viernes, 15 de julio de 2011

Adán Echeverría: "No somos los Indignados"

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---------No somos los Indignados
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Por Adán Echeverría
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¿Y México, pa’ cuándo? Rezan las bardas, los muros, los discursos del pueblo. Pero los partidos políticos y su maquinaria militante, siempre presurosa a cumplir los caprichos de cualquier jefecito, aún del mas bajo nivel, postulan su improbable indiferencia ante la realidad, y desde la ficción atesoran un México distinto, un México con dos poblaciones: gobernantes y militantes. Pero los que no somos gobernantes no tenemos porque ser militantes, acaso somos gobernados por la traición legal que desde el Congreso se ha perpetrado contra la ciudadanía, volviéndola, las más de las veces, inocua. Todos por ahí exigiendo paz, desde las garras del rencor.

Es preciso recordar que no tenemos armas, que aunque tenemos derecho a poseerlas, sólo podemos hacerlo bajo toda la burocracia legal que eso significa. A lo que uno tiene ser honesto para darse cuenta que toda arma que ande en la ilegalidad en México, tiene como responsable, en principio a la Secretaría de la Defensa Nacional, ya que en ellos cae la responsabilidad del registro de armas.

Muchos de los mexicanos de hoy tenemos el síndrome de los “agachados”, nos han quebrado la espalda con sus terquedades, con su infamia: no provoques la violencia, marchas pacifistas, el diálogo sobre todo. ¿Cómo se puede dialogar con personas que se creen superiores?

Hasta el regidor del municipio más paupérrimo del estado más sumido en la pobreza de México, se las da de inteligente, se las da de importante porque tiene el respaldo de algún partido político.

Es mentira que si no eres de un partido político la noche ha caído sobre ti. Casos hay de miles de mexicanos pensantes que como yo, se han decidido a anular su voto, porque no queremos ser parte de esa maquinaria infame de explotación y burla.

Yo no reconozco al Congreso de la Unión, no reconozco la autoridad de ningún representante de gobierno, no reconozco la autoridad de ningún gobierno, pero eso no me convierte en anarquista, porque vivo en un país de leyes. Leyes que no parten de la ciudadanía, sino del trance y la negociación entre militantes partidistas, que a todas luces los benefician a ellos.

Por haber nacido en México tengo una ciudadanía, y eso me convierte en uno más de los habitantes de este país, por lo que Constitución continúa protegiéndome. Que no se equivoquen, acepto las leyes y las cumplo, pero no creo ni reconozco a los que las erigen, las juzgan, las crean, las aplican: los partidos políticos. A éstos los desconozco y me alejo de ellos. Debato con ellos si quieren debatir, y al reconocer las características del debate, no busco imponer mi idea sino discutirlas, como debe ser. Nadie gana un debate, ganan todos.

Los partidos políticos ahí están, entorpeciendo el camino de las libertades, de la creación, de la búsqueda de la felicidad a que todo ser humano, todo mexicano, tiene derecho. Yo no marcho con militantes partidistas.

Hago una diferenciación: ser ciudadano no militante o ciudadano militante; pero para acompañar nuestra marcha, nuestra lucha, nuestra ong, nuestra intención ciudadana tienen que dejar el poder, las insignias, el dinero del partido lejos (en su casa); si no lo hicieran, y a la marcha, a la junta, traen pancartas, ideologías, línea partidista, entonces han roto una reunión ciudadana.

Ellos son los que se descubren solos, ellos son quienes arruinan su procedencia ciudadana, anunciando su militancia partidista. Luego podrán gritar que vienen como ciudadanos, pero los ciudadanos libres nos deslindamos de ellos.

Los partidos políticos son la piedra de tropiezo para el avance del país. Se respetan los logros de cada uno de los que consiguen algo para el pueblo, para su bienestar, pero no se aplauden ni se le echan porras a ningún gobernante. ¿Por qué habría de agradecerte que cumplas con tu trabajo?

Yo no festejaré que Felipe Calderón cumpla con su trabajo, menos le echaré porras, acaso diré: el tipo cumplió con su trabajo, y a lo que sigue. Hemos sobrestimado el trabajo, necesario es que cada quien cumpla con lo suyo. Ejemplos como los 20 millones mensuales que según Yunes le pidió Elba Esther Gordillo, seguro que no son ejemplos aislados, o confesiones cargadas de honestidad. Cuántos acuerdos de esta naturaleza se dan todos los días y no nos enteramos. Todo gobernante habrá de robar, pero hasta para robar hay que saber hacerlo. Hago algo por el pueblo, y robo, ahí está el IMSS, el ISSSTE, el Infonavit, el libro de texto gratuito, y mil etcéteras creadas en los gobiernos priístas. Dónde están las instituciones que crearon los gobiernos panistas en doce años, dónde están los logros del Presidente Legítimo Andrés Manuel López Obrador. Y eso, mis compañeros, son los verdaderos hechos de la historia mexicana.


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AEcheverría en Efory Atocha, Aquí
Imagen tomada de la Web.
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