martes, 20 de octubre de 2009

Francisco Morán: Poemas

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Dos poemas (inéditos) de Francisco Morán
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SINFONÍA DE LOS ADIOSES
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Los músicos comienzan a marcharse
-----------------------------uno a uno.
Se retiran en silencio,
sin dejar atrás una sola marca de nostalgia,
o de arrepentimiento.
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La sala, iluminada todavía por candelabros y manjares,
se va vaciando de su propia música.
Las partituras permanecen en su sitio,
pero el pentagrama se ha vuelto ya ilegible,
------------------------y desquicia las maletas,
la rosa de los vientos de los viajeros.
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El clavicordio se enfrenta a su deterioro
--------------------------sin un quejido.
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Como a una fruta desterrada del paraíso,
le están vedados el sabor, los naipes de la esperanza,
--------------------------las bodegas de los barcos.
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Las crines de la noche se recojen en un pañuelo
macerado por el sudor de los atriles más profundos.
Y en el paisaje lunar de la muerte
-----------------------------resuenan pasos ajenos,
olorosos a rosas desdentadas
que requiebran los pavorreales de la destrucción.
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Hagamos nuestras propias conjeturas
sobre el regazo carcomido de la madre,
-------------------------------y, entre espasmos,
acariciemos el borrón inflamado, intraducible,
......................................de ciertas palabras.
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El gusano de la sangre – no hay que olvidarlo –
tiene un excelente oído para la música.
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THE VAMPIRE STATE
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¿De dónde fluyen tanta sangre,
tantos fragmentos del cuerpo
--– piernas, brazos, sexos duros, soberbios –
capaces de mantener la erección
más allá del último estertor,
después que a todos los fluidos
se los ha tragado la cloaca del matadero?
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¿De dónde viene la corriente subterránea
de tanta sangre fresca?
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¿De la noche?
Si yo pudiera encontrar
la fuente originaria de la sangre,
no una vena cualquiera,
-------------------sino la vena
--– la inefable vena de la sangre –
y pudiera palpar la fuerza del torrente,
hundir en él mi boca
y bebérmela toda hasta secar sus caminos,
la intimidad de sus meandros
cuando se acerca al trébol del corazón.
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Si yo pudiera, inflamado por tanta sangre,
caer dormido,
y descansar.
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No sentir que un vértigo se despereza entre mis piernas,
ni que la lengua adquiere otra vez
una consistencia infernal
cuando pasa tu cuerpo desnudo,
engrasado de sudor
como una herramienta.
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Otros poemas de FMorán, Aquí.
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Francisco Morán, EditorSpanish American Modernism, Gender Studies, Orientalism, Cuban Literature.
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