jueves, 15 de febrero de 2007

TRES POEMAS INEDITOS DE JORGE LUÍS ARCOS / YOYI


EL SINGAO DÍA
(o yema con fe)

al Bicho, al Coco, a Kesel y a Jorgito,
por supuesto



En el pozo de la noche
marihuana y sexo
como buscando qué

Ah todo el singao día sepultado

Aspirar y espirar
lenta morosa (mente)
hacia un tiempo más espeso
las avenidas abiertas
como extrañas ventanas

Ah las avenidas de la mente
como túneles hacia una nueva memoria
precisiones evidencias profecías
signos de un camino más vasto
la otredad de lo mismo
la realidad sin máscaras
sin fronteras visibles
el cuerpo pensante
como esponja o antena
sensaciones cuánticas
los vellos como un bosque
tu sexo como un enorme acantilado
tu piel como desoladas praderas
los poros como cráteres
tú misma un animal desconocido
extraño y misterio todo Jacinta
solo pensar o solo sentir
por ejemplo
con la yema de los dedos
(el pensamiento de la yema)
estaciones nuevas
erizamientos
y no oigas música porque te guindas
Beethoven o Pink Floyd
cada instrumento cada sonido
un universo
la radiación de fondo
la naturaleza que piensa
The Draco
y las fantasías sin límites
las historias míticas del sexo
dedicarse a un detalle
por ejemplo
lamer la cresta de ese labio
un recodo del clítoris
el borde de ese pezón
cada fiordo sagrado
un solo vello
como un árbol o helecho
como una supercuerda
todo el campo unificado
todas las dimensiones abiertas
lo pequeño en lo grande y viceversa
el cacharro doméstico y la Vía Láctea

Y
sobre todo
borrado el singao día
ese rostro intolerable
el del tirano
las ráfagas de sin sentido
sólo placentera laxitud
como medusa o nube
o pez ausente
la mente sin cuerpo
el cuerpo sin mente
o ambas cosas a la vez
los mismos sentidos
pero más despiertos
todo en un hilo sin embargo
una velocidad mayor
en un tiempo real más lento
casi torpe
lleno de volutas
el chorrito lento al orinar
un hambre caníbal
cualquier tarea
una derrotada ansiedad
y tu cuerpo como un animal
ah la rugosa realidad
Minotauro tal vez

El placer sin culpa
sin necesidad de perdón
extraña fiesta
que sepulta u olvida la amargura
(parafraseo a Lezama)

Somos los Reyes
sin súbditos
sin orlas
en pelotas
en un planeta que creamos
con nuestros más lujuriosos deseos
(como intuyó Poe
en El poder de las palabras)

Ah todo el singao día
esperando
que llegue la noche
para liar un chino
y levitar
para ver el brillo fosforescente de tus ojos
la sonrisa salvaje y
turbadora
la voz desconocida
como nota de órgano
y resoplar
mientras nadamos
en ese pozo
en ese légamo
un ardor y otro ardor
que anhelan ser uno solo
como al final de Terra nostra
en el mar de Solaris
lejos del singao día

yema con fe



LAS MUCHACHAS PERVERSAS NO TIENEN FRIO

Las muchachas perversas no tienen frío
Y pasan como animales salvajes al borde de tu deseo
Como andromurias eróticas avasalladores palíndromos
Pero tú eres una ruina súbita un fantasma remoto un planeta intocado
Son las medusas oníricas los centinelas de la noche helada la pesadilla de Dios
El exilio también es eso
Un anciano caníbal que pasea a sus perras y mira de soslayo la belleza que pasa
Como un adiós


NOCHE DE REYES

Entras en los bares neblinosos donde ya no te reconocen
Sentado como un fantasma melancólico eludes los licores fuertes
Afuera están el frío y las muchachas para las que te has vuelto invisible
Tenías que venir a España para ponerte tu sombrero de Zequeira
Y hacer la ronda como un marinero chino perdido en un jardín francés
Viniste huyendo del calor y la humedad y de un tiranuelo enfático
Viniste huyendo de tanto rostro cansado y del hastío de Casal
No te importaba la jungla tropical ni la línea del horizonte
Sólo la orilla que alucinaba a Gorostiza
La luz de la luna sobre la playa vacía
Eras el equilibrista de la orilla buscando caracoles salvajes (¡las joyas de la corona!)
La belleza natural y la imprevisible mística de las estrellitas de Van Gogh
Querías el frío y la nieve y todo lo que negara el vaho de los cañaverales absortos
Pero olvidaste el chaquetón enorme y los guantes que nunca te regalaron
El tono diferente de una frase te hiere como un arpón a una ballena dormida
Querías perderte en un rostro como se pierden las estaciones y los imperios
Aquella tarde bajo los mangos conversabas con los dos suicidas de armas de fuego
Tú solo con las dos sombras en tu jardín esquizofrénico
Tenían que sentir los murmullos de los gatos enterrados
Los gatos que naufragaban en tu patio antes de poder abrir los ojos a la luz
Y el eco de los caracoles que anhelaban regresar al mar
Pero llegaste con los pulmones llenos de una baba sombría
Pero llegaste como un réprobo al castillo que no reconoce tu niñez
Lo sombrío, lo sombrío, todo el mundo veía en tus ojos lo sombrío
Por eso reposaba sobre la mesita de tu infancia La Divina Comedia
El niño se comía las imágenes eróticas de Gustavo Doré
Esas sombras dolientes te avasallaron
Ahora solo copulas con esas sombras en una noche pánica
(La noche de las noches, la imposible, secreta)
Y te sientas en la barra de un bar y eludes los licores fuertes

1 comentario:

  1. Felicidades Yoyi por estos poemas. El primero, sobre todo, es descojonante, así triturando escritura y visceras. Espero robárselo al Chago para mi blog. Saludos viejo, jóven poeta.

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