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-Tres poemas (inéditos) de Manuel Sosa.
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--------MENOS LOS SENTIDOS
Se inhala el fulgor para contenerle
y borrarnos a su vez en la inmersión que sobreviene,
linfa tibia que al cuerpo acepta
como hace un sudario, tonos prometidos
y hoy dispersos en cada utensilio
que ensaya el juego de ceder a lo oscuro.
El precario dosel que intenta encubrir la Finalidad
y regresa en otra partitura
es el párpado al acecho, en su costumbre cíclica.
La terca certitud del aposento nos hace creer
que poseemos un claustro donde borrarnos.
Manos operantes, la falacia mayor que obsequian
si de los ojos se renegase.
Podrán tapiar las grietas, cubrir cada intersticio
por donde asoma el esplendor, lo que insiste y cautiva
al actor del capuz que verifica su antro impenetrable.
Late la densidad, y latirán las sienes
siguiendo el juego de las bifurcaciones.
Nos hacen creer que nada es distintivo
cuando la penumbra se salva de las fisuras.
Nos enseñan el vicio del tacto,
la verdadera flama del arbitrio
cuando apartamos la yesca.
Es la invisibilidad que nos contiene, es la sibila
que se niega a ver, por no vernos,
por no dejarnos sanar.
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--------------LUNAS
En cada transposición del silencio, un nido abierto
que busca otro nido triunfal,
dos estoques contra las rejas:
allí he visto juntarse las lunas, en mi piel,
en la garganta que intenta el grito.
Cuando desciende el crisol y sangra la bestia
las lunas se posan sobre yacijas irreales.
Son las noches de untarse esa pócima
abandonada a la indiferencia del muro.
Son las noches de evitar ciertos cumplidos que seducen.
Inapresable mi ánima salvo cuando se juntan
los portentos que ahora confieso,
he tenido que ver cómo talan los sicomoros
y se mella el filo contra la corteza.
He tenido que ver cómo desmenuzan los nidos,
y cómo a mis lunas, en la fragua de la lucidez,
de un golpe separan.
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---------QUIEN BORRA
Crispada en torno al frasco,
delineando el arrobo de las privaciones,
viene la mano a cerrar un lapso
que no existe fuera de este confín y su herraje.
La mano que acariciaba urnas, puliendo astuta
como para encontrar un respiradero,
puliendo siempre en el sopor que ofuscaba,
inerte y vana en las noches, satisfecha del miasma
y oficiosa si malograba el amanecer,
tuvo que escribir la cantiga
y luego borrarla con el pudor que se aprende
en las candilejas y en la voz que sigue enmendando
la ineficaz actuación; y así correr el dosel
para ceñir otra corona aleve, sumisa,
hasta alzarse en el asombro de verse altiva
y ser el arma, la dosis,
Manuel Sosa, Meneses, 1967. Poeta y ensayista. Tiene publicados, "Utopías del Reino" (Premio David 1991, Premio de la Crítica 1993), "Saga del tiempo inasible" (Premio Pinos Nuevos 1995), "Canon" (2000) y "Todo eco fue voz" (antología, 2007). En la actualidad reside en Atlanta, Georgia, donde se desempeña como trabajador social. Coordina el blog,---
La Finnca de Sosa.
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