sábado, 3 de febrero de 2007

"¿Se acabó la Diversión?". Por, L. Santiago Méndez Alpízar / Chago

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------- ¿SE ACABÓ LA DIVERSIÓN?

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---------L. Santiago Méndez Alpízar / Chago

La euforia desatada en la comunidad cubana por la noticia de la operación al sempiterno Comandante Spider, se traduce en la Isla, con un asentado escepticismo y un “oculto” deseo de que “por fin haya pasado”.

La desorientación debe ser importante, igualmente.

Después de casi medio siglo en el poder y a punto de cumplir “80 tacos” le ha llegado Ikú al Comandante con el mensaje. Oyá demora, pero no falta. Ni aunque se disponga de un sanatorio como país en pleno.

Las teorías abundan con respecto a la veracidad de los hechos y abundan “futurólogos” según de que lado se esté.

En Miami los políticos avisan de una posible avalancha (otra) de cubanos que pueden “reventar” las costas de la Florida.

Mientras, en la Isla los “revolucionarios” aclaran que “no pasa nada”, o, lo que es peor, tampoco pasaría nada de ser cierto.

Arengan y amenazan con desangrar, o ser desangrados, si se intenta salirse del guión programado: “Pá lo que sea Raúl”, con un marcado acento continuista y una doble ración de militarismo.

Las Brigadas de Respuesta Rápidas, hacen presencia y amenazan con “cortar la mano a quien la saque”.

A día de hoy, que yo sepa, “el elegido” no ha abierto la boca. Raúl Castro, hace gala de un silencio tan preocupante como calculado. En la escena surgen personajes de segunda. Prácticamente desconocidos para la mayoría. Personajes que se exhiben como parte de una “gran familia”. Resultado del esfuerzo que ha llevado el “lavado de cabeza colectivo”.

De las armas con las que se ha llegado a subyugar al pueblo de Cuba, la información siempre ha jugado un papel de primera.

La posibilidad real de que todo esto no sea más que otra caza de brujas es tan real como la vida misma.

Por ello, la prudencia sigue siendo de sabios. “Ya he pasado mucho, he aguantado y esperado más” me dice un viejito desde el fondo de un teléfono hueco. Un teléfono por el que se escucha a la otra persona como si estuviera trasmitiendo un parte desde el espacio. Desde alguna galaxia lejana.

Suponer, que por fin la figura de Fidel Castro desaparece del panorama cubano implica otros “temores”. Fundados casi todos por la dilatada propaganda “Castro-revolucionaria”.

La ausencia del Comandante es pretexto a mano para aquellos que persisten en la política del miedo. La “amenaza de un ataque del vecino del norte” es ahora punta de lanza para quienes se han criado dentro de la paranoia y han hecho de ella un arma útil, una convicción.

En las costas de Miami, se preparan lanchas y se acopia materiales de primera instancia. Los políticos desparraman cálculos y cábalas y aseguran tenerlo todo controlado para el día después.

¿Será verdad que es el comienzo del fin?

De momento, la salud del Comandante, como se sabe, “es cuestión de Estado” y el Estado no está para festejos: ¡Fuera los Carnavales de la Habana!


03/ 08/ 06.

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