martes, 2 de octubre de 2007

ENTREVISTA A: Julio Fowler: "Buscando mi lugar" Por L. Santiago Méndez Alpízar / Chago


Puedo contar, no el comienzo, la primera madurez. La única en la beldad, las ideas, el sacar la cabeza y quitar la enorme bota que persiste en pisarte, te está pisando.

Puedo contar, a caso, "el corazón debajo del Framboyan", guardado, a resguardo de las bestias que venían, que vienen detrás. Puedo, las peleas entre hermanos, irreconciliables hermanos, inseparables poetas.
Tengo en claro el patio, las incómodas sillas, el hambre, otra vez la poesía y el hambre; ¡qué hambre! El viaje, los 45 mortales kilómetros de hambre para llegar hasta la Presa Minerva, refugio. Mis 45 kilogramos, contados los pelos y los piojos. Puedo cerrar los ojos y ver las caras. Los té con hielo, las mondas de papas fritas.
45 kilómetros de güagüa Camberra, para llegar al patio, a los poetas.

Pero eso es otra cosa.

Julio Fowler está presentando su último disco, "Buscando mi lugar"
A Julio Fowler le realicé algunas preguntas y éstas son sus respuestas.

Por: L. Santiago Méndez Alpízar / Chago


1-) ¿Qué es más importante para usted: ser cubano o ser músico?

J. FOWLER
: ¡Por supuesto que ser músico! Tu pregunta es pertinente para responderla recordando las celebres placas interestelares que enviaron al espacio Sagan y Drake. Ninguno de aquellos mensajes incluía “lo cubano” como rasgo que identificase las culturas terrestres, más bien incluía el español como uno de los 55 idiomas que se enviaron. Sin embargo aquel mensaje sí contenía la música, específicamente 27 melodías de todo el mundo, desde Mozart a Chuck Berry. La música es un lenguaje que te abre a la comunicación y al universo como no lo puede hacer la contingencia de ser cubano. La música es mi gran conexión con el mundo, mi alimento espiritual cotidiano; pero además de ese deleite lúdico y reparador que proporciona, me permite vivir de ella e incluso expresar no solo mi singularidad insular sino que me permite atrapar y expresar múltiples singularidades.

2- ) “Buscando mi lugar” su último trabajo discográfico, tiene una propuesta diferente al anterior. Puede que esté más cercano al Julio Fowler de los orígenes, al trovador contestatario. ¿Obliga el medio a realizar un determinado producto?

J. FOWLER: No existe una relación mecánica de causa-efecto que se imponga siempre a la inteligencia y a la libertad de la persona para elegir. Desde luego que, eso que llamas medio, si lo entendemos como contingencias o condicionamientos culturales externos por supuesto que plantea imperativos a la existencia pero al mismo tiempo existe nuestra capacidad de elección para librarnos de ellos. No siempre somos víctimas pasivas de nuestras circunstancias. Te puedes adaptar a ellas pero también te puedes emancipar. Por eso creo que depende por un lado de cuáles son los imperativos de la situación dada y cómo cada cual los vive y los asume. Si observas un poco el comportamiento del lenguaje entre los que emigran a España verás que hay asunciones y rechazos, hay asimilaciones y resistencias; no obstante si emigras a China, decides quedarte a vivir allí y además, quieres seguir haciendo canciones, más vale que aprendas el mandarín como la más sabia de las decisiones, de lo contrario nadie te va a entender.

3- ) Veo, pese a las “adversidades”, una muy activa vida musical cubana en Madrid, concretamente. Una producción discográfica significativa: Boomerang, de H. Abierta, Maqueta de Platino, R. Torres, En el Aire, Alain Pérez, Blowing Reflections, Román Filiú,otro de Iván Lewis (Melón), Buscando mi lugar”, J. Fowler…todo esto en el 06. Sin embargo, los discos no se venden. Nunca llegan a “40 principales”, lo que no estoy seguro sea malo del todo, pero quiero decir que ni siquiera llegan discos a toda la península.
¿La solución es hacer un “Jarabe de Palo”, un David Bisbal, tal vez un Ismael Serrano, o, un poquito de Rumba Catalana?

J. FOWLER
: Tu pregunta propone un tema problemático, complejo, que tiene múltiples aristas y que pasa por la relación artista-mercado, por las circunstancias actuales del negocio discográfico y plantea además la cuestión de la producción-distribución de la obra. Para abreviar responderé directamente tu pregunta más concreta. La solución o, al menos mi elección, es no rendir el potens (como diría Lezama) de la creación a las banales fórmulas mercantiles y sus estereotipos más rentables. Cuando el acto creativo está condicionado, regido por intereses comerciales entonces está envenenado; el arte y el artista han muerto, pierde su carácter transgresor y trascendente para convertirse en un arte de complacencia al “cliente”.

De lo que se trata es de sustraer la creación a la dictadura del mercado y a sus engañosas contingencias, a esa lógica totalitaria del marketing que impera en las sociedades mercantiles, de no caer en la trampa pragmática del arte-negocio que parece condenar aquellas propuestas o proyectos musicales que no se ajustan a sus fórmulas comerciales o carecen de presupuestos millonarios para figurar en ese simulacro de los “40 principales” o en los monumentales escaparates del music-bussines. Una cosa es inspirarse teniendo en cuenta el legítimo deseo de socializar la obra y otra inspirarse en el interés por la ganancia y la usura. Yo quiero comunicar mi música, provocar un disfrute estético, no hacerme rico. Por otro lado, si medimos nuestro arte solamente en términos mercantiles, si aplicamos nada más criterios económicos y cuantitativos a productos estéticos, más vale que abandonemos nuestro linaje y oficio y nos dediquemos a vender churros o a operar en bolsa.

En mi opinión se equivocan quienes pretenden valorar LA MUSICA y al artista por la cantidad de discos vendidos. Se puede comerciar con la belleza pero su grandeza y trascendencia no la refleja ni la rentabilidad ni los números.

4- ) ¿Qué le parece Porno para Ricardo?

J. FOWLER: Son muy auténticos y aunque el tipo de música que hacen es a mí entender básica, poco imaginativa y directa, al mismo tiempo creo que funciona perfectamente y es idónea para esas crónicas jocosas, irreverentes, desprejuiciadas y subversivas que satirizan y cuestionan una sociedad que vive en la escasez y la opresión.

5- ) ¿Has escuchado el disco “Alamar Express”? (Está en Revista Esquife)

J. FOWLER: Todavía no, aunque tengo alguna información sobre ellos. Bien sabes cuánto me seduce el arte que lubrica las neuronas (como dice una amiga), que se asume como un ejercicio de honestidad y libertad creativa y además es capaz de provocar cortocircuitos sociales; así que espero tener ese proyecto bien pronto en mis manos.

6- ) ¿Usted cree posible una democracia en Cuba con los hermanos Castro en el poder?

J. FOWLER
: Tu pregunta provoca de súbito un cortocircuito, una tensión de aparente incompatibilidad, propone una discordancia entre categorías políticas que formalmente se oponen, es decir, Democracia versus Dictadura (o totalitarismo) sobre la que me gustaría reflexionar.

Digo que son aparentemente opuestos porque al menos en los hechos _y ahí está la historia política de Cuba para corroborarlo_ percibimos cómo la cultura democrática es problemática en sí misma pues ha sido fecunda en parir gobiernos corruptos y dictadores.

Si examinamos la breve historia de la cultura democrática insular vemos cómo cada período despótico y dictatorial emerge del seno mismo de la democracia, (una democracia corrupta, ineficiente en la gestión del bien común). A veces incluso la dictadura irrumpe inicialmente como una solución salvadora, se postula como la salida emancipadora a la quiebra moral o legal de aquella con lo cual, los límites o fronteras que en teoría delimitan esta oposición son frágiles, difusos, pues ambos regímenes se reemplazan cíclicamente, se retroalimentan y alternan en una dialéctica de poder que oscila de uno a otro con pasmoso sentido de la metamorfosis. El hecho de que ambas se complementen, se integren en el ámbito de una misma lógica, como caras de una misma moneda: el poder y de un mismo orden: la política, nos hace cuestionarnos esa supuesta oposición y nos sugiere el siguiente razonamiento.

Si es posible que una democracia engendre una dictadura, ¿por qué no ha de ser posible lo contrario, o sea, que la dictadura se desplace hacia la democracia ya que, al menos en la cultura política insular, no existe otro horizonte al que mirar?

Si en 1940 nada hacía presagiar que 12 años más tarde, quien fuera presidente de la república (Batista), se convertiría en dictador ¿por qué no suponer entonces que quien ha sido un carismático dictador durante casi 50 años lidere una transición hacia la democracia? Al fin y al cabo, no hay otro destino político posible a la vista. No es ocioso recordar que, en 1959 nada hacía presagiar que Fidel Castro, por entonces un rebelde educado en la pluralidad y en la lucha por restaurar el gobierno bajo la Constitución de 1940, se convertiría en el dictador que conocemos hoy. Y llegado a este punto, y siguiendo la lógica hipotética de tu propia pregunta voy a echar más leña al fuego.

Si los Castro (siguiendo tal vez el modelo Chino) ya están protagonizando una lenta transición económica hacia una economía de mercado, ¿por qué no suponer que, de repente estos aventajados discípulos de Maquiavelo, protagonizan también un viraje en su política hacia las libertades públicas, los derechos políticos y civiles?

Si en la reciente película “I love Miami” imaginan un Fidel Castro balsero, ¿por qué no imaginarlo reconvirtiéndose en demócrata?

Ficciones aparte, desde luego que esto lo veo probable pero no posible. No obstante, lo verdaderamente turbador de esta sospecha o (in)certidumbre es que nada nos asegura o garantiza que la democracia que muchos anhelan para una Cuba post-Castro no sea más que otra coartada del autoritarismo y por tanto siga siendo el caldo de cultivo de nuevas corrupciones y tiranos, de nuevos temores y desencantos públicos, la reedición de una nueva tentativa condenada al descrédito y al fracaso. Por eso, en este sentido, lo que realmente me preocupa es la subsistencia de las ideologías autoritarias, patriarcales y excluyentes que participan de la dinámica del poder y que además se encuentran sedimentadas en la sociedad civil, es decir, la permanencia en la cultura humana (no solo en la sociedad cubana) de la violencia, la intolerancia, el dogma, el sectarismo, la demagogia y la arrogancia, típicos rasgos de las ideologías que, en sus relaciones de poder, desertan de su propias reglas de juego, desacreditando su propio ámbito de pertenencia o la democracia postulada. Esta preocupación no es ni mucho menos política, es estrictamente antropológica, trasciende el comportamiento político de las ideologías para cuestionarse la naturaleza misma del pensamiento político, su lógica, sus formas y sus métodos.

7- ) Le voy a mencionar 5 nombres, a ver qué rememora.

-----Carlos Gutiérrez (Carlos Trova)

J. Fowler: Mis primeras agitaciones trovadorescas y conciertos en Santa Clara, la fundación de un núcleo que junto a Amaury Gutierrez, revitalizó el movimiento de canción allí en el centro de la isla.

----- María Elena Cruz Varela

J. Fowler: Muchas veces, después que se terminaba la peña en el Museo de Artes decorativas Adrián Morales y yo solíamos continuar las descargas en su casa. Allí la conocí a finales de los 80 y allí me cautivaron sus versos. Si ya la admiro por su estatura poética, esta admiración se multiplica por su valentía y su desafío del régimen.

----- Amaury Gutiérrez

J. Fowler: Te cuento una anécdota que marcó para siempre nuestra amistad. Cuando los burócratas del movimiento de la nueva trova en Santa Clara tuvieron la desfachatez y el ridículo de presionarlo para que me retirara su afecto por el hecho de haber sido detenido por “delitos de contrarrevolución”, “revisionismo ideológico”, "conspiración contra la seguridad del Estado" (jajaja, no puedo evitar la carcajada); Amaury, al contrario me dio mucho más apoyo y confianza, nunca traicionó nuestro aprecio mutuo. Les dio una lección de dignidad. Le debo además asumir con todo rigor la música que por entonces no era más que una forma de terapia. Para mí es uno de los grandes trovadores que ha parido esa isla y una de las voces más privilegiadas y perfectas.

-----Adrián Morales

J. Fowler
: En mi opinión el cantautor más visionario e irreverente de nuestra generación. Un provocador por naturaleza, un artista prolífico, subversivo y polémico donde los halla. En ese sentido tiene la virtud de ser coherente dentro y fuera de la isla, de crear un arte siempre comprometido con la libertad y eso es admirable. Recuerdo las tertulias en el Museo de Artes decorativa con José Raúl y Leonardo Eiriz, recuerdo aquella “invasión de Jóvenes creadores” en la que paseó por casi media isla su obra plástica elaborada sobre cartón de bodega. Si los chicos de “Porno para Ricardo” le hubiesen conocido no me cabe duda de que sería su ídolo.

-----Reina María Rodríguez

J. Fowler: Posiblemente estemos rememorando a la versión de la Madre Teresa de Calcuta de la literatura cubana. Su casa en la azotea de la calle Ánimas era al mismo tiempo una ONG al rescate de cuanto amigo errante pasara por la Habana, un espacio de tertulias y encuentros literarios y una suerte de refugio de los espíritus desobedientes e inquietos. Una mujer extraordinaria para quien la poesía lo ha sido casi todo y tal vez le ha dado la fuerza vital para sobreponerse a todos los naufragios. Hay dos recuerdos muy intensos y entrañables en mí que la asocian de inmediato, uno es "Paideia" y el otro todos los ladrillos y tablas que cargué mientras ella y Jorge Miralles (Topo) construían su casa en la azotea. Ha sido la única vez en mi vida que me he pringado en una obra.

8- ) Han estado recogiendo firmas para la petición oficial del Premio Nobel de la Paz para las Damas de Blanco. ¿Las conoce? ¿Qué opinión tiene sobre sus planteamientos, sobre sus exigencias pacificas al gobierno castrista? ¿Dio su firma? ¿La daría?

J. Fowler: Por supuesto que las conozco, de hecho he escrito una canción inspirada en ellas que saldrá en mi próximo disco; es mi modesto tributo a su lucha y reivindicaciones. Cada vez me siento más atraído por la emergencia protagónica de la mujer en las sociedades, por su lucha contra la opresión patriarcal en todos sus ámbitos y la ruptura de su rol tradicional. Comprender esta lucha es comprender la emergencia de una sociedad que puede cambiar más allá incluso de lo que la politización del feminismo propone, que puede cambiar radicalmente los modelos autoritarios de convivencia y de relaciones humanas, también sus formas y métodos de lucha y en ese sentido, las “Damas de blanco”, son un ejemplo, el embrión de un modelo cívico y pacífico de lucha inspirada en el amor y la justicia. Todos los que amamos la libertad como condición esencial de la dignidad humana no podemos sino apoyarlas y comunicarles _como en mi canción_ que no están solas. Así que, dónde hay que firmar….
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Esta entrevista fue publicada el día 1/05/07 y el 1/10/07 en el diario Encuentro en la Red.

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