domingo, 22 de junio de 2008

"Octavio Armand, un conocido por conocer" (Dossier Armand)

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Octavio Armand, un conocido por conocer

Por Claudia Heredia Gaona

Octavio Armand era un nombre al cual conocía desde lejos, en medio de una larga lista de escritores, poetas y artistas. Esos hombres que pasean por la historia de nuestras vidas y nos dejan un pedazo de su sabiduría y existir. Nombres que circulan en los pasillos de la universidad, en el trabajo o en esas agradables fiestas en las que se comparten la crítica, la política, las artes y un buen vino.

Sabía que era importante, reconocido, pero jamás llegué a colocarlo en los estantes de mi biblioteca. Lo confieso, jamás había leído libro alguno de su autoría. Pero el futuro siempre llega con sus acertijos, misterios y cosas inesperadas. Y así fue. Un día cualquiera, de esos rutinarios y tediosos, me llamó un amigo en común, José A. Parra, con el que por cierto había entrado nuevamente en contacto en el bautizo de un libro y al cual tenía muchos años sin ver. Ese día y en medio de mi octavo mes de embarazo, nos encontramos José Antonio y yo en la feria de un centro comercial. Allí me explicó que había conversado con Octavio sobre mí, (no recuerdo sobre que, pero sé que que era algo bueno) y que el autor muy cariñosamente me enviaba dos de sus publicaciones: Son de ausencia y El aliento del dragón. Fue a partir de ese momento, de ese instante, cuando comencé a conocer un poco más de cerca al escritor.

Ya saben. A través de la lectura llegamos a conocer infinidad de palabras, lugares, sueños, ideas, pensamientos y personalidades. A través de la escritura dejamos huellas, pistas, partículas de lo que no somos, somos o aspiramos ser. A través de la escritura enviamos mensajes de lo que creemos, sentimos y anhelamos. Por eso, y gracias a los dos ejemplares que me regaló, comencé a conocer a Octavio Armand.

Hoy puedo decir que Octavio Armand está presente en los anaqueles de mi biblioteca, compartiendo espacio con otros poetas y escritores. Esta presente para leer su poesía cuando ésta me haga falta. Allí están sus escritos, dialogando conmigo sobre el pasado, el presente y el futuro. Están allí, interactuando a mi lado. Y allí estoy yo, interrogándolos, aprobándolos o simplemente dándoles alguna que otra de mis locas teorías.

Es curioso, pero todavía no conozco a Octavio Armand, al menos en persona. Formamos parte de un mismo Consejo Editorial, tenemos amigos en común, pero no he tenido la ocasión de conocerlo. Octavio Armand es, a fin de cuentas, un conocido que por conocer.
Claudia Heredia, escritora venezolana.

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