Breve entrevista a Victor Batista (Dossier Armand)

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Hace varios días le dije a Victor Batista de hacerle llegar unas preguntas sobre el escritor, Octavio Armand. Le doy las gracias desde aquí a Victor, y les dejo con sus respuestas.
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Chago, aquí va mi respuesta a tus preguntas:

Mi amistad con Octavio Armand data de los años sesenta,
y culminó en el proyecto de ESCANDALAR.
Por entonces,  a fines de los 70, yo ya me había trasladado a
Madrid, y nos veíamos en mis viajes a Nueva York.

Yo creía que allí los dos cubanos jóvenes más dotados para
la poesía eran Armand y Jose Kozer.
Pero Armand me parecía el más indicado para darle coherencia
y apoyo al exilio intelectual cubano.

Yo discutía a menudo con él, aunque, por supuesto,
desde mi posición de inferioridad en el campo de la creación
literaria.

ESCANDALAR fue, sin duda, una revista importante,
y me parece muy justo que tú le dediques un homenaje a Armand,
aunque sólo fuera por haberla dirigido.
Mis discrepancias con él, en cuanto a ESCANDALAR,
se centraban en lo que yo consideraba una
insuficiente cubanía y  un énfasis excesivo en la poesía;
es decir, por una falta de posicionamiento ante nuestras
circunstancias históricas.

Aunque política y poesía suelen hacer mala pareja,
están llamadas a convivir.

Es por eso que, para mí, los momentos culminantes de la
revista fueron, en primer lugar, el número monográfico
dedicado a la literatura cubana en el exilio,
donde Armand defendía la extraterritorialidad de la
literatura cubana, afirmando que "pese a todo hay
una organicidad; ...hay, ante lo roto nuestro, una voluntad
de integración, una memoria,una continuidad posible".

Y, sobre todo, por la polémica con Angel Rama suscitada por
un ensayo de Armand ("Minicurso para borrar al escritor
cubano en el exilio") aparecido en el número 10 de la revista,
donde él se quejaba de una sistemática exclusión,
de un doble exilio del escritor cubano, excluido de su
identidad nacional y también de un reconocimiento continental.

Los aludidos Julio Ortega y Angel Rama respondieron,
y Armand sostuvo un intenso pero "ácido" intercambio
con éste último.

La polémica fue zanjada brillantemente por él, y obtuvo el
reconocimiento por parte de Rama del "apreciable margen
de verdad"que contenían sus palabras.

Pero en realidad las discrepancias fueron mucho mayores
que las concordancias.

A mí todavía me asombra el desconocimiento de las
complejidades de la historia decimonónica cubana por parte
no sólo de la intelectualidad latinoamericana,
imbuida de un anti-imperialismo maniqueo, sino también de la
generalidad de los cubanos. Angel Rama piensa en político
(utópico, no pragmático).

A fin de desacreditar al exilio cubano exagerando
sus divisiones internas, apela a Martí como ejemplo
de una correcta postura, que excluye a autonomistas y
anexionistaspor igual, y consigue imponer una sola voz de el
exilio.

Pero Rama se equivoca al equipar a anexionismo con
autonomismo, al atribuirle a los cubanos de entonces una
inexistente unanimidad.

La prioridad para Martí, como político y estratega,
era la lucha contra el imperio español,
y por tanto contra el pujante autonomismo dentro de la isla,
más que contra un diluido anexionismo.

Es por eso que "en silencio ha tenido que ser"
el anti-imperialismo norteamericano de Martí, en alguna
medida para no enajenarse al residual anexionismo que
había cerrado filas con él en el exilio.

¿Ha llegado el momento de decir que ya nos preocupa más el
imperialismo que viene, incipiente del otro hemisferio?

Octavio Armand vive en Caracas. ¿Vive en Caracas?

Creo que él mismo lo duda. Va camino de un tercer exilio,
o más bien de un primer insilio.

Al salir de Cuba Reinaldo Arenas (no recuerdo ninguna carta
suya demandando la extradición de Angel Rama) dijo
- me parece que fue en Venezuela- : "no pueden comprendernos,
porque venimos del futuro".

Pero no hay que ser tan pesimista, ni conformarse con el
consuelo del humor (el chiste del balsero venezolano que
se dirige a Cuba porque allí, al menos, está terminando).

Yo creo que los exilios de Octavio son, en realidad, uno sólo,
y  tienen poco que ver con circunstancias políticas.

A veces pienso que es un extra-terrestre.

Sospecho que él piensa lo mismo de mí.
De ser esto cierto, creo, en todo caso, que ambos debemos
proceder de la misma galaxia.

Foto D.R