa – ¿por qué iba a hacerlo?- en el árbol sino en la ceniza.
Su hambre es de cieno y su sed de sangre,
Volando sobre la sombra del recuerdo de un país
Que nos persigue como dulce maldición
Con todos sus demonios desatados.
El cóctel de Chago embriaga y es gratificante.
(Gastón Baquero reza porque ni lo probemos
Pero sus plegarias nunca fueron atendidas)
Y a medianoche aquí estamos bebiendo
-Como los aqueos en Áulide
Por culpa de una furcia llamada Helena,
En espera de que la triste Ifigenia se convierta en ciervo
Para sacrificarla y así aplacar la furia implacable de los dioses-
Con él todos atrapados entre la histeria y la historia,
Torpes inocentes leyendo lo que él ha escrito
Sobre la arena de una playa maldita:
¿Y entonces, qué?
Suerte amigo, bienvenido.
ResponderEliminarvaya chago no te puedes quejar
ResponderEliminarprecioso poema, muy de alberto
en el borde de la erudicción y el vacilón
me alegra que haya regresado efory
ashé
op
vaya chago no te puedes quejar
ResponderEliminarprecioso poema, muy de alberto
en el borde de la erudicción y el vacilón
me alegra que haya regresado efory
ashé
op
Chagín, acabo de descubrir el poema de Lauro. Me alegra tener amigos tan buenos como ustedes. Os quiero y admiro.
ResponderEliminarGracias, Carlito: un abrazo para ti.
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