lunes, 7 de septiembre de 2009

Armando Añel: Poemas

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Tres poemas (inéditos) de Armando Añel

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Kilómetro Cero

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A solas con la sociedad

yo tenía un reloj, una pantaloneta, unos cigarros

aquella espada que jamás vendí

cerca de veintinueve poemarios

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tenía una licuadora

una pista de circo, una plaza con árboles

una libreta de racionamiento

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a solas con la sociedad

a la sombra de mujeres sudorosas

de escaleras que daban al vacío

de faroles pálidos, de enjambres de moscas

yo tenía una bicicleta

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tenía unas gafas plásticas

una laptop para extender el diálogo crítico

una angustia estéril, perniciosa

sobre chancletas de cuero roído

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a solas con la sociedad

sobre el kilómetro cero

escapando en todas direcciones

solo ni conmigo mismo

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Iceberg

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hay problemas con el hielo

serios problemas con el hielo

nos lo había advertido aquel cardiólogo

aquel tipo, aquella circunstancia habituada a padecer

problemas con el hielo:

puede haber problemas con el hielo

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hubo, hay, habrá problemas con el hielo

tampoco hay espacio suficiente

ni agua suficiente

ni suficiente conductividad

no hay nadie que se sacrifique alimentando el hielo

mirando crecer el hielo

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quien no pone de su parte no nada contra nada

ni siquiera a favor de la corriente

mas según la teoría el hielo es sobre todo

una presencia latente

cortante en la punta de algo que remotamente

es la coronación del hielo

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y la nieve fluyendo a través

de los telediarios

y el sumbido de la sed en las dunas, los acantilados, las gavetas

las fosas comunes, las balsas de los náufragos

y el sopor de unos ojos que me buscan y tropiezan

y tropiezan y se apartan y tropiezan

y finalmente me encuentran y tropiezan

en la noche en que la noche es el aroma

la somnolencia de un perfume

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en la noche en que no hay hielo y mucha yerba

en que no hay yerba y mucho humo

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El Juego

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Curioso cuando menos. He estado repitiendo a Nietzsche a través de Benoist (a Nietzsche y a otros muchos antes que él). Esto a propósito de los juegos de rol y su transpolación a la vida misma.

Eterno retorno. Ojo con eso.

“Nietzsche –asegura Alain de Benoist–, proponía actuar con la misma seriedad que el niño en sus juegos, es decir, considerar las cosas serias como un juego”.

Dado que esto no es serio. No puede serlo. La madurez del hombre no sólo consiste en encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño, sino en asumir el juego de la vida como una constante inamovible. La vida es juego. Repetirlo hasta entenderlo hasta digerirlo hasta respirarlo. Hasta vivirlo.

Jugar, jugar.

Ella carece de armadura y juega a la orilla del mar. Juega conmigo. Celebramos juntos. Un castillo de arena sucede a otro castillo de arena a medida que las olas los arrastran consigo, como el deseo al pensamiento.

Ella sin armadura dado que nada, absolutamente nada, la protegerá de mi inocencia, de su inocencia. Dado que somos niños, levantamos castillos muertos a la orilla del mar, sucesivamente diluidos en el mar. De esto se trata la vida.

El juego termina. Comienza el juego.

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Foto tomada de la Web.

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Armando Añel (La Habana, 1966). Escritor y editor cubano. Entre los años 1998 y 2000 se desempeñó como periodista independiente en Cuba, siendo cofundador y vicepresidente del aún activo Grupo de Trabajo Decoro. Tras recibir el premio de ensayo anual de la fundación alemana Friedrich Naumann en la primavera de 2000, viajó a Europa, donde residió en España e Inglaterra hasta radicarse en Miami, Estados Unidos, en el verano de 2004.

Fue corresponsal en Londres de la revista madrileña Arte y Naturaleza, y en España, editor del diario digital Encuentro en la Red y la revista Perfiles del Siglo XXI. En Miami, ha sido editor en español de las revistas Islas y Herencia Cultural Cubana. Literatura y artículos suyos aparecen regularmente en publicaciones de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Ha publicado los libros Erótica (cuento, La Habana, 1996) y Escuela de vida (biografía, Miami, 2006), y la plaquette de poesía Éxodo (La Habana, 1995).

Coordina los blogs; Cuba Inglesa y Cuba Inglesa Segunda Elaboración.

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8 comentarios:

  1. Me gustaron. YES.
    No conocía la poesía de Añel.
    Gracias.

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  2. Y dice Añel que no se considera poeta. Pues al menos estos poemas le otorgan dicha distinción.Y gracias a Chago por darnos a conocer al poeta.

    Abrazos,

    Joaquín Gálvez

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  3. Felicitaciones, Añel!

    Gracias, Chago.

    Saludos a todos.

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  4. Chago eres un perro porque no comentas nada en lo de kozer en Cuba inglesa donde te nombran.Chago perro, fumao

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  5. No conocía al poeta Armando Añel, y claro que es bueno. Entre nosotros mismos somos unos desconocidos detrás de un blog, apoyando lo que dice Zoe Simón Zayas, en Sátiras Bio Estéticas, que comparte con su primo Javier Guzmán Simón. Es interesante el planteo de los tres poemas, prefiero los dos últimos al primero, pero ya eso es cuestión de gustos, más que de poesía en sí mismo. Felicidades, Añel, claro que puedes estar en cualquier Antología del Exilio, de la diáspora y de la anáfora. Un abrazo y saludos a Chago, Josán Caballero.

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  6. Gracias amigos, gracias a la generosidad de Chago

    El primer poema se lo envié prácticamente “salido de las prensas”

    En una segunda lectura, lo dejaría así:


    a solas con la sociedad

    a la sombra de mujeres sudorosas

    de escaleras que daban al vacío

    de enjambres de moscas, de sábanas al viento

    yo tenía una bicicleta

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    tenía unas gafas plásticas

    una laptop con que extender el diálogo crítico

    una angustia estéril, perniciosa

    sobre sandalias de cuero roído

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    a solas con la sociedad

    sobre el kilómetro cero

    escapando en todas direcciones

    solo ni conmigo mismo

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