lunes, 5 de diciembre de 2011

Rolando Escardó: poemas

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Poemas de Rolando Escardó
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El Valle de los gigantes
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La luz transforma esa pared silenciosa,

el pozo, la caverna.

La luz se cae al pozo de mi alma.

¿Dónde, dónde encontrar,

dónde una puerta abierta, una ventana,

dónde el sitio de estarme para siempre?

En esta profunda cavidad sin mapa estoy perdido.

(¿Desde cuándo se pierde lo perdido?)

Hundido entre estatuas de cristal,

tocando la bóveda del alma;

estalactitas de vueltas y arcos espaciales,

esponjas y pitares,

gotas de espanto, rocas.

Exploro el interior. Atisbo, palpo, pregunto:

¿qué estoy haciendo Dios, qué busco en la caverna?

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La familia
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Madre me acoge en su pecho caliente

día a día.

Abuelo y su cojez retumban el tablado.

Aurora es joven, no piensa aún en casarse:

sueña.

Olema ya comienza por pintarse las uñas.

Aún Perucho no ha muerto.)

Mamá de vez en vez teclea en el piano.

Antonio es cocinero

y Salvador es el que empuja el carro.

iEnrique!

iFalta Enrique! ...

(Enrique fue el que malgastó el dinero ...)

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Isla
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Esta isla es una montaña sobre la que vivo.

La madre solemne

empujó hacia los mares estas rocas.

En el tiempo desconocido que no se nombra

en el límite que no se escribe

sucediéndose los deslaves

las profundas grietas:

gargantas hasta los fuegos blancos

­llega la hora de mi nacimiento en esta isla: -

Planeta ardiendo en el cielo

llega la hora de mi nacimiento

y también la de mis muertes

pues al mundo he venido a instalarme.

¿Por qué esos labios se abren como túneles a los que no bajo?

sé que el hombre es un rumbo que se instala

sé estas cosas y otras más que no hablo

pero yo puedo darme con los dos puños en el pecho

feliz de esta revolución que me da dientes

aunque de todo soy culpable

de todas esas muertes soy culpable

y no me arrepienten los conjuros

que en el triángulo de fuego he provocado.

Yo soy el gran culpable

mi delito no puede condenarlo sino Dios

y aun ni el mismo Dios pudiera

(vosotros no ;lo sabéis

pues ni siquiera los colores de la bandera

os sugieren

vosotros no lo entenderéis)

y esto se quedará como un poema más en la tiniebla

como el ruido de palabras del viento que me arrastra

aunque sea la estrella del alba

pues de todas estas cosas os burlaréis

hermanos

más allá del deseo de vuestras convicciones

en la trama creada para mi deleite

pero yo sólo sé

pero yo sólo estoy seguro

pero yo mismo lo he vivido de mis muertes y nacimientos

¿y cómo puedo yo mismo así negarme

cómo podría yo mirar al Sol y no cegarme?

Pero lo que importa es la Revolución

lo demás son palabras

del trasfondo

de este poema que entrego al mundo

lo demás son mis argumentos.

No creáis en mis palabras

soy uno de tantos locos que hablan

y no me comprenderéis

no creáis en mis palabras

esta isla es una montaña

sobre la que vivo ...

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REscardó (Camagüey, 7.3.1925-Cercanías de la ciudad de Matanzas, 16.10.1960. Estudió la enseñanza primaria en Camagüey, donde transcurrieron sus primeros años de juventud. Su educación fue autodidacta. Fundó en su provincia el Grupo «Los Nuevos», que publicó una selección de versos de Martí (1953). En 1958 fundó el Grupo Yarabey. Llevó a cabo actividades revolucionarias en la clandestinidad, fue perseguido y sufrió prisión. En 1958 tuvo que abandonar el país y se estableció en Mérida, Yucatán. Después del triunfo de la Revolución regresó a Cuba y fue designado teniente del Ejército Rebelde. Fue jefe de Zona de Desarrollo Agrario y organizó cooperativas de carboneros en la Ciénaga de Zapata. Practicó la espeleología. Fue colaborador en Ciclón y Lunes de Revolución. Cuando organizaba el Primer Encuentro Nacional de Poetas, que debía celebrarse en Camagüey, para recaudar fondos que propiciarían la compra de un avión de combate para defender la revolución, un accidente automovilístico truncó su vida. Con posterioridad a su muerte apareció publicado su poemario Jardín de piedras (Islas. Santa Clara, 3 (3): 147-154, may.-ago, 1961).
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Ficha y foto tomados de la Web.
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