lunes, 5 de mayo de 2008

"Roberto Estopiñán y el tema del prisionero político" Por Alejandro Anreus

Roberto Estopiñán y el tema del prisionero político

Por Alejandro Anreus

En Enero de 1953, Roberto Estopiñán envió su ingreso de un dibujo y una talla directa en madera de 37" a la Galería Tate en Londres. Esta obra era su propuesta para el concurso internacional de escultura convenido por la Galería Tate y el Instituto de Artes Contemporáneos en Londres. El tema era El Prisionero Político Desconocido, el cual en 1953 reflejaba los horrores del fascismo vencido al igual que la brutalidad del Estalinismo de la Europa Oriental. Unos 2000 escultores de 56 países compitieron. En el jurado se encontraban Sir Herbert Read, Alfred H. Barr, Jr. y Jorge Romero Brest. En Marzo 12, 1953 el proyecto de Reg Butler (un ingles, y ex-asistente de Henry Moore), ganó el primer premio. Hubo 12 semi-finalistas; entre ellos Ossip Zadkine, Theodore Roszak, Antoine Pevsner, Alexander Calder y Roberto Estopiñán. Aunque había propuestas de México, Argentina y otra de Cuba, la sumisión de Estopiñán fue la única de Latino América que llegó a la etapa de semi-finalista. Su pieza era una figura humana abstracta, la cual estaba presa dentro de si misma. Tallada en una madera nativa de Cuba, la forma concebida era elocuente en su monumentalidad y silencio. Esta obra fue retenida por la Tate para su colección de escultura.

La trayectoria de Estopiñán dentro de la escultura cubana es única. Nacido en La Habana en 1921, recibió sus primeras lecciones de arte en el Centro Asturiano, al que pertenecía su familia. A los 14 años de edad ingresó en la Academia San Alejandro con una dispensación especial dada por su director, el pintor Armando García Menocal. En San Alejandro, Estopiñán se convirtió en alumno y después asistente del escultor Juan José Sicre, el cual había sido alumno de Antoine Bourdelle en París. Asistió a Sicre en todos los monumentos que realizó en la isla a partir de mediados de los cuarenta, incluyendo el monumento a Martí en la plaza cívica de La Habana.

Ya a finales de los años cuarenta el joven habanero estaba encontrado su propia expresión visual; en cortos años sus esculturas evolucionaron de un neo-clasicismo mediterráneo a un expresionismo tropical. Técnicamente dominó la terracota, el yeso directo, el bronce y la talla lo mismo en madera que en piedra. Por su propia cuenta descubrió y absorbió las influencias del alemán Ernst Barlach, del ingles Henry Moore y del italiano Marino Marini – de ellos comprendió que el compromiso con la experimentación de las formas no implicaba un abandono de un contenido humanista.

A principio de los 1950s Estopiñán leía a George Orwell, Albert Camus y Simone Weil (tres escritores de los que sigue devoto). La Peste ( 1947 ) y El Hombre Rebelde ( 1951 ) de Camus, 1984 ( 1949 ) de Orwell, y los ensayos de Weil sobre la dignidad del individuo y el trabajo, todos tuvieron un profundo impacto en el intelecto del joven escultor. Estopiñán vio una crisis profunda en la contradicción que existe entre la verdad y el deber individual y los conceptos totalitarios de uniformidad y obediencia ciega. Estopiñán creía y estaba comprometido con la justicia social, mas era un escéptico de las abstracciones que justificaban el terror. Todas estas lecturas y preocupaciones eran parte de su medioambiente, e informaban su compromiso solidario y solitario. Durante los 1950s Estopiñán participó en la lucha en contra de la dictadura de Fulgencio Batista, por vía del Directorio Estudiantil. En 1959 fue nombrado al servicio diplomático por el nuevo gobierno revolucionario de Cuba. Estopiñán viajó por el bloque Oriental, y sirvió en Egipto y la China. Estos viajes confirmaron sus peores presentimientos en torno a la dirección de la Revolución Cubana. Estopiñán vio el futuro en estos " valientes, nuevos mundos " y este era tétrico. Sus lecturas de Orwell, Camus y Weil se volvieron más relevantes que nunca. En 1961 Estopiñán se asiló en los Estados Unidos, y en este mismo año comenzó dibujos sobre el tema del prisionero político.

Desde 1961 hasta 1970 Estopiñán estuvo obsesionado con el prisionero político como tema. Dibujos, grabados y tallas en madera salieron de sus manos, dándonos la figura del prisionero en varios aspectos : estoico, en oración, gritando, desafiante, resistente, como un Cristo en su sufrimiento. Y si Boniato, La Cabaña y La Habana del Este eran los lugares específicos detrás de estas imágenes - las cárceles en la Cuba de Castro. Mas como un humanista no-alienado que fue y sigue siendo, Estopiñán vio los prisioneros que dibujó como Sur Americanos, africanos, asiáticos . . .eran todos los hombre y todas las mujeres. Las caras fuertes y demacradas de los prisioneros de Estopiñán, masculinas y femeninas, han ilustrado hojas volantes, afiches de derechos humanos y poemas en prosa ( La Ultima Película de Rosario Hiriart ) - de esta forma ha trascendido la obra de arte única ha un uso mas amplio ( por ser reproducida en masa ) de la imagen.

Aunque en años recientes el uso específico de la imagen del prisionero político no se encuentra con la misma obsesión en la obra de Estopiñán, él nos ha dejado una obra substancial ejecutada durante nueve años (1961-70) - dibujos, grabados y esculturas donde la forma es redimida por el compromiso del artista con la condición humana.


Algunas Obras de Roberto Estopiñán, Aquí.
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Otras colaboraciones de Alejandro Anreus en
Efory Atocha, Aquí, Aquí


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