miércoles, 30 de julio de 2008

Entrevista a Raúl Torres.

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"Me gustaría establecer mi vida aquí. Me gustaría vivir en un pueblito de campo"
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(Entrevista al músico Raúl Torres en su regreso luego de diez años a Cuba)
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Por Damia Almeida
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Los que pensaron que el candil había dejado de alumbrar se sorprendieron cuando - en febrero de este año- escucharon otra vez en vivo a Raúl Torres. El cantautor matancero a quien no veíamos desde 1998 está de vuelta en los escenarios cubanos. Quienes recuerdan su voz tímida y desgarrada, de agudos melismáticos y un poder dramático especial; estarán de acuerdo en que el trovador se muestra ahora tan sencillo y poeta como siempre, más maduro, naturalmente, pero eternamente juguetón y tierno.

-¿Por qué te alejaste de Cuba?

Me fui por muchas razones. El problema no está en por qué me fui, sino en por qué me quedé allá…que es diferente. Lo primero que te voy a decir es que yo, desde bastante joven, estoy viajando por todo el mundo; y entendí hace mucho tiempo que uno no es de un lugar, solo de un territorio. A mi me parece que la persona que nazca en este mundo es del mundo. La patria mía es el mundo, el universo. Y yo no creo en los términos que se manejan aquí”este se fue”, eso para mi carece de importancia. Para mí, mi patria es la tierra, y donde quiera que yo esté, yo voy a seguir siendo Raúl Torres. Y va a ser mi lugar, en Alaska, Groenlandia, España, África, Brasil o México.

Otra cosa es por qué me quedé. En 1991 estuve viviendo en México pero venía a Cuba con más frecuencia, y en Brasil estuve a partir de 1993 hasta el 1996; y venía también con mucha frecuencia. Luego estuve en España a partir de 1998 y me quedé diez años allá sin venir a Cuba. […] Empecé a trabajar en una editorial internacional de música, y la verdad es que no me daba tiempo ni siquiera para plantearme hacer un disco, un proyecto que traer a Cuba. [Allí trabajé como] editor de obras, consiguiendo artistas para el catálogo, y también colocando obras en músicos, en cantantes europeos, españoles, latinoamericanos; y la verdad fue un trabajo muy bonito, a mi me encantó, pero fue un trabajo que me robó mucho tiempo, sobre todo de mi carrera. Ahora la he retomado, hace alrededor de 3 o 4 años he retornado a mi vida como músico, compositor y cantante.

¿Qué te hizo decidir dejar la editorial y retomar tu carrera?


Nunca dejé por completo mi carrera, siempre hice conciertos. Pero a veces tú quieres descubrir, y te gusta palpar otras ramas de tu propia especialidad. A mi me gustó muchísimo ese trabajo porque conocía músicas del mundo. Habían músicas que llegaban de diferentes compositores, de diferentes países, y eso es una cosa que me enriqueció muchísimo en mi vida musical. [En este tiempo] hice muchísimas cosas, me invitaron a muchos festivales, canté en muchos conciertos como invitado de varios cantantes conocidos allá, todos los años hice un concierto con Pablo Milanés, entre otras cosas.


¿Dirías que te fue bien en España?


Yo diría que me fue normal, no te voy a decir que todo fue color de rosas, color de jazmín.


¿Qué te impulsó a volver a Cuba después de diez años sin venir?


Pues precisamente que todo tiene su tiempo. Ya yo tenía muchas ganas acumuladas de venir y tenía varias razones. Primeramente una razón familiar pues hacía rato no veía a mi familia, eso fue lo primero; y lo otro era, mi deuda con la otra gran familia, el público de Cuba que no me ha olvidado. Y como tenía un disco ya, tenía un hijo entre las manos, dije “bueno esta propuesta tengo que llevarla a Cuba”, [me refiero a Maqueta de Platino]. Este fue un disco que gustó mucho al público que me sigue en España, y dije “bueno, este es un disco perfecto para presentarlo en Cuba”. Creo que las condiciones eran idóneas, y aquí estoy.


Regresaste en febrero y ya te has presentado en varios lugares con tu grupo o como invitado ¿Cómo te ha recibido el público cubano?

Me han recibido muy bien la verdad. Ya te digo, yo hablo de mi público como de una familia porque es como si no hubieran olvidado mi aroma, el aroma de mis canciones. Yo me presenté como invitado en un concierto de Frank Delgado [20-2-08] y fue una sorpresa muy grande para mí que el público, sin conocerme físicamente me recibió. A partir de ahí, el candil se me volvió a encender.

Traes una nueva propuesta discográfica: Maqueta de Platino, pero este disco es totalmente diferente del Raúl Torres que conocíamos ¿a qué se debe este cambio?


Como te dije antes, he tenido la oportunidad de compartir con varios músicos, de conocer otras músicas, estar en diferentes proyectos, he trabajado con Joaquín Sabina que hace mucho rock and roll, he trabajado con Orisha, con brasileños como Rubén Dantas el percusionista de Chick Corea, en fin. Todo esto yo creo que ha enriquecido mi obra. Ahora en mi trabajo se observan más inquietudes por el funky, el rock and roll y otras cosas pero sigo manteniendo ese tono intimista, esa tónica de concierto, trato de que el clima del concierto se refleje en el disco. Esa onda cercana al público, sobre todo por los textos de las canciones que no son textos baratos; aunque te pueda sugerir de repente, en estas canciones, unas letras más directas, que llegan un poco más rápido al público. La canción que yo hacía antes era una canción con una carga de metáfora muy importante, y a lo mejor, esto hacía difícil que pudiera entrar en todas las gamas del público. Yo creo que esta vez, no es un problema de que afloje, sino que yo he querido componer así.


¿Estás buscando ser más comercial?


No. Me parece que ahora llego a más gente. O sea, lo de comercial, te digo que no porque para mi es muy elástico el término. Una canción comercial puede ser “Ojalá”, “El breve espacio” es una canción comercial y no deja de tener una carga poética muy fuerte. Entonces, comercial es lo que la gente quiera escuchar, o lo que a la radio le de por poner. En el caso de España, se sabe que hay gente que paga a la radio por poner un tema, y puede ser un tema muy malo, horrible, pero se paga y lo ponen ponen ponen, y cuando vienes a ver, ese músico hace un concierto y se llena.


¿En Maqueta de Platino toda la letra y la música es tuya?


Si. Con excepción de algunas veces en que invito a participar a algún amigo. Por ejemplo en Maqueta de Platino hay cuatro canciones compartidas, son dieciocho temas. Hay una con Elba Torres, que es mi hermana, “Desde el estrecho”, “Ecoreflectións” es hecha con Julio Fowler, la letra, la música siempre es mía. Con Javier Rahim, el productor del disco y poeta escribí “Lia live”, hay otra con un norteamericano que se llama Armand, la canción “Murallas chinas”, en realidad el hizo una traducción al inglés de esta canción, pero él también es compositor porque al hacer la traducción tiene que hacer poesía, tiene que crear.


¿Cuáles son tus planes futuros en cuanto a donde vivir, te quedarás en Cuba?


Como le digo yo a la gente, voy a estar aquí un par de cincuenta años…yo pienso estar mucho tiempo aquí, yendo y viniendo porque allá tengo también trabajo. Por ejemplo [regresé a Cuba en febrero y luego volví a irme] y estuve en algunas ciudades al sur de Francia haciendo conciertos con mi grupo de allá.


¿Piensas crear una peña?


Yo haría una peña una vez al mes. Me han propuesto varios lugares pero no tengo claro todavía como voy a hacer.


¿Próximas giras?


Vuelvo a Francia ahora a finales de agosto, al sur de Francia, en septiembre voy a estar en algunos países de Latinoamérica. Empezaré por Panamá, Venezuela e intentaré ir a Brasil y Argentina también.


En este momento tienes grabado tres discos de formato diferentes cada uno ¿Qué planes tienes con respecto a ellos?


Maqueta de Platino es del 2006 pero en Cuba será del 2008 porque ahora es que lo estoy dando a conocer aquí. El disco que grabé con Pablo Milanés, que aún no tiene nombre es del 2008, [de esta fecha también] es uno que ya se está escuchando en España, Fénix de Cristal.


¿Cuándo podremos escuchar "Fénix de Crístal"…en Cuba?

Este disco pienso traerlo este mismo año a Cuba. Yo quisiera que saliera este mismo año, aunque salgan tres discos míos a la vez, yo creo que eso no tiene nada que ver. [El que hice con Pablo] lo voy a lanzar aquí y a vender aquí primero, y después se venderá en Europa y en América Latina.


¿Se venderá en moneda nacional?


Si, nosotros hemos hecho todo para que la población pueda adquirirlo sin ningún problema.


Maqueta de Platino nos muestra a un Raúl muy desenfadado con mucha influencia del rock and roll y el funky ¿En estos dos nuevos discos, Fénix de Cristal y el CD con Pablo, mantienes la misma línea?

No. Este disco que hice con Pablo es un disco muy acústico, es a guitarras nada más, y las voces de Pablo y mías. Es un disco que tiene canciones ya conocidas por el público cubano, y otras canciones nuevas de reciente composición. Todas las canciones son mías, de mi propia cosecha, menos una canción que la letra es de mi hermana que se llama “Príncipe sediento”, dedicada a José Jacinto Milanés el poeta matancero.

Fénix de Cristal es un disco que tampoco tiene nada que ver con Maqueta de Platino. Maqueta de Platino es un disco muy urbano, muy callejero, aunque parezca que estoy sonando con banda, está hecho bastante casero. La sonoridad de este disco es un poco desesperada, el mensaje es un poco de desespero. Es un disco muy bonito, a mí me gusta mucho. Pero Fénix de Cristal es un disco mucho más elaborado, es un disco hecho en estudio, cuando te hablo de un estudio me refiero a un estudio de grabación grande. Maqueta de Platino prácticamente lo hice en mi propio estudio, en mi casa. Fénix… como siempre tiene alguna canción social, tiene canción romántica, porque a mi me gusta la música romántica, ¡yo soy tremendo romanticón…yo soy cursi!; Fénix… tiene un espíritu más poético, es un disco que yo comparo con Candil de Nieve, y tenía ganas de hacer ese tipo de disco; un disco más tranquilo…hay algún funky, pero menos duro que los funky de Maqueta de Platino, [en Fénix…] la sonoridad es más cuidada, diría yo.

¿Tienes planes de reeditar Candil de Nieve?

Si, ya eso lo he estado hablando con varias discográficas en Cuba.

¿Si no pudieras cantar que harías?

Cine. Me encantaría estar detrás de una cámara, y delante también. Si quieres verme actuando voy a presentarme a finales de agosto en una obra teatral que se llama Yago tiene filin, y yo voy a hacer el personaje principal, la directora es Ingrid Rodríguez.

Entre todos los países donde has vivido, Brasil, México, España y, claro está, Cuba, ¿dónde te gustaría quedarte?

Por supuesto que en Cuba. Me encantaría vivir en Cuba y no moverme del malecón, que vayan a verme ahí, con la guitarra ahí, viviendo ahí...me encantaría.


¿Cuál es tu mayor sueño?


Son muchos, son muchos sueños. Yo soy un poco ambicioso, pero…yo debería estar satisfecho con las cosas que me han pasado, pero el ser humano es así.

Chica mira yo creo que mi sueño más grande está relacionado con la pregunta anterior que me acabas de hacer. Me gustaría establecer mi vida aquí. Me gustaría vivir en un pueblito de campo, no por apartarme de la sociedad…pero me gustaría una casa…yo soy guajiro, me gustaría tener una casa en el campo con animales, con un río cerca para pescar, y bueno mi estudio de grabación, internet... ¡muy importante!, y algo en qué moverme, una carriola, un tractor, una cosa que me lleve a la ciudad para hacer mis conciertos. Y una bella chica también, por los alrededores, haciendo de musa…ese es mi sueño…

Típico trovador, juglar por excelencia, Raúl Torres hechiza con su encanto e imaginación. Con un tono muy singular, propio, de rara belleza, su carismática figura está de nuevo entre nosotros con propuestas que nos recuerdan al trovador que fuera, y otras que nos muestran al trovador en que se ha convertido. El autor de “Candil de nieve” persiste en deleitarnos con su música y poesía.

Damia Almeida, (La Habana, Cuba) Licenciada en Musicología por el Instituto Superior de Arte de La Habana. Trabaja en el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música.

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Tres poemas (inéditos) de Ángel Fernández

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POEMA CUATRO


(Ingerencia de Critias después del desenlace)

Timeo, estos son los mares:

el sueño que aún queda lejos de las bocas, cualquier manantial.

Aquella fue nuestra primera vez, cuando creamos los mundos

sin ver parir al antílope, el frío de las Crisálidas.

No respires el instante de este cielo

ve donde tus amantes,

reparte el pan de sus pechos,

el río que llega lejos hasta el silencio.

Yo, solamente tengo una camisa que no fue hermosa.

Un cuerpo con un corazón sin lluvias,

sin el compromiso de soñar despacio.

Si te enteras de otros mares,

reparte mis ahogados, sueña con tus hijos.

Llámame.

Un Dios hizo mi isla.

Un Dios desconocido, eterno.

Un Dios que no es tuyo y es mi odio.

Alguien está junto a la puerta y ríe.

Si te enteras, descúbrelo con tu pecho,

con tu pecho que luego vi llorar tras el árbol.

Anda, separémonos a otra historia,

donde la frontera sea una tarde con ventanas.

Donde el rumor sea un país de algún sitio.

Ya mis manos no mueven los domingos,

mis gestos han saltado siglos

hasta que apareció alguien a quien soñarle.

Salgamos,

este escollo no nos pertenece

un pájaro tiene arrecifes en su viudez.

Nadie, al fin, nos ha escuchado.

Busquemos otra libertad para morir.

Para morir tan sencillo como el mar.
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POEMA DIEZ

Timeo, desciende, piensa en mí mismo.

Escribe las islas a tu amigo,

sírvele un destierro invisible, muy pronto

alimentado del maná de tu muerte

pues ya sabías del tiempo en que peno.

Usted y yo somos hoy menos humanos,

solo piedras y nombres.

Nacer ha sido nuestro juicio.

Deja la paz, yo mismo

y ten la cadencia de lo hermoso,

pues quizá mañana seamos

el recuerdo de toda nuestra ausencia.

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POEMA CATORCE

Partir, hacia la soledad sin luz

son otros naufragios,

mi puerto,
un filamento de muerte se esconde tras los compendios.

Detente, simplemente hay otras tierras

donde se puede tallar el nombre.

Crecer un hijo es la conquista,

Mostrarlo, el tributo

construir más pedazos para el hambre,

puede ser el hecho de cimentar un hombre triste.

Carcome el fruto que nos traerá la piedra

el Nombre del Padre y un difunto inadvertido

será el Pan cada día.

Sal, sobrevive a la luz,

atrápala con tu incienso

y llévala a la sangre. Luego viaja, parte

y serás otra historia, más personal

para derribar otras puertas quedadas en el olvido.

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Ángel Fernández (Gélico).
Sancti Spiritus, 1972, Cuba. Dibujante, escritor, poeta. Sus trabajos han sido publicados en diferentes partes del mundo. Ha obtenido diferentes premios y menciones con su obra literaria. Actualmente reside en Toronto, Canadá, ejerciendo la labor de Promotor Cultural. Dirige la Revista digital, "Caña Santa".

martes, 29 de julio de 2008

Trópico de Circe

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----- --------------Trópico de Circe
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Por Magally Ramírez Ripoll

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Saluda a las mujeres miembro en mano.
Henry Miller, Trópico de Cáncer

Trópico de Circe es un libro de poesía, Karelyn Buenaño, su autora, convoca en una magistral puesta en escena, el humor, la denuncia y el sin miedo a la palabra, con un lenguaje que corta el resuello, con un espíritu burlón y reflexivo rebautiza ciertos parajes del viaje heroico y amoroso de Ulises, las diversas maneras de existir, se plantea, quizás, lo mismo que la escritora francesa Marguerite Yourcenar la cual afirma que no se puede explicar ni la congoja ni el éxtasis sobre el mero frote de dos cuerpos. Particularmente llama la atención el poema "Ama de casa", donde lo enunciado adquiere características de una verdad transparente, profunda, llena de humor; “el día domingo no es día de descanso” la autora desaloja todas las “bisuterías del espíritu”, es el día de la liberación femenina, para “no hacer un coño”, porque la “mentira universal” dice que es el “día del señor”, es más es el día de irse para el carajo, no hacer un coño, no amo, no rezo, no me acuesto más con nadie, no paro más, no me quejo no lloro, ya no me calo este madero de mierda, no joda, cómanse un cerro cabrones, coños de madre; el amor se convierte en un problema de comunicación.

Frustraciones, decepciones, mal entendidos reiterados, sentimientos de hostilidad y enojo que actúan como fuerzas devastadoras de los cimientos de una relación “amorosa”, Trópico de Circe en sus cinco secciones estructurales es una parodia del viaje de Ulises narrado en La Odisea de Homero y en el Ulises de James Joyce, para ver a Ulises, al que nunca nombra, la autora se ha puesto en los ojos “dos teclas de piano”, tres silencios a capella, sin “do ni fa ni si”, instalando una visión pitagórica del amado. Y el Ulises silenciado en esta ópera bufa, andina, “entre aguaceros, ventoleras y nevadas” un día domingo, también, santas y putas propician una liberación que podría estar insinuada en la presencia de ese Odiseo dominguero que es capaz de hacer cambiar de sindicato aun a las beatas. La Circe tropical se trasmuta y por arte de magia aparece con los rostros de Hera, Artemisa, Afrodita, Julieta, Eva, La Gioconda, Marilyn Monroe y Ofelia. Lo que le espera al Odiseo moderno es tela marinera y Dulcineo y Dido serán también los que paguen el pato.

En la sección La caída pasamos a lo del parto, hemos dejado a un lado a Dido con el rollo de la cangreja de Ofelia, y nos encontramos en el consultorio del ginecólogo, donde la futura madre descubre por “la verdad, la fidedigna” que lo que tiene en lugar de un embarazo “es una inmensa bola de mierda” llamada Jazmín, pero “La mierda no tiene nombre” la sensación de preñez y su avance parecieran anunciar una parodia más, y Karelyn, la poeta, dejará la verdad de la palabra escrita y su evolución. Con Odiseo se pasa de invierno a verano sin pasar por la primavera y la rabia vence y traspasa la garganta “a veces sueño... que mueres cien veces apuñaleado, y yo mil veces me seco... de la arrechera”, fanfarria Wagneriana y moraleja: “hay que darle matarile al matamoscas de la carne con el espíritu baygón”, la autora denuncia la brevedad del amor, el azar a que nos sometemos los seres humanos cuando nos acorralan los sentimientos, y la fabricación sin tregua de cien mañanas para la eternidad de Eros, se erosionan los días para ganar un instante y este “Nadie” sale con las tablas por la cabeza “coronado con ruda, mastranto y dientes de dinosaurio”, el texto podría darnos a entender que la preocupación de la autora no es sexual ni religiosa, que lo que le interesa sobre todo es que el lector alcance la auto-liberación, auto-liberación que podría significar por ejemplo: poner el derecho al revés, la idea de una gran alcantarilla universal traga-cosas llamada araña o Dios, amanece y ella en su cárcel oscura desde hace algunos días, titánica e implacable es la oscuridad, cada momento es una vagancia milenaria, desde afuera se oyen las voces llamando a Myriam, son innumerables, indefinidas y Myriam es la nueva máscara, la transparencia, la otra voz, eco milenario de Circe que habla desde un tiempo dinosáurico, ésta no se encuentra en un templo de la religión mediterránea, la confusión es total, se aproxima el derrumbe y al final queda la náusea, el apuñalamiento, los sueños no han crecido, y Myriam se da cuenta de que está“un consejero familiar”, “un sacerdote” o “un trabajador sexual”. Lo epicúreo surge, junto al atrapada, paradójicamente entre sus emociones y pensamientos, que no puede disfrutar ni del prefacio ni del desenlace, lo único cierto es la caída de las ramas del árbol y que son lo mismo malestar, la náusea o la risa ¿cómo llamaríamos a esta entelequia?

Karelyn ha dejado a un lado la “teogonía de los aprendizajes caseros y universales”, sabe que Prometeo no le puede ofrecer la esperanza de la inmortalidad y la irreverencia de la autora acuna un nihilismo, ateísmo que disuelve todas las posibilidades y bienvenida es la brevedad de todo lo que acaece en el campo amoroso y existencial. Junto con lo cínico de la filosofía clásica griega, emerge, de oriente, el oráculo del I-Ching o libro de las mutaciones, el Feng-Chuy, la adivinación brota de la voz que habla en el largo poema, posee bajo la blusa un hexagrama, bajo la blusa la “única santa hereje” y ¿Odiseo?“el único emperador o gárgola insomne del Olimpo”.

Intermediaciones del paganismo griego testimonian la lectura de voces antiguas que se hicieron presentes en el siglo XX, Cortázar, Juan Rulfo, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, y de los filósofos Epicuro o Diógenes. Paisajes marinos y montañosos combinados forman un escenario de intertextualidad, se me ocurre que Bloom, el personaje del Ulises de Joyce, está allí con el espectro de una vaca artificial, acompañada de toros y bueyes y hasta del Minotauro, que en el caso de Karelyn sería el “coyote más pendejo”, una comiquita. La consulta de un libro como la Biblia, hace referencia a la figura de un Cristo cuestionado y Dios es visto como epifanía del rostro del galán, uno se pregunta ¿la lectura es en la cueva de Polifemo descrita en el poema Nadie? La apostasía, la entelequia, el arjé de las cosas, constituyen la ética de la poeta que va hacia una especulación ontológica que permita profundizar acerca de lo que la misma autora llama, en otro libro por editar, “Las bisuterías del espíritu”.

Todo se derrumba, “las cosas importantísimas”, una inmensa telaraña cubre todos los supuestos de la existencia y buscar explicaciones es absurdo “¿Por qué mejor no me pongo a vivir, y listo?” El ser racional que somos todos se deshace frente a la única divinidad, el azar, y aún así en este estado de conciencia queda la desconfianza “mil telarañas sin tejedores ni propósitos”, “cada quien con su caída” y la voz de Heráclito se escucha en el devenir del tiempo, el hombre y la naturaleza están expuestos al vaivén de todo “sólo andabas de paso con el alma asustada como un insecto” y el vacío llamándote con su eco milenario, mira, observa, “Myriam, Myriam…” y con Myriam vuelve uno al día de descanso y lo envía todo al carajo y al consultorio del ginecólogo, triste patán cuya voz registra “mierdas absolutas” y en el poema en medio del frio de la cumbre la autora asegura que vivimos en un “mundo pútrido y cursi”, que la vida es una arrechera, que el violento quehacer del tiempo secará sus manos dormidas de “derrota y tristeza” y esperará “el momento de la poda” y más allá del pensamiento hay una mosca y una araña.

En “Paréntesis”, la autora plantea su arte mágico y de su pecho prende un hexagrama del oráculo chino I-Ching, hace su epifanía el humor y vuelve de nuevo a sus andadas, se advierte en la frase, “bajo la blusa palpita un deseo” “sin malos augurios ni confrontaciones”, una extraña voz de amante rocolero y borracho surge del tono musical donde el Odiseo simbólico, en la alta hora de la noche, le habla de usted como que si él fuera inocente del jueguito amoroso, y “bajo la blusa”, y en idiomas modernos, unas cuantas recetas de hechizos para la amargura casera y el “sarcófago se desarma” y se convierte en “jardines colgantes de conejos”, las imágenes surrealistas se ponen de manifiesto, y aparece el hexagrama del “Pleito, Sung” que le avisará a Myriam que no se deje calentar la oreja “ni ser la miss Universe del Kama Sutra ni consagrarme a la masturbación ni ser virgen ni ser reputa ni llamarme Myriam o parecerme a Pancha ni ser niña ni hombre ni mujer”.

Hay pecados o malos recuerdos ocultos por el hombre en los rincones más oscuros del corazón, pero allí quedan y esperan, sin embargo una palabra casual los evocará de repente y se levantarán para enfrentarlo las circunstancias más diversas, (una visión o un sueño como en el episodio de la Circe de Joyce). El amor es una forma refinada del libre albedrío, un libertinaje, una estratagema para pasar el tiempo y el placer efectúa en pleno cielo un aterrizaje forzoso, envuelto en el ruido del motor loco de los últimos estremecimientos del corazón, “Cierro los ojos… Los ladrones sólo desean nuestras sortijas; los amantes, la carne; los predicadores, nuestras almas; los asesinos, la vida. Pueden quitarme la mía: los desafío a que cambien algo en ella. Echo hacia atrás la cabeza para sentir por encima de mí el murmullo de las hojas… Estoy en el bosque, en un campo… Es la hora en que el Tiempo se disfraza de barrendero y Dios tal vez de trapero”, son “Fuegos” de Marguerite Yourcenar.
Magally Ramirez Ripoll, escritora y ensayista Venezolana. Otras colaboraciones de Magally, Aquí. Otros poemas de Karelyn Buenaño, Aquí.

lunes, 28 de julio de 2008

"Entonces alguien" Por Ana Mireles

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ENTONCES ALGUIEN

O El Innombrable Poeta De La Umbra*

(Palabras a la antología poética “¿Entonces, qué? de L. Santiago Méndez Alpízar)

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---Por Ana Margarita Mireles.

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La Habana de noche es el sueño de un alma extraviada de nacimiento en Remedios. Como buen pueblo de campo, Remedios tiene sus grandes metáforas, sus propias ventajas de olor a tierra, viandas poderosas y carne bien frita. No sólo Berta y Chago lo llaman hijo. El niño es también criatura de un dios cuyo nombre significa “esfera”, porta el don de los mensajes entre lo divino y lo humano, es el que tiene la llave y va marcado por el signo de la infinitud y el movimiento permanente, por eso el niño crece arrullado por cangrejos, palmeras, impíos mediodías, patios de bestias sueltas, sombra, polvo, humedades de monte, fango y mareas varias. Remedios le da de mamar, lo hace fuerte y empecinado, hasta cuando falta Berta se le abre el pecho y lanza su primer concilio de palabra y sentimiento, pero su instinto poético no evita avanzar sumando puntos negros a su expediente.

Aquellos que le aceptan o lo excluyen le enseñan sus propios dolores y trampas. Pero las bestias y las mareas le siguen siendo fieles. Tras los sustos del cambio y el clásico cierre traumático de ciclos, ese ya no tan niño, llega a La Habana, ciudad del sueño, donde demuestra que otros sueños se disparan más allá de sí mismos. Mientras quita ese otro polvo impertinente de los pasillos de la Facultad de Letras, le dejan pasar a escuchar las mismas conferencias de los futuros graduados. De polizón en el discurso literario, así se le abre la visión a nuevos universos creativos: ¡Lo llaman cultura! Diría él con su gesto de bufón infalible. Pronto, y a pesar de que no todo es jamón, se convertirá en uno de los Pinos Nuevos, premio oficial a poetas benjamines, y publicará su primer libro de andanzas: Plaza de Armas. Plaza de esa ciudad soñada, variopinta con sus juegos temporales, sus rastros museables y sus pasiones de puerto, ya convertida en peculiar territorio de conquistas, de amigos para nunca o siempre, cacerías y lances más o menos amorosos. Yo estaba allí cuando llegó. En el umbral de la vieja casona colonial, altísimo, un arco de piedra gris tiempo, gris trascendental. Aún no lo había visto y me dije: alguien va a cruzar el umbral. Ahora.

L. Santiago Méndez Alpízar, se deja llamar Chago, su apócope heredado, aunque a veces firma Ch., sólo la inicial, acompañada de un punto negro. Le encanta jugar con abstracciones. Hasta cuando escribe la versión más larga de su nombre sigue escondiendo en un L. un nuevo sentido oculto de sí mismo. Lázaro. Ya lo dijo, y el que avisa no es traidor:

Imposible es llamarme por el nombre

/ he cambiado el nombre

De cambiar las cosas/

…..

Mi nombre es como el tuyo /

Por eso a veces lo cambio /

Lo cambio todo / por eso das conmigo

Hasta es capaz de decirle a una meiga:

No pronuncies mi nombre. Chago suena a mal augurio.

Trae un verso semejante a sí mismo: impaciente y metódico, compulsivo y constante, bromista y filosófico, sátiro y ángel de los caminos.

Trae un raro sentido práctico, que se nota en su forma parca, casi zen de definir, en su ritmo jadeante: marca con / el instante de pausa, suspiro, espiración. Su apología personal de instantes cortados.

Ahora es como el silencio de los poemas/

Esos que cada cual interpreta

Que los poetas olvidan

Hay poetas que cantan evidentemente a la luz, y otros que lo hacen definiendo el contorno de la sombra, todos se entregan a lo que Jung llamaba “la obligación moral” de vivir con atención, intensamente, y luego contar lo que se aprende, sin desechar ninguna textura, por áspera, dolorosa o poco conveniente. Este poeta juguetón, enfangado y lírico, hace constar que vive y se compromete con una visión, con su denuncia, con la alternativa utópica posible. Este poeta viajero que ha trazado su propia ruta Remedios, Santa Clara, Santiago de Cuba, La Habana, Tenerife, Madrid, Jinaguayabo, Galicia, Ávila, entre otras ciudades no confesadas… ha visto los mil rostros de la palabra patria, y ya simplemente la porta, más allá de sí mismo.

Pero insiste en hacernos pensar, en extrañarnos de su propio discurso. Las citas son homenajes a espacios y personajes de gran valor emocional. Pero también son su manera de sorprendernos “cambiándolo todo”, hilvanando imágenes, sentidos, en diferentes modelos estructurales. Todo para que veamos dónde la poiesis puede dejar su impacto.

Cuando habla en primera persona, define al poema fuera del libro. Como si en este libro sólo quisiera que quede el flash, el instante visto por el lector, omitiendo el yo que habla. Primera persona que habla fuera del libro es una broma más, pero muy seria. El primero marca los contornos de su poética, en el segundo discursa sobre sus muertes y resurrecciones, el tercero es la visión de sí mismo reflejando en Ella, y en el cuarto habla su instinto de fuga. En el quinto ya se ha fugado en una alucinación, pero en el sexto… el sexto es un canto de poder. Un libro en si mismo donde el alma extraviada discursa para un maestro, otro poeta del absurdo con un exquisito sentido del drama. Poeta y maestro son animales de la umbra, almas tentadas por la noche y la levedad de las islas. Y para que no falte la risa lo hace a ritmo de Rockasón. Entonces, qué?

Entonces la inquietud del Punto Negro. Hace unos años estábamos mirando alternativamente al mar y a la montaña desde una terraza de isla. Me traía una modesta y propia edición artesana de su nuevo libro, lo llamaba El Punto Negro. Leí con deleite sus peripecias alrededor del punto en cuestión y quise seguir, leyendo más, de nuevo… - Guarda esta copia, me dijo, que la disfrutes.

La guardé durante 4 mudanzas, cruzando montañas y océanos, la disfruté, como el quería, en todas mis casas se guardó –no siempre a mano- en el cajón de proyectos creativos que algún día hay que realizar, hasta que llegó el momento de su publicación. La tarde en que iba a devolvérselo, tantos años después, lo olvidé al salir del vagón de metro, como si el punto se hubiera cansado de estar en el cajón y decidiera hacer su propio viaje en busca de nuevos ojos. Destino de Punto Negro, punto suspensivo. Costó, pero algo al fin queda antologado, abriendo la primera página, su propia versión de punto de partida, nos da tres libros en uno, lleve tres, pague uno, como anunciarían las rebajas del Corte Inglés. La primera parte, punto Negro, con poemas escritos en La Habana entre 1994 y 1995. Flashback reúne sus primeras impresiones en España, y en Efory Atocha, su escritura más madura, donde el verso se extiende y asienta, el poeta está aquí o allí, haciendo sus recuentos, como si estuviera en otra parte, otro tiempo, y a la vez, tan presente, cantando testimonio. Son su propio diario de viaje, con manchas de sudor, sangre y desvarío.

Y a pesar de que diga

Ella no quiere creer

Que soy un hombre bajo

y con pocos escrúpulos

Una quisiera ser

Una mujer tan alta que hace espuma,

O dejar de ser

Triste animal levitando entre el brocal y el agua

Una quisiera entregarse como su abuela, que

… se daba a las ausencias

como quien juega a no pensar en nada

Entonces, qué? reúne los cantos polirrítmicos de un enamorado romántico seducido por vanguardias, jazz alucinógeno y cine orgánico, que a veces está en paz y a veces toca el cuerno de guerra. Flashback y Efory Atocha, testimonios de sus andanzas en Madrid, develan que el poeta no pierde la raíz, es una raíz en sí mismo, una raíz atenta que persevera con su luz, con su mensaje.
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*Este texto aparece en el número 31 de la Revista Hispano Cubana.


Ana Margarita Mireles, Guionista, Directora, Poeta y Promotora Cultural. Licenciada en Artes Escénicas, Dramaturgia (Instituto Superior de Arte –ISA-) Especialista en Contenidos Multimedia, con más de 20 años de experiencia en medios audiovisuales, tecnología de la información y formación profesional. Ha trabajado para clientes como Telecinco, Antena3, Microsoft, HP, Caja Madrid, Ibercaja, Pharmion, Solvay, Pfizer, Museo del Escorial, Bayer, entre otros. Autora de programas para Tv cubana como: El Comepiedras Verde (serie de humor), Lo Bello (formato de promoción cultural, actualmente Mirarte), 12 en Punta (revista cultural) Con sus propias manos (serie documental informativa), Vasos Comunicantes (corto de ficción, premio Caracol de guión 1991), SOS Rockers (telemovie), varios musicales, entre otros. Ha publicado poesía en el Caimán Barbudo, Letras Cubanas, Arte y Literatura, y en revistas virtuales como Cañasanta, EforyAtocha… Actualmente es directora creativa de diferentes proyectos artísticos, gestiona el blog de promoción cultural Dperlas y escribe contenidos para medios audiovisuales desde Madrid.
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Usted puede solicitar, "¿Entonces, qué?", a través de las librerías, La Casa del Libro, La Central, Edit. Verbum.

viernes, 25 de julio de 2008

Una tarde con Cioran

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---Crónicas: Una tarde con Cioran

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-----Por Armando Añel.

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Cioran creía que en Cuba Inglesa la capacidad de reconocer al prójimo –de elogiarlo o consentirlo- era culturalmente tan valorada como el ingenio o la tolerancia. Eso deducía de la lectura de unos pocos panfletos más la compañía del anticuario Anatoli Fábregas, “El Pesimista”, quien a principios de la década del setenta lo conoció en París. Fábregas ejerció una suerte de breve mecenazgo sobre el autor Del inconveniente de haber nacido, hasta que éste logró sobreponerse a su influencia, tras meses de zozobra y arrepentimiento.

El interludio de Fábregas bastó, sin embargo, para que el rumano asumiera lo que luego la intelectualidad de Cuba Inglesa consideraría un disparate: que la esencia del Hecho Thamacun había consistido, básicamente, en crear un individuo capaz de proyectarse en el prójimo. Pero la “proyección” manejada por el filósofo implicaba más un mimetismo socialmente interesado –una forma de supervivencia cultural- que una verdadera asimilación. “Nada –aseguraba-, ni la desconfianza ni el desprecio, inmuniza contra los efectos del elogio”. “De ahí –concluiría en el futuro- la trascendencia del Reducto como referente práctico”.

En 1976, en las afueras de la capital francesa, Medler y Cioran dilucidan el asunto. La primera, al frente de una delegación cubanoinglesa compuesta, entre otros ilustres, por el educador Vicente Máximo, planteó al segundo la posibilidad de escribir un ensayo a dos manos sobre el tema, cosa que el rumano evitaría concienzudamente. Medler llegó a tachar los análisis thamacuneses de Cioran de “aberración conceptual” (una retórica llamativamente inusual entre los pensadores del Reducto).

“En Thamacun no nos inventamos las cualidades del prójimo: las reconocemos”, escribiría más tarde. “No vemos en el prójimo una posibilidad para la seducción, sino para el aprendizaje. Cioran, sin ir más lejos, no nos interesa como herramienta. Nos interesa como conocimiento”.---

Armando Añel, escritor y periodista cubano. Reside en Miami y coordina el blog, Cuba Inglesa.

jueves, 24 de julio de 2008

"Rejuío" Un relato de Luis Mesa Fernández

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"Rejuío" Un relato (inédito) de Luis Mesa Fernández
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---------------------REJUÍO.



---------para Glew.


Reventando garúa y humo la noche me acogotó.
Arrastrándome escalé una inmensa pila de huesos,
cráneos podridos, astillas húmedas y roñosas buscando
donde esconderme. No muy lejos escuchaba gritos y
disparos. Con las manos cavé un hoyo en el barro
podrido y me oculté. La horda de mechoneros se
acercaba. Su tropel estremecía la tierra. Los cánticos
consignatarios resonaban en la noche desbocada.
Aguanté la respiración cuando pasaron por mi lado. A
pesar del dolor de las heridas, de los bichos del
barro que laceraban mi pellejo, no moví ni una ceja.
Solo así no dieron conmigo. Los mechoneros siguieron
de largo en busca de otra victima para su lucha
inútil.
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Salí de mi escondite y escalé aquel cerro de escoria
podrida hasta la misma cima. Allí me senté a mirar el
mar. Ah Mar, padre y madre de todas las vidas, solo tu
mar sabes el destino de todas las cosas, porque hasta
el sol y la luna nacen y mueren en ti.
Lié un cigarro y fumé, el humo se volvía aguanieve
inmediatamente al salir de mi boca.
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Luego me suicidé.
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Salté desde la punta del cerro y abajo me recibió el
golfo en un abrazo de aguas negras. Descendí horas, mi
cuerpo cortaba la gran ola, siempre hacia abajo,
siempre hacia abajo. Ningún pez, cangrejo o pulpo me
dio la bienvenida. Solo descendía entre la inmensidad
del mar, como en un largo viaje a través del alma.
Hacia abajo. Por fin llegué al fondo. Quedé sentado
sobre la arena, mirando la enorme vastedad que se
extendía ante mí, rodeado de un silencio de angustias.
Así pasé mucho tiempo, años diría yo.
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Con el tiempo uno se acostumbra todo y como la
costumbre es pariente de la resignación, un día empecé
a escribir sobre la arena. Con un dedo dibujaba sobre
la arena blanca las historias que me sucedieron o que
le habían sucedido a los que yo conocí, o las que me
contaron, o las que inventé, que al final viene a ser
más o menos lo mismo. No seguía un orden
preestablecido, lo mismo hablaba del amigo que fue
preso por escribir NO en todas las paredes de la
ciudad, que de las empanadas árabes que cocina doña
Rosita Jerónima o como se menea la Colli cuando baila
la cumbia al son del millo, todo mezclado, como no.
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Al terminar el día de puro extenuado caí
dormido sobre mi lecho marino. Al despertar e ir a
revisar ansioso mis escrituras ¡Horror! Habían
desaparecido. La corriente nocturna las había borrado.
Me quería morir. Tanto tiempo escribiendo para nada.
Entonces se me ocurrió una idea. Tenía que memorizar
mis escrituras. Escribía y memorizaba las historias
antes de que llegara la noche.
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Así fui construyendo mi cuento deseperado. Las
voces que me dictaban venían de bocas, que a veces
hablaban con risas, a veces adoloridas. Voces del fin
del mundo me hablaban y también voces de niños que
perdieron la inocencia trabajando de noche. Llantos de
viejas cuyos hijos se los sacaron de casa y nunca más
los aparecieron, hombres contando como los inmunizaron
al invierno bajo los chorros helados de las mangueras,
en las madrugadas de villa grimaldi. Mujeres que de un
día para otro parieron un hijo sin saber, entre tantos
violadores, quien la preñó. Gente que ya no quiere
hablar, porque cuando recuerda llora. Día a día fui
aprendiendo mi historia y clavándola en mi memoria,
como se clava un ancla en los dientes de perro de la
costa.
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Un atardecer mirando el sol naufragar en el océano,
una balsa pasó a lo lejos. En la proa, atada al
mástil, una mujer le daba el pecho a su hijo. Yo cerré
los ojos y me persigné. Pasé toda la noche temblando
de miedo. Al amanecer escribí en la arena: anoche vi
un barco fantasma.
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Cuando ya me acostumbraba a mi muerte de frío y sal,
escuché una voz, no vi al que me hablaba solo escuché
su voz. “Aquí no puedes estar, no queremos hijos de
puta aquí”, me dijo.
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Yo le hablé con delicadeza, creo que le pedí un favor.
Pero la magnánima voz de agua escupió un cerco de
burbujas a mí alrededor, re-de-limitando una vereda
divisoria, marginal, negra de salitre, liquida de
soledades. Vereda acuosa, ignorante, represiva y
total.
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Insistí, que mas podía hacer. “Dame un don”, le pedí.
Pero la voz se mordió los labios de agua salitrosa, su
rostro se hizo una mueca de mil arrugas y por sus
cuencas rotosas, manó un chorro de efluvios
sedimentosos. El chorro yodado me envolvió en un
remolino, el salitre entraban por mis orejas dando
vueltas a su antojo dentro de mi cabeza para luego
salir de mi cuerpo por cualquier agujero, seguido
empezó a abofetearme, me daba bofetadas de envidia y
rabia, que son las que más duelen, porque son las más
míseras. De las bofetadas pasó a las patadas. Cuando
me magulló a su antojo, la voz de agua absorbió de una
inspiración galones de océano, chupaba el agua como
poseído por una sed infinita, una vez ahíto, vomitó
sobre mí un chorro transparente, gordo como mil
medusas marinas, el chorro me golpeó directamente en
el alma, o en la responsabilidad, no estoy seguro.
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La tormenta de medusas me envolvió en una red adiposa,
miles de ventosas se incrustaron en mi piel y a toda velocidad me
sacaron de mi asiento de arena. A la fuerza tiraban de
mi, tanto que la piel se me empezó a rajar. Pero yo
soportaba estoicamente. Me dejaba hacer, indiferente a
la violencia.
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Sentí la luz del sol picándome en los ojos y adivine
que estaba cerca de la superficie. Catapultado por un
empujón feroz salí del mar, yendo a caer directamente
sobre una colina de cascajos helados. Atardecía y a
lo lejos se veían las luces de una población extraña.



Luis Mesa Fernández (El Billo), San Juan de los Remedios, Las Villas, Cuba, 1963. Durante estos años ha vivido y trabajado en varios países de Sudamérica: Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Colombia. Se desempeña como actor y director teatral. El relato pertenece al libro (inédito) El País de los demás. Otras publicaciones de Luis Mesa en Internet, Aquí.

miércoles, 23 de julio de 2008

Entrevista con Adrián Morales

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“Me cuesta ir a vacacionar o a cantar al mismo lugar donde me apretaron los huevos”

--------Entrevista* a Adrián Morales.
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-Por L. Santiago Méndez Alpízar / Chago

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Cualquier intro que pueda realizar para la entrevista que pretendo mostrarles puede ser causa de duelo, de los de verdad. Luego prefiero darla en su totalidad y advertir que vale el tempo del longo texto donde más de una pregunta lleva a una respuesta, cuando menos, provocadora, siempre inteligente. Nadie que se echa al camino trae poco que contar. Aquí un nómada por decisión propia. Adrián Morales, un artista renacentista cubano del/en siglo XXI.

- ¿Cuántos años fuera de Cuba lleva usted? ¿No ha regresado? ¿Por qué?

Mira Santiago, llevo más de 18 años ya fuera de Cuba y no he regresado jamás. Y las causas de todo ello son tan extensas y extremas que llenarían varias tesis de antropología a la vieja usanza -¡vaya!- que ni todos los círculos del infierno dantesco. Digamos someramente y para no cansar, que de allí salí muy, pero que muy quemado; así lo viví yo, unos me dirán exagerado, otros benevolente, pero lo que nadie puede alcanzar a saber es, cómo coño, yo lo viví específicamente -no tengo que jurarte que fue muy, muy difícil-, y eso cuando menos debe ser respetado. No creo que la culpa sea específica de nadie, (aunque podríamos volver sobre esa idea para matizarla). A propósito, Rubén Torres Llorca (artista plástico) que conocí hace muchísimo tiempo en La Habana, en un periodo bastante oscuro de la historia de ambos, acaba de lanzar un grito admirable en Nueva York: -En Cuba no habrá democracia mientras quede Un cubano vivo…-. En el Miami más naïf e ignorante lógicamente le aplauden pensando que se refiere al Uno, a quien tú sabes; y eso allí es políticamente correcto, pero desde mi punto de vista, “la ambigüedad”, digamos ambivalencia y sabiesa de tal frase cala aún más hondo en la profundidad de lo que somos…, se trata también, además, inclusive, no sólo del Uno, sino de uno, de nosotros; de lo que nos toca a cada uno, como (co)responsabilidad, como inteligencia compartida… es decir el resultado de nuestros procesos como entidad colectiva; de la que dudo y sospecho cada vez más. Te digo sinceramente que hasta ahora yo no creo en la democracia que los cubanos podamos inventar. Me hago cargo de lo incendiario que pueda sonar esto. Hay veces que las circunstancias y las historias se tuercen, y la estupidez colectiva llama al suicidio en masa, aupado por las mayorías histéricas y desaforadas (tanto de un lado como del otro) sujetas a procesos degradantes de sugestión general. Hay épocas donde las irrupciones de lo demoníaco en lo humano suceden no sólo de forma oculta como “raras” excepciones entre criminales y psicópatas, sino abiertamente y a lo grande; hacen política y arrastran a pueblos enteros. Ya argumentaba en una canción: …No puedo contar la historia ni habiéndola vivido, y si digo lo que pienso, me crucifican como a Cristo. Mi madre y entrañables amigos presos o muertos por pensar, opinar o ser distintos, precariedad institucional, siniestralidad y despotismos insoportables, obscenidad generalizada, intolerancia, incomunicación, incultura, desinformación, abusos inimaginables, traiciones gigantescas y otras abyecciones peores. Mejor corramos un tupido velo al respecto. Creo (aspiro) que habrá cosas bastantes más interesantes a ventilar en esta entrevista. Además, de que en mi vida, eso pasó hace ya mucho tiempo ¿verdad?, y siendo abogado del Diablo, la historia no es la que fue, sinó la que uno recuerda… Dejemos esa reflexión de gracia pendiente.

-¿Cuáles fueron los motivos que determinan su partida del país?

Creo que queda claro en la anterior respuesta. Pero añadiré que el único exilio que reconozco es la pérdida de la ignorancia. Esa fue/es la mayor de las causas y en consecuencia efecto. En todos lados cuecen habas y sigo cantando: …La patria es mi cuerpo pero cualquier lugar es pequeño… ¿Conoces ese tema mío? Se llama Permanezco.

Parafrasear a Martin Niemöller es tan íntimo como exultante, creo que reflexione a tiempo sobre el tema: …un día vinieron por los capitalistas, y como yo no soy capitalista, no dije nada. Luego apresaron a los socialcristianos, a los socialdemócratas y hasta a los comunistas ortodoxos, y como yo nunca he militado en ningún partido político, también guardé silencio. Otro día vinieron por los homosexuales, y como yo no soy homosexual, miré hacia otro lado… Hoy vinieron por mí… y ya nada puedo hacer…ya no quedaba nadie que pudiera protestar…

- Me gustaría preguntarle, ¿cómo “ve” usted ahora a Cuba en el mundo? ¿Cómo se ve Cuba desde Barcelona?

Ja, ja, ja… Como un juego al gato y el ratón. ¡Menuda película de Mickey Mouse!, -con perdón de Mickey-, claro. Bromas aparte, ver, no es el verbo indicado… sinó sensibilizar. A veces miro y no veo, o veo para/en/hacia otro lado aguantando la nausea. Me procuro una saludable aristocracia de la sensibilidad, antes de la eufemística democracia de los sentidos, la razón, la militancia, el compromiso y el orden, invariablemente castrante y despoetizante. Me repliego a un goce indiferenciado que me regale la posibilidad de estar absolutamente equivocado, lo que defino cercano a un racionalismo transfuga, listo para el fracaso, que en frase de Theodor Adorno, sería: una dialéctica de la negatividad.

Tal parece que para los cubanos el mayor de sus problemas es la supervivencia y su propio país… y eso en ningún otro lado es absoluto, ni definitivamente así. Me procuro bastante higiene y asepsia mental, y trato de ver de lejos… muy lejos, quitando los testículos del centro de la mesa y sobre todo posándome con prudencia y respeto, desde cuantos (otros) lados me sean posibles… pues la herida infecta hiede y supura vaya a donde vaya. Más que opinar, prefiero escuchar y pensar. Censuras por ello he recibido tanto en Miami como en La Habana, incluso en Barcelona. Subsisten socialdemocracias y mentalidades de corte izquierdosamente estalinista y/o espantosamente nazis y conservadoras, tanto en Europa como en cualquier otro sitio, que tampoco toleran que se les toque a su Cubita la bella o la bestia (y ni lo uno ni lo otro, según sea el caso), fuera de los patrones arquetípicos esperables. Yo prefiero antes de argumentarte mi opinión y meter más baza al asunto, parar la oreja, empinar el corazón, contemplar, y ver como está el patio, sin más juicios que la mirada deslizándose sobre las cosas, sin perder el afecto, ni la capacidad de indignarme, sorprenderme y azorarme. Si la naturaleza nos dio dos orejas y una sola boca, en ciertos casos, deberíamos aprender a escuchar más de lo que hablamos. La realidad por sí sola, tiene infinidad de cosas que alegar(nos).

Te cuento una anécdota, que para mí es esclarecedora de lo que me preguntas: En el Kalachakra que hace varios años se celebró en Barcelona, donde vino el Dalai Lama acompañado por un montón de sacerdotes budistas, presencié una conversa pública con un Lama muy viejo, que había estado preso y torturado en tiempos de “la revolución cultural” (vaya nombrete perverso de corrupción del lenguaje, lo que se puede llegar a hacer en nombre de cualquier cosa) y la invasión China al Tibet; y a la pregunta lógica sobre el karma, los sankaras a depurar, el miedo, y la pérdida de la fe, frente a todo aquello, el Lama respondió: sí, tuve mucho miedo por mí, porque en medio de las inmensas e interminables sesiones de tortura, sentí, comprendí lo fácil que era perder la compasión.

Hoy por hoy, hayamos pasado lo que hayamos pasado, una actitud, una respuesta así, para mí significó toda una revelación; una embestida brutal de ola santa y sanadora. Aún escucho resonar dentro de mi cabeza aquellas iluminadas palabras. Tengo poco que argumentar al respecto, me quedo mudo, autista, quizás con la fe en que eso responda a cabalidad tú pregunta, -digo-, ¡esta carta, de dignidad, conciencia, responsabilidad y respeto por si/uno mismo, le escribo a todas las disidencias, desobediencias (filias-fobias) y visiones posibles!

- Me consta, compré algún casete suyo a finales de los 80, cinta que conservo, que fue de los primeros en realizar y promover producciones independientes en Cuba. Además de compartir espacio artístico con creadores (amigos) como el escritor Leonardo Eiriz y el músico José Raúl en el Museo de Artes Decorativas de La Habana.

¿Cómo recuerda esa etapa, llamémosle así, y por qué dejó de hacerse la Peña en el Museo?

Fue suspendida como casi todo en ese país, en semejante circunstancia; La Habana estaba eclosionando por todos los sitios, se puso sabrosa e inquieta; aparecían pintadas en las paredes, reuniones ilegales, manifiestos, grupúsculos (como solía llamarles la nomenclatura para minimizarles), cualquiera en cualquier sitio ponía un tinglado y hacía un performance para expresar lo que le diera la gana; lo mismo pasó con 23 y G, cuestión que se les iba de las manos, y eso había que atajarlo. Creo que nunca antes se había dado una situación tan divertida, tan rica y tan creativa en la ciudad, por lo menos de la que tuviésemos conciencia nosotros, generación que no vivimos intelectual y culturalmente los años sesenta. Un día apareció por fin la seguridad del estado, con armas largas y todo (luego dirán que me lo invento), y san se acabó; (lo veíamos venir, lo estábamos esperando). Ya en las últimas casi trabajábamos para eso, y duró lo que duró; poco después de un performance bien incendiario, donde jugábamos con la palabra ¡Ordene! (pura candela al arquetipo, contra la fraseología del discurso oficialista: -¡Comandante en jefe, Ordene!, para lo que sea, donde sea, como sea- y toda esa mierda, que siempre entendimos sumisión, entrega, cesión absoluta de nuestras libertades y autodeterminación). Un ¡Ordene! pintado miles de veces en un mural tipo pizarra escolar, que repetido hasta el cansancio, el agotamiento, y el hartazgo conseguía la histeria colectiva de los ya no tan pacientes espectadores, soliviantados por nuestra intencional reiteración e inútil insistencia minimalista consecutiva… sólo ¡Ordene!, ¡Ordene!, ¡Ordene! y así, hasta la catarsis, hasta llenar toda la pizarra totalmente escrita de lo mismo sobre lo único, que rompíamos al final en la propia escena, en medio de la desesperación colectiva y los estertores de aquel caricaturesco personaje musculado en función de rígido profesor de escuela, que terminaba en el suelo entre convulsiones, incluso espuma por la boca, destruyendo el pizarrón repintado hasta la saciedad por el ¡Ordene!, para que apareciera debajo la palabra ¡PIENSA! en mayúsculas, saliendo como un grito de la boca de un monstruo pintado previamente, pero escondido debajo de todo esto y reservado para sorpresa final… reto, increpación y arenga al personal, (tipo exorcismo colectivo), digamos, “acto” de cierta ingenuidad, pero de una contundencia directa y medular, que terminó en una catarata de aplausos de complicidad aterrorizada, histeria colectiva y corretaje del público. Sé que muchos informantes de la seguridad (siempre había unos cuantos por allí controlándonos, que incluso sabíamos quienes eran) presentes en la sala, cuando vieron esto, salieron corriendo a chivatear nuestra última jugarreta. Esto ya rozaba la propaganda enemiga, la contrarrevolución (entendiendo revolución como el concepto estratificado del poder Castrista) y no se trataba de simple diversionismo, sino de una deliberada y conciente subversión (del) personal. Este performance ideado por mí, lo hacia Jesús, un físico constructivista de cuerpo muy currado al que le decíamos El Mito… de Mitológico. ¡Vaya!, tal como Andy Warhol, también nosotros teníamos nuestro personal Arnold Schwarzenegger, salvando las distancias, en versión no menos impresionante de mulato caribeño, ja, ja, ja… Esa fue la última que nos toleraron. Luego con el Museo cerrado, la gente continuó yendo durante muchísimos lunes (día en que habitualmente lo hacíamos) aunque estuviese clausurado, a sentarse en la acera del propio Museo, casi en obra de actitud, incluso para hacer nada (nunca mejor dicho). Largo tiempo fuimos por solidaridad, y nos sentábamos allí junto al público que venia. Como es lógico, de tanto en tanto, la policía se acercaba por el conglomerado de gente reunida en un sitio público sin hacer nada y se le contaba amigablemente (no fuera a ser que la emprendieran con nosotros, porque eso era lo que buscaban, pero de nuestra parte nunca hubo la más mínima provocación). Luego, poco a poco, por cansancio la gente dejó de ir y paulatinamente se dispersó todo. En realidad La Peña de los Lunes del Cuento (porque así le llamamos) jamás la volvimos a hacer, ni aquí, ni en ningún otro sitio en Cuba. Se fueron cerrando uno a uno casi todos los espacios. Toda esa etapa la recuerdo generalmente con un salto en el estómago, eran tiempos nerviosos, sobre ello ya decía en mi canción, Descubriéndote, primer track del Cd. Nómada: la Juventud es un deseo en peligro...

- Su nombre es incluido, por el crítico J. Borges Triana, en lo que él mismo bautizó como: “La Generación de Los Topos”. ¿Cómo ve usted a ese “supuesto grupo generacional” a día de hoy? Y también, si se siente parte de él.

Lo de Los Topos es/fue un eufemismo, bien hábil, generoso y discreto de parte de Joaquín, intentando quitarle (o ponerle según se mire) hierro al asunto, siempre con ese espíritu suyo tan delicado, inteligente y comunicador, autor de un respeto y una prudencia extrema, al que me une profunda estima, admiración y al que le debemos en gran parte nuestra visibilidad pública. A estas alturas y vertiéndole un poco de humor al tema, creo que debió llamarnos la generación Kraken, Golem, Dibbouk, Dagon o directamente los Ultratumba. Underground me resultaría muy blando, cursi, y sobado… cobijo para demasiada protesta vendida, disidencia presupuestada y modernillo colaboracionismo consciente del confusionismo general… argumento o término que me produce sólo náuseas, (luego volveré sobre esto). Me refería a algún tipo de animal mitológico que se retorcía en el horno de las entrañas de la tierra, hasta reventarnos a todos en pleno rostro como Los Mitos de Cthulhu o Los Perros del Tindalo parafraseando a Lovecraft, ja, ja, ja… Un campo minado cuya amenaza no percibimos, y muchos ni calcularon. La imagen del Topo, a la que me une hoy por igual un sentimiento ambiguo de nostalgia y tristeza, sabemos que funcionó de manera tremendamente eficaz para la época, -sin duda la gente se quedó con el mensaje-. Y por si éramos pocos, parió la abuela: no sólo nos sentíamos así, sino que además nos nombra, nos señala, nos clasifica, nos connota…, orinar el territorio está/estuvo bien, sobre todo viviendo aquellos (por entonces) aires de contienda, -quise decir jodienda…-. Fue como establecer una pauta, un estertor, una reafirmación de la diferencia. Símil de(l) animalito obstinado: ¿condescendiente? y ¿feliz?, algo aparentemente ¿inofensivo?, cercano a la ternura del conejito pero sin ella, y con los dientes y las zarpas bastante más poderosas y grandes, listo pa’ roer hasta las maderas más rígidas, -entiendase por igual de estrictas, duras, huecas, impermeables, intolerantes, inflexibles y cuadradas, como las cabezas de muchos directivos-. Igualmente vive bajo tierra, aunque algo más ¿torpe? y ¿bruto?, más gordito, malgenioso, marrón y relativamente traSubidor, (válgame el neologismo, en lugar de traBajador). Respecto a lo de los dientecitos más largos, se intuía que su ¿único? pecado era el roer los árboles y “sembrados” por/de ¿otros? y por/de él mismo ¡claro! (pero por igual también las malas hierbas, cosa bastante más útil) y horadar el territorio; cualquiera bajo nuestro pies, que remueve y fertiliza, pero que así mismo socava y agujerea. Luego pas(ó)a lo que pas(ó)a, el resto de la historia ya la sabes, -tierra trágame-, y ¿a qué más?, ja, ja, ja…

Más allá de lo que yo pueda sentir, pues para mi eso es lo de menos en este análisis, la pregunta que aún nadie me ha podido responder es: ¿Cómo, por qué, para qué, y si es que, ese (que no es) grupo, policéfalo, descentrado, disperso y de carreras bien irregulares e inconstantes, me siente “suyo”, digo, pertenecedor? Por otro lado nadie me preguntó si yo quise/quiero estar ahí; es algo que se asume y cada cual lo llevó como pudo, con mayor soberbia y menor gratitud, ¡alerta!, disculpando mi versión de animal de extraño pelaje, que en medio de todo eso, invariablemente se sacude el polvo del camino una vez andados pocos pasos dentro del matorral, -parafraseando a Castaneda-.

Mi admiración, lealtad y respeto hacia Joaquín Borges Triana, sigue siendo total, incuestionable e incondicional. Él es un tipo histórico. - Artistas cubanos que viven en Europa o América, que incluso tienen una “obra cuestionadora”, van y realizan multitudinarios conciertos en Cuba. ¿Le han propuesto alguna vez a usted dar algún concierto en La Habana? ¿Lo aceptaría?

Sí, me lo han propuesto, en varias oportunidades y no sólo cubanos, intentando limar asperezas y procurando reconciliar en lo posible muchas cosas, actitud que lejos de deplorar, alabo; incluso representantes españoles y norteamericanos, que mantienen ciertas “relaciones” con instituciones culturales cubanas, (bajo licencias que se dicen y se creen muy progres e igual de cuestionadoras; que no pongo en duda, ni su integridad, ni su deseo de que las cosas cambien); pero sinceramente me cuesta ir a vacacionar o a cantar (y mucho menos gratis) al mismo lugar donde me apretaron los huevos. No me da la gana tampoco tener que pagarme una visa para entrar en el país que me vio nacer (rapto y robo consentido que toleran relativa y tácitamente todos los cubanos que vuelven, sosteniendo así ese aparato de poder vigente. Uno de cada tres cubanos, mantiene a los otros dos que quedan en la isla, grillete afectivo y filial que utilizan como arrojadiza arma en La Cultura del Rehén, sobre todo económico, ver mi texto: Del exilio de terciopelo al colaboracionismo consciente. Reflexiones o desvaríos a la cubana: ni mucho menos aguantar la jerga migratorio-consular que a priori te da estatus (nombretico) de emigrante, (connotando exclusiva y peyorativamente la condición de buscavidas económico); porque exiliado sería admitir la condición política que de ninguna manera están dispuestos a aceptar. Repara en cómo el término está totalmente prohibido en todas las embajadas cubanas del Mundo. Entrando al tajo: no creo en los exilios de terciopelo, no entiendo como muchas personas que salieron huyendo y hablando pestes de allá, consienten regresar. El antiguo gusano, ahora mariposa, vuelve a restregarle su síndrome de “estatus” relativo, en el rostro a sus coetáneos, (quiéralo o no)… ahora ellos viajan, los otros no; ahora ellos pueden tener acceso a ciertas cosas en su propio país, que los otros no… ahora pese a todo, ya somos distintos, vemos distinto, sentimos distinto. No nos engañemos, Cuba desde ese prisma es muy fácil. No sólo que me parece bochornoso y ridículo, sino por amor propio, por eticidad, por respeto; para mi sería inaguantable y degradante de ambas partes.

Me parece profundamente inmoral, eso de pasarse la vida hablando pestes del sistema aquél y después ir a cantarle ¡gratis! en sus espacios, utilizando sus instituciones, sus infraestructuras… Cuando sabemos que en Cuba no hay alternativa, mientras exista un sólo dueño, una sola ideología, una sola patria, una sola revolución, un solo líder, una sola política, una sola cartilla de racionamiento (sin paliativos ni alternatividad, y no la falacia del abastecimiento que siguen creyéndose los cubanos). No, no lameré la misma bota que me pateaba entonces. Porque aunque quieran matizar el asunto, de que las cosas ya no son así, o de que en Cuba ahora todo es muy distinto; (siempre ha sido, está siendo, es, va a ser distinto, siempre será distinto) démonos cuenta de que se trata sólo de un cambio morfológico del poder, adaptándose a los nuevos tiempos, la serpiente que se retuerce para mudar de piel, pero no la esencia. En los sesenta muchos sufrieron cárcel por oír a los Beatles, ahora John Lennon tiene incluso dedicado un parque en el centro de la ciudad, en mi generación te metían preso siendo hombre por vestirte diferente, llevar aretes o el pelo largo, ahora “ya no”; ahora son otras las causas, siempre habrá otras… el poder muda de formas, de representación, para sostenerse a toda costa, pero la esencia y su toxicidad sigue siendo la misma. Forma parte de sus estrategias de resistencia. Sólo hay que tocar los puntos neurálgicos del momento para que notes como se recrudece instantáneamente la cuestión; y si no que se lo digan a Las Damas de Blanco. Si Habana Abierta y Carlitos Valera te parecen calentitos y contestatarios, sugiéreles que en algún concierto suyo les den espacio público a Las Damas de Blanco, tal como Sting, inglés, extranjero y además coincidentemente justo después de las Malvinas hizo en Argentina en uno de sus conciertos, con las análogas Madres de Plaza de Mayo, cuestión que ni la supuesta “comunista” coleccionista de diamantes Mercedes Sosa, ni ningún Argentino famosillo de entonces se atrevió a hacer. Eso lo sabe hoy todo el mundo. La abuela de mi ex-mujer Andrea estaba allí, avergonzada por la cantidad de veces que se lo pidieron a la negra Sosa y a muchísimos otros artistas nacionales (hoy vacas sagradas del establishment) ¡y tuvo que ser el inglesito guapo y popero! (además de hacerle una canción específica a los desaparecidos, cantada a dúo con Rubén Blades, -menuda lección-, que movilizó al Mundo). ¡Qué Dios le bendiga! Porque de frivolidad nada. Chapeau por Sting, que desde entonces lo tengo en un pedestal; compositor excepcional, como se ha demostrado en toda su trayectoria, de una verticalidad incuestionable.

El día que pase algo así, hablaremos entonces y veremos como se revuelve el monstruo contra ellos, pues cada momento tiene su llaga para poner el dedo. Alcohol lejos de la herida no arde y esa es la trampa, el engaño. La gente se queda con que es alcohol solamente, y dice: -¡Uy, que inflamable!- pero no sabe que se vierte a kilómetros de donde esta la llaga actual.

Hago sólo una excepción con un fenómeno que connoto como el nacimiento del Punk nacional, que no se si luego musicalmente trascenderá de otra manera buscando hacerse más interesante (artísticamente hablando, como músico, como creador) y hablo de Gorki y Porno para Ricardo… menuda fuerza testicular para hacer lo que hace y largar lo que suelta por esa boca inmunda, reivindicadora y sin concesiones desde dentro del monstruo mismo. Creo que es de los pocos, yo diría el único artista que desde Cuba, de verdad no le está haciendo el juego a nadie, sino a si mismo, al voto de una libertad de expresión inexistente y donde te va la vida en ello. Así lo paga con cárcel y demás (he sabido)… mientras el resto por miedo gira la cara. No creo que ningún artista mismo de los que participaron en la película de Habana Blues de Benito Zambrano, haya ido a verle o llevarle alguna (java) esperanza en su reclusión… fuera por lo que fuera, es un creador respetable y que quiere y necesita decir las cosas desde allí, (el contexto para él es muy importante). Luego es una obra que no sé si tendrá mucho sentido si cambiaran las cosas de repente; (apertura “democrática” y todo eso, -ya sabes-)… pero es lo de menos, ahí hay tiranía pa’ rato y parece que la habrá en cualquier lugar del Mundo… (fíjate aquí mismo en el comportamiento de la corporaciones y el mercado, sin dudas -el peor de los totalitarismos- de cómo sustituyen la ideología por el dinero, el capital y la acumulación y se creen amparados por el engañabobos de la corrección política, el eufemismo de la democracia y el simulacro de la libertad)… Aunque su trabajo esté absolutamente ligado a sus circunstancias, está haciendo una labor monumental para desgarrar cosas, proponer nuevas vías… Elogio a los creadores que nos devuelven la sangre de frente, que nos salpican con sus viseras en la cara, (invariablemente usurpada por siglos de asepsia, orden y control político); zanja abierta y supurante… dijera Antonin Artaud: -¡sin herida no hay arte!-. Además es una sangre ritualizada, por eso no es tan grave, sobre todo porque es como el dolor… alerta pero no cura; para eso ya ¿estará? el poder y otras sandeces, al menos en el terreno del simulacro. Hasta que volvamos a darnos cuenta de que tampoco cura nada, de que sólo son parches, chivos expiatorios, aunque nos lo hayamos creído por épocas… de que la existencia misma es una enfermedad terminal, una empresa en crisis, sin solución, ni paliativos, y es cuanto nos enseña, la madures es dolor bien gestionado… más que en la transformación que uno puede hacer de si mismo.

Lógico de esa violencia consecutiva de los discursos y las supervivencias enfrentándose, de tanto en tanto se limpia la isla de gente que piensa distinto, no hay memoria histórica que cuente ciertas cosas del pasado que serían reveladoras, cada discurso excluye al otro, Miami dice que La Habana no, La Habana dice que Miami tampoco. La reacción de uno prepara la reciprocidad del otro. Por ejemplo: En los sesenta los homosexuales iban a la UMAP, terribles e inhumanos campos de concentración y trabajos forzados… ahora se les tolera relativamente, como personajillos graciosos relacionados siempre e indiscutiblemente con el “arte”, (y no con otra función social, -válgame algún ideólogo del partido confesarse así-) divertidos y hasta tienen sus protagónicos en cine y televisión. Formando parte, e ¿integrándose? sospechosamente a los procesos tan tardíos de “asimilación” y/o “regularización” internacional que el supuesto mundo “civilizado” ha comenzado a realizar tan tibiamente y nunca de manera rotunda, ni homogénea a esas élites borders, por no decir marginales o de visibilidad social imposible, donde cada cual sigue metiendo la pata como puede… legitimando a los que hasta hace poquísimos años eran escoria, porquería, tratados como enfermos, degenerados, políticamente incorrectos, condenados a la invisibilidad y las cloacas de las sociedades del control. En fin, lo que tú llamas “cuestionador”, hay que matizarlo, pues si los disidentes o disconformes aprenden sobre sus estrategias y las cambian, (volviéndose más cínicos, más paradójicos y más lascivos) también el poder muda al respecto. Podríamos entender que desde siempre hubo dos tipos de “disidencia”, tal como en España hoy. Por ejemplo, hablamos de Eugenio Trias y Rafael Argullol, ellos publican, son profesores universitarios y están legitimados dentro del sistema como disidentes, críticos y políticamente incorrectos, pero sin duda tolerados por la maquinaria. En cambio hay otros, muchos como Agustín García Calvo por ejemplo, que relativamente ni pueden publicar, y si se conocen, es aún por auto-edición, en alguna rara y arriesgada editorial; ver aquella de nombre Virus, asediada por todo tipo de inclemencias, políticas, económicas y peores presiones que ni te cuento… Esperpento que alcanza el colmo de la siniestralidad, con la reciente censura y secuestro editorial de la Revista Jueves y su caricatura del Principito y la Leti ¿trabajando?, muy a propósito de la limosnera ley gubernamental de los 2500 € de ayuda a neonatos, quise decir singando, y pariendo (ellos) a saco, a costa del contribuyente, y a fondo perdido. El monárquico y conservador PPdefendiendo entonces la libertad de expresión, y luego los liberales del (Perico quise decir) PSOE, no sólo acusando a la revista y a los caricaturistas, sino imponiéndole penas de multas y/o cárceles exorbitantes. (No sé a dónde vamos a llegar con estos procesos de confusionismo general. Bueno, se confunde sólo el que quiere, todo está bien claro). En Cuba pasaba y pasa algo similar. Aprendo a detectar las analogías, las cortinas de humo y las fracturas internas del sistema. Muchas veces se trata (reitero) de disidencia presupuestada, de protesta vendida, de grito dudoso y con permiso… alcanzando cuotas de una desfachatez y un cinismo mayúsculo; y será ruptura pero no muy avant-garde, simulacro pero no demasiado postmoderno, experimental pero no demasiado sucio, un poco político pero permitido por las instituciones (izquierdas del allá y el aquí e incluye el mercado, otra ideología despótica), un poco conceptual pero no demasiado denso, un poco exótica pero no demasiado nacional, y así de una ¿concesión?, -quise decir- de una estrategia intencional en otra. Y te puedo citar muchos nombres sin pelos en la lengua, desde Carlitos Varela a Pepe Bedia en su Momento, (aunque -el segundo-, ahora vaya de furibundo anticastrista en Miami) llorándole y mendigándole su limosna al ministerio de cultura o a esos ministros sin cartera que significan Silvio, Pablo… Marcia Leiseca (por entonces) o Llilian Llanes, (respectivamente); el mismo caso de Kcho, ahora, (su última vedette, -pues va por cosechas; cada generación tiene los suyos-). El poder sabe a quien elige para ese juego. Pero además sabe que hay obras y actitudes que no lo permiten, por el contrario, se repelen como sustancias incompatibles.

Así esas vedettes desde ese coqueteo pudieron hacer currículos enormes, tomarles los viajecitos e instalarse (o no), paulatinamente en el extranjero, pero igualmente gozar del estatus que tal actitud aventaja, (de igual manera la nueva mano de obra barata, para productores y programadores “culturales” occidentales que siguen prefiriendo ir a Cuba a buscar negritos, en lugar de tener el coraje de darle espacio real y verdaderamente público a los que ya están aquí, cuyo valor competitivo de igual a igual y en el ámbito, tendrían que enfrentar-pagar y no porque sean más caros, que lo son sin duda, pues ya están medianamente insertados en ese otro totalitarismo, el mercado -o cuando menos con conciencia de él- y no out-side; que volviendo al hilo, resulta indignante e irrisorios primero los precios económicos y luego el peaje político que pagan y negocian a conciencia en Cuba; que entiendo debería estar incluso penado por ley. Se trata de una esclavitud consentida, sin protección ni amparo. Muchos aún creen tener bastante con viajar y salir de aquel obstinamiento de vez en cuando, -como una carta de “libertad” o vacaciones temporales, a veces incluso se sienten pagados con eso-, pues saben que ya regresarán sea como sea, distintos) con todo el average que conlleva, reconocimiento sobre la media de la fama para el contexto cubano, relativa resonancia internacional (si cabe y si le ha ido muy “bien”, en su limitada incursión extranjera, cuestión bastante relativa); y en el mismo orden, lavado de imagen de todos los bandos interesados, etc., frente a otros, que intentando infringir dignidad y decoro a estas relaciones profesionales, no toleramos semejante cosa… Cuando sólo gracias a ello, a esa resistencia (allá primero, y luego desde aquí, aunque de distinta manera) de hecho y de actitud se condiciona(ba) un diálogo del poder o del mercado con el resto, que les pone a elegir entre (a raras excepciones) el ominoso destino, (que no acepta ni limosnas ni coqueteo), o el colaboracionismo comprado y corrupto que no sólo toleran, sino que además incentivan y sustentan. Es decir en términos pragmáticos: pagar su permiso para entrar y salir de Cuba y otras prebendas al uso.

¡Claro!, pero lo cierto es que muchísimos de ellos no terminan de creerse todo aquello de verdad y en general los que pueden, (que no son todos los que viajan, pues además de viajar, deben experimentar cierta seguridad dentro de lo incierto de lo que hacen fuera de Cuba) van preparando su exilio lento y sin los traumatismos, que otros han tenido que enfrentar irremediablemente, con valor y arrojo, de ruptura radical y sin vuelta atrás, del todo o nada, desarraigo e intemperie.

Todo esto a su vez era/es generador de un sutil límite ambiguo y serpeante entre unos y otros; a veces incluso a los tolerados se les ponía del otro lado y viceversa, escarmentando al personal, pues cuando el poder te enseña el hacha no lo hace de broma; luego tú haces o no, la reverencia. Creo que hay un momento ya sea dentro o fuera de Cuba donde eso se decide, y entonces está echada la suerte del resto de lo que haces, aquí, allá y donde sea.

Quiero decir, y comprende mi rodeo: no, no lo aceptaría... a no ser que mi elegwa me lo exigiese, y lo digo sin rubor, aunque parezca risible y naïf, -y a mucha honra-, pero hay cosas para mí, que ahora mismo son bastante más importante que cualquier decisión política. A estas alturas creo que me lo pensaría dos veces, aún me lo pienso todos los días. Mi destino es Ácrata. Creo que sería de un sacrificio enorme y tendría que prepararme mentalmente mucho para eso, para estar a la altura. Se trata de no prestarnos a ese juego de interés(es) (inter)nacional de lavado de imagen de la Cuba de hoy, pero tampoco de este nuevo orden victimario sentimental, del empresario “progre”, del colonialismo humanitario y la solidaridad intervencionista, vaya contrasentido. ¿Cómo puede haber un capital altruista?, y no me corto: Robert Redford, Danny Glover, García Márquez, Oliver Stone, Peter Ludwig, entre otros.

Casos como esos sirven para que todo el resto se pregunte, ¿pero como dicen que no hay democracia?, si mira la obra que se está haciendo desde allí mismo y que se exporta y “funciona”, mira las cosas que se están diciendo delante de tropecientasmil personas en el corazón de La Habana mismo (que comparativamente en nuestra época, tan sólo por la mitad de todo ello, nos hubiesen encerrado sin dudarlo). Pues sí, porque en nuestra época aún tenía sentido, aún ciertas cosas eran peligrosas, conflictivas, realmente cuestionadoras (utilizando tu término), costaba atreverse de verdad, porque hurgabas en el borde, en el filo mismo del hacha, ahora ya no, muchos se limitan a repetir o a decir en voz alta lo que esta pensando todo el mundo y eso ya no es novedad por electrizante que parezca. Pronto me di cuenta de que se trataba de cambios morfológicos en las estrategias del poder, que iban a ser lapidarios, irreversibles y decisivos (por no decir definitivos) con respecto a muchas actitudes y voluntades auténticamente libertarias. El poder aprende y sabe comprender cada vez más lo que verdaderamente le mella y lo que no, (aunque siempre haya cosas, revulsivos repentinos e inesperables no controlados que le hagan estremecerse, pues no se trata de un estamento eterno e infalible, -nada lo es-) pero rápido asume, hacer la vista gorda con aquello que ya (re)conoce, aceptando(lo), integrando(lo), “tolerando” con verdadero control eficaz, encaminado a dar una ilusión (“real”) de “libertad” (vigilada), en la que muchos (internacional o nacionalmente) se embarcan confuso, algunos de colaboracionistas conscientes e inconscientes, otros de testigos mudos, el resto de borregos o cómplices tácitos.

Desde entonces sospechaba, que llegaría el momento en que uno podría gritar en medio de un discurso de Fidel en la plaza -¡Abajo la Revolución!-; y la gente se reiría de ti, seguiría conversando o atendiendo al pan con lechón y al pullovito que vende el chiringuito (reclamo-engatuse para la asistencia masiva)… y Fidel o el que le sucediese en el speech, seguiría en su línea, -habla que te habla-; sin interrupción y sin que nada pasase; ni siquiera el reprochable linchamiento típico de mi generación, ni los agotadores y humillantes actos de repudio que tanto enaltecieron la inmoralidad nacional… nada de nada, tranquilidad absoluta; quizás sólo interrumpida por algún borracho, que en un arrebato de extrema sinceridad lanzare un rotundo: -¡no pierdas el tiempo!-, tras la continua carcajada plural.

Una asepsia anodina, una absoluta apatía anatematizada, recorre cada vez más, el insípido horizonte de las perversiones del lenguaje y los modos de representación de ese poder en relación con la masa. Lo que me temía es que eso ya estuviese pasando y sin duda está comenzando a suceder, (ejemplos abundan al respecto), se trata del aquí y el ahora, cuestión que está cumpliéndose.

Entendamos como incomprensiblemente todos, (incluso los disidentes y los recalcitrantes anti-castristas de Miami) juntos, van/vamos cumpliendo el designio imperturbable de la hierática, lapidaria e inamovible “revolución” cubana. Parecerá increíble o me dirán que me he vuelto loco y que ¿cómo puedo decir semejante cosa?, pero siento que todos hemos sido manipulados como marionetas de Fidel, (aunque no todos a su servicio, claro está, -sería el colmo-) de un lado y del otro. Y reflexionar sobre todo ello sin prejuicios, ni polaridad, ni parálisis, me parece cuando menos, útil y sano. Pues resulta un modo de no contribuir más a la barbarie, por causa y/o efecto, por activo y por pasivo. Nada puede sanar de repente el estado actual de la cuestión, pero algo habrá que comenzar a hacer fuera del marco maximalista de cada perspectiva, e ir desenmarañando la madeja. Un hilo de agua no tumba el/un/este muro, el bloque inmenso de represa (sin represalias), pero sin duda comienza a hacerlo, inicia un proceso… Alguien debe empezar.

Interesante aquella canción de Pedro Luís Ferrer, (discúlpame que no cito textual, ni siquiera de memoria, es sólo el espíritu brillante de la reflexión que el tema me dejó, cuando lo escuché por primera y única vez, y no me acuerdo siquiera de como se llama) que rezaba algo así: la Cuba de Fidel, el dinero de Fidel, el pueblo de Fidel, la patria de Fidel, pero y por igual el Miami de Fidel, la disidencia de Fidel, la contra de Fidel, los dólares de Fidel, etc., etc… al final todo sucumbiendo bajo ese imperio de la homologación, la ignorancia y la estupidez colectiva. En la que también me hallo querámoslo o no, hablando; insistiendo en todo esto, por resistencia que se intente, -y por qué no decirlo- a la larga, siempre somos/seremos más viejos y más tontos hagamos lo que hagamos. Todo eso va robándonos la vida.

Creo que no estoy preparado para semejante consecuencia, -ya no-.

Primero necesito ver y conocer muchísimas otras cosas. El Mundo que no (me) es (el) extranjero, ni el resto, ni lo demás, sino el centro, el yo universo que resulta tan fascinante, desconcertante como asombroso. De Epicúreos en lugar de Estoicos, como versa un texto de Marielena Cruz Varela, presentación de uno de mis Cds, el Ruta sobre Ruinas: homo ludens más que homo sapiens, pues el agotamiento idelogético jubila, se impone y vence al obsoleto canon de los estoicos. Ni imaginamos la cantidad de cosas hermosas, que nos harían inmensamente felices que estamos perdiéndonos los cubanos con este absurdo debate. Pero bueno, ahí vamos, erre que erre. Otra cosa es que estemos listos para eso. A veces he llegado a pensar que nosotros los cubanos no estamos preparados para la felicidad, la nobleza, la gratitud, la generosidad, la lealtad, ni la compasión. Estamos llenos de ampulosidades, de altos contrastes, de resentimiento, de brocha gorda, de necesidad de venganza, de arribismos, de rencor, de falta de sutilezas, de miedos defensivos-ofensivos y un largísimo, etc. Ya te comentaba antes, sobre lo que yo creo de los procesos de inteligencia colectiva, asociación y voluntad de conglomerado de una cultura, una sociedad o una civilización, -mi opinión al respecto, es que estamos en CERO de tal coeficiente-. Y trato con mi vida, de quitarme esa razón que a todas luces me induce a pensar así, hasta aspirar, procurar, desear, necesitar estar completamente equivocado. Cada cual hace lo suyo, lo que sabe, lo que puede, lo que consigue, lo que (se) es. Esta es mi experiencia y siendo optimistas, con certeza no le sirve a nadie. -Más vale que no-

- Ha de ser usted de los artistas cubanos más polivalente. Concilia, entre otras artes, la música y la plástica con aciertos reconocidos. ¿Cuál de “los artistas” es predominante? O, hay que dar por bueno lo dicho alguna vez sobre su “espíritu renacentista”. Hábleme (brevemente) de lo que usted define como: “Música-Visual”.

Sí, sin dudas, lo del espíritu renacentista lo acuñó un crítico que no desmiento. Como antecedente, me reconozco heredero de la ácida obra del trovador santiaguero Pepe Sánchez, luego del multinstrumentista y también excelentísimo pintor, compositor e intérprete Boby Carcasés (padre), e internacionalmente cercano a Laurie Anderson o Brian Eno, por citar algunos ejemplos; aunque formalmente mi obra e investigación vaya por otros derroteros, distinto a lo que se entiende como trova tradicional, jazz latino y la electrónica radical, en el sentido más estricto, respectivamente.

Ya en mi libro monográfico HisPánico, que obra en tu poder, de una manera bastante más personal, sugerida, y sin la estridencia de los titulares, ni las grandilocuencias de los ensayos y la crítica especializada, lo definía como una especie de perspectiva oblicua o cierta trasnversalidad sincrética en los modos de representación u operatividad en el arte, cuyas consecuencias no se circunscribe a una disciplina, ni a un marco, ni siquiera a un lenguaje, ni al arte en exclusiva. Y me atrevo a sugerirte textualmente la introducción crítica del flyer de presentación de mi último espectáculo, pues le viene al pelo a tú indague:

“…Una obra de matices combinatorios, una especie de Teatro del Sonido, (recordemos este concepto también como nombre del grupo del que fue voz líder a finales de los 80 en Cuba, junto a Juan Antonio Leyva -uno de los músico compositores de la banda sonora de la conocida película Habana Blues- generación a la que pertenece como importante protagonista), donde lo experimental adquiere enfoques interdisciplinarios. La dramaturgia nos conduce en un viaje mental planeando sobre las sombras. Desenterrando por igual pasiones y sentimientos sublimes… Música y texto que evocan a instantes, estados alterados (de conciencia), y nos regalan desde el minimalismo ancestral de los monjes budistas del Monasterio de Namgyal en el Tibet, al canto resonante del didgeridoo aborigen Australiano, del rock-industrial a los samplers habituales del ruidismo y la electrónica; de los Cánticos del Éxtasis de la sabia compositora centroeuropea medieval Hildegard Von Bingen, a la pasión de los grooves africanos, armonía mundi. Proceso simpático global, transterritorial y combinatorio; presentación ya del cuarto álbum Pilgrim Souvenir (Souvenir Peregrino). Hablamos de una experiencia Meta-Teatral, cercana a la Música de las esferas, que nos cuentan que el arte no es fin, sino (un) medio, para arribar a otros límites (de lo real). Un diálogo-encuentro de civilizaciones, intercambio y cruces de tradiciones, porque todo es centro en esta rueda fundacional de la vida. Y si rara alquimia fuera poca, se hace acompañar por un set de cinco pantallas de proyección simultánea, que sumergen al espectador en una experiencia Túnel de Arte-Total, inmerso sensorialmente en pleno corazón de la acción. AdriáNomada intercambia sin prejuicios, pero también sin mimetismos influencias y tradiciones mixtas aparentemente inconexas, tratándolas desde una vertiente sincrética, descubriéndonos cuanta comunión hay entre el oriente y el occidente, (antiguo y moderno). Lo que en frase de McLuhan sería una consciencia global. Dialogando con equidad atemporal, alugar a modo de amellioration… moirés sónicos les llama. Disolviendo fronteras entre los lenguajes, la música se continúa en el cine, la danza, el teatro, la plástica, validados desde una reconciliación con la ciencia, la mística, la sociología, la politología, o lo filosófico.

Este show multimedia es el resultado de infinidad de pesquisas de este investigador alrededor del Mundo. Sincréticas idas y venidas, transustanciando y (de)construyendo, su deliberada muestra de auténtica creatividad, (todos los temas, el arte y la concepción íntegra del show son creación original, propia del artista) que abraza referencias de la World Music a modo de arqueología sónica y antropología cultural.”

Y en su propia voz alude: -“...miro por encontrar una Consciencia Continua. ¿Qué buscamos en realidad con la Linterna de Diógenes? La Revolucionaria Psicología Transpersonal y la Antigua Philokalia afirman que mediante la curiosidad y un esfuerzo especial se puede Despertar la Conciencia, y hacerla continua y controlable (…) un acceso, un acercamiento Tántrico al arte, es decir una expansión mental…Así mismo Carl G. Jung asegura que: “…La visión llega a ser clara cuando uno puede mirarse el corazón. El que mira hacia afuera, sueña; el que mira hacia dentro, despierta...”-.

Es decir, no se trata del histrión que eclipsa al músico, ni del músico que solapa al artista visual o al teórico, -según el maniqueísmo amurallado de ciertas visiones “especializadas”, fundamentalistas disciplinarios- sino de una apertura sin límites a lo creativo, no como consecuencia, sino como causa, origen y esencia. Pensar en cierta predominancia, -en la que indagas y aludes- sería empobrecer todo el caudal de la real magnitud. Me siento un funambulista que intentando caer hacia todos lados, no cae hacia ninguno, -y no cae-. El arte no pretende la obra, el lenguaje, las disciplina, ni el estilo, ni siquiera el objeto, la idea, la cosa, la acción, ni el sonido sino la Libertad. Un sortear las cárceles, (evitar esos barros, dijera Duchamp) zafar nudos, compromisos y vínculos, porque ya de hecho los tenemos querámoslo o no, (somos seres de la muerte, -ya se sabe-, pero ¿acaso por igual no podríamos ser de la nada?) y esos son (mis) cardinales inevitables, como aquella hermosa paráfrasis de Rabindranath Tagore que nos regala: …el árbol, siempre tiene a sus pájaros seguros en sus ramas, porque no ata, en cambio ofrece…

- Le voy a mencionar 5 nombres, (sin importancia de orden) y usted me va a decir algo sobre cada uno de ellos.

- Leonardo Eiriz.

Un buen alacrán, nacido bajo el embrujo de un noviembre de cenizas. Analítico, soberbio, generoso y múltiple. De los más grandes amigos que tuve nunca. De él (me) aprendí muchísimo. Alguien a quien se le odia y se le quiere en la misma medida, y que se extraña de todas maneras. Vive (creo) en Cáceres, España. Hace tres años (lo último que supe de él) me regaló un cuento, una reflexión estupenda a partir de una experiencia anecdótica nuestra por las calles de La Habana, (después de alguno de los innumerables shows que hacíamos juntos en el Museo de Artes Decorativas) caminando y robando flores por aquellos jardines… Para mí, uno de los últimos románticos que he conocido, todo un verdadero ilustrado. Una bella persona, a la que me une integridad y afecto.

- Evaristo Machado.

El Negro caramba… Tremenda persona también. El vive en Canadá (felicísimo con su pareja), hace relativamente poco tiempo estuvo acá en mi casa en Barcelona, cenamos y hablamos largo y tendido sobre pasado y presente. Sigue componiendo y produciendo música como un loco. El en Cuba era más jazzero y baladoso, pero al irse fue uno de los que se reencontró con sus raíces, algo que se intuía desde entonces, por la línea de su obra (y que sanamente envidio, pues por mi lado, yo no lo he sentido así, mi búsqueda es otra), eso fue más o menos vertebral en la obra de cada cual, de cualquier modo no le doy ninguna importancia. Él incluso ha comenzado a hacer salsa, y de la buena, con una elegancia tremenda. Buenos textos, linda presencia, nada de timba agresiva, ni despelote, ni vulgaridad… De pronto y de confesión en voz baja, se le echa en falta algún tema que exorcice o madure muchas de sus concientes y deliberadas elecciones de vida, que ventile, o airee con desenfado, audacia y valentía lo que se es y se siente sea como sea, (desplantando la guapería tradicional y el sigilo implacable del machismo testosterórico latino, con sus lecturas rústicas y primitivas de nuestras cuatro seudo-verdades exportables: sol, son, ron y pingón) y a buen entendedor con pocas palabras basta, cuestión tabú por entonces, siquiera de hablarlas con amigos, -ninguno de nosotros se enteraba…- pero que hoy son consabidas, incluso a veces no para mejor, políticamente correctas. Vaya, algo de menos miedo al atreverse a componer, sobre cuestiones de si mismo, -que él vive-, tema que creo bastante más interesante, arriesgado, actual y menos tópico… por deshacerse de las “típicas” cancioncitas de sí: -“ella” me quiere o no me quiere-, que cada vez se las creo menos. Lo digo en clave discretísima y respetuosa, porque seguro él entenderá mi mensaje. En general: ¡Me encanta su trabajo! y en como ha ido creciendo. Buen tipo.

- José Raúl García.

Un gran amigo, compositor excepcional, alguien con el que por mucho tiempo compartí filias y fobias en esta escuela de la vida. Alguien que constituyó mi familia cuando la propia me faltó. Un Brother in Arms… Cuando muchos por miedo levantaron el pie de mi casa, en el peor de los periodos de hostigamiento y censura, el continuó mostrándome una lealtad que ante mis ojos hoy todavía le honra. Eso jamás lo olvidaré.

- María Antonieta (La cantante pop cubana).

¡Oh! Vaya memoria la tuya… ¡Qué mujer más bella, noble y generosa! A diferencia de toda la imagen de “frivolidad” y “leona” que proyectaba en sus shows ochenteros, con aquellos pelos y su temperamento explosivo en escena, en la vida íntima era de una maternalidad y una sensibilidad extrema. Hubo un momento, donde ella, nos cuidó, nos mimó y nos dio de comer a todos. Aparte de su belleza física indiscutible (al menos así lo veo yo) su espiritualidad y entrega eran como una lámpara. Fue una mujer a la que quise mucho, y que nos enamoró a todos (los amigos de entonces) a pesar de venir de un Mundo tan distinto, alcanzándome física y espiritualmente. Con ella pensamos hacer mil cosas, más allá de que luego se torcieran o no.

Para mí, muy a pesar de lo que pueda decirse, sobre la música ligera y el pop nacional, ella lideró en aquella década, de cierto modo, nuestra propia versión del Glam tropical. Salvando las distancias, podríamos asociarla a una suerte de precursora de Mónica Naranjo, las Azúcar Moreno e incluso, relativa a la época más hortera de Desireless, Annie Lennox o el propio David Bowie. Muy acorde con los tiempos y la moda internacional del momento; acostumbraba a erizarse los cabellos de forma aleonada y transgredir sus puestas en escena con vestuarios de un erotismo hasta entonces inusual. Eran muy singulares sus performances, diríase que jugaba con el kitscht, y un arrojo manifiestamente andrógino, muy en consonancia con la época. En el cenit de su reconocimiento y popularidad en los ochenta, nos conocemos y vivimos juntos una época apasionadamente creativa, a pesar de lo diferente que eran nuestros modos de entender la música, la canción y el compromiso. Tony Carrera (por entonces sonidista del compositor y teclista José María Vitier) y yo, compusimos y arreglamos varios temas para ella, abriéndonos versátilmente a otras posibilidades desprejuiciadas de entender la creación. Entre dichos trabajos se encontraba una versión de la canción Amor difícil, original del cantautor habanero Amaury Pérez Vidal, que estrena en televisión en franja de máxima audiencia vestida de hombre (cuello y corbata), rapada y teñida de rubio platino a lo Blade Runner. Ella procuraba romper una y otra vez con su imagen, reafirmándose como musa o ídolo (no declarado) para el mundo gay de la ciudad, en versión subliminal, pues esos temas entonces eran tabú… continuadora y a su vez transgresora, porque en todo momento se desmarcaba de lo que típicamente su público esperaba, de un linaje de vedettes, cantantes femeninas cubanas, que comenzara más o menos con Rosita Fornés, La Lupe y se continuó con figuras como Fara María, Mirta Medina y Ania Linares entre otras, bastante más trilladas y de comportamientos más predecibles.

En el fondo en esa época todos andábamos bien enfermos del afecto, psicotizados y frustrados por miles de circunstancias que hoy ya sabemos, y no merece la pena recalcar; es decir; a veces éramos incapaces de darnos la más mínima muestra de cuan importante fuimos los unos para con los otros, en ámbitos tan diversos de la vida, envueltos en aquella atmósfera tan enrarecida de las circunstancias. Creo que se me quedaron cosas por darle, y darme. Le guardo con la mayor de las bellezas en mi corazón.

- Juan Enrique González (Juan-Si).

Para mí, Juan-Si, es un verdadero visionario de mi generación, (aún lo sigue siendo); un gran ideólogo. Ahora mismo, en los Estados Unidos, sigue sufriendo censura, haciendo una obra igualmente comprometida, tan ácida como coherente. Una persona extremadamente valiente y cabal. Capaz de sostener en los más difíciles momentos, la eticidad suficiente y sobre todo, un componente moral a prueba de bombas.

Con él mantuve y mantengo todo el feed-back. De hecho, alma pater fundador de lo que fue el proyecto 23 y G y Ritual-ArDE junto a Jorge Crespo y Marcos Abad, le creo un verdadero profeta de nuestra generación, con aquellos reivindicativos happenings y dos cortos ya antológicos de nuestro cine de “ficción”, Ritual para una Identidad, y Ritual para un viejo Lenguaje. Hermano almado, en las ideas, las imágenes, las actitudes y las búsquedas; cuyos derroteros nos mantiene hoy, después de tantos años, en complicidad y sintonía total. Para mí, es de los más grandes artistas que he llegado a conocer, quizás del que más he aprendido y admirado. De él en la plástica y de Julio Fowler en lo musical, (dos obras que admiro por igual, de manera rotunda, sin reparos y me quedo corto). Intelectuales, ambiciosos, cultos, pluridisciplinares, intensos creadores, bellas personas, con las que no dejo de tener una relación difícil, inquieta y a veces llena de hechizadas tiranteces.

- Para concluir, si cree posible una democracia en Cuba, con los hermanos Castro en el poder, y si cree usted que el pueblo de la isla está preparado para el supuesto cambio a ella.

No, no lo creo, -ya te dije-, de ninguna manera, ni con Castro, ni sin él… Mi opinión es que ni desde La Habana, -Cuba-, ni desde el exilio; desde ninguna de las perspectivas, “el cubano” y lo que yo entiendo como tal, esté preparado o ni siquiera haciendo lo posible, para lo que se suele llamar y entender como búsqueda de la democracia, que como Borges la entiendo: una tiranía de las mayorías aborregadas; donde tú voto inteligente, conciente y capaz, (si lo es, cuando lo es) vale lo mismo que el de un imbécil o el de un neo-nazi.

Creo que los cubanos no lo estamos haciendo nada bien en esa dirección, y por otro lado, tampoco estoy seguro, acaso, de que sea esa la dirección correcta, ni la indicada a proponer como “meta” (no hay meta; toda meta es un espejismo, no somos corredores de fondo sino paseantes, la vida no es esa sucesión de actos, feudalismo, capitalismo, imperialismo, comunismo, sino el lugar de prueba, donde cada individuo viene a conocerse a sí mismo, a aprehender-se y así comunicar-se con sus semejantes-desemejantes). Apelo al igual que Agustín García Calvo, cuando menos, a un manifiesto, a una enérgica denuncia que arranque de una vez las vendas de los ojos, en contra de esta paz incivil y esta democracia real corrompida e inmoral, de la que participamos ¿todos? aparente y tácitamente; hagamos lo que hagamos, y vayamos, a donde vayamos; queramos venderla o no, como supuesto “éxito” exportable de la luz eléctrica, la revolución industrial y el apocalipsis, del que ya nadie se vanagloria, ni promete mañanas radiantes; tal está el efecto invernadero y el eufemismo encubridor (de las masacres mas abominables) el “primer” mundo. Lo que Jean Baudrillard denomina fundamentalismos del “bien-estar” power inferno y que Guy Debord en los albores del mayo del 68 parisino, vislumbra y define lúcidamente como La Sociedad del Espectáculo.

- ¿Para cuándo el próximo concierto, la próxima exposición?

Ahora mismo trabajo en varias cosas a la vez, ¡qué raro!, ¿verdad? ja, ja, ja. Preparo una gira extensa en el marco de la siguiente itinerancia del proyecto Sobredalí o La Metástasis del Inconsciente, que viene rodando desde el 2004, año Dalí en Barcelona. Luego inauguro en diciembre un proyecto personal en la feria de Art-Basel, en Miami y en Barcelona en la galería con que trabajo ahora, respectivamente. Termino dos producciones discográficas una mía y la otra de una talentosa pianista Conxita Bentz. Además del primer texto ensayo monográfico abundante y pormenorizado sobre mi trabajo: El Arte no persigue la Obra sino la Libertad, que prepara a mi entender unos de los pilares teóricos en el terreno de la crítica musical de la generación de los ochenta, nuestro común amigo Joaquín Borges Triana; texto de casi 400 páginas sobre mi trabajo, (que se ha retrasado muchísimo por conflictos promocionales, de litigios plurales y que por fin ahora, retómole riendas personalmente, reconduciéndolo, pero esta vez controlando no sólo los derechos, sino también la responsabilidad editorial), al que le preparo un DVD de 90 minutos de documental concentrando por fin, en contenido anexo a la publicación, una cantidad bien importante de bibliografía, y demás misceláneas sobre mi trabajo, que hasta ahora habían permanecido dispersas en otras ediciones. Ya sabes, sigo con mi onda sinestésica. ConFusión de los sentidos y lo perceptivo, en una experiencia circular. ¿Qué tal de Resonancia?

Foto tomada de Internet.

*Esta entrevista fue publicada en el blog que tenía alojado en el portal del Diario Cubaencuentro.

Adrián Morales Rodríguez

(La Habana, Cuba, 1965).

www.adrianomada.com

Estudia Ingeniería Mecánica y Estética. Investigador, curator, artista plástico y músico (compositor y multinstrumentista). Se mueve en el terreno de la música visual performance, un proyecto que comienza casi simultáneamente combinando exposiciones de artes plásticas y conciertos desde el año 1985. Entre otras publicaciones y ensayos suyos constan: PsicoManualDigital. La rte del Pincel o La Prehistoria de la Infografía. Revista, Temas para el debate Nº 21-22. Madrid. 1996, Arqueología del Silencio. Contenido sin Continente, para la artista Alemana Hildegard Hahn, Edt. Centro de Arte La Regenta, Viceconsejería de Cultura y Deporte del Gobierno de Canarias, 1997, el monográfico sobre su trabajo visual HisPÁNICO. Entre la Simulación y el Éxtasis, Edt. NomadArt Barcelona. 2002; SobreDalí o La Metástasis del Inconsciente (Libro y DVD) Edt. Fundación Joan Abelló, 2005 y los Cds. Nómada, Ventilador Edt.1996; Ruta sobre Ruinas, Ventilador Edt. 1999; Shampoo.Un Alto en el Camino. NomadART Producciones. 2006; y recientemente comienza Pilgrim Souvenir su último trabajo discográfico para Animamusic y NomadART, respectivamente. Reside y trabaja entre Barcelona y los Estados Unidos.

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