-
--
Tres poemas (inéditos) de Dolores Labarcena
-
-
-
Para que lo reconozcan en tiempos venideros, medio torso de barro empotrado al centro del zócalo. No hay nombres. Hasta ahora el celador. Son entendibles los argumentos con que se bate un príncipe malayo, o tal vez un guerrero inca. En los cuatro muretes que soportan la lápida, enjambres de estalactitas y formas por el estilo. Tampoco hay señas del autor. Quién sabe si la mitad de su vida la pasó perfeccionando una imagen. He aquí “tu espejo de agua”. Si miras arriba, un fresco cuyo tema alude a las grandes conquistas. Todo convoyado como en el estómago de un niño pequeño. -
-
-
-
Las agarré una por una, a las cien, y las giré por el gaznate. Nudo de marinero. Las aves de aquí, al igual que las viudas, llevan el aire tísico de las pompas fúnebres. Chillaban que daba pena. Pero que no cunda el pánico. Como es natural, dijo alzando el lado superior del labio, cada cosa tiene su trasfondo y cada pueblo su cabeza de turco. -
-
-
-
Ni leche agria ni pan negro. En la mesilla el libro de Pushkin y cartas a vuelta de correo. Así el invierno, entre el tazón vacío y la picota de la conciencia eslava. Oh rus, caballo impenitente, me hartaré de comer corteza de árbol. Un gancho, un gancho, pensó con horror, una soga para atrincar el pescuezo. Lejos la casa del viejo Pimen y el camino a Tarusa. Allí hubiera querido reposar, a la sombra de un matorral de saúcos. -
-
-
-
-
-
-
-
Otros poemas de DLabarcena en Efory Atocha, Aquí.
Imagen tomada de la Web.
-
No conocía a Dolores Labarcena y es un gusto leerla por Efory, gracias mil.
ResponderEliminarJC Recio.