-
Tres poemas (inéditos) de Elena Tamargo
-
-
-
El último poema
------Soy sólo un trueno de voz sagrada
------Stefan George
-
El año en que amaba
alguien tenía mis ojos
los llevaba en las manos
los cuidaba desde que se habían cerrado.
Él ganaba y perdía, pero no se asomaba a las ventanas
guardaba lo demás
las actas, su nombre, la peor de sus horas.
Los tulipanes en Moscú lo habían decapitado
y desde entonces bebíamos juntos leche negra del alba.
Bebíamos y bebíamos
y también de mi mano,
mas lo que ahora se hunde, a quién le pertenece
fuimos serenos floreciendo y ya
Quiero mejor ser leña de un hogar
y calentar la leche de los niños,
porque esos ojos míos
que él cuidaba
están bajos
llorando
cansados de no poder dormir en las camas donde nos acostamos
ellos y yo
a vivir
cuando la luz se enciende
o cuando se derriten los corazones de oro
de los niños
que beben la leche negra del alba.
-
-
Poeta sin tumba
-
---------Me levanté y regrsé a casa, a la palabra
--------Hilde Domin
-
Las plegarias no sirven
el dios rehúsa
ve morir a los hombres
y va labrando su sueño.
El poeta camina cargado de dolores
suavemente murmura: no me olviden.
Tenía
un dolor profundo y suyo
mas no palidecía.
Oyó lo que la tierra sorda dice.
No sabía rezar.
Había bebido la sangre
y la imagen que había en la sangre.
Reza, Señor, reza tú, --solía decir--, estamos cerca.
Iba al abrevadero
y derramaba sangre.
Había días para la vida baja
el murmullo de amor
y lectores asesinos de hombres y elefantes
que esperaban de él, tranquilamente, el balbuceo
una amarga fatiga de palabras
porque también jugó tranquilo a las palabras.
Se agitó
y se fue.
Febrero por la tarde ahora es hace tiempo.
Está ahí con las
Cavamos él y yo una tumba en el aire.
Caven el aire más profundo, y canten –gritaba--
canten con más tristeza los violines, y suban
humo a la tumba en las nubes
que se ha muerto un poeta
inasilado- inarchivado- inasistido
sin lápida- sin tumba- sin ciprés.
-
.
La muerta
-
Teníamos en común algunas cosas: comíamos la sobra de los pájaros;
compartimos el vino y las almohadas;
escogimos el nombre de Nazim y el aire para poner las tumbas;
él no creía en dios porque ya lo había visto;
teníamos amuletos: las palabras;
ahora yo soy la muerta y él escribe estos versos.
-
-
ELENA TAMARGO: La Habana, Cuba. Premio de Poesía de la Universidad de La Habana, 1984; Premio Nacional de Poesía “Julián del Casal”, de la UNEAC, 1987. Germanista y Filóloga; Doctora en Letras Modernas. Académica, ensayista y poeta. Traductora de la obra de F. Hölderlin. Entre sus libros de encuentran: Sobre un papel mis trenos, Habana tú, El caballo de la palabra, El año del alma, Poesía de la sombra de la memoria y Bolero, clave del corazón. Después de una estancia en Rusia y otra en México, ahora vive en Miami.
-
Otros textos de Elena Tamargo en Efory Atocha, Aquí
Foto y ficha tomadas de la Web.
.
-Publicado aquí el 13/05/09.