viernes, 16 de mayo de 2008

Entrevista a María Elena Cruz Varela

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"¿De dónde nos viene la idea de ser tan especiales?"
Entrevista a María Elena Cruz Varela.

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Por L. Santiago Méndez Alpízar / Chago.

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---------Del dolor

- ¿Cómo se forma “Criterio Alternativo” y quiénes lo formaron?

- Los primeros miembros de Criterio Alternativo fueron José Luis Pujol y Roberto Luque Escalona, me uní al dúo gracias a que Thais, la hija de Pujol, me presentó a Luque. Desde mucho antes sabía que era necesario hacer algo, aunque no tenía claro cómo ni qué. Nunca fui militante dentro del gobierno, tampoco tenía una idea precisa de hasta dónde podía llegar la represión. Ellos fueron los primeros opositores en activo de quienes tuve noticias y les agradezco mucho, sí, que me ayudaran a ver más claro todavía. El cuarto en unirse fue Fernando Velázquez Medina, redactor de la Carta de los Diez o Declaración de los Intelectuales, que dio paso a todo lo que vino después. Recuerdo con ternura no exenta de ironía, la mañana en que me aparecí, ingenua e indocumentada, en la casa del poeta Raúl Rivero, el primero en firmar. Después firmó el poeta Manuel Díaz Martínez y así, hasta llegar a los diez firmantes iniciales, hasta sumar veinte. Por extrañas razones sólo trascendieron algunos nombres, hubo “puristas”, críticos y todo lo que se podía esperar en una situación así, pero lo que nadie puede negar es que esa fue la primera toma de posición de un importante grupo de intelectuales cubanos en favor de reformas democráticas. No todos eran, ni fueron después, miembros de Criterio Alternativo, cuya historia debería ser contada en algún momento, digo, si es que…

Quisiera aprovechar el haber entrado en la memoria de esos años para rendirle un amoroso homenaje a uno de los miembros clave de Criterio Alternativo: Gabriel Aguado Chávez, uno de esos héroes que, conformes, cargan con el peso del anonimato, como la mesa sobre la que se sirve el festín y, consciente en sí misma de su propia importancia, no se anda pavoneando. De todo esto hay mucho, tanto que decir…

- Has hablado más bien poco de los días de cárcel. Supongo que por protección, saneamiento, se recurre a la distancia, a la protección.

Cuentan que escribías cartas a las demás reclusas. También he escuchado que las torturas no finalizaron durante toda la condena. ¿Tiene algún recuerdo amable, alguna tarde-mañana-noche, que te produzca una sonrisa, queda alguna amistad surgida en días de encierro?

- No recuerdo haberle escrito cartas a las reclusas, no le escribía ni a mi familia por varias razones: pudor y rechazo a la idea de que los extraños metieran sus ojos en mis bastante difíciles relaciones familiares; miedo a las constantes requisas y absoluta falta de concentración, pues tantas mujeres llenas de conflictos reducidas a un espacio mínimo y a una promiscuidad obligatoria, es algo difícil de imaginar por quienes no hayan paso por esa asignatura. En cuanto a las torturas en forma de presiones, amenazas y otras exquisiteces en las que los represores se especializaron, como, por ejemplo, las bien llamadas “torturas blancas”, famosas porque no dejan huellas visibles como hematomas u otras mutilaciones exteriores, no cesaron nunca, ni siquiera después de abandonar la prisión.

No hablo de mi etapa en la cárcel por la sencilla razón de que esa ya no soy yo, no se puede ser prisionero de algo o de alguien tantos años después, me he negado rotundamente a cederle todo mi poder a un hecho o circunstancia determinada, es como pregonar que los “malos” son más fuertes que los “buenos”, por eso no voy de víctima por la vida, ni tampoco le resto un milímetro de valor a lo que hice, digan lo que digan quienes juzgan del otro lado. Ten en cuenta que, estés donde estés, el otro lado existe y tú también eres el otro lado de algo. Quitarle importancia, ignorarlo, o considerar a la ligera una “locura” -como he tenido a bien escuchar y leer en las valoraciones de ciertos compatriotas, muy dados a la especulación pasiva- a lo que nos atrevimos a hacer en aquellos años terribles y confusos, no pasa de ser una simple pavura, agravada por la cortedad de miras que siempre nos ha acompañado. Lo que hicimos fue magnífico, glorioso, aterrador para la cobardía. Pero, a la luz del conocimiento, esa ya no soy yo, he crecido demasiado como para quedarme anquilosada en el estrecho marco de un acontecimiento de mi vida.

- ¿Usted perdonó a sus verdugos carceleros?, y: ¿A los que desde el exilio le exigían el sacrificio que ellos no habían realizado?

- Me he perdonado a mí misma todas mis ilusiones, por tanto, he perdonado todo y a todos, sin excepción, algunos habrá que sepan a qué me refiero, otros, los que no, tienen todo el tiempo de Dios para averiguarlo. Decidí ser una persona sana de alma y el perdón bien entendido, el que nace a partir del discernimiento, no el que pregonan los que todavía creen que este mundo es real, es el mejor de los desinfectantes para la mente que elige sanar. Y sí, tengo por lo menos un recuerdo amable de esos días oscuros, recuerdo a una niña de diecinueve años a quien le debo una gran lección. Observándola, aprendí que no vale la pena juzgar, no porque sea malo, sino porque es imposible. Nunca llegamos a saber las verdaderas razones de ningún acto y terminas comprendiendo que convives con las personas, no con sus delitos, que persisten porque nos empeñamos en no dejarlos ir, porque nos ensañamos en juicios que están muy lejos de nuestro limitado entendimiento. Pienso con frecuencia en esa chiquilla, debe tener ahora unos treinta y cinco o treinta y seis años, la edad de mi hija mayor. La misma que tenía yo cuando gané el Premio Nacional de Poesía. Ojalá que, esté dónde esté, haya podido sanar.

-----Del presente

- ¿Qué opinión tiene María Elena Cruz Varela de las nuevas reformas, se le llama cambio en la prensa, que el gobierno de Cuba está realizando?

- No tengo ninguna opinión al respecto, no me ocupo de esas minucias; son sólo despojos que esos pobres señores lanzan de vez en cuando al ruedo para mantenernos entretenidos. Si permaneces durante mucho rato observando o analizando esas pequeñeces, pierdes la noción de la verdadera grandeza, la que ni esos mismos señores transitorios pueden controlar o confinar. Hace mucho que invierto mi energía en pensar una Cuba liberada ya, al frente de su propio destino, sin esperar a que la solución le llegue desde fuera, esa es la isla que importa, no la de tiranos y torturadores. A esa es a la que debemos darle vida.

- ¿Ve posible una convivencia civilizada, una posible reunificación en la isla? ¿Se ve a usted libremente en La Habana en un futuro próximo?

- Depende de quienes convivan. Sabes, mientras algunos se sientan tan ofendidos, otros tan víctimas y cada uno defienda su parcela, no hay posibilidad de verdadera convivencia y el término “civilizado” me despierta sospechas, civilizados se consideraban los colonizadores, ¡hasta los nazis se consideraban más civilizados que el resto de la humanidad! Si nos dedicáramos más a comprender que a reaccionar, veríamos que no hay nada de qué defenderse, el sol, aunque parezca una perogrullada, ha seguido saliendo a pesar de… pisamos el mismo globo terráqueo y respiramos el mismo doloroso, contaminado aire, ¿de dónde nos viene ese afán de sentirnos más civilizados que los demás? En última instancia, ¿quiénes son “los demás”? ¿De dónde nos viene la idea de ser tan especiales? Eso es válido tanto para tirios como para troyanos. A veces, la respuesta es tan simple como la pregunta: ¿Qué prefieres, ser feliz, o tener razón? Cada uno es responsable de su elección y yo hice la mía hace tiempo, por eso fui y soy libre en La Habana ahora, en este momento, mientras respondo tus amables preguntas. La libertad es una decisión individual, no importa sobre qué paisaje decidas desplegarla, es tuya, no se la debes a nadie más que a ti mismo, a tu Ser.

-----Del futuro

- Fuiste aspirante a la candidatura del Nóbel de la Paz. Ha habido varios cubanos, cubanas, propuestos.

¿Qué razones hay para que no se premie con el Nóbel el esfuerzo y la valentía de los cubanos que, en muchos casos, luego de cumplir largas condenas, continúan enfrentándose al gobierno cubano de modo pacifico, exigiendo democracia?

- ¡Imagínate tú! Toma la lista de todos los Premios Nóbel y mira bien detrás de cada nombre cuántos poderes e intereses pueden actuar desde las sombras. Yo no tengo la respuesta. Borges fue muy valiente y políticamente incorrecto también, era argentino y buenísimo poeta, ¿a que sí?, y tampoco ganó el Nóbel de Literatura. Nunca. El mundo no es un lugar justo, para nadie ni para nada y si algo he aprendido, es a hurgar tras cada apariencia, es sorprendente cuando descubres que bajo los blasones que sirven a las víctimas pueden esconderse los verdugos, por eso insisto en que hay que desconfiar de las apariencias porque nada, en realidad, es tal como parece. Quizá, el verdadero Premio a nuestros héroes sea la ausencia del Nóbel. Date a ti mismo todos los homenajes y no esperes a que los demás te den laurel alguno, pues los intereses a pagar suelen ser muy altos.

----- De la literatura

- Gertrudis Gómez, Juana de Arco: la espada y la pluma. ¿Por qué estas dos mujeres y no otras? ¿Cómo surge la suerte de escribir novelas, algo tan raro en los poetas? Porque luego de, “El Ángel Agotado”, vas a tener el distintivo de Poeta para el resto.

-Juana de Arco y Gertrudis Gómez de Avellaneda, la espada y la pluma, dices bien, mujeres tremendas entre dos símbolos fálicos ¡Ja, Ja! Sí, después de El Ángel Agotado, la poesía, si vuelve, será de otra manera, desde que lo escribí supe que ahí estaba, que en ese sentido, poco o nada me quedaba por decir, en cuanto a las novelas, tiene que ver con muchas cosas, en primer lugar, el reto y en segundo, las leyes del mercado, no olvides que el del poeta sigue siendo el “turno del ofendido”; en tercero, la conciencia muy clara de que El Ángel…está ahí, se defiende y me defiende, me sobrevivirá porque no hay nada que demostrar, dicho lo dicho, muerta la vanidad, la verdad es lo que queda.

Un deseo que quieras compartir con los lectores.

- De compartir se trata, no un deseo, sino una certeza: Existen sólo dos emociones: Amor o miedo, la decisión de a cuál obedecemos es el estrecho margen que solemos llamar Libre albedrío. Yo decidí Ser Amor, esa es mi libertad. ¿Y la tuya?


Sobre María Elena Cruz Varela, Aquí.

11 comentarios:

  1. Creo que nunca había visto su rostro, es Usted bellísima, y perdone si le molesto.
    Cada respuesta suya, da ánimo, se le puede entender muy honesta por sobre todo.
    Mis respetos, no sé, uno nunca sabe nada, siento muchísimo no haber estado cuando necesitó ayuda, es curioso que Usted se exponga haciéndolo por... mí, por otros.
    Quiero aprovechar y contarle que, como en otras ocasiones, "me ha tocado" cuidar la gata de mi cuñada, se llama "Antonia", es muy negra y buena, pero también justiciera. Cuando no estás el tiempo suficiente con ella dormida encima de los muslos, es decir, todo el día, poco para ella. Pues, mea y caga donde más te puede afectar...
    Yo, como dicta el instinto, me he posicionado como "el jefe", y ella creo lo ha entendido. Al principio, cuando le obligaba a salir a la terraza de casa, con tan buenas vistas a lo lejos de... la Alhambra, para que hiciera cosas de gato... Pues, esperaba la oportunidad y dejaba sus chispeaditas justicieras por ahí. Reconozco que una vez, me afectó tanto, que salí corriendo tras ella, y no sé de dónde lo sacó, porque recién había hecho..., se dio una meada pero de miedo infinito, mientras corría y se subía al borde de ventana que hay en la cocina, que por suerte, sobre todo para mí, estaba cerrada. Yo entendí todo aquello, como, vale, ruly, lo siento mucho, tú mandas..., me dolió.
    Desde entonces, esta vez sobre todo, he notado, que respeta "mis reglas". Siempre, cuando dormimos o no estamos en casa, la dejamos en la cocina con la puerta cerrada, pero en los sitios que ella prefiere con su "retrete"/ comederobebederoservido... Al despertar, o regresar a casa, la dejamos salir; ella se estremece y estira el rabo tembloroso, síntoma de que está muy alegre... Si no sale corriendo, se deja acariciar, y aun teniendo la puerta abierta, si no paras, se queda extasiada en su cajita llena de pedacitos de sábanas y sus pelos... Después, previamente abierta la puerta de la terraza, se sube, como huyendo de mí, y diciendo, vale, ruly, al Aloe, OK... Y se queda un rato allí, tirada en la cajita que le puse con otros pedacitos de sabanas usadas y sus pelos, al lado de la maceta, donde mejores vistas hay..., y por donde las gaviotas patrullan preocupadas por su nido recién construido como de hormigón pieza a pieza en la esquina de "nuestra fachada". Se duerme otra vez…
    Si se me ocurre sentar en el sofá..., lo olvida todo, hasta mi supuesta "superioridad" y viene corriendo a "descansar un ratito" otra vez sobre mis muslos. Yo le acaricio gustoso, arrepentido. No soporto que me tema, sólo quiero que haga cosas de gata, pero que no me orine la alfombra…
    Ya sé qué dirá Usted, ¿y este loco?, igual no..., sólo quería hablarle un ratico, y si me lo permite, darle un besito muy suave en la frente.
    Un abrazo. Hasta otra vez. Y perdóneme, por favor.

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  2. Una vez mas aciertas Chago; fuera de la Euforya de los bares y cantinas de Madrid; una vez mas aciertas.
    Esta vez, en arrimar a tu blog la entrevista mas selecta que hace rato no veía yo en las letras, aciertas en compartir con nosotros a personas como esta. Capaz incluso de poner la palabra correcta tras alguna pregunta debariante y molesta.
    Que magia amigo, gracias a Maria Elena, de quien solo tenia el placer reservado de compartir con su hijo y el saber entrelenguas de su historia... de oídos.
    Hoy creo saber mejor quien es despues de haberla leído... y ya solo por eso te reitero las gracias amigo mio.

    Un saludo desde la sierra Max (machete pa los amigos)

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  3. Una mujer valiente, una magnífica escritora. Da gusto esta entrevista, y sus palabras son un bálsamo. Grosse Tête.

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  4. Efory que euforia leer y saber de María Elena Cruz Varela.
    Que bien!
    Gracias y un fuerte abrazo para ella que fue pionera y soportó los embates de la dictadura de una manera horrorosamente nueva y diseñados en especial para ella.
    HONRAR HONRA!
    Nadie como ella se merece el Nobel y otras cosas más, algún día conoceremos todo lo que sufrió esta valiente mujer.
    Mis profundos respetos y saludos para ella.

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  5. "¿De dónde nos viene la idea de ser tan especiales?" Creo recordar que desde hace mucho tiempo Mª Elena viene haciéndose esa pregunta, que no es la primera vez que la veo en boca de ella. Creo que simplemente algunos se creen en verdad especiales. Quizás es otra "lacra" de la Revolución, como aquellas lacras pequeño-burguesas que me echaban en cara siendo niño debido a mi ascendencia paterna. Pero no creo que haya revisión posible sobre ese tema: los que se creen especiales van a pensar cada día con más fuerza que en realidad son especiales. De lo contrario, el bluff se desinfla.

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  6. Chago: Te felicito por la brillante entrevista. Has demostrado ser un gran periodista y mago de las palabras(bueno, eres poeta). Estos elogios los mandé al blog de Zoe Valdés porque considero que María Elena Cruz Varela se ubica entre las mejores en lengua castellana. Además, ha dado una lección de cómo se construye un país.Dale a Zoe Valdés las gracias por el gesto de publicar la entrevista de mi parte.
    Rafael Solano

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  7. Amigo Lozano, muchas gracias por los elogios, pero creo que en este caso no soy el merecedor, más bien la poeta, María Elena.

    No sé exactamente la publicación que hizo Zoé, pero reenviaré tu comentario a fin de que ella sepa.

    Un saludo y gracias por la visita.

    Ch.

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  8. hola chago, un año después todavía releo esta entrevista y me quedó tan tranquilo que me preocupa, está mujer da una extraña paz a nuestras dudas. eso además de seguir siendo esa poeta preñada de valentía y belleza que nos deslumbro en nuestra adolescencia. gracias amigo por seguir tú también ahí, trazando mapas, uniendo puentes generacionales y territoriales. un abrazo, ashé. mis respecto dª maría... como dirían en españa... nuestro terruño no patrio de libertad individual. cuidate. cuidese sra. por el bien de las letras y de nosotros, los isleños perdidos por el mundo. omar-pascual

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