"Aminatou Haidar: La Dignidad. Una lección invisible para un exilio cubano"

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---Aminatou Haidar: La Dignidad.
----------(Una lección invisible para un exilio cubano)
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Por L. Santiago Méndez Alpízar / Chago
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La tozudez reiterada exprofeso acarrea, también, como todo en esta vida, las ganancias adecuadas y el consiguiente engrase mediático. De posibles ejemplos tenemos colmada nuestra Historia reciente. Grandes tozudos han saturado con extremas maneras y hechos nuestro siglo ido y por el que ahora navegamos.
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Si hago un menor balance del asunto, lo único que llevo en claro, puede que sea el carácter machista y superfluo que -sempiterno le he llamado otras veces, siempre encuentro una chispa romántica, patriótica en estos individuos- se riega como el mal vino que no mejora ni con los años, y que tan nuestro sin embargo sigue siendo.
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Una manera sencilla, eficaz, de llegar a ninguna parte es radicalizar el asunto.
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Si se trata de temas que acontecen a muchos, como puede ser el futuro de un país. O por lo menos de cierta diáspora politiquera que pensó (¿piensa?) siempre más en afincar(se) simientes, forjar una superestructura Exilio, y desde ella competir. Que en cualquier otro supuesto que lleve implícito la renuncia de la dialéctica del agravio. La conclusión del propio exilio.
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Y es que a diferencia de otros exilios, el nuestro es su propia meta.
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Hace pocos días una mujer valiente, una, solamente. Puso en vilo durante poco más de un mes a medio mundo. Aminatou Haidar se declaró en huelga de hambre en el Aeropuerto de Arrecifes, Lanzarote, Canarias. En un aeropuerto de una isla pegada al África Occidental, pero europea. Que no deja de ser curioso.
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Luego de que las autoridades ocupantes marroquíes la echaran del país, bajo falso pretexto de no querer rellenar un determinado formulario. Digo falso, pues con ella viajaron dos periodistas que la acompañaban en el vuelo, y que también fueron detenidos, aunque los liberaran más rápidamente. Y quienes en su momento denunciaron la estratagema de las autoridades del singular reino vecino.
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Con 54 kilos llegó a la quinta semana de huelga, ya las úlceras del estómago sangraban y achaques de torturas recibidas durante años de encarcelamiento en infrahumanas celdas del Maghreg, la obligaron a pedir ayuda médica: firmando antes y haciendo saber su voluntad de no ser alimentada a la fuerza.
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El ingenuo Moratinos le propuso varias fórmulas para que cejara con el ayuno. Pero ella lo que quería era regresar a su casa de El Aaiún: viva o muerta, confirmaba.
Ofreció el ministro nacionalidad española, asilo y más garantías para la señora Haidar, que ya había obtenido su Tarjeta Residencia. Incluso lo escuché y vi en la TV Española asegurando ayuda a la activista por la independencia del Sáhara y su causa.
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Pero Aminatou lo que quería era regresar a su casa de El Aaiún: viva o muerta, confirmaba. Y sin por ello tener que pedir perdón al Rey de Marruecos, que solamente eso hubiera bastado. Pero la señora Haidar una vez y otra aseguraba no tener razones para pedir el perdón de nadie.
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Por desacato la juzgaron y condenaron a pagar 180 euros. Por montar su hayma en el aeropuerto. Ya era tarde para cualquier otra sentencia: tenía la señora Haidar una creciente minoría que exigía su regreso y denunciaba el atropello del gobierno marroquí y la incompetencia del ingenuo Moratinos, Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno ¿Socialista? de José Luis Rodríguez Zapatero: uno que parece que no moja, pero empapa. ¡Y que no pierde ni a las mentiritas! Pero eso es otro asunto para otro momento.
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Y con la convicción que se tiene cuando la razón, la verdad, es mayor que la injusticia, aunque ésta pueda partirte en dos. Llegó, como he dicho, a la quinta semana de estar tirada: 32 días de no probar más que Té. Agua con azúcar. Y en el que por fin, el ingenuo Moratinos ¿su Majestad Don Juan Carlos? encontró la manera de que Mohamed VI permitiera el ansiado regreso de la valiente mujer al Sáhara Occidental. Para entonces miles ya habíamos firmado, que menos se puede hacer, cartas y denuncias y más de un Premio Nobel animó a hacerlo. La creciente minoría era una masa activa con rostros de destacados artistas e intelectuales que colgaban el S.O.S en la Web, o salian en los medios, y de manifestantes en diferentes ciudades de Europa que situaban para el mundo un conflicto que dejó irresoluto España en 1976, con relación a la independencia del pueblo Saharaui. Sí, porque de pasar de españoles a la fuerza. Y de haber participado de la misma hambre y la misma guerra que los peninsulares, a los saharauis les fue negada su autonomía, independencia. Mauritania y sobre todo Marruecos se llevaron a una nueva aventura colonial a los saharauis. Y aunque ni siquiera Naciones Unidas reconozca la soberanía marroquí, poco ha importado al mundo los abundantes atropellos del que han sido victimas.
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Convencido de que únicamente la verdad podrá abarcar cualquier ángulo, resquicio, espacio posible de convivencia. Me pregunto si en vez de zapatillas para desfilar por los infinitos años de desencuentros e imperios, de sueños ajenos en países ajenos y que se asumen en la medida en que seas capaz de asumir el compromiso de la heterodoxia yuppy que años primeros forjó el glorioso y sobre todo, lucrativo, negocio de la huida perpetua.
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Si alguno de esos politiqueros de pacotilla, o sus tarugos, que se anuncian en medios y que van de pitonisas dichavadas desde hace medio siglo, y que al cabo de tantos años siguen encontrando mañas para encantar a incautos, interesados adulones, recaderos para empresas de mantenimiento del ego. Me pregunto si hubieran tenido la mitad de la convicción, el valor, la honestidad de la señora Aminatou Haidar, si nuestra historia no hubiera sido bien diferente.
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Pero la escuela fundadora fue otra: la competencia, el negocio de la separación y la ruptura. ¡Patica pa qué te quiero! Y lengua: mucha lengua!!
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Y así llegamos a más de medio siglo y 3 millones, dicen, de cubanitos desperdigados. Engordando la empresa Exilio que es lo más productivo, eficiente, económico que hemos conocido igualmente. ¡Capaz de sostener la economía de dos países! O más.
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Y ya podrás ser Reinaldo Arenas, Guillermo Rosales, José Mario…O cualquier otro nombre que nadie pueda opacar y estar vivito y coleando: Almelio Calderón Fornaris, Pedro Marqués de Armas, Rogelio Saunders, Julio Fowler, Alberto Lauro, Ariel León, José Manuel Poveda... los culones seguirán ocupando tu sitio, engordando nalgas y lenguas con idéntica dialéctica. ¡Nada detiene la lengua ni los deseos de protagonísmo de un patriota huido! No tendrás espacio si no bailas al Son del patriota ausente.
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Atentos al reclamo oportuno de una derecha que tampoco encontró maneras de transformación , reciclaje, ni fundamentos diferentes, superiores a la del siglo pasado, los bocazas insignes suelen coincidir con el firmamento de un exilio forever.
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El exilio además de nuestra verdadera República posible, de momento, más que plural sigue siendo un festín kish de invitados con pajaritas fosforescentes: con una mesa manichada por los culones que decía arriba, y que no son menos viejos que los viejos otros que en Cuba gobiernan, en todos los sentidos: incluidos los bisoños, igual de viejos. Sigue siendo Uneac y sucedáneos: Fundaciones fantasmas, Revistas fantasmas, Cadenas de Radio y Televisión fantasmas, componedores de blogs fantasmas, y fantasmas blogueros. Y como colofón: vidas completas partidas en apoyo incondicional para un bloqueo fantasma con el que se consagró la rentabilidad del dolor. Proyectos todos enfocados desde el único punto de vista que emana de la tozudez. Del empobrecimiento de ideas. De la carencia peor, que es la que provoca lo fácil.
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Normal entonces que no quieran saber nuestros exiliados politiqueros cacareantes de algunos defensores de los derechos del hombre. Normal que prefieran decir no a una persona que pone en peligro su propia vida, ninguna más. ¡Ni mirarla! Normal que tuerzan el cuello.
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Ante el mismo dilema respondió Aminatou: "Pero también está mi dignidad, mi lucha legítima por un derecho individual, el de volver a mi patria, a mi ciudad, a mi casa". "Sólo entonces dejaré la huelga de hambre". "Si yo cedo es posible que expulsen de la misma manera a otros muchos saharauis".
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Valga realizar una aclaración, pues me resulta importante destacar que la señora Aminatou regresaba a su casa de El Aaiún, del gran país que es los Estados Unidos de América. De recibir un Premio al Coraje Civil, por la Defensa de los Derechos Humanos, otorgado por la Fundación Train. Quiero aclararlo, pues a veces se vende una imagen ridícula del monstruo yuma. La misma imagen que interesa a nuestro determinado exilio.
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Y aunque ciertamente estas noticias, hechos,- ¡como hay!- pasan inadvertidos para la mayoría de nuestros valientes pillos del exilio más catolicón, rancio y derechón. Como si la lucha por la dignidad no fuera cosa universal. Tiene su justificación meridiana: es más fácil, provechoso, engordar las nalgas y la lengua. Es como la lucha cuerpo a cuerpo por el chat. Como los valientes que ofenden protegidos por 7 mares de e-mail y que en la vida real son tarecos de resonancia, escurridizos y muy hábiles mosqueteros...Perdón, quiero decir, jinteros, de la saliva por el dólar.
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Para mi amiga Magnelys, que sí lo notó.
Imagen tomada de la Web.
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