miércoles, 6 de octubre de 2010

Andrés Mir: poemas

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Tres poemas (inéditos) de Andrés Mir
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esta ciudad, sin los cíclopes atentos de la noche
lame a los transeúntes desde la obscura suavidad:
están cerrados los ojos: caterva
en las vitrinas que discurren
de hombro en hombro, camisas entripadas.
a dónde con sus calles volcó el rostro
la iniciativa rasgada del cobijo.
seamos sin café, del modo duro
con que sorben los tragantes la sequía.
se alza el polvo curioso tras los pasos
de marchar a tantos rumbos, proyecta
sombras también la luna, fieras sombras
que inadvertidas se disuelven, lengua de entrecalles.
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pero se contonea fina, ella toda, como burlando
la rigidez de las articulaciones, el peso chato
de los vehículos asmáticos que la reptan
con nosotros a cuestas: yo sé que no llegamos,
sé que nos pasamos a veces cuando te duermes
en mi hombro y temo despertarte
como si esta ciudad fuese a raptar de mí
la cuerda entre dos abismos que tu compañía
tensa, con cariño sabio, dúctil mora.
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pero ella baila: desde las ventanas que miran,
los árboles que dejan pasar, los parques
con sus dormidos de mármol: ella jamás
abandona su melodía de compases inveterados
aunque salte de los bordes el jadeante río,
ella danza su tiempo de dormidos edificios,
al son del susurro con que la peinan los barrenderos.
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estás desposada con el tiempo. me resigno
a compartirte con él. debo admitir
que me incomoda: es un amante posesivo,
cruel: deja marcas en tu cuerpo
como quien señala
los límites de un territorio.
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de atento velar no disimula sospechas:
me arrincona constante: sutiles amenazas
que vistos sus humores considerar evito,
táctica de avestruz; me alcanza siempre cauto.
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pero a veces, tanto que a veces, tu mano rapto:
logro escapar de él, tan completa eres mía
como puede el sol ser de los ojos de un niño.
ah, cómo te recorro entonces, cuánto
diluvio en diástoles: entrometido el universo
se dibuja sobre el empapelado de las paredes,
levita ese fragmento de ubicuidad que somos:
se quiebra en mil rincones la soledad, su hechizo.
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en el descanso, luego, me dejo fluir sobre tu pecho
de presto imán que líquido me anuncia lo indecible:
mientras, siento afuera el celo de sus pasos, inquieto
el rítmico golpear del bastón sobre los escalones
que juran su dialéctica en infinito ascenso: él
me castigará por tanto agravio.
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aquí estoy, vengo a regalarte mi silencio
de hombros giratorios: el peso que las alas
restan al despeñarse más nimio: he venido
a tomar tus manos: ese acto de entrega
frente al mar
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las olas reculan con su sal a cuestas, sudor
que agrio se posa sobre miradas paralelas:
parecen tropezar mas la lógica euclidiana
detesta el gusto por las razones imposibles,
el día abierto.
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y no hay ni sol, ni mayo en esta espera
de respirar como quien bebe ausencias:
ando pleno de ti: ¿cómo acusar entonces
el ardor que las palabras niegan? Vengo
a tomar tus manos.
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y junto al metro final crecen las plumas
--aguijón sobre homóplato, surco inestable-;
solo la voz que viene y se va, líquida prisa
da cauce a esta paz, soborna el grito
que enfundado en mi corazón,
-----------------te vierte luces.
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Otras colaboraciones de AMir en Efory Atocha, Aquí.
Foto: "Andrés Mir en su Salsa" de Fernando Salcines-Sin
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3 comentarios:

  1. Bajo la impresionante foto con el kremlin de fondo, peso las palabras, pues es tremendo poeta Andres Mir.

    Dime Chago por qué espaciaste tanto?parecen entreactos...


    abrazos

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  2. Creo que sigues teniendo problemas con tu ordenata, navegador.

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  3. hoy es que me instalan word, asi que el resto vendra en la semana... besos

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