martes, 9 de septiembre de 2008

Poemas de Margarita Vélez Verbel



Tres poemas (inéditos) de Margarita Vélez Verbel

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--------Breves datos biográficos del autor

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Escribo este poema para no olvidarme de que soy Margarita Vélez,

hija de Pedro Vélez Duque y Carmen Sofía Verbel Iriarte.

Que mi infancia transcurrió en Sincelejo.

Que mi padre regresaba siempre ebrio y golpeaba hasta el cansancio a mi madre.

Que viví estos tristes días al lado de mis hermanos Sara, Pedro y Fanny.

Que de niña iba al colegio luego de no haber dormido en toda la noche,

asaltada por el miedo de la llegada repentina de mi padre

y del escándalo que seguiría después de esto.

Escribo este poema para no olvidarme de que corría desesperada

en busca de auxilio, tocando las puertas de mis vecinos,

llena del pavor y del frío de la noche.

Que dormía con la ropa puesta para poder huir.

Que en la mañana siguiente recibía mis lecciones de álgebra y biología

en el colegio y me quedaba en el recreo en el baño llorando.

Que mi madre me creía distraída y estúpida, con la tristeza siempre a flor de piel, con las lágrimas afuera.

Sé que le preocupaba su hija, la que siempre extraviaba las cosas, la extraña, la despistada.

Escribo este poema para no olvidarme de nada, por ejemplo, que mis primos, los ricos, los Mora, me regalaban los vestidos que ya no les quedaban, y por eso podía vestirme.

Para no olvidarme de que iba al colegio con los zapatos apretados que me habían quedado del año anterior y caminaba entre el barro y los charcos que se formaban

en aquel barrio humilde en donde vivía: La lucha.

Que mientras todo esto me pasaba, la literatura se me había metido en las venas y leía desaforadamente y soñaba con ser escritor.

Escribo este poema para no tener que salir corriendo a mitad de la noche a pedir auxilio a mis vecinos siempre sordos, siempre con la puertas cerradas,

para que mi mamá sepa que no era distraída y que no era estúpida.

Escribo este poema para decirles a todos los que me rodearon y me vieron sufrir,

a los que se callaron, que yo nunca fui distraída, que lo supe todo y que esa verdad me pesaba, y me hundía como a las piedras.

Quiero decirles que estuve atenta y vigilante

como un cóndor sobre la planicie.

Quiero decirles que hacia todos ustedes y su indiferencia, hacia la violencia de mi padre, hacia la subordinación de mi madre, opuse la fuerza y la valentía, la dignidad

y la decencia con que nos reviste la niñez.

Escribo este poema para decirles que estuve atenta

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----------------La casa

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Cuatro paredes

y los adultos gravitando en aquel espacio.

Pequeños que éramos entre manos grandes y violentas

Cuatro paredes y el cautiverio,

el miedo de saberse solos y sin un sitio al cual ir.

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-----------------Amor materno

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Quién te dio derecho a parirme.

Quién te dio derecho a ligarme a ti de por vida,

a hacerme apacentar en tu vientre

durante nueve meses en comunión con tu ombligo.

Quién te dio derecho a depositar en mí tus esperanzas

y a colocar sobre mis hombros la obligación

de socorrerte cuando envejezcas.

Quién te dio derecho a pretender hacer de mí tu prolongación,

a que llene tus vacíos, a que cargue

con las frustraciones que tu vida te deja,

a que en voz baja soporte tu ira como si no la sintiera,

a que me enrostres todo lo que de dolor e injusticia sufriste,

como cada progenitor sobre su vástago,

que en el tiempo le anuncia su final: el nuevo hueso, la nueva médula,

el nuevo aliento de vida que ya en su carne anochece,

los sueños ya idos, al final su propia muerte.

Quien te ha dicho que soy como una caja fuerte

Como una alcancía, en donde has depositado años,

sueños, cosas para luego te las devuelva duplicadas.

----Margarita Vélez, nacida en Corozal, Sucre, (Colombia) pero residenciada en Cartagena desde hace varios años, es Abogada de la Universidad de Cartagena. En 1995 publicó su primer libro “Los ángeles sólo bajan una vez”, con el que ganó la convocatoria del Instituto Distrital de Cultura y Deporte. Tiene inéditos El libro de las destrucciones, Espinas y cenizas, y los ensayos Religión, sexo y misoginia. Su segundo libro Del polvo y el olvido, fue publicado por Ediciones Pluma de Mompox. Sus poemas han aparecido en revistas, periódicos y suplementos culturales de la región y el país.“La poética de Margarita Vélez Verbel, está cargada de unos colores que no son locales. La primacía de lo hegemónico se ha roto como el cordón umbilical que une al niño a su madre. Dios, como en Nietzsche, ha muerto. Y el hombre se ha convertido en un ser algarete, una especie de planeta lanzado fuera de órbita que recorre la galaxia”, señala Joaquín Robles.

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Imagen tomada de Internet.

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