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Tres poemas (inéditos) de Ileana Garma
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Siempre creí que los días de asueto
eran esa larga avenida
entre el supermercado y el departamento
con las bolsas de comida congelada
esa avenida donde podía premeditar
el fastidio de comer sola
con un libro en las piernas
un cigarro en la boca
y la música de los carros fugaces como pájaros
también pájaros
Y no es esto un día de asueto sino
cuando en la mesa tú y yo acabamos de comer
y escuchamos las noticias de la tarde
silenciosos
y la cortina ondea su pereza
el sol se estira sobre nuestro suelo
desnudo
retándonos
y no es esto un día de asueto sino
cuando vamos a hacer la siesta sólo diez minutos
y tus brazos borran de mis brazos
esa tonta historia en la avenida
lentamente
hasta no terminar nunca la siesta
la brisa de la tarde
la indolencia a tantas bolsas de supermercado
y así
el calor
el tiempo
-el carro de mudanza atravesó la ciudad
a veces
la ciudad más grande del mundo
nace en una calle donde el invierno va tirando
donde el invierno
el año terminó sucio y frío
Un hombre que cargaba con los paquetes
resbaló en la escalera
el golpe nos dolió siempre
porque era un desconocido
y llevaba aquel espejo
que compramos sin importar que
nos quedáramos sin comer
Porque era un desconocido
que caía sobre el invierno
sobre la mudanza
y llevaba nuestras viejas cosas
y
Luego todo se convirtió en algo viejo
a veces todo se convierte en
Verás
un año muere más rápido que una mosca
Tú y yo bailamos un par de veces ante las lámparas
luego marchaste con aquel chico
La amistad de dos mujeres termina
siempre por una historia de amor
También me fui con un chico
subí a un avión me puse los audífonos
en un par de horas los muros lejanos
enredaron mi sangre
la llenaron de polvo
Mira
no sé
si probarás aquella duda
de la que hablamos tanto
mientras niños ajenos jugaban en el patio público
mientras lloraban en el patio público
Ahora debes tener un niño en brazos
¿Le dirás que tú y yo hablamos de la duda
en el baño de vapor en los cafés del centro
en ese parque diminuto de lámparas brillantes
en el barrio chino
que tanto te gustaba?
Te debo la duda
el parque en aquel barrio
donde las sombras jugaban entrada la noche
Ahora tendrás a un niño en brazos
La amistad de dos mujeres
deberá terminar
por un hombre
Estás donde querías
yo
puedo ver nuestras siluetas
como enredaderas trepando por la calle
buscando silenciosas el patio público
buscando
A veces
una gran ciudad nace
donde dos mujeres se despiden
y las sombras ajenas
Sentía que me estabas estafando
cuando decías que nada era eterno
Mira
y veía tan segura tu cabellera abierta en la noche
Escucha
hay un sol a la deriva
un sol a la deriva
enterrado en mis venas
te lo debo
la duda la certeza y lo demás costurado a la lluvia
donde tantas habitaciones viejas se mezclaron
y aquel señor que resbaló con nuestro espejo
cuando el año terminaba para nosotras
donde nada dura más que una mosca
donde nada
-Jugamos a quemar la hierba mala del jardín
esa mala hierba en la que era fácil perderse
el fuego el verde el tiempo todo
con unos malos papeles
lo intentamos
con un mal encendedor
hasta que el domingo se llenó de humo
déjame así cada domingo te dije
También en esa calle donde
yo lucía una chaqueta que no comprendes
estabas
jugando por todo
por el té de la mañana
el panecillo
que comía de pie en aquel minisúper
antes de caminar hacia el trabajo
Antes de caminar
te dije
juguemos
y criaste poco a poco la suavidad de tus manos
poco a poco esos labios
hablaban desde lejos para mí
donde sólo las noches
sus luces sus carreteras
te dibujaban conmigo
como delgadísimas líneas
en la cara en el cuerpo
líneas donde no podías dormir
Que me dejaras así el domingo
arreglando el jardín con un mal encendedor
con un mal papel la ciudad calurosa
porque estábamos jugando
hasta con ese guardia
que nos impidió entrar a la biblioteca
hasta con esa mujer
que nos chocó la defensa y hasta en esas cobijas
donde el odio nos acariciaba dormidos
Y en esa nueva casa donde colgaste reconocimientos
donde descolgaste reconocimientos
donde dejaste de hablar
y el todo por el todo
para descubrir que no se trata de
que alguien gane
que alguien pierda
sino de jugarse toda la vida
y los gritos
los floreros rotos
hábitos desbaratados y el llanto tirado
porque no sirve para nada
Estas ventanas jugarlas alrededor de mis piernas
alrededor de mis ojos despacio
te dije
y despacio nos quedamos callados
en la casa sin reconocimientos
donde sigue llegando puntual la mañana
la media noche
donde sigo comiendo arroz toda la semana
donde armamos esos libreros oscuros
mientras tomábamos limonada
mientras tomabas mi mano
No olvides
en sólo una línea de mi mano
te llevé hasta esos edificios altos donde yo dormía
dispuesta a soñar para siempre a esos aviones
resuelta a caer para siempre a esos mares
decidida a hundirme para siempre
en aquella línea pequeñita donde el tiempo nada puede
en aquella línea pequeñita
te llevaba
Entonces jugabas conmigo
y recibías mis mensajes con tus camisas a cuadros
parado con piernas abiertas y manos en la cintura
mientras llegaba el domingo
no lo olvides
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IGarma en Efory Atocha, Aquí
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