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-------Tres poemas (inéditos) de Camilo Venegas
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PAPEL CARBÓN
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El original fue destruido y la copia se quedó en blanco.
Por un momento creyó
que no tendría ninguna constancia,
que no se sabría nunca todo lo que dijo
en aquel momento de rara distracción.
Pero en el papel carbón, puesto a contra luz,
aún se veía el nombre de aquella muchacha
que se levantó el vestido
con las rodillas sobre la tierra,
debajo de una alcantarilla.
El nombre de Cuernavaca
se leía con toda claridad,
por encima de la palabra invierno
y de una frase entre paréntesis
donde se seguía hablando de lo mismo.
Su país, las pocas cosas
que aún recordaba de su país,
aparecían detalladas en una lista,
antes de que cualquier tarde,
la más insignificante de las tardes,
ardiera hasta quedar reducida a cenizas.
Luego, en un orden que ya confundía,
podía leerse el final
de una guerra en África,
un tren que pasaba sin ser visto
y una mesa servida sobre diciembre,
con Aurelio a la cabeza
y Atlántida todavía de pie,
espantando esas moscas
que nunca se han ido de la casa.
El original fue destruido,
pero el poema aún es legible,
unas palabras más
unas palabras menos,
en la hoja de papel carbón puesta a contraluz.
EL MOLINO
-------------------------------Una copia de Ko Un.
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Aquí nadie soporta al viento;
levanta demasiado polvo
y destroza todo a su paso.
Pero cuando él sopla
yo puedo sacar el agua
desde allá abajo
y darle de beber
a las aves, a los perros,
al ganado
y a todos los que lo maldicen
cuando escupen tierra.
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PLACERES
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----------------------------------------Una copia de Bertolt Brecht.
Los primeros minutos del día y los últimos segundos de la tarde.
El tiempo de agua y el olor de la hierba acabada de cortar.
El Paradero de Camarones por una ventana de Google Earth.
El silencio de los domingos y el saxofón de Paquito D'Rivera.
Algunas voces de mi país y el piano de Gonzalo Rubalcaba.
El encuentro con una persona que me recuerda a otra.
Leer los periódicos en el inodoro.
Una ducha antes de acostarme.
Algún trago de alcohol.
La noche del viernes.
El próximo tren.
Las montañas.
Un arroyo.
Escribirte.
Volver.
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Camilo Venegas: Paradero de Camarones, Cuba, 1967. Desde el 2000 reside en Santo Domingo. Estudió teatro en la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán, La Habana. En Cuba, laboró como editor de EL CAIMÁN BARBUDO y LA GACETA DE CUBA. Luego dirigió el Fondo Editorial Casa de las Américas. En República Dominicana ha sido editor de EL CARIBE y DIARIO LIBRE. Luego formó parte del equipo del Centro Cultural Eduardo León Jimenes. Entre sus libros publicados se encuentran "Los trenes no vuelven" (1993), "Cine Vedado" (1995), "Pequeño inventario de cosas que nunca existieron" (1998), "Itinerario" (2003) y "Afuera" (2007). Su cuento "Irlanda está después del puente" mereció el Premio del Concurso Internacional de Casa de Teatro en 2004. Actualmente labora como Gerente de Contenido en Newlink Communications y continúa publicando sus columnas en el semanario CLAVE. Coordina el blog, El Fogonero.
Magníficos poemas. Sobre todo el primero, que bien puede ser un relato.
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