viernes, 5 de septiembre de 2008

Entrevista a Belkis Cuza Malé

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Yo no busco venganza ni me creo Dios para castigar a nadie

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---Entrevista con la poeta Belkis Cuza Malé.

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--Por L. Santiago Méndez Alpízar / Chago

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1-SANTIAGO MENDEZ ALPÍZAR (Chago): Agradezco de antemano la posibilidad de esta entrevista y le felicito por su libro último de poesía, La otra mejilla, y por la larga vida de Linden Line Magazine, revista fundada por el poeta Heberto Padilla y que ya suma más de 20 años.



BELKIS CUZA MALÉ: Primero que nada, amigo Chago, gracias por entrevistarme, y por sus felicitaciones. Heberto no fundó Linden Lane Magazine, ni estaba interesado en la revista, decía que él no había venido a Estados Unidos para hacer revistas en español, y en ese espíritu me repetía con sorna: “Si tú quieres hacer una revista en español vete a México o a España”. Pero como conocía de mi testarudez y mi constancia, no le quedó otro remedio que aceptar resignado que cuando yo estuviera diseñando la revista la comida se demorara y la mesa de la cocina estuviera llena de tijeras, gomas y papelotes inmensos. Contradictoriamente, fue él quien me ayudó a escoger las letras que usaríamos, que eran las mismas que abundaban en el pueblo de Princeton, en la mayoría de sus comercios, donde vivíamos. Y claro, el dinero para esos primeros números salió de los derechos de autor de su novela En mi jardín pastan los héroes, novela que tuvo mucho que ver con nuestra detención en Cuba, y cuyo manuscrito se salvó de milagro. Linden Lane Magazine se fundó en marzo de 1982, ese mes y ese año se publicó el primer número. 26 años, se dice fácil.

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2-SMA: Es verdaderamente difícil concretar en pocas preguntas una visión amplia de su vida y de su obra. Comenzaré preguntándole por aquella primera juventud, usted participando del entusiasmo revolucionario. De la Universidad de Oriente a la de La Habana. Los años 60, segunda mitad, su matrimonio con el poeta Heberto Padilla



BCM: Yo nunca tuve ningún entusiasmo revolucionario. Nunca. Y no me importa si alguien quiere demostrar lo contrario. Las circunstancias de mi vida me llevaron a ser periodista en Hoy (1965), y luego me mandaron para Granma, donde estuve hasta el año 67, en que me echaron. Hacía periodismo cultural, no iba al periódico más que a entregar mis artículos y andaba todo el tiempo entrevistando a escritores y artistas extranjeros que llegaban a Cuba. Creo que he entrevistado a todo el mundo, desde Alberto Moravia, a Nicanor Parra, pasando por Martha Traba, Vargas Llosa, y a la mayoría de los poetas y novelistas españoles. Tampoco se salvaron pintores y teatristas. Y con algunos otros, como Julio Cortázar, tuve el privilegio de hablar y conversar sobre literatura varias veces.

Hacía un periodismo que me gustaba mucho. Ojala algún día pudiera reunir todas esas entrevistas en un libro, pero eso lo veo casi imposible. En la Universidad de Oriente estuve hasta diciembre del 64, cuando me casé con mi primer esposo y vine para La Habana. En esa universidad fui alumna de Eraclio Cepeda, escritor y político mexicano a quien le impresionó mi primer libro El viento en la pared, entonces un manuscrito escrito cuando apenas tenía 18 años. Y gracias a él se publicó en el Departamento de Extensión Cultural de esa Universidad, en 1962. Fue una experiencia muy especial la de mis estudios en la Universidad de Oriente, donde José Antonio Portuondo era entonces rector (luego sería mi profesor también en la Universidad de La Habana), y donde viví los tormentosos azotes de esa primera juventud, llena de quimeras, esperanzas, desilusiones, y primeros amores (todos frustrantes y frustrados, gracias a Dios).

Llegué a La Habana a finales de los 64, y en 1965 nació mi hija y pronto vino el divorcio. Me vi sola en una ciudad en revolución, una ciudad “patiparriba”, ganando 100 pesos en el periódico, sin sitio donde vivir. Hasta que una señora me alquiló una habitación en el Focsa, creo que el piso 14 o algo así. Pero como se trataba de la habitación que en sus buenos tiempos había sido de la sirvienta, la señora pasaba el pestillo en su casa y yo me quedaba en completo desamparo en aquel sitio, incomunicada. Sin dinero, ni dónde hacer un café. Fueron meses muy duros, pues para colmo yo era hipocondríaca claustrofóbica, y me aterraban los elevadores. Mejor no recordar qué sucedió luego. Estudiaba en la Universidad de La Habana, en la Escuela de Letras, y quizás lo más importante allí fueron mis condiscípulos, desde el poeta guantanamero como yo, Jorge Oliva, hasta Pío Serrano.

Pero también estaban, aunque en licenciatura en francés, Nancy Morejón (para quien había escrito el prólogo de su libro Amor, ciudad atribuida, publicado por El Puente, en 1964), Reinaldo García Ramos, y toda una pléyade de jóvenes talentosos, que disfrutaban del privilegio de algunos geniales profesores como Camila Henríquez Ureña, Mirtha Aguirre, Beatriz Maggie, y la Vicentina Antuña, quien era además la decana de la Escuela, mujer de sobradas cualidades y bondades.

También recuerdo las clases de Estilística con Roberto Fernández Retamar, contra quien nos revelamos, pues a pesar de ser un magnífico profesor y de manejar muy bien su retórica académica, se limitaba a leer las páginas de su tratado de Estílisca, que había pegado a una libreta, seguro para disimular, o quizás con el único propósito de orientarse.

Yo había conocido a Heberto en la entrega de Premios de La Casa de las Américas, en 1962. Todavía no había cumplido los 20 años, vivía y estudiaba en Santiago, y no conocía a nadie. Me dieron mi primera Mención (el poeta haitiano René Depestre, jurado del premio entonces, seleccionó mi libro entre los finalistas y por eso recibí la Mención), y también a Heberto, con El justo tiempo humano, mientras que Fajad Jamís se llevó el Premio con un libro bastante panfletario, Por esta libertad.. Entonces Heberto estaba casado con Bertha, su primera esposa, y tenía ya 2 hijos. No lo volví a ver hasta el 66, cuando regresó de Checoslovaquia, y ya para entonces había nacido Carlos, su otro hijo.

Nuestra relación comenzó en 1967 y a pesar de los pesares, no cesó hasta su muerte, aunque nos separamos en 1995, a instancias mías. Desde el primer momento en que lo vi en aquella recepción en La Casa de las Américas supe que tenía una misión espiritual con Heberto, y hasta le pregunté dónde nos habíamos visto antes, cosa imposible porque yo vivía en Santiago. Ya en 1966 comenzaron sus enfrentamientos con el gobierno. No quiso aceptar una posición en París, había renunciado a su cargo como director de Cubartimpex, y como representante de compra y venta del Ministerio de Relaciones Exteriores para los países nórdicos (que él adoraba, en general toda Europa, comenzando con España). Pero lo peor vino a partir de su respuesta a El Caimán Barbudo, cuando le pidieron su opinión sobre el libro de Lisandro Otero, La situación. Novela horrible, que había ganado el premio Casa de las Américas. Pero más horrible todavía era su autor, un ser patisambo, mulato con ínfulas de blancura (no es una afirmación racista, que no lo soy, pero era el modo en que este señor se proyectaba en el mundo), mala gente, que era capaz de acabar con cualquiera, agente secreto de la Seguridad del Estado, y además ocupando otras posiciones dentro de la cultura. A finales de los ochenta viajó a Puerto Rico y tuvo el descaro de llamar por teléfono a Heberto para saludarlo. Yo ni le hablé. Pero Heberto era más noble que yo con sus enemigos. Me consta.

Luego vino lo del libro Fuera del juego, la lectura de poemas en la UNEAC, y finalmente la novela. Y todo eso desencadenó la detención nuestra. A mí, por estar siempre, decían. achuchando a Heberto para que hiciera todas esas cosas, jajaja. Heberto no sólo fue un hombre al que amé mucho, sino mi maestro y de algún modo mi alter ego. El no estaba completo sin mí, y yo sin él. Su muerte fue una de las cosas más difíciles que he tenido que aceptar en esta vida. A ratos, cuando las cosas me van mal le pido a su espíritu que me ayude y me guíe, pues sé que nunca se ha alejado de mí, y ahora desde la distancia infinita, habrá sabido valorar mejor las cosas que nos unieron, y también las que nos separaron. Fue parte de mi Karma, y creo haber cumplido en cierta medida la misión que el Universo me encomendó junto a él, al hacer posible que escribiera lo que escribió, y que se sobrepusiera a la carga que traía con su propio destino. Años atrás, en Cuba, leímos un libro de Numerología, y de acuerdo con las tablas que encontramos allí, luego de hechos los cálculos, apareció el año 2000 como el de un cambio definitivo en su vida. Fue precisamente el año de su muerte, el día de la Virgen de las Mercedes, a quien yo le había orado pidiendo por nuestra salida del país. La virgen que abre las puertas de la cárcel. Recuerde que Cuba es una inmensa cárcel.

Nuestra vida en Cuba estuvo llena de vicisitudes, pero también a nuestro modo intentamos y fuimos felices. Incluso en el ostracismo más feo, cuando nadie nos visitaba, y los amigos se alejaron para no comprometerse, solíamos celebrar nuestros cumpleaños rodeados de esa pequeña “mafia” de defenestrados que eran entonces nuestros únicos íntimos amigos: Pablo Armando Fernández y Maruja; Alberto Martínez Herrera (el inolvidable Martiniano); su primo Hubert Martínez; el pintor español/cubano José Cid; César López y Michelín; Manuel Díaz Martínez y Ofelia Gronlier; Carlos Verdecia, y algunos pocos que sin ser asiduos venían a hacernos compañía. Como siempre me ha gustado la magia inventaba platillos exquisitos, pero me guardaba de darles la receta. O éramos visita frecuente, diaria, de Pablo Armando, pues vivíamos cerca, y allí había también improvisadas veladas, donde no faltaba el café, con Maruja en el casi destartalado piano y nosotros cantando “La vida sigue igual”, de Julio Iglesias. Todavía viviendo en el apartamento de la calle O en el Vedado, a una cuadra de La Rampa, y que menciona Jorge Edwards en su libro Persona Nongrata, solíamos ir a almorzar con Virgilio Piñera, Pepe Rodríguez Feo y algún que otro, si Virgilio o Pepe lograban conseguir una mesa tras largas horas de cola, y nos llamaban para la grata tertulia del mediodía. Todavía esos restaurantes eran accesibles a los cubanos de a pie si se tenía la suerte de alcanzar un turno.

Oficialmente Heberto y yo nos casamos el 25 de enero de 1971, pero viviamos juntos desde finales del 67. Fueron testigos de la boda Miguel Barnet, David Buzzi (sí, el mismo que era informante de la policía y cuya función era colarse en casa, haciéndose pasar por gran amigo de Heberto); Alberto Martínez Herrera y no estoy segura si el mismo Jorge Edwards. Fuimos a celebrar, con cake y todo, a casa de Miguel. Recuerdo que yo llevaba unos aretes de piedras verdes que habían sido de Ana María Borrero, la hermana de la poetisa y pintora Juana Borrero, y que me había regalado mi querida Mercita Borrero. Y ahora cierro los ojos y puedo verme con aquel vestido suelto, de flores muy tenues sobre fondo rosado y mandarina, que caía en tachones desde la cadera, y que me había cosido Argentina, una modista que podía competir con las mejores de París y que siempre me hacía mi ropa en La Habana. Un verdadero privilegio, cuando se conseguía unas yardas de tela.



3-SMA: Hasta el 1970-71, según tengo entendido, que usted va a la cárcel. ¿Qué tiempo cumplió y dónde?



BCM: El 20 de marzo de 1971, muy temprano en la mañana, y sábado, la Seguridad del Estado asaltó nuestra casa, y nos detuvo a Heberto y a mí. No, no cumplimos cárcel, sólo esos 37 días Heberto, y yo 3 días, ambos incomunicados en los cuarteles de Villa Marista.

Cárcel han cumplido muchos cubanos, cárceles eternas, de más de veinte años. Pero un segundo en la Seguridad del Estado, en aquellas condiciones, fue para mí un siglo robado a mi vida.

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4-SMA: Usted llega al exilio, sale primero de Cuba que Heberto Padilla, su esposo en aquél entonces. Llega además con uno de los casos más conocidos de atropello a un intelectual, poeta, en todo el mundo. ¿Cómo recuerda la partida, primero, la llegada al nuevo país después?



BCM: La partida fue muy emocionante, en todo sentido. Salí el 29 de abril de 1979. Yo quemaba las naves, sabía que no iba a volver, lo habíamos convenido Heberto y yo. Salía precisamente para tramitar su salida una vez en el exterior. La historia es larga y está en mi libro en preparación La buena memoria. Sí, salí con un permiso especial de Fidel Castro. ¿Cómo podía ser eso? Del mismo modo en que han podido ser muchas cosas en mi vida, sin poder. Ya lo leerá en mi libro.

Por supuesto, tuve que pagar caro esa osadía. Estuve 18 años sin ver a mi hija. Y gracias a Dios que pude venir con Ernesto, mi hijo con Heberto, entonces de 6 años En Cuba dejaba a Heberto a la espera de mi gestión, y a María Josefina, con sólo 13 años, hija de mi primer matrimonio, y que vivía con nosotros. Mis padres me esperaban en Miami. Habían salido de Cuba en agosto del 1966, y vivían en forma muy modesta en el North West de la ciudad. Estuve allí hasta que el gobierno de Cuba me chantajeó con aquello de que si no me iba de Miami, Heberto no iba a salir. Entonces, tomé un ómnibus y me fui a la ciudad de Elizabeth, en New Jersey, a casa de mi amiga de la infancia, Elkes Arjona, que ha sido para mí -al igual que todos ellos- una verdadera familia. En Elizabeth, una madrugada, vi caer la nieve por vez primera. En esa ciudad trabajé como administradora en una tienda de ropa de un cubano, y luego en otros sitios. Siempre como ilegal, pues sólo tenía estatus de turista. Si me asilaba, el gobierno cubano tomaría represalias contra Heberto y mi hija, así que tuve que hacer gestiones sin que se enterara la Seguridad del Estado.

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5-SMA: En alguna ocasión he visto, leído, sus opiniones sobre los intelectuales cubanos que viven en la isla. Creo, sin embargo, que en muchos ejemplos son gracias a una dinámica, casi costumbrista por lo longo del último gobierno, y que tuvo su mejor exponente en el maestro, Cabrera Infante, quien ya no solamente hablaba mal de sus compatriotas, aseguraba que no había escritores buenos en la isla. Como llevo relativamente poco tiempo viviendo en España y soy nacido años después de las expropiaciones y sentada de Castro en el poder, (es impresionante cuando desde estas riveras uno se entera quienes eran sus compinches y cuantos le ayudaron) es muy posible que no sienta el mismo rencor. Dudo además de que todos por que vivan allí sean culpables o agentes de aparatos represivos. Me resisto a pensar que todo el que publicara sus libros en Cuba o viajara a Barcelona para luego regresar, sea un testaferro del gobierno.

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BCM: Nunca he pensado que todos los cubanos que publican en el extranjero y viven en Cuba sean testaferros del gobierno, pero si lo hacen es porque mantienen una doble moral y se las agencian para que no los invaliden. Es verdad que la situación no es ya la misma que cuando yo dejé la isla y hay mil formas ahora de mostrar más independencia. Pero sé que la Seguridad del Estado no ha dejado de meter las narices en todo lo que pueda y de que los agentes castristas andan por España y por muchos sitios, especialmente detrás de los cubanos. No es por casualidad que los escritores y artistas cubanos que publican en el extranjero y viven en Cuba se mantengan apartados de los del exilio. En la mayoría de los casos los que propician el acercamiento son siempre los exiliados. Pero las ventajas de ser un escritor o artista viviendo en la Isla y publicando o actuando en el extranjero tiene un precio. No necesito decírselo. No guardo rencor contra nadie, no importa que viva en la Isla disimulando, y viaje y disfrute un poco. Pero considero ese modo de vida una esclavitud espiritual y no lo quiero para mí. Yo escogí la libertad. No me gusta el disimulo, no soy valiente, pero también puedo ser una tigresa cuando me atacan. Eso es todo.

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6-SMA: Y teniendo en cuenta mi comentario anterior: ¿no es momento de que el exilio busque estrategias más flexibles que permitan un diálogo entre nosotros, los cubanos de aquí, y los de la isla?

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BCM: Mire, yo no tengo que buscar nada, ni creo que el exilio tenga que hacerlo. Aquí el problema es uno: la libertad de los cubanos. Eso no se negocia. Se es libre o no se es. Cuba, por desgracia, es una gran cárcel. ¿Quién se va a reconciliar con una cárcel? Linden Lane Magazine no tiene puertas, ni rejas. Ni tampoco La Casa Azul. Están abiertos para todo escritor y artista decente que quiera exponer su verdad y su obra, como lo han hecho ya varios que viven en la Isla. Les doy la bienvenida y los publico y promuevo. Somos una sola literatura, un solo arte, una sola música, pero vivimos rodeados de energías diferentes. Las vibraciones de nuestra pobre Cuba, gobernada por una tiranía muy viejita, no son las mismas que las de las tierras de libertad de este universo. Eso es todo. Yo he hecho lo que he podido, y lo que no también, para que los artistas y escritores cubanos del exilio, y los de cualquier otro sitio, tengan un espacio, sin compromisos ideológicos.



7-SMA: Viniendo de usted, comprendería que argumentos y motivos le sobren, pero quiero agregar esta pregunta: ¿Prima el deseo de castigo a los verdugos ante una esperanza, una búsqueda, de reconciliación entre cubanos?

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BCM: Yo no busco venganza ni me creo Dios para castigar a nadie. Cuando se habla de reconciliación parece que se está hablando de reconciliación con la tiranía. Eso no me interesa, ni busco nada que no sea una verdadera libertad para Cuba. Si el actual gobierno de Cuba decidiera dejar en libertad a todos los presos, si diera libertad de comercio, libertad de expresión, libertad de entrada y salida del país, y dejara que el pueblo escogiera a su próximo presidente, no tendría inconveniente en saludar esa nueva actitud. Pero como eso no es posible, y como no soy más que una mujer que escribe, lo dejo a los políticos mayores.



8-SMA: Usted vive en EE. UU., podrá darnos su opinión sobre el candidato Barack Obama, a la presidencia. ¿Cómo cree que repercutirá en Cuba y cuáles serían las posibles mejoras, o desmejoras con su mandato?



BCM: Me parece un hombre muy atractivo en lo personal, que arrastra gente, con gran carisma, y a pesar de todo lo que se dice y se habla contra él, no me da ningún miedo. Sencillamente vivimos en una democracia muy segura, y el señor Obama es un hombre civilizado, con encanto, graduado en Harvard, no creo que sea un “liberal” bobo. Pero además, un presidente de Estados Unidos jamás podrá convertirse en un dictador, porque para eso están las leyes y un sistema muy bien estructurado. Me da gusto ver cómo ha llegado el momento en que un hombre de la raza negra se convierte en candidato, y popular, a la presidencia. Eso está muy bien. No soy “fan” de Hillary, pero lamento que Obama no la haya llevado como vice. Sería otra forma de decir que la mentalidad de este país está cambiando.

Puedo no simpatizar con una figura política, pero la respeto. Este es un país maravilloso que todavía tiene muchas sorpresas que ofrecernos. Vuelvo a repetir, no me da miedo Obama, no lo veo como comunista, ni musulmán, sino como parte de una nueva corriente política. Algo novedoso.

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9-SMA: Soy de un pueblo totalmente contaminado por la religión. En Remedios, en la costa norte, antiguamente Las Villas, hay más iglesias que bares. Algo desproporcionadamente absurdo, claro. Pues allí sobreviven más de 300 demonios desde tiempos censados y novelados por don Fernando Ortiz. Allí aprendí a relacionarme con los vivos y atender los egun. Falto de madrina, para cuando visite los EE. UU., me pasaré a que usted me de la suerte. Pero mi inquietud es otra. Sí, pues desde hace unos años para acá la religión afrocubana está presente ya no solamente en EE. UU, también en cualquier país de Europa. Es una señal inequívoca de traslado cultural. También un negocio de millones de dólares al año. Sabemos que Orumila, que es en quien yo creo, y en Ifá, viajó el mundo entero. Hasta China, y no le gustó. (Abreviando) Pero: ¿Fundamento en New York, Nganga en Toledo?



BCM: Yo no sé nada de religiones afrocubanas, lo siento. Apenas si recuerdo haber visitado algún babalao en La Habana. Mi educación fue católica, y cuando más, visitaba alguna espiritista en Santiago, muy buena, por cierto. Lo mío es otra cosa. Lo espiritual, la metafísica, el mentalismo, la hipnosis, la sanación con las manos, el movimiento de la fe, cierto espiritismo, y todo lo que tenga que ver con lectura de la mente y visualización. Soy una cristiana, una seguidora del pensamiento del ministro Kenneth Copeland y su Movimiento de la Fe, que él promueve; creo que la Palabra de Dios lo puede todo (Hágase la luz, y la Luz se hizo), me alimento de la Biblia y de otros textos. Creo en el Espíritu Santo, en la Trinidad. No sé bien cómo, pero soy una “profeta” (según lo señala San Pablo en Corintios); una síquica para algunos; alguien que lee mentes, lee el “futuro” (que no existe, por cierto); pero sí “adivino” lo que el otro piensa y no dice. En fin, que ésta es también otra misión que parece me han dado. Ya ve, soy una consejera espiritual, pero distinta, una terapista del alma, como quiera llamarle. Creo en las energías y las vibraciones y creo que uno puede conseguir todo lo que quiere, si lo desea de verdad. Vivo en ese mundo.



10-SMA: Su libro último de poemas ha sido muy elogiado. Siempre viene bien un empujón para el ánimo, la certeza de que se sigue buen camino.



BCM: Ese es un libro escrito mayormente en los años sesenta y pico y setenta en Cuba. Fíjese en el título, La otra mejilla. Esa es mi divisa, pero muchos de los que hablan de reconciliación no ponen la otra mejilla. Tengo otro sin publicar, Los poemas de la mujer de Lot, y otro en preparación, Los Salmos de la Reina de Saba. Más tres novelas inéditas y mi libro La buena memoria, en contraposición al de Heberto, que se llama La mala memoria.



11-SMA: ¿No la han invitado a presentarlo en Madrid? ¿Cómo lo adquirimos los interesados?



BCM: Estoy muy feliz de que las Ediciones ZV Lunáticas, que dirige mi amiga Zoé Valdés, lo haya publicado. Le agradezco que haya pensado en mi libro. Nadie me ha invitado a presentarlo en ningún sitio, salvo la presentación que hizo Zoé en París. Quizás por eso de que yo misma he bloqueado esa posibilidad, porque casi no viajo. A menos que haya un tren de acá a Madrid. Pueden solicitar el libro a, Lunáticas. AP 2 bis rue Crillon 75004 Paris France.



12-SMA: Otra vez agradecer la posibilidad de esta "charla". Si quiere agregar algo a los lectores, ahora es el momento.



BCM: Sólo añadir que pueden visitar mis blogs y ver allí toda la labor que realizo. Pienso abrir otro, con versión también en inglés. Se llamará Eternamente Jóvenes y Bellos (Forever Young and Beautiful People), donde voy a tratar sobre la alegría de vivir y estar siempre jóvenes, bellos, y no perder de vista que la espiritualidad es un aspecto muy importante del cuerpo. Todo lo que está en el espíritu se refleja en el cuerpo. Dios es Amor, y con eso se dice todo.

Gracias a usted, amigo Chago, por la oportunidad de expresarme.

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http://www.belkiscuzamale.blogspot.com/ , http://www.lacasaazulcubana.blogspot.com/, http://www.lalacasaazul.org/ y http://www.belkiscubanparadiseart.blogspot.com/



Efory Atocha agradece a Emilio Ichikawa el que publicara esta entrevista. Y a su amiga, la transcripción.

14 comentarios:

  1. Excelente. De verdad muy buena entrevista. Por amabas partes.
    Los felicito.

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  2. Gracias a ti, poeta. Un gusto la "charla". Un honor que me brindaste.

    Al anónimo, por lo menos ponte un nombrete para agradecerte el comentario.

    Gracias.

    Saludos.

    Ch.

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  3. Valiosa entrevista. Me ha permitido conocer un poco más el mundo de Belkis, al que las tantas censuras y durante tantos años, habían reducido a un nombre en aprietos. Me ha permitido acercarme agradecido a una mujer incansable y en plena forma. En fin, gracias. Por eso, y por haber llegado a esta página.
    Éxitos.
    Guillermo Aldaya

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  4. Muchas gracias, todo mérito es de la poeta entrevistada.

    Saludos.

    Ch.

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  5. llegado aquí, pincha sobre mi nombre y mira este vídeo, por favor. Sana.
    Muchas gracias por todo.

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  6. Te felicito por la bellísima entrevista. Sólo una cosita, Guillermo Cabrera Infante no se expresó de esa forma como lo dices acerca de los escritores de la isla. Dijo que ningún escritor de la isla, que viviera dentro, podía ser libre, y que era la razón por la que su obra no podía ser buena ni verdadera. Yo estoy de acuerdo, ejemplos sobran. Se refería a los autores que son editados, por supuesto, para ser editados tienen que hacer mil malabares en contra de la censura, de la autocensura, y demás. Gracias a Belkis, una gran dama de la literatura. Zoé Valdés.

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  7. Agradezco el comentario, la visita: me reafirmo, es sí, en lo dicho.

    Cabrera Infante, en gloria esté, era hombre de bilis cutánea, y, sí, más de una vez afirmó que en Cuba no quedaban escritores buenos.

    La misma tontería decía de los músicos. Un poco más escalofriante.

    Seguramente sabía lo que decía, tenía conciencia de la provocación.

    Yo conozco poetas inmensos en Cuba. Yo publico buena literatura cubana escrita en la isla de Cuba. Lo de las concesiones, no estoy tampoco seguro de que sea tan radical.

    En fin, que me gusta la diferencia, la variedad de opiniones.

    Saludos.

    Ch.

    * Por cierto, recuerdo una tarde de ¿1996-97??, en en Parque del Buen Retiro y la Feria del Libro, aquí en Madrid. Tu estabas firmando y Guillermo Cabrera Infante firmaba en las casetas de enfrente. Fue curioso, ambos observamos que tenías tremenda cola y él estaba conmigo.
    Por esa Feria también estaba Jacobo M. y Carlota Caulfield.
    Además de unas novias que tenía y que le simpatizaron mucho al maestro.

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  8. En otra feria nos pusieron juntos, con Saramago, de ese día tengo foto y anécdota; y la cola era para él, desde luego. ZV.

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  9. Chago, Guillermo Cabrera Infante era mi amigo, y no tenía ninguna bilis cutánea como dices. Lo conocí mucho, era el hombre más diverto, brillante, y muy certero. Bilis cutánea tienen, sin embargo, muchos en Cuba. Zoé Valdés.

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  10. Zoé, más allá de las virtudes del maestro GCI., y de tu amistad con él, creo que la entrevista y la poeta merecen otros comentarios, y yo el derecho a opinar, preguntar lo que humildemente creo.

    Por otra parte, no soy el "defensor del escritor isleño quedao en la isla".

    En cualquier página del mamotreto, Mea Cuba, encontrarás lo que no tengo ahora deseos de citar.

    En fin, la pregunta fue respondida, seguramente tan bien comprendida como lo hicieras tú, que bien sabes no eres la única amistad que tuviera nuestro ilustre escritor oriental, querida.

    Más saludos desde Atocha.

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  11. Gracias a usted, estimada amiga:un gusto tener tan ilustre visita.

    Saludos y más veces.

    Ch.

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  12. Ah, no, no somos el mismo. El otro, por lo que dices, puede ser un maestro del dibujo, la caricatura.

    A lo mejor.

    Ch.

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  13. Gracias a Anónimo, Algodar,a Guillermo Aldaya desde Brasil, a la querida Zoé, a Eufrates, y a Chago por los comentarios sobre mi entrevista.

    De GCI, más Abel que Caín para mí,tengo recuerdos y agradecimientos. Ojalá no se haya perdido y conserve en los archivos de Linden Lane Magazine el original de un artículo suyo (con correcciones a mano) que tuvo la gentileza de darme para su publicación hace años.
    Eufrates, querido amigo, el camino a Texas y ese libro de que hablas son otra historia geminiana que Chago quizás ignora, por eso no se mencionó en la entrevista, y con gusto te contestaré.
    Mil gracias y bendiciones a todos,
    Belkis
    www.belkiscuzamale.blogspot.com
    www.lacasaazulcubana.blogspot.com

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  14. M uy a pesar de que ha transcurrido bastante tiempo de esta entrevista, recien es que yo la he logrado leer, si conocia, viviendo en Cuba, de todo lo que supuso el Caso Padilla, pero mas que nada, por la connotacion internacional, para nadie es ajeno que alrededor de todo lo que signifique "libertad de opinion" existe toda una telaraña en la isla, de manera que no es posible conocer la realidad, ahora, que vivo en el xterior, he podido conocer mas de todo aquello, incluso, no conocia ni quien era Belkis, muchas bendiciones, si , tambien yo creo en la espiritualidad, en el espiritismo, y eres un ser que viene irradiando luz para los que te tocan y se acercan a ti, gracias por existir!

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