viernes, 17 de agosto de 2007

"Confesiones de Temistos" Fragmentos de un poema (inédito) de Julio Fowler


--"Confesiones de Temistos"

-------Por Julio Fowler


Soy Temistos, filósofo del sueño,

contemplo la vida y veo que es un caos,

un magma de piezas inconexas que entre deuda y pólvora se arruina.

Aquí comienza la intemperie, más cerca del exterminio que de Dios,

aquí se inicia el largo peregrinar hacia la noche sin fondo.

Aquí te adaptas al escombro o te lanzas a embestir las olas.

Ahora mismo no se que rumbo llevo,

no se si voy o vuelvo, no sé si existe un sitio mejor a donde ir

o es mejor ser simplemente el caminante,

aquel que cruza las fronteras y es extraño o querido en cualquier parte. Ahora mismo no se qué hago aquí si a mi siempre me atrajo la belleza.

Soy Temistos, descendiente de náufragos

y como todo niño me hice un barco y un anzuelo,

tengo poco más que este mapa de mi cuerpo y este códice de mis deseos, contemplo el mundo con tu mismo asombro

Y lo que veo es diferente a lo que sueño

Y lo que sueño me habla en otra lengua.

Tal vez no espero nada, acaso alguna broma, una palmada,

acaso un gesto compasivo de la niebla.

A pesar del horror a nada temo, a pesar de su terrible desafío

a nada me someto, estoy en paz con mis demonios,

sé compartir el té con el desasosiego, puedo llenar este papel en blanco, puedo ordenar estas postales recién salidas del naufragio;

historias de una isla, lo que quedó del carnaval y sus tambores

ya no se sabe cuánto vértigo.

Voy a saltar de nube en nube y llenaré de confidencias tus bolsillos,

voy a encender la lámpara, una luz contra la náusea y el olvido,

antes de que salte en pedazos mi memoria,

antes de que me pierda en las arenas movedizas del camino.

15

Hubo un tiempo en que todo nos tentaba

Y le dábamos mordiscos a la arena

Hubo un tiempo de júbilo y metralla

Y de querer morir por la bandera

Mientras yo moría bajo tu saya

Huyendo del suicidio y la ceguera.

24

Detente tú que viajas de un lado a otro del puerto

Ahora que han muerto los dioses

Y nos queda en el bolsillo solo un céntimo de amanecer,

Dime si vale la pena seguir en esta levedad

Escuchando monólogos y ave marías,

Esperando el ascenso de una ola a la azotea.

25

La ciudad no la he visto

No llega a mi ventana signo alguno que la nombre o la recuerde

Solo el río arrastra una espuma cada vez más negra

Un olor a levadura cada vez más rancia.

Todo el que ahora falta en casa

Todo el que ha muerto o se ha marchado

Lo he visto abrir sus brazos por última vez

Como apretándole los pechos al cielo

Como atándose a un mismo e indescifrable misterio.

Toda partida es siempre un tránsito hacia lo imprevisible

Aunque quede abierta una ventana o se guarde una naranja.

La ciudad no la he visto

No he visto sus cúpulas altas, sus luces de neón, su asfalto humeante

Dicen que hay alguien apuntando a tu cabeza

Esperando el momento de tu duda o tu silencio

Alguien que quiere que naufragues

Que digas adiós a todo lo que anhelas.

Dicen que allí la gente se encierra herméticamente en su sombra

Caen en un miedo que ocultan bajo otro miedo

La libertad y la muerte se funden en una idéntica imagen

El aire empuja el aire, la sangre se sumerge en su propia sustancia

Allí ya nadie viola la hora del reposo, ya nadie da portazos

Ya no se trueca carbón por canciones en las plazas

Ya nadie duda, ya nadie nos advierte

Que la ciudad se asfixia bajo sus dogmas y banderas

Para qué verla si siento su embestida,

Si no está diseñada a la medida de la dicha,

Si muestra sus mandíbulas de vidrio y polvo.

En las horas en que se reparte el café

Contemplo el camino por el que todos se han ido

Y mi visión termina allá donde los árboles

Inician su lineal arquitectura y la hierba como una torre vertical

Es más alta que el astro y la ciudad.

27

Apaga tu ira y escucha el lenguaje cálido del río

Las piedrecillas divertidas del fondo

Mira el horizonte, la simetría de sus labios

Y piensa en la aventura lejana.

Apaga tu ira y saca esas alas de cuervo de tu alma,

Aquí todo es inútil

Aquí se reparte el tedio en las bodegas

Y la rabia se condensa en cada plaza

Aquí no quedan vírgenes ni mulatas ni caña para zafras

Y un amigo es lo más parecido al olvido.

Aquí no queda nadie ni en las aulas ni en las azoteas ni en el aire

Aquí solo quedan cárceles donde se pudre lentamente tu alma

Las aguas del río en que te bañas son las mismas

Así que apaga tu ira, apaga las cenizas de tu garganta

Aquí da igual cuánta cólera se te atraganta

Contempla si puedes el horizonte, la simetría de sus labios

Y piensa tal vez en la aventura lejana.

44

Bésame,

Haz que este animal que llevo dentro se haga pedazos

Y se claven sus uñas contra las murallas del éxtasis

Si me besaras, si coincidieran tus labios

Con el ruedo de campanas que inician su concierto aquí en mi corazón

Pudiese rendirme, pudiese llevar ese súbito sabor a pétalo

Y a gota de la mañana como un estandarte

Por la insaciable pradera de mi ira

Pudiese decir a todos: este es el beso de mi amada

El bálsamo que alivia y resucita,

Y que ha estampado en mí la primera estrella.

Si me besaras en el sudor,

En los días en que me aparto de la ley

Y toda sabiduría muere en la inmediatez

No pudiera negar que en algún momento

Dejé crecer el heno en mi alma

Y que guardé silencio cuando marcaban la piel de los violentos.

Si pudieran al menos tus labios hilvanar una dulce tonada

Sacaría para siempre de mí esos lascivos recuerdos

Estas oscuras preguntas que me bifurcan.

Bésame y no renunciaré

Bésame y recordaré el canto de mi madre

Cuando me dormía en sus brazos.

He de regocijarme si me besas y tu cuerpo se dobla

Se quiebra y se columpia como si hubiese arena en la balanza

Como si fueses la muchacha que salta

desde las manos de dios hasta mis arcos

Y me cela porque viajo con los encantos del viento

Bésame como si fuera esta noche la última vez

Y nadie nos dirá que no tuvimos paz

Que no gozamos y que encontramos al final

La luz más anhelada.

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miércoles, 8 de agosto de 2007

"Flores para Natasha". Un Relato (inédito) de Agustín Labrada.



----------FLORES PARA NATASHA

Por: Agustín Labrada Aguilera

-------En medio de la fiesta, suena el teléfono, y una de tus amigas grita desde su sombra:

------- -¡Manuel, te llama tu suegro!

--------¿Mi qué...?

------- -Tu suegro, está en la línea.

--------Pero si él vive en Miami y no sabe que estoy aquí.

Cruzas con lentitud la muralla de humo hacia el auricular.

--------¿Qué tal, Manuel? -----susurra una voz de duro acento.

------- -¿Quién habla? ¿Pablo?

------- -No, soy Alfredo, el padre de Natasha.

--------¡¿Qué?!

--------Sé que te sorprende oírme. No soy un espectro... Mira, en la oficina de mi hermano trabaja Beatriz, una amiga cubana, y me habló de ti. Dijo que ahí estarías esta noche.

------- -¿Beatriz?

------- -La arquitecta. ¿Crees que podríamos desayunar mañana? Me gustaría mucho platicar contigo. ¿Qué te parece si nos vemos a la diez en la estación del metro Cuauthémoc?

--------Sí, claro...

-------- Llevaré puesto un suéter café. Ya me contó Beatriz cómo eres.

-------Con todo tu asombro caes sobre un sofá y alguien te ofrece un caballito de tequila. Son las doce de la noche en el invierno de la Ciudad de México, donde llegaste hace dos días bajo el agonizante esmog. Natasha es historia antigua, ya ni siquiera puedes dibujar su cuerpo bajo la brisa habanera. Esto es una pesadilla, los muertos no hablan por teléfono. Natasha, recuerdas, dejó más sal que mieles en tu vida y esa sal hoy revive a un difunto. Te molestaba su insolencia, pero te atraían sus nalgas.

-------Natasha vino a tu trabajo enviada por su oficina, y tú le hablaste de José Martí. Ella no quiso escucharte, te enamoró con palabras dulces entre español y búlgaro. Socióloga de mierda que no conoce su propio idioma. “Pero sé inglés, querido”, dijo tocándote con su pie descalzo. Ella creció en Sofía. Al mes de estar en Cuba, te sedujo y fue arrastrándote hacia un caos, donde su lengua impulsaba siempre alguna intriga.

-------Era celosa y tierna. Podía discutir contigo horas especulando que te acostabas con otra mujer, alterarse hasta que sus ojos parecieran faroles, y luego, irse a la cocina a preparar chocolate para hacer las paces en la cama, donde pedía ser penetrada en búlgaro para rendirse satisfecha en español. Tras un año de guerra y sexo, te largaste de su apartamento y dormiste en el malecón. Nadie es tan bueno y tan malo a la vez, pensaste al mirar la última herida dibujada por sus dientes en tu brazo derecho.

--------Prueba este ron de Barbados, está riquísimo, Manuel.

-------Si riquísimo era trenzarse tardes enteras con Natasha en una cama, amargo era ver cómo destruía todo tipo de relaciones familiares y amistosas con sólo abrir sus labios, aunque inmediatamente llenase de elogios a los agredidos. Siempre pensaste que esas actitudes se debieron a su mezcla de sangres. Josefa, madre de Natasha, cubana descendiente de españoles, se fue a estudiar a Bulgaria al comienzo de los años sesenta, y allá conoció a Alfredo, quien fue enviado a la misma universidad por el Partido Comunista Mexicano. Alfredo era hijo de un japonés y una sonorense.

--------Sales del metro; te duele la cabeza; conversaciones e imágenes de la noche anterior giran como asteroides en tu mente. Alfredo te asombra con un abrazo eufórico. Este tipo ha envejecido, piensas al recordarlo en una foto tomada hace mucho tiempo en una playa del Mar Negro. Alfredo hace preguntas mientras entran a un restaurante, donde pide un desayuno norteño. Le entregas la dirección y el teléfono de Josefa. Finge estar conmovido. Descubres cuánto se parece este hombre a Natasha en sus ojos rasgados. Tras el desayuno, subes a un New Yorker que enrumba hacia el Bosque de Chapultepec. La ciudad es hermosa.

--------Yo me jugué la vida en estas calles, Manuel. Teníamos una red de guerrillas urbanas que llegaba hasta Chile con el apoyo de Cuba y la Unión Soviética. Había güevos.

-------Un sol tibio se filtra entre los árboles y sus rayos caen sobre la avenida en forma de rayas. Así hablaba Josefa, con fragmentos de oscuridad y luz, nunca podías escindir el testimonio de la ficción. Tal vez Alfredo sea también una ficción.

--------Cuántas ilusiones y sacrificios por una esperanza incierta, y ahí estaba yo, de pendejo, partiéndome la madre, tan lejos de Natasha.

-------- En el semáforo, una familia de payasos orquesta una difícil acrobacia. Cuando miras sus rostros, te identificas con su suerte. La vida como circo en todas partes.

------- - Mi hija nació dentro de un auto. ¿No te lo contó? Recuerdo el olor a flores, la carretera… Para entonces yo había terminado de estudiar y me pidieron que regresara. Pude volver una vez más a Sofía y pasamos unos días padres. Mi niña sonreía cuando los gitanos cantaban en las plazas. Fue la última vez que las vi en persona. Después del 68, creció la represión en México. Tuve que cambiar de nombre 15 veces. Viví en ciudades distintas y tuve tantos oficios como mujeres.

-------El New Yorker se detiene en una esquina y cruza un mariachi cuyos músicos traen chalecos desteñidos. Los sigue un perro. En el estereo, se oye una canción de María Teresa Vera. Alfredo te muestra un calendario del año que acaba: 1992.

-------- -La escucho mucho. Justamente hace 20 años que no sé de mi hija.

--------A mí me dijeron que habías muerto. ¿Por qué no volviste a saber de Natasha?

--------¿Por qué? ¿Quieres saber por qué? Por culpa de Josefa, chingada madre. Hasta los ocho años de Natasha yo le enviaba maletas con ropa y juguetes a Sofía. Cuando no pude mandarle nada, Josefa me mandó al demonio. Me dijo que nunca las vería, que iba a contar esa historia que te contó a ti. No logré seguirles el rastro. Apenas podía sobrevivir escondido y cuando salí a flote no supe a quién preguntarle.

-------Entra el New Yorker al Bosque de Chapultepec. Pese al frío, en el lago se bañan algunos niños. Recuerdas a Natasha sin aire entre las aguas de Santa María del Mar. Bajan y caminan espantando a su paso las ardillas.

-------- -¿Volvió a casarse Josefa?- te pregunta con estudiada indiferencia.

--------Sí, se casó con un funcionario de la embajada. Regresaron a Cuba. Natasha se quedó en Sofía hasta terminar sus estudios de sociología.

-------Alfredo sonríe cínicamente, pero no puede esconder la humedad de sus ojos.

------- -¿Cómo es Natasha, Manuel?

--------Pedante, engreída, neurótica, egoísta, fársica, mitómana... Todos los oscuros adjetivos acuden a tu memoria. Por ella casi te peleas con tu madre, por ella casi te sancionan en el trabajo, por ella perdiste a cinco de tus mejores amigos, por ella quedabas siempre en ridículo... Alfredo intenta descubrir tus pensamientos, pero evades sus ojos.

--------Aún así, alcanzas a verlos muy húmedos, en una expresión que dibuja a Natasha en sus minutos de paz cuando cesaba su ira contra el mundo, y dejaba de ser una tigresa para reconocer su vacío, su miseria, su miedo. Esos ojos de actor entrenado en la arena política, algo ansiosos, buscan los tuyos con la misma pregunta:

-------- -¿Cómo es Natasha?

------- Quieres salir de esa niebla: gritos, dientes afilados, palabras calcinantes. ¿Qué puedes hacer contra un recuerdo que se te adhiere en el alma y en la piel? Nada, piensas, mientras tus ojos siguen la ondulación de una hoja que sube y desciende, casi roza la tierra y vuelve a elevarse mostrando sus dos caras: una verde, otra amarilla

--------Maravillosa, Alfredo, maravillosa.

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martes, 7 de agosto de 2007

"Gracias Por la Gozadera", Por Joaquín Borges Triana




--Gracias por la gozadera
------------Por Joaquín Borges-Triana

Hace unas semanas expresé desde las páginas de Juventud Rebelde que todo apuntaba a que en los meses de julio y agosto, los amantes de la música disfrutaríamos de una amplia programación. Hasta ahora, el vaticinio se ha cumplido con creces e incluso, ya se han producido algunas sorpresas. Entre esas actuaciones imprevistas al iniciarse la temporada, hay que mencionar las dos presentaciones de Boris Larramendi el lunes 23 y el viernes 27 de julio en el anfiteatro del parque Almendares.

La primera de ellas fue como parte de la peña que Frank Delgado lleva a cabo en las noches de los lunes para el beneplácito de quienes gustamos de los decires de alguien acompañado por su guitarra. Por el espacio ya han pasado, entre otras figuras, creadores como Ray Fernández, José Luis Estrada (ex Cachivache), William Vivanco, Santiago Feliú, Leonardo García. La actuación de Boris el día 23 fue un anticipo de lo que haría el 27 durante más de dos horas.

He ido en incontables ocasiones al anfiteatro del Almendares. Recuerdo cuando a fines de los 70, allí se iniciaban en la vida musical los cantautores que integraron la segunda generación de la Nueva Trova. Después, en los 80, el sitio sería lugar de encuentro a propósito de la peña de Mayohuacán y así sucesivamente, pasando por la larga temporada que en el lugar mantuviese Gerardo Alfonso. Por mi condición de asiduo visitante a la instalación, puedo asegurar que una de las mayores concurrencias registradas en el anfiteatro fue la que se produjo en el reciente concierto de Larramendi, algo significativo si se piensa en la escasa promoción que se hizo de la función.

Fue hermoso ser testigo de un espectáculo que logró aglutinar entre los asistentes a gentes de varias generaciones, por igual identificada con la propuesta estética de Boris. Entre quienes concurrieron a la función, además del mencionado Frank Delgado, andaban figuras como Pablo Menéndez, Santiago Feliú, Descemer Bueno, Alejandro Frómeta (el ex Superávit promete dar un concierto en la actual temporada), Kelvis Ochoa o el productor argentino español Alejo Stivel.

De alguna manera, la presentación puede verse como una oportunidad en la que Larramendi hizo un recuento de buena parte de su obra, es decir, las canciones que montase con el grupo Debajo en el primer quinquenio de los 90, las incluidas en el disco Habana Oculta, las hechas luego como integrante de Habana Abierta, así como las que salieron a su nombre en el álbum Yo no tengo la culpa y las que ahora está grabando para una futura producción discográfica en solitario. En ese repaso, que permitió tener de conjunto una visión de lo realizado a lo largo de su carrera, se excluyeron muestras de las canciones que trabajase en un período con Nadia Nicola y que ya el cantautor ha retirado de su repertorio activo.

La función, devenida una fiesta para los asistentes, demostró que sólo con una guitarra y un eventual respaldo de un cajón (ejecutado por Roberto Carcassés), Boris es capaz de poner a guarachar de lo lindo a todo el personal que colmó el anfiteatro y que, menos en el caso de las piezas que eran estrenos, reconocía cada tema desde los acordes iniciales y en singular apoyatura coral, en unísono con el creador cantaba verso a verso las estrofas de sus composiciones. Dadas las peculiaridades del mercado discográfico en Cuba, en el que de forma oficial no se distribuyen álbumes como aquellos en los que Larramendi ha intervenido, su profusa circulación entre nosotros se produce a través de copias quemadas y que se mueven con asombrosa velocidad entre un circuito de melómanos, caracterizados por una alta eficiencia (digna de ser estudiada e imitada) a la hora de promover internamente la música de su interés.

El concierto ratificó a Boris como un compositor en el que el rock de inspiración latina y aproximación "callejera" desempeña un rol preponderante. En sus nuevas piezas, los ritmos cubanos se perciben todo el tiempo, en perfecta unión con los aires rockeros a que nos acostumbrase desde sus ya lejanos trabajos con la memorable banda Estado de Ánimo. Ahora sólo queda esperar porque el disco que prepara, sea pronto concluido para que entonces, programas como el Nero y los quemadores hagan lo suyo.

viernes, 3 de agosto de 2007

"BORIS EN EL ALMENDARES: TODAVÍA AMANECE GRATIS", Por Humberto Manduley


"Boris en el Almendares: Todavía amanece gratis"


(Para Albilio y El Erizo)

----------------------Por Humberto Manduley López

Con el recuerdo de su última actuación en La Habana, en enero de 2003, Boris Larramendi se apareció de nuevo en la ciudad, en plan "relax" familiar, pero con ganas también de repasar, ante el público local, lo más reciente que ha estado grabando y componiendo en Madrid. Frank Delgado lo invitó a su peña de los lunes en el Anfiteatro del parque Almendares, y se ajustó una presentación individual para el viernes 27 de julio.

Repartiendo el repertorio de la noche entre sus temas más conocidos, provenientes de sus distintas grabaciones (Habana Oculta, los 3 discos de Habana Abierta, y su debut personal Yo no tengo la culpa) más algunos estrenos, Boris se mostró como el eslabón "friky" dentro de ese reconocido proyecto de cantautores afincados en la capital española. Desde los días con el grupo Debajo hasta hoy ha transcurrido más de una década, pero el componente visceral, propio del rock & roll, sigue subrayado en la mayoría de sus trabajos, junto a esa inquietante predilección por las melodías de los muñequitos rusos, que marcaron a toda una generación de cubanos.

Boris se dio el gusto de cantar, entre otras, su "Asere, qué volá", coreada y bailada por los presentes, como si el disco que lo contiene (el polémico Boomerang) lo vendieran en la esquina o sonara a tope en la radio. Nada de eso. Mucha circulación por la izquierda, mucha copia doméstica, mucha piratería bienvenida, ha asegurado un espacio en el gusto de un sector del público para esa y otras canciones. Por supuesto, corrosivas hasta la médula, no cuentan con el beneplácito de otros que se ponen a rabiar con ellas (sobre todo los eternos "delimitadores de primaveras") y pretenden tapar el sol con un dedo, aunque sigo sin entender "por qué se ponen así, si siempre fue así: ¿acaso no se daban cuenta?".

Canciones donde el ácido sulfúrico y una nada sorprendente mesura se codean, y el ritmo gana protagonismo. Atrás quedaron aquellos bolerones que Boris escribía ("Cuando todo te imita", "Silvia knows"); ahora el componente de guaracha, ligado a una actitud muy grunge, afloran con mayor fuerza. En todo caso, si algo me preocupa, es que se trata de un repertorio con peligro de esquematizarse en esa perenne invitación al baile y la sandunga, y no salirse de ahí. Temas donde la pachanga tiene un peso importante, pero sin olvidar el texto. Sucede entonces que, cuando el cantante interpreta algunas de sus obras más tranquilas, con otra estructura rítmica y diseño melódico, sin estribillos pegadizos, y una intención más lírica que lúdica, el público (o una gran mayoría), no le presta el menor caso. Eso, desafortunadamente, también pasó allí.

La equilibrada mezcolanza en que tumbaos heredados de Van Van alternan con la energía del rock (no es casual que uno de sus temas termine con el reconocido riff de "Smoke on the water") sirve cual carta de identificación para la propuesta actual de Boris. La apropiación, el choteo, el auto-chucho, la desacralización, los cuestionamientos, son el plato fuerte de sus temas. Fusiona sexo y política, relajo y reflexión. Hay rabia y muchísimo amor, desde esos textos que hablan el lenguaje de las calles (habaneras, madrileñas), y esas melodías tan fáciles de atrapar.

Quizás sea una etapa dentro del trabajo creativo de Boris, un paso más en su evolución como artista (aunque siga ejerciendo como "amo de casa" para Ivette y Adelita) junto a la inevitable adaptación a un entorno con otras características. En definitiva, el cambio se hace forzoso, y sólo es necesario reajustar expectativas.

Muchos se divirtieron, jugando a hacer el ridículo feliz; otros disfrutaron a tope cantando y moviendo el culo, y hasta hubo quien descargó para atrás, porque para que el mundo sea mundo tiene que haber de todo. Pero creo que fue una fiesta colectiva con algo de caos, una catarsis para los sentimientos, moviéndose entre la alegría y la memoria, y colofón ideal para una visita que ojalá se repita pronto. Al final, creo que everybody lo pasamos very well.

jueves, 2 de agosto de 2007

CUATRO POEMAS EN LA "Revista Hispano Cubana"


CUATRO POEMAS DEL LIBRO (inédito)
"FLASHBACK" (España 1996-97) Publicados en la "Revista Hispano Cubana". Por L. SANTIAGO MÉNDEZ ALPÍZAR / Chago.


BUEY

Lento y sudoroso
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No es Toro el Buey
----
-------/ni lo contrario/
-------
Su cansancio fue atado a la navaja

El narigón es divisorio


AVISO

...Y lo sé/
soy una piedra sucia/

Antiguo y clásico
como la piedra misma

No escarbes más

Luego me reiré en tu cara


EL 21

--------------Para el artista y amigo
-------------de la tierra colorá: Yoel Rojas
Sabe del nido de la Codorniz/
----
---------del guajiro y las Gallinas/

Guarda silencio

Se hace intriga en el monte

Saca la lengua/ Se desliza

No es serpiente el Majá pero intimida

CAMPEÓN

...paseando la dejadez a golpe de salitre y lejanía/
a leves toques de recuerdo/

No he bebido la cola del olvido ni he estado en las corridas

No me he chutado la dosis de heroína y de silencio
ni esperé el atardecer para morir

Hoy fui un perrito dócil y hogareño como un perro

Definitivamente me hago a las buenas costumbres/

Costumbre antigua / vergonzosa/

miércoles, 1 de agosto de 2007

¡Así somos los Cubanos!

Un conocido escrito que circula por internet nos ve de estos modos:
------------------------------- ¡Así Somos!
Autor anónimo.


El Cubano no corre: Echa un patín.

El Cubano no es infiel: Pega los tarros.

El Cubano no se sube: Se encarama.

El Cubano no habla mucho: Mete tremenda muela.

El Cubano no se enamora: Coge tremendo metío.

El Cubano no es pícaro: Es candela.

El Cubano no es inteligente: Es un filtro.

El Cubano no se emborracha: Coge nota, o curda.
El Cubano no es niño: Es fiñe.

El Cubano no consigue: Resuelve, mete mano, engancha.
El Cubano no es un experto: Es un bárbaro, un salvaje, una fiera, un animal.

El Cubano no se baja: Se apea.
El Cubano no cae: Se destimbala.

El Cubano no te golpea: Te rompe la siquitrilla.

El Cubano no baila: Echa un pie.

El Cubano no es haragán: No dispara un chícharo.

El Cubano no piensa: Mete moropo

El Cubano no se equivoca: Se enreda

El Cubano no se muere: Canta el manicero, guinda el saco, estira la pata.

El Cubano no tiene obsesiones: Tiene matraquillas.

El Cubano no se enferma: Se pone maluco.

El Cubano no pasa hambre: Se jama un cable.

El Cubano no es pobre: Está en la fuácata.

El Cubano no está delgado: Es un güin, un esqueleto rumbero.

El Cubano no se vuelve loco: Se desconchunfla, se le cruzan los cables, tiene guayabitos en la azotea, le patina el coco.

El Cubano no se cansa: Se desguabina, Se descuajeringa, se desmondinga.

El Cubano no ignora a alguien: Lo tira a mondongo.

El Cubano no es culto y lector: Es una polilla.

El Cubano no dice "toca mal el piano": Dice: machaca las teclas.

El Cubano no forma una confusión: Forma un arroz con mango.

El Cubano no es ostentoso o pretencioso: Se da lija.

El Cubano no conquistó a una mujer: Liga a una jeva

El Cubano no dice "come despacio": Dice: ¡respira niño!

El Cubano no tiene una novia delgada: La novia es un bacalao o un pestillo.

El Cubano no dice "me lo has puesto difícil": Dice: ¡me la pusiste en China!.

El Cubano no te dice que hiciste algo excepcional: Te dice: ¡te la comiste!