jueves, 29 de octubre de 2009

Arístides Vega Chapú: "El Moro" Edición especial dedicada a Fayad Jamís Bernal

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Edición especial dedicada al poeta Fayad Jamís Bernal (Ojocaliente, Estado de Zacatecas, México, 28 de octubre de 1930- La Habana, 12 de Noviembre de 1988)

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El Moro
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Por Arístides Vega Chapú
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Había leído todos sus libros publicados. Me sabia algún que otro verso de esos poemas que, sobre todo en los ochenta, nos sirvieron de himno tal y como lo fueron entonces las canciones de Silvio Rodríguez.
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Había visto innumerables reproducciones de algunos de sus cuadros más reconocidos y había permanecido horas frente a los que en el Museo Nacional de Bellas Artes llevan su firma.
Desde pequeño había escuchado que aquel famoso hombre era nuestro paisano. Su padre y mi abuelo se habían reconocido en Cuba como emigrantes árabes recién llegados a una isla de la que ninguno de los dos saldría nunca más.
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Viví en la ciudad de Matanzas varios años. Allí conocí a Margarita. A la que nadie presentaba como la esposa, o compañera, o amiga de Fayad Jamís.
Era tan simpática, inteligente y sociable que ella por sí sola ganaba amigos y abría puertas sin necesidad de hacer saber su parentesco con figura tan reconocida.
Por ello demoré en saber que era la compañera de uno de mis poetas preferidos entonces, de mi paisano Fayad Jamís.
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Una mañana que me disponía a viajar a la Habana desde la ya oscura, desvencijada y descolorida Terminal de Matanzas, apareció Margarita con un paquete de medicamentos que debía llegar a manos de Fayad, ya enfermo de esa dolencia que se apoderó de su valiosa vida.
El plan de ella era bien simple. Entregaría el paquetico de medicinas a cualquier chofer, el primero que saliera para la Habana y Fayad lo recogería en la terminal de la Habana.
Un plan certero y posible hasta que me divisó en medio de las muchas personas que siempre aguardan en una terminal. Y puso en mis manos las medicinas que quedé en llevarlas hasta el mismo apartamento del Moro, en el Vedado.
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Sin saberlo Margarita me había dado la posibilidad de conocerlo personalmente.
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---Lo primero que hice apenas toqué a su puerta y él mismo la abrió fue hacerle saber que eramos paisanos. Fue suficiente para que Fayad me permitiera ver sus cuadros recién terminados y aún expuestos en los atriles en que los creaba, hurgar entre sus amplísimos libreros, ver con el deslumbramiento que a los veinte años no se oculta su valiosa colección de artes y hasta me mostró el cómodo apartamento invitándome a sentarme en su terraza en la que reposaba, sobre una mesa de centro, una deslumbrante vajilla mexicana.
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---Conversamos sin prisa, me leyó un poema recién escrito, que el deslumbramiento que me produjo aquella visita me hizo olvidar su título, tomamos café que él mismo hizo, para pasada las tres o cuatro horas asegurarme que había sido una espléndida mañana que él esperaba se repitiera.
Pocos meses después Fayad Jamís, el Moro, murió. La vida solo me había concedido esa único encuentro. Desde entonces estoy seguro que si existe el más allá una de las primeras visitas que me prometo es la que le haré, sin dudas, a mi paisano Fayad.
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En la foto arriba, Fayad Jamís con su hija Laura en La Habana. Cortesía de Maragarita García Alonso.Foto de AVCHapú., tomada de la Web.
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------------Entradas relacionadas, Aquí.
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ARÍSTIDES VEGA CHAPÚ: (Villa Clara, 1962) Poeta, narrador y promotor cultural. Ha publicado trece libros de poesía: "Breve estancia de Cristo en la ciudad de Matanzas" (1989), "Finales de los años" (1993), "Últimas revelaciones en las postales del viajero" (1994), "La casa en el monte de los olivos" (1996), "Retorno de Selim" (1999). “El riesgo de la sabiduría” (2000). “El signo del azar” (2002), “De lo que se supone” (2002), “Días a la deriva” (2002), “Mensajes del pan” (2003), “Sagradas Pasiones” (2005), “Después del puente sobre las aguas” (2007) y la antología personal “Que el gesto de mis manos no alcance” (2008). Su novela “Un día más allá”, fue publicada por Bluebird Editions. Reside en Cuba.
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7 comentarios:

  1. Manuel Vázquez Portal29 de octubre de 2009, 7:14

    Otro texto para agradecer en nombre de todos. Linda remebranza y más bella la promesa de visitar a Fayad en otra dimensión.

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  2. Cuando a uno lo recuerdan con amor y simpatìa, la gloria està asegurada, porque serà precisamente èsa, la de compartir con los amigos en El Màs Allà, que para mì si existe.

    Pero leyendo el texto, muy agradable, del poeta Vega Chapù, me pregunto si Fayad, que habìa sido durante años agregado cultural en Mexico, estaba desatendido clìnicamente y necesitaba esas medicinas, casi clandestinas. Ojalà que su muerte, a una edad en que todavìa era joven, no se debiera por carencia de atenciòn medica. Explicaría eso otras actitudes?

    Gracias, y bendiciones,
    Belkis
    www.belkiscuzamale.blogspot.com

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  3. Aristides, agradecida.Me da hasta pena.

    Pues si, Belkis, te cuento, cuando Fayad renuncio al trabajo en el MINREX y se divorcio de Maria Elena Mas, la hija del embajador, se dio cuenta que esa "clase" no es muy dada a aceptar "caprichos de poeta con jovencitas" y durante meses tuvo la cuenta o el salario de despido congelado.

    Con mi salario de periodista, la nena y los viajes a Matanzas, nos veiamos bastante cerrados. Luego , tras muchas "conversaderas" con Fayad y Retamar, estos volvieron la amistad y Retamar le dio el puesto en la editorial Casa de las Americas, hiciera lo que pudiera.

    De Matanzas -no solo-, donde fui a buscar unos productos a base de platano que le ayudaron con la anemia y parecian novedosos; tambien y en plena complicidad con Fayad vi santeros, babalus, y busque remedios contra el cancer en Pinar del Rio, y Trinidad... y si no llegue mas lejos es porque, a veces, la esperanza se nos iba al suelo.

    Debo contar algo muy triste y les pido perdon, en el ultimo año, es decir a mediados del 87 hasta el 88 en que murio, los amigos, los amigos no podian soportar verlo que moria, se le caia el pelo,devolvia sin prevenir tras cada cura clinica, y nos quedamos solos, sin llamadas, y sin visitas.

    Tambien como cuenta Aristides,trafique - por este metodo que nos servia para mucho- frijoles, arroz, malanga y lo que fuera.

    Muy pocos soportan ver morir a un amigo y lo comprendo.

    Las medicinas las recibio en el hospital Almejeiras, siempre con el mismo equipo medico, en buenas condiciones, nada le falto para la epoca- ahora se ha adaptado mejor al tratamiento del cancer-las radiaciones tambien, pero ese organismo necesitaba alimento, y "otros milagros", que muchas personas, viajeros de provincia le llevaban sin cesar, y que desde su anonimato agradezco.

    Gracias,Belkis, Manuel, Aristides, Chago abrazos.

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  4. perdon, las radiaciones fueron en el CIMEQ pero no se bien si las siglas son estas...pues cuando Fayad se entero que su medico era muy amigo de su hermana, decidio cambiar, buscarse otro y en esas estabamos con la ayuda del profesor Dobre, y los Marinello...
    -del MINREX solo apareieron para reclamar herencias en el mismitico velorio-
    triste pero asi!

    besos

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  5. Soy yo el agradecido: a ustedes. Abrazo Margarita.

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  6. Tanto el post de aristides como las opiniones muy interesantes, esperemos más anédotas, gracias.

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  7. Gracias, Margarita, por tus palabras y explicaciones. No, no he pasado por ese dolor físico, pero sí a través de mis amigos y clientes (también mis amigos). Y sé todo eso penoso que relata, porque a veces a mí también me han llamado para que atienda a los que están siendo azotados por el airecillo de la muerte.
    En fin, un lenguaje común que compartimos aquí ahora. Ojalá que el alma de Fayad descanse en paz. Este homenaje así lo muestra.

    Gracias y bendiciones,
    Belkis

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