Tres poemas (inéditos) de Ernesto González
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---------Habana
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Estos son los fragmentos que nos unen
las calles de La Habana llenas de olor a orine
los balcones desprendiéndose del solar
la calle Reina buscando entre columnas al Parque de la Fraternidad
la ruta 34 el mono que nunca llega
el Capitolio tan inmenso tan inútil
Estas son las historias que nos atan
Infanta y Belascoaín besándose sin pena alguna
Mañach definiendo nuestro gusto del choteo
nuestro miedo a ser profundos
nuestro rechazo a lo solemne
trompetillas pa’ ti mi socio
Nicolás recitando su poema a Jesús Menéndez
Lezama perdiéndose entre caracoles (ah que tú escapes)
El grito desesperado de la rumba habanera
El caballero de París asomándose por cualquier esquina
Las palabras de Chivas retumbando vergüenza contra dinero
luego un disparo mortal
la historia de Cuba está llena de muertes inútiles
Martí cayendo sin vida de su blanco caballo
los ojos de José Antonio llenos de temor ante las balas
morir por la patria es vivir en los libros de historia
Carpentier arrastrando sus erres desde París
él era el verdadero caballero de París
Maceo protestando en Baraguá
Bola de Nieve cantando drume negrito
Lecuona amando a un Siboney
El Malecón protegiéndonos
resguardándonos
La calle Obispo y su Moderna Poesía
el monumento a Albear
que nos trajo el agua para purificarnos
Cirilo Villaverde y su Cecilia
debatiéndose entre dos hombres
el Maine que explota
el Diario de la Marina que publica
Miguel Matamoros que canta
la Caridad del Cobre que observa
Estrada Palma Menocal Machado
Prío Socarrás Batista Fidel
Cuba que salta Cuba que explota Cuba que desperdiga
sus hijos por el mundo
Pero La Habana nos une pero esos fragmentos regresan a su imán
nuestras memorias no son tan baldías como nuestra historia
la memoria nos sacude
lo que somos es lo que recordamos
esas piezas arman el rompecabezas
En Madrid en Nueva York en Miami
en Ciudad México en Estocolmo
eso somos
somos algo que escapa a la política
esa mierda que merece nuestra más vital trompetilla
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Ron-roneo
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El ron es claro y precede
las más enajenantes ensoñaciones.
El ron está a mi lado, como un amigo más
que regresa de la guerra
preguntando sobre el pasado que no vivió.
Un vecino pone música bien alto
y me ayuda a escucharme a mí mismo
y a tomarme este trago amigo.
Día gris, de viento de sur,
de velas encendidas y codornices degolladas.
Su hambre para alimentar las esperanzas.
El fuego para iluminar el camino.
Dentro de poco sólo oiré la ronca voz
de mi alma, algún que otro
versículo sagrado, y el alentador olvido.
Dentro de poco ya ni veré
ese claro ron que precede
las más enajenantes ensoñaciones.
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La montaña rusa
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Ya no espero más:
nada cambia y yo muriendo
en dolores sucesivos.
Esto ya lo conozco, ya lo vi antes,
ya lo escuché, ya estuvo en mis pesadillas.
Es recurrente como la luna,
una historia alargada sin fin,
un capítulo que no se cierra,
que se abre al infinito
como una rosa inmortal.
¿Hablar entonces de qué?
¿Con quién? ¿En qué idioma?
¿Cambiar la realidad
o cambiarme de realidad?
Nada cambia, nada nunca puede cambiar,
sólo unos pocos colores, unas palabras,
alguna que otra ceremonia,
pero todo es lo mismo al fin y al cabo.
Estoy aquí
aunque confieso
que no sé lo que esto significa.
Ya no espero más.
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Ernesto González, poeta cubano residente en los EE.UU. Los poemas aquí publicados fueron escritos en Cuba. Coordina el blog Ernesto´Page
Foto tomada de Internet.
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Aviso e invitación:Yema con fe
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Único Recital de poemas de: Jorge Luis Arcos y Santiago Méndez Alpízar Con la participación especial del cantautor, Julio Fowler y la violinista, Gladys Silot | |
El 18 de Febrero a las 21:30 lo podrás ver en Libertad 8 |
Gracias.
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