lunes, 7 de febrero de 2011

"Crisis, crisis, crisis: ¿crisis de qué?"

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"Crisis, crisis, crisis: ¿crisis de qué?" (I)
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Por L. Santiago Méndez Alpízar/ Chago

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Hace, ya podemos hablar de 20 años, en el único y curioso hotel de mi pueblo, sentados y a la fresca con balcones abiertos, con dos amigos a los que tenía la misma cantidad de deseos de escuchar, compartir, hallaba también sin embargo, lo que uno de ellos llamó; el agotamiento de las palabras. Sí, y abundaba en algunas que a base de servir para el cotidiano diario, luego se transformaban en difíciles de colocar en un poema, en la literatura.

El trajín las desgasta, cubre de grasa y sudor con tierra el verbo más serio, bonito: desvirtúa el significado. Lo percute hasta desmoronarlo.

Y son tiempos donde las palabras caen, ya no en una simulación. Peor: mutan, se morfologean, terminan alejadas del origen. Y es desde el discurso hegemónico, donde verdaderamente se realiza esta cirugía, pues a diferencia de la dicharería marginal, popular, donde se crea, más que recicla lenguaje. Los discursos del poder son la base de lo que asumimos como cierto, real.

Así, al deterioro de un sistema donde ha primado, y seguirá del mismo modo, el valor del mercado -el consumo-. No es extraño que fueran los propios medios del poder quienes nos vendan historias repletas de palabras mutantes, mutadas. Que no deja de ser igual otra ironía: la mejor manera de no saber del dolor ajeno, es estar ocupado en solucionar el sufrimiento propio. Propitiatio peccato.

No me detendré en los eufemismos que plagan los relatos bélicos de los Diarios importantes -habrá que entender, también; de grandes tiradas-, los telediarios...Sería trabajo de muchas horas.

Sin embargo me resulta clamorosamente irónico cuando desde Occidente se vende una "Crisis" generalizada, a punto de finalizar con el confort, la estabilidad de las personas. -El gran temor, el solapado temor es otro, no obstante: ¿se imaginan si dejamos a un lado el sin fin de necesidades creadas, absolutamente superfluas?

Y, por supuesto, no es que no exista esa "crisis". Lo que sucede que estando los países más desarrollados en tales circunstancias, no hay tampoco capacidad para atender las crisis que plagan los países más pobres: hay que intensificar su espoleo a fin de recuperar el ritmo de vida en los países desarrollados.

Basta escuchar un discurso de cualquier formación política europea, soltará la palabrita, unas, 5, 6, a veces más veces por folio. Termina uno cayendo en la trampita de la analogía: crisis es crisis, hasta en latín.

Pero y los de Tayikistan, Mozambique, Guatemala?...

Para sacarnos de esta, nuestra crisis, los gobiernos de Europa -de la Europa del euro- acordaron conceder, inyectar las cuentas de los Bancos. Los mismos que antes habían concedido la posibilidad de caer en la crisis. En definitiva, se premió con dinero público la única solución conocida. De buscar eliminar la injusticia: alguna equidad, mejor control sobre estos agentes, se hubiera caído en la aceptación, reconocimiento de un fracaso.

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Imagen tomada de la Web.
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5 comentarios:

  1. Bueno, aqui no hay curro, en Francia - la que no es de Chanel, ni piri pirira, la de los profes de escuela, y de ahi para abajo, desempleados hasta el ultimo rumano, hay tremenda crisis, y tremendisima hijeputisima subida de precios de los productos necesarios, hablo de jabon sin marca, leche de la esquina y pan del tio medio loco que hace inventos con cereales, sin contar que la factura de agua parece que esta esta bendecida y viene directamente de la fuente de San Pedro,

    y por esos dos euros 31 cens que pusiste te matan el blog!

    abrazos Chago.

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  2. pero y los de Tayikistan, Mozambique, Guatemala como dice Chago entonces que es lo que tienen...los europeos se quejan de vicio y bien y los americanos más todavía

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  3. Otro abrazo para ti, Margarita, saludos.

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  4. la crisis, es el fracaso de vivir por encima de las posibilidades, la riqueza no es lo material, no es mas rico el que mas tiene, si no el que mas puede compartir.

    os dejo esta relfexion.

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