lunes, 10 de octubre de 2011

Adán Echeverría: poemas

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Tres poemas (inéditos) de Adán Echeverría
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Ella pasó a buscarme a la oficina

Con tanto sol no hubo mejor sitio para pasarnos las manos que dentro del mar

Corrimos hacia la espuma

Y en la espuma nos corrimos el uno dentro de la otra

Y es que en el oleaje

uno puede distraerse tanto de las formas violentas que han querido separarnos

Ella que se somete al sol y deja el cuerpo siempre presente

Sus negros pezones y las plantas blancas de sus pies

Cómo me gusta mirarla cubrirse la desnudez con los granos de arena

Si al final del día ella hubiera significado algo

seguro estoy que el sargazo me lo hubiera dicho

Quedar atrapado entre sus piernas y con el vientre ir golpeándome el ombligo

Ah esas sus piernas tan líquidas

y la hermosa sal que nos calcina.

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Las rojas

Esas chicas rojas

de palomas en la nuca

en los pómulos grillos

y sal entre los muslos

han aparcado su corazón ahí

en los nacientes ríos

sobre la roca toda roca

y la mordedura

ay la mordedura

quema la piel

los labios y su reciente sílaba

última sílaba

ese silabario que soy entre tus sábanas

Esas chicas rotas

cuajadas de silencio

como globos pardos que no logran elevarse

y mis piernas

dentadura solitaria en cada rincón de la bañera

y cómo nos ha gustado esa bañera calva

y ese despertarnos encimados sobre la mordedura

ay la mordedura

si tan sólo dejarás olvidada la caricia en los inodoros

yo sería tu ratonzuelo esquivo

para taladrarte los tímpanos con mis orgiásticos lamentos

ay los silabarios

y el tris te re co no ci

miento

siempre miento estoy conciente de toda tumba

ay mis niñas rojas

y acá

su paquidermo alado que no tiene más que el bigote postizo

y este miembro en la punta de los labios

he acá mi semen

hermosura

he acá mi viejo catalejo

aletargado

ya no hay dinero suficiente para volver

y amarte

esta noche

que se come el viento todo -canibalismo mío-

este es mi cuerpo disecado

y mi rencor

quietecito entre tus sábanas

esas tus sábanas de alumbramiento

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Y si la soledad fuera ese disparo en la nuca

o ese adormecerse sobre las rieles del Metro

¿acaso pueda yo sentirme de otra manera?

¿como una linda mujercita en una búsqueda palmar

o ese tigre del cerebro que se acuesta se acuesta se acuesta

junto a la leña?

no hay motivo quizá

pero este día me tiene al borde de la furia

y la manzana negra se me esconde en el corazón

¿y qué es el corazón sino un vendaval de ardillas que rascan y rascan en el pecho?

el costillar es tuyo mi querida diabla

pero sabes a ciencia cierta que no puedo quedarme despierto de madrugada

sabes con certeza

que no es en el huracán donde dejamos abandonadas piernas

no

es en el eclipse

ahí donde cada sombra era tan sólo la mitad de la esperanza

cada esquina un deambular de ciegos

y sus manzanas para siempre sus manzanas

era eso

un témpano de silicio o el rugir de moscas encima del frigorífico

espacio de polvo que se quedó a rumiar el abandono

esa es la soledad

un cubo imaginario por dónde repelernos

magneto con magneto

imanes somos y en imanes nos hemos convertido de tanto frotarnos el vientre

Es la soledad diabla querida

esa almohada que dicen los románticos

la furia que dictan los sonámbulos

y los hiperactivos

la soledad del hipocampo

¿o la balanza te ha dejado su miopía enreversada?

quizá ha sido todo

o quizá este sueño mío de quererte desbordada ya

lejana y sudorosa palpitante

como las campanas en medio de la calle

en otra ciudad y otro clima y el rostro lleno de escarcha

porque la noche es un recuerdo rojo

y el sentimiento una mordaza

Así llegamos al final

rojos y encimados en la maraña de cuerpos que deambulan

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AEcheverría, Aquí
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