miércoles, 11 de julio de 2007

7 POEMAS (Inéditos) DE Luis Armenta Malpica (Ciudad de México,1961)


-7 Poemas inéditos de Luis Armenta Malpica en Efory Atocha.


----------------------ELEGÍA SEGUNDA

Del viejo azufre del olvido en los balaustres se sostiene esta casa.

Orilla demorada del sudor y el cansancio sensual de ser feliz

por modestas victorias.

Esta piedad que se derrama en las soberbias ánforas con vino hospitalario

sirve para brindar otra palabra al verso, otro silencio al alba.

Turbia cruel desazón la del recuerdo que se ha quedado fuera

que no llega a dormir ni en los dinteles

pero tampoco avisa que se cambió de calle, de país, de memoria.

Este gusto amarillo, hermético en los ojos

que destilan los labios al pronunciar las letras cabalgantes

penetra por la piel, la afina y rasga

con el suntuoso aceite de los sueños concluidos.

Basta decir, callar, trasponer un acento, modificar un punto

exponer una rima, enrocar los pronombres, sentarlos en el viejo sofá

de entre las sienes, para que el vino amargo se haga dulce

y cambien los sulfuros por tialina

y esta casa renueve sus tapices, las orlas del mantel, el parqué

de la entrada. Y que la boca vuelva a sentir ese perfume a tiempo

mucho antes que la luz alcance al hombre que recarga su mano en el balaustre

porque se siente viejo al no escribir. Al no llegar a casa.

Al no tomarse un trago de su amorosa vida.

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------------------------ANTES QUE LA LUZ

Miro un melocotón.

Tus labios lo aprisionan.

Escurre el zumo por tu cuello descalzo (la cabeza hacia atrás)

con sus gotas minúsculas, guerreras.

Qué sucede allá abajo, en un bosque conífero imposible

si la nieve domina el horizonte.

No lo sabe la luz

el aroma rojizo que despierta a la tarde de su aridez profunda

ni la nube de pájaros que buscan su semilla bosque adentro.

Solamente el deseo

que se muerde los labios

antes de que la lluvia derrita la pureza de una trusa

y el fruto de los hombres llegue al cielo

por la vía más sagrada.

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------------------------BOSQUE ADENTRO

Para todos los que eres

con tus vastos azoros, tu redondez salvaje y misteriosa

que alabo y apaciguo entre las sombras

tengo un árbol de otro árbol

sus escarchas y nidos, la esquina de su noche y un sol de ramas altas.

Nombre y fecha cruzados por la jara de esta ciudad a medias

y su homenaje al oro

resultan inauditos para el follaje seco que nos mira elevar una oración de savia

en la raíz más rígida del cuerpo

sin explotar

en lumbre.

-----------------------UN SOL DE RAMAS ALTAS

El ansioso diciembre de mis pasos no lo sintió llegar, oh

miserable.

Para este lento adiós no tengo abrigo

(continúa en el perchero)

ni sílabas de nieve.

Un sol ateo

se desvela mientras alumbro lo que mi piel despide:

el cortejo de una sombra enterrada bajo el césped

el rumor de la charla entre los grillos

un arrollo de orugas sobre esta hoja de maple que renuncia a sus alas

de colores...

tanta vida entre las ramas tibias

de tu nombre

-----------------------SOBRE ESTA HOJA DE MAPLE

Emparedado, sobre una hoja

el amor

va en hombros de la hormiga.

Se necesitan cientos

docenas de centenas de rojas coterráneas

de glóbulos en orden por la sangre

para llegar al sitio que lo salva.

Nosotros somos dos

(mucho mayores)

y a veces no podemos ni con las hojas en las que damos cuenta de la hormiga

ni con el propio

pecho

del contrario.

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------------------------PARA LLEGAR AL SITIO

Cuando se vaya el cuerpo que desciende de su cabalgadura

¿se irá también el árbol que lo enlaza?

¿El bosque y el arrollo? ¿Este canto que sobre

el agua dejo?

Para llegar a Dios puedo viajar

sin cuerpo y sin montura, sin paisaje, sin ojos.

Porque el canto es mi vuelo aunque no exista

el ave
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------------------------AUNQUE NO EXISTA EL AVE

Sordo aletear de mí bajo la lámpara

se afana en revelarme

su silencio.

La luz de mis mayores se erosiona

sin el agua del tacto

en el poema.

Mi bisabuela muerta sabe las demasiadas veces

que lo he escrito en las aves.

Y nunca se han quejado las palomas

en la jaula del cuerpo.

Pero el árbol se cansa de enjaular en su nido

mis cantos funerarios.

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Luis Armenta Malpica (Ciudad de México, 1961). Es poeta, traductor y director de Mantis editores. Ha ganado cuarenta reconocimientos nacionales e internacionales en poesía, cuento y novela, entre los que destacan los premios “Clemencia Isaura”, “Efraín Huerta”, “Ramón López Velarde”, “Alí Chumacero”, “Benemérito de América”, “Amado Nervo” e iberoamericano de poesía “Continentes”. Expremio de poesía Aguascalientes, en 1996.

Libros y poemas de su autoría han sido traducidos al inglés, francés, alemán, italiano, catalán, rumano, portugués, árabe y ruso.

Autor de 13 poemarios publicados: Voluntad de la luz, Cantara, Terramar, Des(as)cendencia, Vino de mujer, Nombradía desde el hielo anterior, Ebriedad de Dios, Luz de los otros, Ciertos milagros laicos, La pureza inaugural, Mundo Nuevo, mar siguiente, Sangrial y El cielo más líquido.
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La presente seleccción fue hecha por el poeta Agustín Labrada, residente en México y director de la Revista Río Hondo.

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