Venezuela: melodía nazi fascista del 2009

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Venezuela: melodía nazi fascista del 2009

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Por José Antonio Parra

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--------------A O.M.S.

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La oposición venezolana ha devenido en un territorio para la confusión. Si bien en las últimas elecciones se obtuvo la mayoría de la votación en la zona central y los estados principales del país, el régimen apelando a sus tácticas nazi fascistas ha ido aún más lejos con su barroquismo leguleyo al crear figuras que estén por encima de las autoridades democráticamente electas. Esa es la principal realidad. Ahora navegamos las aguas de sectores de poder ganados limpiamente y que deben servir de trampolín para que, de acuerdo a sus gestiones, sigamos ganando espacios sobre todo en el ámbito rural.

El régimen no va a ceder en su plan para instaurar en Venezuela un sistema nazi fascista que fue programado por el neo fascista y antisemita Ceresole, la consigna final en este caso sería: Lo que quiere la masa es la destrucción total del enemigo o su rendición incondicional, de modo pues que el así llamado socialismo del siglo XXI no es más que una fachada para un efecto aún más maquiavélico.

El plan del régimen ha salido a pedir de boca: una resistencia agotada, el movimiento estudiantil desarticulado y en la práctica un sistema nazi creole muy bien instaurado; vemos como Chávez Frías puso en acción a pandillas de delincuentes bajo la denominación de círculos bolivarianos, que no son otra cosa que el mismo esquema utilizado por Hitler con sus tropas SA y posteriormente, al tratar de convertir a la fuerzas armadas en milicia, recrea las unidades SS, la cena está servida.

Por otro lado la oposición ha sido inepta en su accionar, ha caído en el fenómeno de la histeria, en el menosprecio del chavismo, mientras Chávez con toda calma y cordura llevaba a cabo este ensamblaje o experimento político de pésima muerte.

Conceptos básicos

Antes de continuar es menester entender la noción de Estado en tanto entidad atemporal que trasciende a cualquier régimen o forma de gobierno, en este sentido el Estado está constituido por nuestros ancestros, por nosotros, quienes padecemos la realidad aquí y ahora, hic et nunc, y por quienes nos sucederán en la experiencia temporal. Lo que Chávez Frías pretende es desarticular un modelo democrático de Estado para llevarlo al terreno de la nivelación de sus ciudadanos hacia abajo y hasta el mismo agotamiento, con un régimen interventor e hipertrofiado que regule las relaciones económicas de sus ciudadanos hasta la anulación total del individuo

Cómo ha sido guiada la oposición en este pathos

Desgraciadamente la oposición perdió oportunidades doradas para reconquistar el poder y abrir espacios libertarios durante los sucesos del once de abril, lamentablemente una banda de pillos orquestada por Pérez Recao lanzaron un golpe increíblemente estúpido que sólo logró sostenerse unas horas, nótese aquí que, desde una perspectiva simbólica Chávez cae un viernes y un domingo regresa inmaculado de los cielos con todo el poder. Quedan dos preguntas en el aire ¿por qué el General Baduel actuó con total apego a la constitución en una situación de facto? Y ¿por qué el General Vásquez Velasco no asumió el control del Estado ante el desastre que estaban poniendo los civiles implicados en la conspiración?

La segunda intentona vino con el paro petrolero, en el que unos tecnócratas, jugando a aprendices de brujos lanzan la paralización del complejo petrolero nacional, sin medir exactamente las consecuencias de sus actos. Ya en este momento habían muchos factores en juego que me hacen recordar las tristemente célebres experiencias decimonónicas venezolanas, me refiero en este caso a Joaquín Crespo, uno de los peores gobernantes que ha reportado la historia venezolana y sus famosas máximas: 1) el río Guaire es como el tesoro nacional y todo depende de la totuma que usted lleve para sacar de él y 2) una oportunidad en que un grupo de estudiantes le gritaron ladrón, los ministros que acompañaban a Crespo al ver esto le sugirieron que hiciera algo, ante lo cual Crespo dijo; déjenlos tranquilos que dicen la verdad. Al menos Joaquín Crespo tenía más coherencia que Chávez porque, hoy en día, dada la entrada de dinero producto de los precios del petróleo y lo pobre que este auge se refleja en las calles, aquí está pasando algo muy grave.

Por último tenemos a una fuerza telúrica que surgió con total honestidad y carácter genuino: el movimiento estudiantil. Cuando este movimiento sacó sus garras otros analistas y mi persona pensábamos que sería infiltrado, como era de esperarse, por el G2 cubano, pero no, no hubo necesidad de ello, la misma oposición que ya venía de estos fracasos, se dedicó a obsequiar preciados bienes como blackberrys, dineros y otras cosas con tal de tener su parque político propio. Esta denuncia fue hecha a su debido tiempo y más de uno pegó el grito en el cielo, fui, insultado --con todo y haber derramado sangre en el experimento de la “guarimba”-- y vapuleado hasta que entendí cual había sido mi falla por uno de estos elementos que pegaron el grito en el cielo: había que callar, en otras palabras continuar con los mismos viejos vicios o quizá más extremo aún el fin; la obtención de parcelas políticas, justificaba los medios: la corrupción de un movimiento puro.

Y ahora qué

Ante el actual estado de división que experimenta el país político y la cultura del robo que pretendí ejemplificar con Joaquín Crespo o con el mismo Antonio Leocadio Guzmán y Juan Vicente González a quien a aquél llamaba traga libros y éste le respondía traga libras, es muy difícil desmontar una cultura de la corrupción tan afincada en las raíces de la idiosincrasia venezolana, el Estado sobrevive por un pequeño grupo de ciudadanos que tienen sus ideales intactos y no se prestarían jamás para ese tipo de fechorías. Venezuela es un país de corruptos y de sádicos.

El esquema iniciático de Chávez Frías, visto desde una perspectiva jungueana que es muy apropiada para fenómenos socio antropológicos devino en primer término en el arquetipo del héroe bolivariano zamorano; no obstante hoy en día ha devenido en el arquetipo del titán, imposible de vencer de una manera frontal. No me queda más que decir sino dejarlos en palabras de Michel Foucault: el enemigo estratégico a vencer es el fascista que cada uno llevamos por dentro.

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